Fuente: Ámbito ~ El recorrido une a Penalba, Chervin, van Asperen, Iniesta, El Azem y otras notables.
Galería Mamán celebra sus 20 años con “Manos a las obras -10 artistas”, bajo la curaduría de su directora, Patricia Pacino. Empezamos el recorrido por las obras de 1969 en material refractario, también en bronce y acero inoxidable de la consagrada escultora Alicia Penalba (1913-1982), un gran homenaje a esta artista de formación académica. Son famosas sus esculturas aladas, las totémicas, las monumentales para espacios públicos.
El dibujo sutil de Catalina Chervin es un multimundo multienhebrado. A comienzos del 20 expuso en MACBA obras de gran tamaño. Se exhiben dos obras de su serie Street Art en las que pega afiches callejeros y que responden a otra faceta de su quehacer en la que el cuerpo juega un papel protagónico. Mónica van Asperen usa textiles de seguridad para sus esculturas, el látex para inquietantes vestimentas y seres espaciales, el cristal leve y luminoso como la obra que recibió Mención en el Premio Trabucco de 2017, espejo y neón, y hasta sus fotografías.
Ciudadana ilustre, Mujer Protagonista, Personaje del Año, premios, exposiciones en el país y en el exterior, Nora Iniesta ama a su país. En celeste y blanco, lo ha hecho casi todo: instalaciones, collages, tejidos, abanicos, mates, escarapelas, medallas , peines. Objetos ensamblados, sus encuentros con material que podría ser de descarte a los que dota de significado histórico. Todo es válido para esta artista apasionada por la patria a la que muchas veces le dedica una mirada irónica. Marcia Schvartz y un corpus de obra que cala hondo, un puñetazo en el plexo solar. Marginales, travestis, prostitutas, políticos y la imagen del poder, habitantes de las villas, rostros que anuncian el “no hay salida”. Apenas una breve descripción de una artista osada, nunca indiferente ante la realidad.
De vasta trayectoria, Karina El Azem, perteneciente a la generación de los 90, artistas alejados de la épica o los grandes relatos y que empezaron a usar materiales plásticos u otros de la vida cotidiana, de la ornamentación urbana, usó mostacillas que más adelante fueron reemplazadas por municiones, balas y telas con apariencia de tapices inofensivos pero con balas pintadas. La violencia de todo tipo está bajo la superficie, latente con apariencia de ornamento, de un trabajo artesanal, generalmente brilloso pero en absoluto inofensivo. Siempre usó la tecnología y ahora también presenta una obra de arte digital sobre tela en vibrantes colores.
Nushi Muntaabski participó, entre muchas exposiciones, en el ciclo “Explorando la colección” (Colección Amalita) en la que presentó tres extraordinarias obras, de gran barroquismo, en diálogo con las del escultor rumano Chiparus (1886-París, 1947), un destacado representante del art déco. Esta artista desarrolla su creatividad en performances, fotografía, instalaciones. Se exponen “Rueca” y “Manguera”, obras que de por sí no son objetos atractivos pero que Muntaabski convierte en lujosas adquiriendo jerarquía artística.
De Cynthia Cohen recordamos su serie “Futuro Brillante”, grandes piezas de joyería como protagonistas , piedras facetadas, elevadas al plano de la pintura con gran fidelidad. También jarrones con flores, frutas, peces, monumentales, como un homenaje a la pintura moderna. Mónica Millán es dibujante, pintora, bordadora eximia que ha rescatado la artesanía de las mujeres de pueblo tejedoras de su Misiones natal. Jardines bordados, instalaciones sonoras, son célebres sus encajes e instalaciones. No hace mucho, Barbara Diez comenzó a realizar collages, recortando revistas y libros de arte pertenecientes a su familia. Imágenes reconocibles de artistas emblemáticos y consagrados a los que le agrega juguetes de pequeño tamaño cambiando su sentido de forma lúdica. (Av. Del Libertador 2475.)