Fuente: Cronista ~ Por qué sus obras se venden en cifras millonarias. Cuáles son los otros más exitosos en las subastas y por qué están de moda entre coleccionistas, museos y galerías
Así como no se distinguen género ni religión, tampoco importa el color de piel de los artistas que realizan las obras cuando se trata de invertir en arte.
Hay una galería, Essie Green, que desde 1979 sólo vende obras realizadas por artistas negros y es casi un milagro que tenga 42 años de permanencia. Reconoce que el interés es mayor desde hace 5 años: hay coleccionistas, museos e instituciones que los están incorporando a sus patrimonios como un símbolo de igualdad.
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Esta semana se ofrece a la venta una sátira de la famosa obra del arte estadounidense ‘Georges Washington cruzando el Delaware’ realizada por el artista afroamericano Robert Colescott y se estima su precio en u$s 10 millones, cuando su mayor precio nunca alcanzó u$s 1 millón.
La retratista de Michelle Obama cotizaba sus buenos retratos en u$s 20 mil y ahora se han vendido 2 obras en remate: la primera se en u$s 300 mil dólares y la segunda, de mismo tamaño, en u$s 3 millones. Su nombre es Amy Sherald y tiene 47 años.
El más cotizado es Kerry James Marshall: por una de sus obras se han pagado u$s 16 millones.
Personalmente, creo que esta tendencia ‘reciente’ por comprar obras de afroamericanos y valorarlos por razones extra pictóricas es un disparate y una burbuja de corta vida.
Hoy los tres artistas más demandados por el mercado son Pablo Picasso, Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat. De este último hay, esta semana, u$s 150 millones en oferta. Su última plusmarca fue en Hong Kong y alcanzó los u$s 42 millones.
Su familia era de clase media: su padre, un inmigrante de Haití y su madre, portorriqueña. Huyó de su casa a los 17 años y hacía grafitis en el SoHo de Nueva York con sus amigos. ¿Cómo los firmaban? SAMO, iniciales de la expresión: «La misma mierda de siempre».
Por entonces, vendía sus dibujos en u$s 50 (se estima que hizo casi 1000). Lo descubrió la galerista Annina Nosei y le dio el sótano de su galería para que pintara a sus anchas. Hizo 2 obras en un día. Las pusieron a la venta colgándolas en la trastienda y las colocaron por u$s 2.500 cada una.
Comenzó una etapa de exposiciones (y ventas) en Suiza e Italia. Famosa es la anécdota de las 8 obras que completó en una semana frenética en un hangar del aeropuerto de Módena.
Murió en 1988, con apenas 27 años, por una sobredosis de heroína. Ya por entonces sus pinturas valían u$s 25 mil. Se estima que hizo 171 obras en total en su corta vida. Un japonés pagó el precio más alto por un Basquiat: u$s 110 millones.