Fuente: Telam – Después de cinco años de abandono, finalmente las obras que ponen en valor al Palais de Glace en el barrio porteño de Recoleta como patrimonio cultural avanzan y se espera volver a abrir sus puertas restaurado, en diciembre.
Después de cinco años de abandono por el incumplimiento de la empresa que había ganado la licitación para llevar adelante un proceso de reforma estructural, finalmente las obras que ponen en valor al Palais de Glace -ubicado en un punto estratégico de la cultura y el turismo- como patrimonio cultural, están avanzando y se espera que se reinaugure en diciembre después de un proceso de diez meses de duración en el que se restauraron murales, elementos ornamentales, pisos y luminarias.
Lo que antes exhibía fachadas rotas y estaba envuelto en pastizales, hoy muestra una considerable mejoría. En un recorrido de prensa donde los participantes debieron usar cascos de seguridad industrial, los rasgos originales del Palais de Glace parecen asomar por fin. Participaron de la jornada el ministro de Obras Públicas de Argentina, Gabriel Katopodis y el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, junto a autoridades nacionales, en una visita donde se profundizó en los detalles de la restauración, que registra un avance de entre el 20% y 30% desde marzo, según informaron los funcionarios.
La arquitecta e inspectora de obra del Ministerio de Obras Públicas, Delfina Apaolaza; la directora de Servicios de Ejecución del Ministerio de Obras Públicas, Mariana Quiroga y Flavia Rinaldi, coordinadora de Conservación y Patrimonio estuvieron a cargo del recorrido por el Palais de Glace, ubicado en un lugar estratégico turístico y cultural.
«Se hicieron todos los relevamientos, estudios y todos los cateos. Ya están hechos todos los justes de las instalaciones de acuerdo a los relevamientos que hubo. Y, en esta instancia, como escucharán los golpes de fondo, se está haciendo todo el picado de material flojo, de revoques flojos que no correspondían a los materiales originales para poder empezar a recuperar esa parte», detalló Apaolaza sobre este edificio que desde 2004 es Monumento Histórico Nacional.
El espacio se inauguró originalmente el 14 de julio de 1910 como pista de patinaje sobre hielo y luego de baile, en sintonía con los festejos por el Centenario. En 2017 fue cerrado para iniciar el proceso de puesta en valor, pero la empresa elegida incumplió la tarea y el contrato fue dado de baja. Desde entonces, el Palais cayó en un estado de abandono preocupante. En julio del año pasado, un grupo de artistas plásticos auto convocados visibilizó lo que estaba pasando a partir de una manifestación. El reclamo era en contra de un proyecto de ley que pretendía transformar al palacio en un museo en homenaje a Carlos Gardel.
¿Qué ocurrió con este edificio emblemático? ¿Qué futuro se delinea para el Palacio Nacional de las Artes? «Por supuesto que con Feda Baeza ya estamos trabajando ya en el futuro. Pero teníamos esta necesidad edilicia y, cuando asumimos, lo encontramos en un estado verdaderamente calamitoso e incierto por una empresa que decía que se quedaba, que se iba, que continuaba, que no continuaba finalmente», dijo a Télam el ministro de Cultura y recordó: «Hubo que recibir ese contrato, llamar a una licitación y ponerlo en el estado actual de un gran avance».
Sobre los lineamientos a seguir, Bauer precisó: «Son los mismos que tenemos con todo el patrimonio y con los museos. Aquí en este edificio están los ecos de nuestra memoria, de la memoria de nuestros artistas, de la memoria de nuestra historia como ciudad, como país y lo que hacemos nosotros en esa memoria es proyectar futuro sumando derechos y la participación de los distintos artistas».
Se trata, entonces, de una construcción que tuvo muchas transformaciones y en cada una de sus paredes, pueden verse las huellas de una historia donde diferentes proyectos para este edificio entraron en tensión: «Tuvo muchas funciones, fue sala de tango, fue de Canal 7, fue Museo de Bellas Artes. Ya tuvo muchos cambios programáticos, el último de ellos fue Palacio Nacional (el Museo). Tuvo una transformación morfológica y estética en la que hoy se conservan dos salones: la biblioteca y la sala del auditorio como testimonios a la época», recapituló la directora de obra.
Cuando comenzaron las obras de restauración, el equipo se encontró con que el paso del tiempo había comprometido severamente la infraestructura. Desde el lanzamiento del proyecto de restauración integral en marzo de este año, buscan la modernización de las instalaciones y una mejoría en los métodos de conservación de las obras de arte. Durante este proceso, las piezas que residían en el edificio quedaron al resguardo de la Manzana de las Luces en Montserrat y en las oficinas funcionan en el Centro Cultural Borges de la ciudad de Buenos Aires.
Una de las partes más complejas de llevar el Palais de Glace a su estado original fueron los ambientes que se habían convertido en oficinas. Para las arquitectas, esas eran las salas «más dramáticas». «Muchas veces la adaptación de estos espacios genera daños en el bien y el desafío de ahora es poder repararlo», contó Apaolaza.
En el primer piso se ubican tres murales de la década del 30, realizados por Alfredo Guido. Decorador, muralista, ilustrador, grabador y pintor de caballete, Guido se formó en el taller del artista italiano Mateo Casella, junto con Emilia Bertolé. En 1913, participó en el Salón Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, obteniendo el Primer Premio de Pintura en 1924.
En el espacio central, de aproximadamente treinta metros de diámetro, se destaca una cúpula con un inmenso lucernario central, rodeado por columnas de estilo clásico. «Toda la parte de restauración que tiene que ver con la búsqueda de los colores originales para el arreglo de los edificios y volver a tener esa imagen original», explicó la arquitecta Apaolaza.
Durante estos meses, se desarrollaron refuerzos estructurales y tratamientos en las costillas de hierro y una revisión de todos sus componentes. Además, se realizó un cambio en la instalación eléctrica, se incorporó un nuevo sistema de aire acondicionado y también se renovó la luminaria. Los interiores de esta joya arquitectónica tuvieron cambios en el espacio del auditorio, la biblioteca, sus murales, hogares y los elementos ornamentales de yeso que lo caracterizaban. Ahora los elementos decorativos yacen en una mesa y esperan ser devueltos a las paredes.
«Los yesos se van a ir incorporando toda la decoración una vez que se termine el trabajo que se está haciendo. Con esos moldes hacemos las reproducciones de los elementos faltantes. Se sabe que está ornamentado, pero no está determinado cómo, por eso, se está haciendo la investigación», detalló una de las restauradoras.
La finalización de la obra del Palais de Glace se estipula para diciembre, mes en el que se define la próxima presidencia argentina. ¿Estará lista la obra antes? «Lo que hicimos fue ponernos a trabajar. Cuando subimos encontramos muchos espacios en estado calamitoso. Acá me preocupaba particularmente el conflicto que había con la empresa. La obra se va a concluir en pocos meses, pero cuando trabajás en estos edificios, a medida que vas avanzando, el edificio te hace demandas», respondió el ministro de Cultura.
Sin embargo, pese a los desafíos arquitectónicos que puedan surgir en el proceso, Bauer confía en el «trabajo y responsabilidad» de la contratista. «Eso nos pone en un futuro muy positivo», consideró el ministro.