Fuente: Ámbito ~ La muestra, con la curaduría de Cecilia Jaime y Mayra Zolizzi. es tan rica que requiere más de una visita para apreciarla totalmente.
Con la curaduría de Cecilia Jaime y Mayra Zolizzi se exhibe en Proa “Laberintos”, abarcativa muestra que requiere varias horas de visita e, idealmente, más de una, dado que expone ejemplos de la historia, la mitología, las artes visuales, el cine, la literatura, la tecnología en cuatro núcleos temáticos.
Se inicia con una video-instalación de 360° que muestra el origen en el mito de Teseo y el Minotauro realizado para la Fundación Franco María Ricci en Parma, en la voz de Umberto Eco. “Labirinti — Storia di un segno”, duración seis minutos, de las distintas etapas como símbolo religioso, como el interior del ser humano hasta el laberinto de internet, una imagen de la contemporaneidad.
En el segundo núcleo, “La ciudad como laberinto”, se destaca el fascinante video realizado para la Fundación Cini (Venecia) de “Carceri d’invenzioni” (1745-1760) de Giovanni Battista Piranesi, acompañado de cuatro grabados pertenecientes a nuestro Museo de Bellas Artes a lo que se suman una heliografía de León Ferrari, una obra nunca mostrada de Edgardo Giménez, acuarelas de Xul Solar, Pablo Siquier, Jorge Miño, el laberinto del estadounidense Dan Graham (1942-2022) que se exhibió en la vereda de Proa en 2019, y la obra de la destacada artista brasileña Regina Silveira.
A propósito, vale la pena la cita introductoria de Italo Calvino: “La ciudad es una para el que pasa sin entrar y otra para el que está preso en ella; una es la ciudad a la que se llega la primera vez, otra la que se deja para no volver, cada una merece un nombre diferente”.
“El laberinto en la literatura y el cine” se exhibe en la sala 3. Están las tapas de la célebre revista surrealista “Minotaure”, fundada en 1932 por Albert Skira, editada por André Breton, Piere Mabille y E. Tériade, diseñadas por Picasso, Dalí, Duchamp, Magritte, Matisse y Joan Miró, entre otros nombres paradigmáticos de la historia del arte.
Textos de Borges, Umberto Eco, Julio Cortázar, Manuel Mujica Lainez, fotos sobre los laberintos que homenajean a Borges en la estancia Los Álamos en San Rafael, Mendoza, y el de Venecia diseñado por el británico Randoll Coate (1909-2005). Se puede leer el texto de Borges en “Elogio de la sombra”: “no habrá nunca una puerta. Estás adentro y el alcázar abarca el universo y no tiene anverso ni reverso ni externo muro ni secreto centro”,
En “El nombre de la rosa”, Eco escribió: “hay tres tipos de laberinto, uno es el griego, aquel de Teseo. Este no permite que nadie se pierda. El laberinto clásico donde se encuentra el hilo de Ariadna. El laberinto manierista, muchos callejones sin salida. La salida es una sola pero te puedes equivocar. Y después lo que Deleuze y Guattari llaman rizoma: cada calle se conecta con cualquier otra, no tiene centro, no tiene periferia, no tiene salida, es potencialmente infinito”.
Imperdible el video con 25 fragmentos de películas como “Metrópolis” de 1920 hasta nuestros días en las que el laberinto es protagonista, una excelente compilación a cargo de Ananda Rigoni Aller.
Ya en el segundo piso encontramos el laberinto de italiano Michelangelo Pistoletto, uno de los creadores del arte povera, realizado en cartón corrugado; el rescate que hizo Horacio Zabala de unos dibujos que creía perdidos; la propuesta interactiva, un laberinto digital que se modifica cada vez que el espectador se le enfrenta, de Javier Bilatz, de carácter hipnótico, y la obra del cubano Yoan Capote “Mente abierta” sobre los lóbulos cerebrales y los laberintos auditivos. (Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929. Jueves a domingo de 12 a 19).