Fuente: Clarín – “El hombre no ha de terminar en la Tierra“, afirma Gyula Kosice en el único número de la revista Arturo, publicado en 1944. Dos años más tarde él empezaría a diseñar uno de sus principales proyectos anticipatorios: la “Ciudad hidroespacial”. Compuesta por maquetas, constelaciones, dibujos y fotomontajes, la obra ocupa ahora un lugar central en la exhibición Kosice Intergláctico.
Entre 2008 y 2009 fue adquirida por el Museo de Bellas Artes de Houston. Cuatro años antes había integrado la exhibición “Ciudad Are” y “Utopia”, que tuvo lugar en el espacio Subsuelo de la Casa de la Cultura. Allí el propio Kosice la armó parcialmente, acompañada de memorias descriptivas, proyectos y detalles. Y ahora vuelve a Malba con mayor relieve y recursos tecnológicos. Así, la seductora puesta en escena cumple por fin con los deseos del artista de llegar a públicos más amplios.
Sin embargo, esta emblemática obra es vivida también por los argentinos con honda melancolía, como algo perdido que pudo ser adquirida por la país, lo cual no ocurrió. De hecho, antes de que fuera adquirida por el Museo de Houston, hubo discusiones en las cuales la “Ciudad hidroespacial” fue ofrecida a diferentes coleccionistas argentinos. Algo parecido sucedió con la colección de arte brasileño de Adolfo Lerner, también adquirida por el Museo de Houston, recuerda hoy Mari Carmen Ramírez, curadora de arte latinoamericano de ese Museo de Texas y también directora del Centro Internacional de las Artes de las Américas (ICAA-MFAH).
Hábitat hidroespacial, maqueta G, de la Ciudad Hidroespacial, ca. 1969. MFAH
Nacida en Puerto Rico en 1955, Ramírez se formó en ese singular “Estado asociado” a EE.UU. en medio del Caribe, y se doctoró más tarde en Chicago. Trabajó luego en la Universidad de Texas en Austin, entre 1989 y 2000. Ha sido por más de dos décadas una figura clave en la valoración del arte latinoamericano en los Estados Unidos.
Factótum de la importante incorporación de fondos patrimoniales latinoamericanos a la institución de Houston, ella destaca que además se conservan todas las cartas enviadas a los diversos museos y coleccionistas ofreciendo la colección y que a nadie le interesó.
De todos modos, Ramírez evalúa hoy que esto no necesariamente debe considerarse en términos de pérdida, porque la “Ciudad de hidroespacial” tiene hoy una galería permanente, especialmente dedicada, en el nuevo edificio de arte del siglo XX y XXI del Museo de Houston.
Desde que fue instalada en ese espacio privilegiado la han visto miles de visitantes al año. Y algo más que Ramírez se encarga de destacar: la cantidad de tráfico de Internet e interesados que no son especialistas, historiadores del arte o eruditos que simplemente han descubierto el atractivo de la “Ciudad Hidroespacial” es sorprendente. Se fascinan con ella, escriben blogs y artículos en portales. El efecto ha sido multiplicador.Gyula Kosice y la ciudad hidroespacial, década del 70. Fotógrafo desconocido. MFAH
Dice Mari Carmen: “La Argentina tendría que vernos a nosotros como un satélite o un complemento fundamental. Al mismo tiempo, toda la documentación importante sobre la Ciudad hidroespacial está en la red. Está en la plataforma de los documentos del ICAA, el Centro Internacional de las Artes de las Américas. Hay una enormidad de gente que lo visita. Ahora mismo en el museo hay un código QR donde se puede encontrar toda la información disponible. Bocetos, memorias descriptivas, historias sobre la Ciudad Hidroespacial, fotografías, maquetas y fotomontajes. Es decir, con esta tecnología uno puede llevar en su teléfono toda la información referente a esta obra y sus procesos creativos y conceptuales”.
Por otro lado, Ramírez valora muy especialmente la labor educativa y de promoción del revolucionario proyecto de Kosice que se viene llevando adelante desde que la obra llegó a Houston. “Eso eso es algo que al artista le preocupaba mucho. El quería que la Ciudad Hidroespacial estuviera disponible al público y a la gente.”