Fuente: 0223 ~ Durante su carrera pintó cerca de medio centenar de murales en escuelas e instituciones públicas de la ciudad. Alcanzó reconocimiento mundial en la década del 70. Historia de uno de los primeros muralistas contemporáneos locales.
Mucho antes que se normalice ver grandes superficies de paredes convertidas en obras de arte en las calles de Mar del Plata, hubo un carpintero hijo de inmigrantes que incursionó en el Muralismo y llegó a formar el Movimiento Nacional de Muralistas
Ítalo Grassi nació en Mar del Plata el 21 de marzo de 1914 en el seno de una familia de inmigrantes italianos que trabajaban en el campo, el artista alcanzó a completar la escuela primaria y luego abandonó la formación académica para comenzar a trabajar como carpintero para aportar a la economía familiar.
A los 12 años comenzó a trabajar en un taller de carpintería, donde su maestro de oficio advirtió que el adolescente tenía talento para el dibujo y lo alentó para que comience a estudiar pintura con el renombrado plástico Edgardo Arata, con quien comenzó su recorrido artístico.
Cuatro años mas tarde, el joven artista decidió tomar lecciones con el escultor Alfredo Simonazzi y el renombrado artista Juan Carlos Castagnino, que lo iniciaron en el conocimiento de la pintura moderna, abocándose especialmente en el expresionismo, movimiento al que ambos artistas adherían. Posteriormente, estudió con Demetrio Urruchúa, con quien completó su conocimiento del expresionismo moderno.
Para 1933, Grassi ya era un jóven con ideas claras y comprometido socialmente y decidió afiliarse al Partido Comunista y dos años más tarde resultó detenido en siete oportunidades por “actividades revolucionarias”. En agosto de 1943, lo recluyeron en la Cárcel de Neuquén. Fue liberado casi dos años después, el 8 de agosto de 1945.
Consagrado como artista plástico, Grassi pintó cerca de 50 murales en escuelas, instituciones y sociedades vecinales de Mar del Plata. En su obra se observa que el contorno del dibujo y el tratamiento de espacio producen siempre una sensación de amplitud. El recorte característico de la técnica muralista construye una sucesión de primeros planos, prefiriendo a la perspectiva clásica una jerarquización del modelo elegido. Su planteo es realista pero lo reconocible apunta al símbolo y lo épico. El último mural que pintó Grassi se encuentra en el ingreso al Hospital Interzonal General de Agudos
Tras unas jornadas realizadas hacia 1971 en Mar del Plata, los grupos Greda (integrado por Rodolfo Campodónico e integrado por Omar Brachetti, Hugo Córdoba, Gonzáles Garone, Víctor Grillo y Néstor Berllés) y La Peña (formado por Castagnino Italo y Marta Grassi, María Rosa Tola, Guillermo Cuenca y Néstor Sturla), decidieron unirse para conformar el Movimiento Nacional de Muralistas.
En 1997 fue invitado a la Primera Jornada Mundial de Arte Público y Muralismo realizado en México, encabezando una delegación de nueve muralistas argentinos. Allí fue designado uno de los presidentes de las jornadas.
En el 2002, junto al muralista Julio Luoni y Raúl Orosco de la Secretaría de Cultura de la Asociación Empleados de Casinos, organiza la Tercera Jornada Mundial en nuestra ciudad, en la que participan, pese a la crisis que afectaba entonces a nuestro país, 70 muralistas que realizan en público 50 murales, igualmente donados a instituciones. Murió a los 93 años, el 4 de marzo de 2008.