Fuente: Ámbito ~ «Se mantiene muy cerca del original», aseguraron desde la casa de subastas Artcurial. Además consideraron que «no pierde el sentido de su propio estilo».
Una de las réplicas más fieles de la Mona Lisa, el célebre cuadro de Leonardo Da Vinci cuyo original presume de ser la obra más famosa y cotizada del Museo del Louvre de París, se expone desde hoy y durante tres días en Bruselas, en la casa de subastas Artcurial, que el próximo 9 de noviembre la subastará en un valor que podría oscilar entre 150.000 y 200.000 euros (entre u$s174.000 y u$s231.000), aunque los pronósticos apuntan a que esta cantidad será inflada por los oferentes.
Datada del siglo XVII, la pintura tiene un valor agregado, ya que fue pintada sobre un panel de roble en vez de sobre lienzo. Además, esconde particularidades que la diferencian de la original, aunque a simple vista, sean inapreciables.
«Hay algunas pequeñas diferencias que no son realmente importantes. Pero es muy parecido y por eso es tan impresionante porque se mantiene muy cerca del original», aseguró Vinciane de Traux, directora de Artcurial, quien detalló según el diario español La Vanguardia que, aunque no se conozca al pintor, es sabido que fue pintada en la ciudad francesa de Fontainebleau, donde falleció Da Vinci, y fue adquirida por el rey François I.
«Es una de las copias más fieles. Siempre vemos muchas porque (La Gioconda) ha sido siempre un icono, ya en la época de Da Vinci. Pero algunas de estas son algo naif, no están muy bien pintadas y esta nos asombró realmente cuando la vimos por primera vez», acotó la especialista.
«La Gioconda» o Mona Lisa es la obra más famosa, más visitada, más estudiada y más parodiada del mundo: ha alcanzado la valoración más alta de la historia por parte de las aseguradoras -u$s100 millones en 1962 que equivalen a unos u$s870 en 2021- y hasta la cantante Beyoncé se tomó una selfie con ella en 2014 y la incluyó en su video tour por el museo parisino, que difundió junto a la canción «Apeshit» en 2018.
La réplica que saldrá a subasta ahora es tan fidedigna que conserva también la característica sonrisa y la mirada, que persigue al espectador por los cuatro rincones al igual que la pintada por el creador italiano.
«El pintor ha tenido especial cuidado de representar los tonos de piel de las manos y el rostro con gran delicadeza, sin perder el sentido de su propio estilo. Los trazos son aparentes con sutiles toques que acentúan la forma del rostro, alrededor de los ojos, resaltando el mentón, el escote y las articulaciones de los dedos», indican los expertos.
El hecho de que una reproducción fuera pintada tan tempranamente -mucho antes de que esta obra se convirtiera en la más celebre de Da Vinci- ejemplifica la admiración que despertaba el artista y su producción en el mundo de las artes de la época.
«La réplica es mucho más que un cuadro, es una destilación del arte occidental. Hermosa y suave, la Mona Lisa es también la encarnación de la felicidad», indicó Matthieu Fournier, encargado de su subasta.
Existen muchas copias de la obra, de las cuales dos están colgadas en las salas de museos nacionales: una figura en la colección del Hermitage de San Petersburgo y otra en la del Museo del Prado de Madrid. Esta la que ha sido sometida a un intenso escrutinio del que por estos días se exponen los hallazgos en la muestra «Leonardo y la copia de la Mona Lisa», que tiene lugar en el museo español.