Fuente: La Nación – En una comida, cinco integrantes del clan Rottemberg idearon la creación en Buenos Aires de un espacio dedicado al espectáculo y la cultura, financiado con fondos privados; el ambicioso sueño ya está en marcha en San Telmo, con miras a una inauguración en abril próximo.
Esquina de la Avenida San Juan y Perú, pleno corazón de San Telmo. En donde hubo una estación de servicio de 10 x 50 metros hay un edificio de nueve pisos en construcción. En una vieja casona/galpón ubicada a su lado, con entrada por la calle Perú, se ven obreros trabajando. Son pocos, muchos menos de lo que imaginan y desean sus dueños. Detrás de todo esto hay un grupo de cinco personas. La idea que tienen es construir ahí la FAC, Fábrica de Arte Contemporáneo, que desplegará sus formas en un lote de 12.000 metros cuadrados en total que -imaginan, esperan- inauguraría en abril de 2025. Algo menos de la mitad, unos 5000 metros, estarán dedicados exclusivamente al arte y a la gastronomía. En la torre funcionará también un hotel de lujo. Uno de sus pisos estará destinado a residencias para artistas.
En la inmensa mole de estos dos edificios interconectados habrá dos grandes espacios dedicados a exposiciones y a experiencias perfomáticas o instalativas, una sala de menores dimensiones para actividades diversas, un lugar para coworking gratuito y una librería especializada y enfocada en el amplio mundo del espectáculo, en medio de un edificio histórico intervenido en sus totalidad por obras de arte. El nudo central de este gran centro cultural es un pasillo de doble altura que culmina en un patio interno de esta gran casona, que se expande también por el terreno vecino en donde ya se levantó la estructura de nueve pisos.
Los que están detrás de todo esto son cinco integrantes unidos por lazos de sangre pero separados, en los papeles, por un capricho ortográfico. Es que una parte de ellos se apellida Rottenberg y, los otros, Rottemberg, pero todo tiene una explicación. En 1957, cuando nació Carlos Rottemberg, el dueño de 9010 butacas y 16 salas de teatro tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, su padre, Miguel Rottenberg, fue anotarlo al registro civil. Como la señora que lo atendió sostuvo con una firmeza inquebrantable la regla ortográfica que determina que antes de la ‘b larga’ debe haber una ‘m’, el apellido del que se convirtió en el Señor de los Teatros es con ‘m’” -aunque la regla no aplica para los apellidos-. Por lo cual, ahora de vuelta al gran espacio de Perú y San Juan, dialogan con LA NACION los cinco integrantes del clan Rotten/mberg mientras presentan este tesoro, hasta ahora, escondido.
Por el lado del apellido con “m” aparecen Carlos y Tomás Rottemberg, su hijo, que se ha transformado en un jugador de peso en la escena comercial porteña; y también Pablo Dorfman y Dana Ingrid Heiber. Pablo es hijo de Rosa Rottemberg, una de las hermanas del reconocido productor teatral. Dana, pareja de Pablo. Del lado de la “n” está Enrique Rottenberg, uno de los hermanos de Miguel, el iniciador de esta dinastía de linaje teatral.
Todo ellos, entre almuerzos y comidas familiares, fueron dando vida a este emprendimiento que tiene su versión en un barrio de La Habana, Cuba. Allí, desde 2019, funciona la Fábrica de Arte Cubano (FAC), de la cual Enrique Rottenberg es pieza clave. Tal es el peso de esta iniciativa privada que se levantó en una imponente fábrica fuera de uso, que fue incluida en la lista de los 100 mejores lugares del mundo que elabora la revista Time. Fue idea del empresario vinculado con el real estate y artista visual que suele pasar sus días entre Tel Aviv, La Habana y Buenos Aires, que la FAC de La Habana tenga su traducción local.
La versión porteña de la FAC tiene una imponente fachada sobre la Avenida San Juan. En ese bloque que se levantó donde estaba la estación de servicio se instalarán las 100 habitaciones y el sector de amenities del hotel. “Uno de los pisos estará destinado a residencia de artistas como para que a quien venga a los museos de la zona le podamos ofrecer alojamiento en la FAC sin cobro alguno. Económicamente nos queda claro que este emprendimiento depende del hotel, pero también tenemos en claro que su vinculación con lo artístico será su marca”, apunta el artista visual y fotógrafo del clan, cuyos trabajos expuso en diversos países.
La fábrica que se viene
El ingreso a la FAC será por Perú, por donde está el edificio histórico. En la misma planta baja se abre una gran espacio de doble altura de más de 40 metros de largo entre el portal de ingreso hasta un pasillo interno. El lugar estará dominado por una gran escalera junto a un ascensor que facilitarán el acceso a los otros niveles de lo que promete ser esta gran fábrica de arte. En un sector lateral en donde estará el lobby del hotel se habilitará un espacio destinado a encuentros musicales, presentaciones de libros o actividades diversas, que se irán definiendo sobre la marcha. Allí mismo se instalará el espacio gastronómico.
En el subsuelo funcionará un gran espacio de cerca de 700 metros cuadrado para exposiciones, que se podrá usar en la totalidad o subdividir según la propuesta artística. “La idea es destinar la programación a artistas de todo el mundo y que no solamente esté dedicada a la producción local”, define el tío de Carlos Rottemberg.
De vuelta al hall, durante la recorrida hay dos sectores laterales de entrepisos que dan al gran hall central de doble altura. En ellos funcionará un coworking que será de acceso gratuito, como una forma estratégica de que el lugar esté siempre habitado y con gente circulando con su copa por ese gran espacio, rodeado de objetos de arte. En el proyecto ideado por el arquitecto Oscar Fuentes -con diseño de interiores de Flavio Domínguez y Alexandra Rubio- se instalará una gran araña, que ya está en proceso de construcción. En el entrepiso también funcionará una estación de grabación para futuros streaming y se instalará la primera biblioteca dedicada al espectáculo, propuesta de Carlos Rottemberg, quien imagina un lugar en donde se encuentren libros sobre televisión, radio y teatro, junto con programas de mano o material de archivo diverso.