Van Riel cumple 100, la historia continúa

Fuente: Clarín – La tarjeta invitaba a la inauguración de tres exposiciones en la galería Van Riel, situada entonces en Florida 659 (una de las tres sedes a lo largo de su historia). La primera de ellas era del Movimiento Informal con la participación de los artistas Enrique Barilari, Alberto Greco, Kenneth Kemble, Olga López, Fernando Maza, Mario Pucciarelli, Towas y Luis Wells, en la sala I. La apertura era el 13 de julio de 1959.

En el centro de la sala de la misma galería, ubicada hoy en Juncal 790, la tarjeta constituye un documento que sintetiza un momento destacado para la historia del arte argentino con la irrupción de Informalismo. Y de la mano de un espacio que ha contribuido a escribir esa historia.

Gabriela van Riel, tercera generación de la familia en la dirección, eligió la obra de Mario Pucciarelli para brindar el próximo 7 de junio por el centenario de la galería, marcada por la continuidad, que suena a utopía concretada en un país de interrupciones. La decisión recuerda el carácter innovador y de ruptura que su abuelo y su padre, ambos de nombre Frans, supieron imprimir a la institución desde 1924. Porque en la década del 50, la aparición del informalismo constituyó un cimbronazo en el arte local, mientras que en Europa ya tenía una década de existencia.

Mario Pucciarelli. Sin título (1970), técnica mixta, 80 x 80 cmMario Pucciarelli. Sin título (1970), técnica mixta, 80 x 80 cm

Este movimiento buscaba alejarse de la figuración, de la abstracción geométrica y de la racionalidad. Apelaba a un tratamiento matérico y formal donde primaba los chorreados, empastes y materiales cotidianos como telas, cartones y otros. “El mundo real es, en mi caso, un punto de partida, y negándolo o afirmándolo me propongo un profundo análisis del lenguaje y una reducción de la pintura a los valores de la pura percepción”, señalaba Pucciarelli, en 1963.

Las atentas miradas de la galerista y de la historiadora del arte María José Herrera seleccionaron y dispusieron las obras de Pucciarelli en la sala. Cierta musicalidad envuelve el conjunto de trabajos realizados entre 1960 y la década del 90. Tal vez por las ondulaciones de las gruesas pinceladas con sus ritmos y energía; por el contraste en varias pinturas entre un sector oscuro y otro claro casi delimitando un horizonte; o por el audible silencio que emana de cada composición solicitando una percepción activa.

Herrera escribe sobre Pucciarelli en el texto de la exposición: “En los años 60 sus obras pusieron en juego distintas materialidades en composiciones prácticamente monocromas. Hacia mediados de la década, el color y cierta geometría ‘ordena’ el campo de energías matéricas. Notaciones cromáticas, pequeñas bandas, parecen codificar el espectro lumínico y tonal utilizado en la obra”. Y, asimismo, señala: “El ‘análisis del lenguaje’, que procura el artista será entonces ese despliegue completo de las posibilidades de la materia sobre la tela: el empaste, las fusiones, las líneas, los puntos, el color. O su contrario: todas esas posibilidades yaciendo debajo de un espeso manto negro, como en ‘Diálogo con la materia’ (1982).”1959. Informalismo en Van Riel. Greco, Barilari, (persona no identificada), López, Pucciarelli, Maza y Wells.1959. Informalismo en Van Riel. Greco, Barilari, (persona no identificada), López, Pucciarelli, Maza y Wells.

Pucciarelli (Buenos Aires, 1928 – Roma, 2014), fue protagonista de la versión vernácula del informalismo. Vivió en Europa entre 1955 y 1956. En su carrera, obtuvo el consagratorio Premio Di Tella de 1960, por el cual obtuvo una beca por un año en Europa, donde se instaló definitivamente incorporándose al arte italiano contemporáneo. Siguió participando desde Roma en exposiciones en la Argentina.

Un siglo ininterrumpido

Frans van Riel había llegado precisamente desde Roma en 1906. Instaló un local de fotografía en Viamonte 624, donde retrató a algunas de las figuras del ambiente cultural y cofundó la revista Augusta especializada en arte. Fue un poco después, en 1924, cuando su impulso y visión lo llevó a abrir la que sería una de las más célebres galerías en su momento, en Florida 659. Asistió a la inauguración el entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear. En sus salas funcionaron, además, la Asociación Amigos del Arte, Ver y Estimar, el Instituto de Arte Moderno y el Primer Teatro Independiente de Buenos Aires.

“Exposiciones colectivas e individuales, conferencias y publicaciones de arte se fueron sucediendo a lo largo de los años, en una responsable y estratégica labor de debate, estudio, promoción y comercialización del arte. Esa dinamización constante, ese estar en el núcleo de los acontecimientos, bien atentos a todo cuanto acontece, generó la confianza que el medio artístico depositó en los van Riel y sustentó, al mismo tiempo, su permanencia en el tiempo”, escribe la historiadora del arte Malena Babino, en un texto incluido en el libro que la galería prepara por su centenario.

Luego del cierre del mítico espacio, en 1979, Van Riel reabrió en la calle Talcahuano 1257. Frans (padre) había fallecido en 1950 y continuó el trabajo su hijo Frans (fallecido en 2014). Gabriela se fogueó en ese ambiente desde pequeña. La muestra de Sergio Avello, de 1998, funciona en esta historia familiar e institucional de alguna forma como el ingreso de la tercera generación. Y marcó la confianza en el arte de los años 90 con cierto paralelismo a la apuesta, tres décadas antes, por el informalismo. Fue en 2007, cuando la galería se instaló en su tercera y actual sede.

En diálogo con Ñ, Gabriela van Riel contó: “He vivido la historia familiar, sobre todo, la de mis padres y la mía (porque a mi abuelo no llegué a conocerlo, aunque me hubiera encantado) como la de una pasión por seguir adelante con el proyecto de la galería. Hubo momentos muy difíciles, en los que a veces la sugerencia era cerrar el espacio y vivir tranquila y sin sobresaltos. Pero, si eso sucedía, el proyecto iba a quedar trunco y eso no me lo hubiera perdonado nunca. De todas formas, seguir con la galería no fue un desafío impuesto por mi familia, sino una elección de vida. Es un trabajo que me apasiona y lo llevo literalmente en la sangre”. La galerista menciona el impulso de su madre, Kicsi van Riel (fallecida en 2009), y a sus hermanas Flavia y Valeria, dedicadas a otras profesiones.

En la extensa y nutrida línea de tiempo de la institución las exposiciones se suceden imparables. Además de las mencionadas, muchas fueron mojones para el arte argentino: Siete artistas modernos, en 1935, en la Asociación Amigos de Arte, con obras de Lino Enea Spilimbergo, Héctor Basaldúa, Antonio Berni, Emilio Pettoruti, Horacio Butler, Ramón Gómez Cornet y Aquiles Badi; la primera muestra individual de Juan Del Prete, en 1937; el salón Nuevas Realidades, arte abstracto-concreto-no figurativo, en 1948; la muestra de Luis Felipe Noé, en 1960; la emblemática exposición Homenaje a Vietnam, donde León Ferrari expuso su reconocida obra “La civilización occidental y cristiana”; y la lista sigue.

La galería más antigua y vigente del país celebra, así, una hazaña: la de impulsar, sostener y proyectar el arte argentino de cada momento durante un siglo. Afortunadamente, la historia continúa.

  • Mario Pucciarelli
  • Lugar: Van Riel, Juncal 790 PB
  • Horario: lun a vie de 15 a 19
  • Fecha: hasta el 28 de junio
  • Entrada: gratuita

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