Fuente: La Nación ~ Eduardo Blaquier estudió unos años diseño industrial, comenzó a tallar madera por hobby y terminó siendo su profesión. En 2006 empezó a quemar madera en busca de una manera más sencilla de pulir este material y comenzó a hacer esculturas. Hoy se dedica a realizar obras con los restos que dejan los incendios y es uno de los integrantes de Selva Negra. En este proyecto tiene un socio, Hernán Cibils, que se define como creador de marcas y emprendedor por naturaleza.
Selva Negra se basa en recuperar la madera de árboles muertos y transformarla en objetos escultóricos funcionales, con la técnica de esculpir con el fuego. Producen en serie, pero el fuego logra todas piezas únicas. Y cada tanto surgen esas piezas realmente imposibles de replicar.
“Esas son las que más nos gustan. Por ejemplo, este año hicimos una mesa ovalada gigante, sostenida por dos tocones, los cuales estuvimos quemando lentamente por doce días. Hubo una tarde que, sin querer, no los apagamos bien y quedaron prendidos… llegamos a la mañana siguiente y estábamos asombrados de las formas que habían quedado”, relatan los artistas.
Las ideas suelen partir de la necesidad de alguien, aunque muchas veces nacen antes, cuando ven las formas de los árboles. Es entonces cuando comienza el verdadero proceso de creación. “Nos gusta fantasear con las formas que van quedando en nuestra memoria; después solo hay que encontrarle el dueño”.
Utilizan en general olmo, eucalipto y roble. O cualquier otro árbol de madera dura o semidura que haya muerto y que encuentren.
«Tenemos una búsqueda por traer e incorporar formas orgánicas en una sociedad donde todo es tan cuadrado. El aporte de lo orgánico lo equilibra un poco, al menos.»
Hernán Cibils y Eduardo Blaquier
También se animaron con pecán y alcanfor. “Salimos a recorrer partes de la provincia, cargamos la madera en un tráiler que tenemos y la traemos para nuestro taller en Del Viso. La trabajamos, la cortamos y posteriormente la quemamos”.
En la mayoría de los casos trabajan a pedido, sobre piezas que ya han hecho y que están dentro de su catálogo, pero adaptándose a las necesidades del cliente. Lo que más realizan son mesas de comedor, mesas ratonas, banquetas, bancos, mesas de apoyo. Hoy también están desarrollando una línea de objetos más pequeños, como tablas de asado, cucharones y ceniceros. Realizan las piezas a mano e invierten su tiempo en lijarlas y pulirlas, para que no solo se disfruten con la vista, sino también con el tacto.
«Creemos que si hay algo que todos tenemos en común es que el fuego nos hipnotiza y nos atrapa, nos gusta el olor del humo, el calor, la luz que da… hasta su ruido nos cautiva, podemos pasarnos horas mirándolo y es allí donde se esculpen las mejores formas.»
Hernán Cibils y Eduardo Blaquier
Son innovadores y creativos. Sus muebles son obras de arte que potencian cualquier ambiente o jardín. Recuperar y transformar la madera de árboles caídos les resulta un gran atractivo, pero aun más atractivo es ver cómo el fuego esculpe las formas caprichosamente. “Nos apasiona trabajar con madera y fuego, esa es nuestra verdadera identidad”.