Fuente: BAE ~ Se trata de un centenar de obras artísticas que hizo el escritor alrededor del 1901 y 1907 durante su época estudiantil en la Universidad Alemana de Praga que poseen un estilo expresionista. Una parte de ellos estuvieron guardados en una caja fuerte y fueron rescatados por Max Brod.
Alrededor de 100 dibujos inéditos del autor Franz Kafka saldrán a la luz la próxima semana luego de haber permanecido 63 años guardados en una caja fuerte. Se trata de obras que el consagrado escritor habría hecho en su etapa como joven estudiante universitario, sumados a otros ya editados.
Los mismos fueron salvados de la destrucción por decisión de su amigo, el escritor checoslovaco Max Brod, que desoyó la orden del autor de La metamorfosis de quemarlos una vez muerto, al igual que sus manuscritos.
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Se trata de 122 dibujos que un grupo de siete editoriales de diversos países publican por primera vez y que en español llegan de la mano de Galaxia Gutenberg, en una obra que además de los dibujos, incluye un estudio sobre ellos y su historia a cargo de Andreas Kilcher, Judith Butler y Pavel Schmidt. Se les suman otros 41 piezas, que habían sido editadas entre 2001 y 2002.
Las obras que serán publicadas en breve pertenecen al período entre 1901 al 1907, más especificamente en la etapa que Franz Kafka asistió a la Universidad Alemana de Praga, donde tomó clases de dibujo y varios cursos de Historia del Arte.
En éstos, se puede observar un estilo expresionista a través de las figuras humanas que el mismo autor de «La metamorfosis» dibujó y los caracterizó con miradas y apareciencias frágiles, enigmáticas, inquietantes, y a veces con algún rasgo animal.
Estos dibujos eran los únicos materiales sin editar hasta el momento del escritor.
La historia detrás de los dibujos de Kafka
Max Brod admiraba las obras artísticas que hacía su amigo y depositó los manuscritos que pertenecían a cuatro sobrinas de Kafka en la biblioteca del editor y coleccionista Salman Schocken, quien publicó las Obras Completas, mientras depositó en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv, los dibujos.
Luego, cuando estalló en 1956 la crisis del Canal de Suez, temiendo la desaparición del Estado de Israel, Brod trasladó todo a cuatro cajas fuertes de un banco de Zúrich, y luego legó su parte a su secretaria, Ilse Ester Hoffe, según el diario El País.
Como consecuencia, la oposición de Brod de destruir los textos y dibujos permitió además que se conociera la obra «El proceso» del autor checo, quien se consideraba hasta ese momento un mal novelista.