Videoselfies que son álbumes virtuales del mundo íntimo

Fuente: Clarín ~ El artista Cristian Segura creó Museo Animado, una colección de animaciones a partir de autorretratos de pintores argentinos del siglo XX.

Un gesto adusto que ansía trascendencia o una mueca en ángulo lo suficientemente cerrado como para que no se vea más que la cara. Existen varias analogías entre los autorretratos pintados en el pasado y las selfies actuales. Así como la industria del espejo durante el siglo XV en Venecia propició los autorretratos pictóricos de los renacentistas, el desarrollo de lentes y teléfonos accesibles dieron nacimiento a su correlato actual. Ambos mundos se fusionan en Museo Animado, un proyecto del artista argentino Cristian Segura que utiliza las herramientas y las funciones de Instagram —territorio selfie por definición— para difundir las colecciones de los museos nacionales, a través de los rostros de los artistas, pintados por ellos mismos, que hasta ahora no habían sido considerados como conjunto.

A través de la cuenta @MuseoAnimado, Segura recopila autorretratos animados de pintores argentinos del siglo XX, que pertenecen a museos de todo el país, sin jerarquías tanto por el lugar que ocupan en el canon así como por las instituciones a las que pertenecen. Quizás uno de los más difundidos es el autorretrato de Fernando Fader, que solía transitar este género, aquí en un óleo del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, comparte el feed de manera horizontal con el retrato que Lía Correa Morales hizo de sí misma, y está en la Colección del Museo Casa de Yrurtia. Pero también el Antonio Bernicomo se veía hacia 1938, que posee el Museo Municipal de Bellas Artes “Manuel Belgrano” de Pergamino.

Cada entrada de este museo presenta en primer lugar la animación que Segura realiza a partir de la pintura original, con una combinación de procedimientos que incluyen los programas online de animación de fotografías mediante IA, retoques digitales, ajustes de velocidad. Todo desde su teléfono. “La originalidad está en recombinar las cosas de manera diferente y con un sentido”, explica a Ñ Segura. Cada video-selfie tiene una ficha técnica de la obra, además de la obra completa en la que se basa el video, y se convierte de esta forma en un catálogo en línea. Se vale además de la función de geolocalización de Instagram para situar las pinturas y, a través de hashtags y menciones a las cuentas oficiales de los museos, entabla vínculos con las instituciones, que reforzaron y agudizaron su presencia virtual desde que se desató la pandemia.

“Tanto en los autorretratos como en las selfies se manifiesta el acto performativo que se produce a la hora de posar”, reflexiona Segura. “Pero también se parecen en que el sujeto proyecta una imagen construida de sí mismo, y en la plena conciencia de que será observado por otros”, completa el artista, con amplia trayectoria en instituciones culturales desde que dirigió, con solo 23 años, el Museo de Bellas Artes de Tandil, donde nació y reside. En el estudio de los patrimonios de los museos argentinos está inmersa su práctica artística: en 2003, presentó la obra “Valijita del ex director del museo”, una pequeña maleta que copia la forma de la planta del museo que estaba dejando en ese momento.

Son varios los autorretratos del Museo Nacional de Bellas Artes: Miguel Carlos Victorica, Eugenio Daneri, Ana Weiss y la también poeta Emilia Bertolé, de quien la pequeña colección del Museo Animado tiene ya cuatro piezas, de diferentes momentos de su vida. Una tentadora fuente de autorretratos se conserva en el Museo Juan B. Castagnino + Macro de Rosario, que promete nutrir este museo online, y dar visibilidad a obras que por secundarias en la producción de un artista, aunque este sea notorio, quedan relegadas de los catálogos virtuales.

La red social como repositorio de este museo habilita una circulación diferente para el arte, cuando cada argentino pasa en promedio 3 horas y 22 minutos al día en redes. Para la curadora chilena Gloria Cortés Aliaga, el proyecto “permite un acercamiento afectivo” entre los artistas y la comunidad. “Les otorga un cuerpo vivo con el cual es posible identificarse. Cuerpos presentes históricamente ausentes”. Alguien que usa Instagram con el nombre de Rebeca Obligado comentó en la entrada de María Obligado: “Es notable. La tradición familiar dice que era alguien muy dulce”.

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