Fuente: Clarín Cultura – Con apenas días de preparación y sin el requisito de un proyecto, se lanzó la convocatoria para los concursos en los museos nacionales.¿Buscando garantizar la continuidad del oficialismo?
Los tiempos electorales lo aceleran todo, incluso lo que no debieran porque ya estaba retrasado hace años. En la Argentina, cada nueva etapa presidencial se vive como un apocalipsis para quienes dejan su cuota de poder o el cargo que ejercen. Ni hablar de las designaciones en planta permanente de miles de empleados públicos, afines a la gestión que los designó, quienes pasan a engordar el paquidérmico Estado. La convocatoria para el MNBA llevaba una demora de cuatro años pero esta semana se puso en marcha a toda carrera.
A partir del martes último y hasta el 30 de junio, el ministerio de Cultura de la Nación, que conduce Tristán Bauer, convocó finalmente a concurso para el cargo de director ejecutivo del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Es el más emblemático de los 23 museos nacionales, por la riqueza de su acervo y su centralidad, con una poderosa Asociación de Amigos que agrega valor a su colección.
El director actual del MNBA, “prorrogado” por estos últimos cuatro años, es Andrés Duprat. Lleva dos períodos en su puesto; de hecho, fue el primero elegido por concurso, en una justa basada en puntajes entre candidatos, justo al final de las Paso de 2014 que marcaron el final de la segunda Presidencia de Cristina Kirchner. Digamos que distó de ser el mejor timing en ambos casos, dado que en los hechos, un ministro saliente consagra a quien ejercerá su cargo en el siguiente ciclo eleccionario. En ese sentido, hacerlo luego de las elecciones evitaría la presente sensación de que se está procurando dejar en funciones a un elegido del gobierno que parte.
En los hechos, el oficialismo legará una plana de administradores institucionales clave, de signo opositor, al próximo gobierno, que según las encuestas no tiene muchas chances de ser kirchnerista. El mecanismo reitera la pirueta de llegar raspando a la fecha del final del período político, pero se muestra incluso más apresurado en el hecho de que ya no requiere de un proyecto que los candidatos -enterados esta misma semana- deban someter. Si en 2014 fue por puntaje en diversas competencias requeridas, esta edición someterá una terna de nombres a Bauer. Será el Ministro saliente quien elija al director con el que apenas convivirá tres meses.
El Jurado de prestigio académico está integrado por Analía Solomonoff, gestora cultural, curadora y desde 2016, directora del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, de Santa Fe; Laura Malosetti Costa, historiadora del arte y decana de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín; el artista visual Eduardo Stupía,; Fernando Pérez Oyarzún, arquitecto y ex director del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, y Cristina Cosaka, directora nacional de Empleo Público.
El Bellas Artes tiene una dependencia orgánica diferente al resto de las instituciones del país que dependen del Ministerio de Cultura de la Nación. Su jefa directa es la secretaria de Patrimonio, Valeria González. Los demás dependen de la Dirección General de Museos, en manos de María del Carmen Baldasarre.
Vencido el término de su cargo, en el concurso de Duprat no se convino una prórroga por equis tiempo. De modo que ha sobrevivido con prórrogas cada seis meses, que Bauer aceptó extenderle, lo que para cualquier gestión es un mecanismo precario. No obstante, uno de los rasgos valorados del director Duprat ha sido su capacidad para convivir con buen diálogo con dos administraciones de alto contraste.
Pero ¿por qué convocar a concurso justo ahora? ¿A cuatro meses de una elección presidencial? Consultada por Clarín Cultura, Valeria González dice que el trámite de concurso “es muy complejo porque intervienen distintas áreas del gobierno. Y como es un proceso democrático, nadie puede decidirlo por sí”. Argumenta que la pandemia retrasó todo, lo cual es cierto. “Además, señala la funcionaria kirchnerista, “por una cuestión de sensatez no se podía convocar antes. Durante la pandemia se paralizaron actividades.
Cuando se le pregunta cuál es la razón de que en esta ocasión los postulantes no presentan un proyecto a cinco años sobre sus planes para el cargo, en caso de ganarlo, González hace un silencio del otro lado de la línea telefónica y dice que el mecanismo es igual al establecido en 2014.
Sin embargo, no es así. En esa ocasión, un jurado eligió a una terna de tres candidatos en base a proyectos presentados para la institución a la que aspiraba, a los que dio puntaje. El ex Ministro de Cultura Pablo Avelluto confirma que se decidió el nombre a partir de las calificaciones de los proyectos concretos sometidos. Esta vez en el MNBA será Bauer quien firme la suerte del elegido.
Agrega Avelluto: “El Bellas Artes se había concursado durante la época de Cristina Kirchner y se había cajoneado la designación de Andrés Duprat. Eso ya estaba sustanciado y nosotros solo pusimos en el cargo a quien había obtenido el mayor puntaje, que era Duprat. Todos los demás museos fueron llamados a concurso en dos o tres etapas. El jurado elevaba al ministro una terna con los mejores puntajes. Cada postulante presentaba un proyecto por escrito, en algunos casos éstos no se correspondieron con el orden de mérito obtenido, pero en ningún caso hubo reclamos de nulidad ni revisión”.
Formas de relativizar el mérito profesional
He aquí otro de los detalles que hace ruido. En las actuales bases no se exige un proyecto; ¿sirve a las instituciones un concurso en el que en verdad nadie compite? Se podrán presentar “las ciudadanas y ciudadanos argentinos o extranjeros con residencia legal en el territorio, mayores de edad, que cumplan con el perfil del cargo y que durante los cinco años previos al momento de su inscripción no se hayan dedicado profesionalmente o como modo principal o accesorio de vida al comercio de obras de arte”. Las bases requieren del candidato “un escrito, redactado al efecto de no más de cinco mil (5.000) palabras (…), en el que exponga sus ideas sobre las políticas más adecuadas para cumplir con la misión del Museo y la orientación que daría a su gestión…” Para más datos, “las etapas del concurso comprenden una evaluación de antecedentes curriculares y laborales, una evaluación técnica mediante examen escrito y una evaluación en entrevista”.
Esto no solo vale para el MNBA. También se trata de las bases para las inminentes nueve convocatorias que se vienen en bloque. En la ciudad de Buenos Aires: Manzana de las Luces, Museo del Cabildo, Palais de Glace, Museo Nacional Decorativo, Museo Nacional de Arte Oriental, Casa Nacional del Bicentenario, Museo del Grabado. En Jujuy, el Museo Terry, y en Entre Ríos, el Palacio San José. Ninguna de estas instituciones fue concursada durante la gestión de gobierno de Mauricio Macri. De modo que todos sus directores ad hoc tienen cifradas esperanzas de sobrevida por cuatro años.
Valeria González confirmó a este diario que el anuncio del nuevo director del MNBA –sea que se confirme a Duprat o que resulte ungido otro candidato- se conocerá a fines de agosto. O sea, después de las PASO.