Fuente: La Nación ~ El arte digital vive un nuevo impulso acompañando nuevas herramientas de pago
Otra vuelta de tuerca en un año dominado por la incertidumbre. Fue noticia y traerá cola la llegada de un nuevo jugador al mercado de arte: Beeple, artista digital de precio récord. Su verdadero nombre es Mike Winkelmann (39) un autodidacta de Charleston que venía produciendo (y vendiendo) imágenes digitales y creando “conciertos visuales” para Justin Bieber y Katy Perry, saltó a la fama el 11 de marzo, cuando Christie’s on line remató Every days, the first 5000 days, por 69.3 millones de dólares. El número impacta. También impacta considerar este “archivo” una obra de arte y saber que Beeple es el tercer artista vivo más caro de la historia después de Jeff Koons y David Hockney. Parece que fue ayer cuando la banca saltó por la venta de Los Girasoles, de Van Gogh, en pocos menos de US$40 millones.
Obra única e irrepetible, pintada en el siglo XIX por un artista genial e incomprendido, ese cuadro tenía su par en un museo y era, obviamente, objeto de deseo precedido de tremenda campaña de marketing. Compró la Yasuda Company que gracias a Van Gogh se hizo famosa y vendió más seguros que nunca en su historia. Fue en 1987 noticia de tapa y campana de largada del supermercado de arte. Imparable escalada de precios hasta los 450 millones del Salvator Mundi de Leonardo, pagados por un príncipe árabe en 2017. Enigmático cuadro, enigmático comprador. El artífice de esta venta fue Loïc Gouzer, un suizo de carrera brillante en Christie’s que se retiró en 2019 para hacer sus propios negocios guiado por dos aliados: la intuición y el ojo. Amigo de Leo Di Caprio, comparte con el actor la preocupación por el futuro del planeta y el cuidado del medio ambiente en la fundación Oceana. Gouzer promovió las subastas curadas y mezcló en una misma venta a Leonardo con Warhol para potenciar a ambos. A nadie se le hubiera ocurrido unir el renacimiento con el pop. Ahora asocia el récord de Beeeple con las criptomonedas, porque Christie’s aceptó el pago en criptomonedas por parte de Metakovan, fundador de Metapurse, empresa ligada a creación de data y garantías para proyectos virtuales. Rápido en las asociaciones, el suizo le puso precio en bitcoins al Salvator Mundi de Leonardo.
Detrás de la noticia aparece un mundo nuevo. Beeple logra vender una obra de arte no física porque vende la imagen con un NFT (Non fungible token), certificado digital de autenticidad.
Al hacerlo, la obra de Beeple es el activo digital más caro que se haya vendido con un certificado de autenticidad. Esta venta marca un punto de inflexión para el mercado de criptoactivos y muestra el camino para proteger las marcas y las obras de la copia no autorizada. Para ponerlo en criollo: los NFT incorporan tecnología similar al bitcoin, la moneda digital, aunque con una diferencia clave: mientras que un bitcoin es intercambiable con otro bitcoin, cada NFT sirve como garantía de autenticidad para el activo digital que etiqueta. Cualquiera sea. De hecho, el fundador de Twitter, Jack Dorsey, convirtió semanas atrás su primer tuit en un NFT.
El comprador de la obra de Beeple Todos los días: los primeros cinco mil días, recibió la imagen digital con su token único, que transmitirá la propiedad del artista a su nuevo propietario.
Este mismo token se registrará en un libro de contabilidad digital conocido como blockchain, que guardará los datos de la obra y de su propietario para transferirlos en caso de futuras ventas. De la misma manera que en la cotización de una obra de arte resulta clave la provenance, saber de donde viene, seguirle el rastro, el NFT de esta imagen de US$69,3 millones estará contenida en el blockchain como certificación inviolable.
La obra tuvo 353 ofertas durante el lapso de 15 días, vista de lejos es un collage con 5000 imágenes, creadas por Beeple durante 13 años, una por día, referidas a situaciones cotidianas, noticias o hechos que llamaron la atención. Un lenguaje visual semejante al de un video juego, donde el usuario puede pararse en cada imagen y expandirla haciendo zoom a su voluntad.
Con más de 2 millones de seguidores en Instagram, Beeple cree que su experiencia (y su éxito millonario) puede alentar a los artistas tradicionales a explorar el universo digital.
Detrás de la escena hay quienes piensan que la NFT, las obras digitales y las criptomonedas forman parte de un universo interconectado donde la posibilidad de encontrar “garantías” para elementos no físicos puede habilitar un futuro en expansión. Solo crecerá si logra convocar artistas consagrados, galerías de las ligas mayores y curadores reconocidos.