Fuente: Clarín – Los casos comenzaron como un podcast y se transformaron en notas de Clarín.Ahora fueron editados como libro, que conserva el título: Traidores del Arte.La obra fue presentada por la autora y Matilde Sánchez, editora general de Revista Ñ. Y contó con la presencia de los propios ladrones y coleccionistas involucrados en las historias.
La periodista y escritora cubana-argentina Claribel Terré Morell presentó su libro Traidores del Arte (de editorial óperaprima) acompañada por su entrañable amiga Matilde Sánchez, que es editora general de Revista Ñ del diario Clarín y también prologuista de su nueva obra, quien además ofició de moderadora. Fue en la Casa Victoria Ocampo, donde actualmente funciona el Fondo Nacional de las Artes, en el barrio de Palermo.
Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell, y la editora general de Revista Ñ, Matilde Sánchez, aquí con Tulio Andreussi Guzmán, presidente del FNA. Foto: gentileza.
Familiares, amigos, periodistas y también ladrones y coleccionistas participaron del lanzamiento de este apasionante libro que narra distintos episodios sobre robos, falsificaciones y descubrimientos de obras de arte en América Latina. Incluso, un ladrón de obras de arte estuvo presente en la sala. Su historia es uno de los ejes centrales de la obra de Terré Morell.
“Traidores del arte viene de un archivo que heredé de mi abuelo que coleccionaba artículos sobre robos de arte. Yo heredé la manía de recortar artículos cuando los veía en los periódicos y los fui guardando”, contó la autora a Clarín Cultura.
¿Por qué el nombre del libro? “En algún momento de la vida todos hemos sido traidores, y en el mundo del arte también. Yo focalizo más en ladrones de arte por vocación, algunos robaron en nombre del arte o para enriquecerse con el arte”, remarcó Claribel Terré Morrel, autora de cinco libros.
Su idea comenzó primero como un podcast bajo el mismo título. Debido a la gran repercusión que ha tenido, Traidores del Arte se convirtió en una de las principales columnas de Revista Ñ, siendo una de las más leídas por el interés que despiertan las historias sobre robo o falsificaciones de obras de arte en América Latina.
“Ni bien salió el podcast propusimos publicar las columnas: fue un súper acierto. Fue una muy feliz idea de la que nos retroalimentamos muchísimo”, aseguró Matilde Sánchez, también prologuista del libro de Terré Morell.Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell, y la editora general de Revista Ñ, Matilde Sánchez. Foto: gentileza.
“Después, con óperaprima decidimos que se convirtiera en formato libro, ya que temas como éstos y sobre mercados de arte no existen. La idea del libro también está acompañada por charlas alrededor de estos temas que son de interés”, anunció Terré Morell.
Traidores del Arte está basado en una profunda investigación realizada por Terré Morell, para que cada historia sobre robos o falsificaciones de obras de arte no sea solamente un mito. Hay casos de Argentina, México, Nicaragua, Uruguay y Paraguay, entre otros. Algunos son emblemáticos, mientras otros salen a la luz a través de este apasionante relato.
El libro tiene 18 capítulos: reúne una selección de historias extraídas de los podcast y columnas publicadas en Ñ acerca de robos y falsificaciones de obras de arte ocurridos en el siglo XX en Latinoamérica más una entrevista con un alto ejecutivo de Interpol que cuenta cómo se ha generado esta estructura delictiva, ahora más “global y violenta”, y otros casos que tanto atrapan al público en general.
“El que lee sabe el cuento que quizás escuchó, pero de pronto aquí tiene las versiones de investigadores, peritos, coleccionistas, herederos, etc. Fui buscando distintas fuentes para que la historia no se quede en lo anecdótico”, subrayó la autora y periodista especializada en arte.
“El robo de arte es novelesco, popularmente fácil de perdonar o exonerar. Hoy no es lo que era el siglo XIX, cuando se constituye esta idea del robo de arte. ¿Qué es el robo hoy, cómo se hace, se roba por encargo?”, indagó Sánchez.
“Sí, se roba por encargo sobre todo en Europa y en Estados Unidos. Se roba principalmente para pedir dinero, no siempre a los dueños, sino a las compañías de seguros. Es decir, se roba por dinero”, respondió Terré Morell.Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell, y la editora general de Revista Ñ, Matilde Sánchez. Foto: gentileza.
La autora además detalla historias sobre retratos presidenciales, como el desnudo del matrimonio uruguayo José Mujica y Lucía Topolansky, o los presidentes degollados que se le presentaron a Michelle Bachelet en Chile. También, aborda casos de los presidentes latinoamericanos coleccionistas, entre ellos, el colombiano César Gaviría, quien posee una gran colección privada. “También tenemos muy cerca a José María Sanguinetti, uno de los más ilustrados. Escucharlo en una conferencia es una experiencia: nunca improvisa, puede hablar durante una hora sin mirar un papel sobre Figari”, recordó Sánchez.
Incluso, el libro narra la historia de regalos presidenciales, como el que Vladimir Putin le hizo a Cristina Fernández de Kirchner cuando le obsequió la carta de San Martín a O’Higgins. ¿Verdadera o falsa?
También figuran los 12 retratos que le regalaron a Alberto Fernández durante su mandato, o las obras que tienen que ver con el actual presidente, Javier Milei, según cuenta Terré Morell.
“Hay un caso de una pintura en Nicaragua donde la cara del diablo es la misma que la de Daniel Ortega. Esta pintura se hizo mucho antes de que naciera Ortega. En Nicaragua la llamaban ‘la profesía’, recordó la periodista cubana-argentina.
“Hay un capítulo donde un artista venezolano que vivió en España se pregunta si Goya pintó a Simón Bolívar. Yo cuento todo lo que pasa con las firmas falsificadas de Goya o atribuidas a Goya, pero también hago una línea de tiempo para ver si Goya y Simón Bolívar coincidieron en algún momento en algún lugar. Coincidieron varias veces”, asegura la autora.
Otra gran historia consiste en la travesía de la Mona Lisa en América Latina. “Ahí descubro las características del boliviano que vivía en Argentina, que atentó contra la Mona Lisa. Una periodista boliviana encontró una carta y me la pasó. Desmitificamos que hubo un marqués argentino (el Marqués de Valfierno) que fue el que lo vendió. Fuimos tras las Monas Lisas falsificadas que se suponen que hay: cuántas en Estados Unidos y cuántas en Brasil”, comentó Terré Morrel.
También hay otros casos insólitos, como la subastas del pene de Napoleón, otra sobre un mechón de pelo del Che Guevara y la colección de vello púbico de sus amantes que tenía el político, militar diplomático y escritor venezolano venezolano Francisco de Miranda.
Traidores del Arte se encuentra disponible en varias librerías, incluso, en las del Museo Nacional del Bellas Artes y en Fundación Proa. El libro contiene un enlace para escuchar todos los podcast en Spotify.Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell, y entre el público contó con la presencia de los propios ladrones y coleccionistas involucrados en las historias. Foto: gentileza.
“No soy un ladrón, soy un artista”
Tras la presentación de Traidores del Arte, apareció una de las figuras más buscadas en la Casa Victoria Ocampo: el ladrón. Luis Emilio Onfray Fabres es el personaje en cuestión. A los 20, protagonizó uno de los robos más impactantes en la historia de Chile: el Torso de Adele, la obra del francés Auguste Rodin, padre de la escultura moderna, que se exhibía en el Museo Nacional de Bellas Artes trasandino.
El robo de esta pieza valuada en medio millón de dólares se produjo el 16 de junio de 2005, cuando Emilio se encontraba junto a sus amigos en el museo chileno en la inauguración de una muestra de un profesor. En un momento, se “perdió”: se fue al baño pero en realidad pasó por la Sala Matta, donde se exhibía solamente la escultura de Rodin. Quedó sorprendido por la oscuridad del lugar y porque la obra no estaba custodiada. Ni siquiera había cámaras. Entonces, metió la obra mutilada en su mochila y se la llevó.Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell. Foto: gentileza.
Emilio F –como se lo conoce como artista– pasó la noche con el Torso de Adele en su casa, en Santiago de Chile. Tras la magnitud del escándalo que tomó la noticia del robo de la escultura, se presentó en la comisaría y la devolvió. Primero dijo que la había encontrado en un parque pero luego confesó el hurto con la siguiente frase: “No soy un ladrón, soy un artista”.
El plinto quedó vacío, sin la escultura de Rodin. Pero, contrariamente, la Sala Matta se llenó de visitantes como nunca antes: más de 300.000 personas pasaron por el lugar donde se produjo el fantástico robo.
Según el performer Emilio F, “la pérdida trae de vuelta a la memoria de lo que no está. Ésa era mi premisa en este instante”. Fue su gran obra, un hecho que conmocionó al mundo entero en cuanto a robo de obras de artes.
El hombre fue condenado a pedir disculpas al Bellas Artes de Santiago, a todo Chile y a la Federación Auguste Rodin de París. Además, debió ejercer como bibliotecario en una cárcel por un año.
Su historia atravesó fronteras: se transformó en un documental y también en el primer capítulo del libro de Claribel Torré Morell sobre el impactante robo de una escultura de Rodin en el principal museo del país transandino.Traidores del Arte fue presentado en la Casa Victoria Ocampo por su autora, Claribel Terré Morell, y la editora general de Revista Ñ, Matilde Sánchez. Foto: gentileza.
“Haciendo una reflexión de lo que pasó hace casi 20 años atrás, encuentro que el arte en ese tiempo en mí era más subversivo que hoy. Era más napalm, más subterráneo. Subyace esa incomodidad y esas ganas de presentar algo incorrecto, esas ganas libertarias”, dijo Emilio F en diálogo con Clarín Cultura, en Buenos Aires.
“Mi robo del Torso de Rodin lo veo como una performance, es una acción de arte. Confluye la juventud, la audacia. Mi motivación por el arte es tan grande en diferentes capas. Quise presentar lo incorrecto y la identidad de Chile: todos roban, desde el presidente hasta el tipo de la calle”, concluyó el ladrón-artista.