Fuente: Ámbito ~ Su nueva exposición revela un mayor oficio en la compleja técnica de la xilografía.
Hay mucho para ver en “Matriz”, exposición de Julián Pesce, joven artista que revela oficio en la tradicional disciplina de la xilografía, capaz de abordar otras técnicas con las que ha enriquecido su gráfica.
El título, en primer lugar, es un homenaje a su madre, la gran escultora Mariana Schapiro (1959-2006), artista surgida alrededor de los 80, que entre otras imágenes y a través de distintos materiales pudo representar lágrimas y el agua que fluye como el de las cascadas de un lugar donde pasaban las vacaciones en Pucón (Chile), precisamente en la laguna azul de Caburgua.
Paisajes relacionados con el agua cubren una pared a manera de un gran mural en el que el artista muestra cascadas, tramas, entrecruzamientos que ha plasmado apelando no solamente a la gráfica tradicional sino al uso de herramientas tecnológicas ya que es también Licenciado en Artes Electrónicas por la UNTREF además de haberse formado con destacados artistas, entre ellos, su padre, Ernesto Pesce, Dolores Casares, Jorge Perrin, Oscar Smoje, Diana Aizenberg, Manuel Amestoy
En 2013 realizó su primera muestra individual en el Centro Cultural Recoleta, que quizás algún día recupere su identidad y que catapultó a tantos artistas que se distinguieron y distinguen por sus trayectorias. Realizó una beca de investigación en Bilbao y participó en Bristol en Impact 12.
La muestra exige detenerse en las innumerables variantes con las que Pesce atrapa nuestra mirada, reconocemos imágenes pero también deja lugar a lo ambiguo, factores determinantes para que toda la obra expuesta revele la riqueza del dibujo esencial y la cantidad de recursos, por ejemplo, desprendimientos a la manera de pequeños mosaicos que se desgranan, dejan espacios libres y se agrupan en algún lugar del soporte, una programación de entramado textil , xilografía tradicional y con lenguaje digital.
Un montaje excelente con obras de gran tamaño, algunas cuelgan del techo y también reptan por el piso de allí que Eduardo Stupía en el texto curatorial señala que Pesce “propone al espectador dejarse envolver y encandilar por la sugestión de sus entramados , superposiciones y contrapuntos”.
Afortunadamente está surgiendo un importante grupo de grabadores que, como sucede en otras disciplinas, abordan otras técnicas para no caer en el cliché, lo repetitivo, la imitación de sí mismo o lo que ya está demasiado hecho, lo que no significa que innovar esté vaciado de sentido.
(Espacio de Arte AMIA, Pasteur 633. Lunes a jueves de 10 a 19. Viernes de 10 a 16. Clausura a fines de febrero).