Fuente: La Nación – En nuestro país, donde la enorme mayoría de los museos y reservorios culturales son de propiedad y gestión estatal, las constantes dificultades presupuestarias y las erráticas políticas públicas habrían llevado a la destrucción o la desaparición de gran parte de nuestro acervo histórico, natural y cultural si no fuera por la actividad que desarrollan decenas de asociaciones de amigos de los museos, que colaboran voluntaria y desinteresadamente con aquellos. Este año, la Federación Argentina de Amigos de Museos (Fadam), que agrupa a 104 de esas asociaciones, cumple 40 años de tarea ininterrumpida.
Entidad no gubernamental y sin fines de lucro, fue fundada por iniciativa de Lucrecia de Oliveira Cézar de García Arias (su primera presidenta), integrante de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Arte Decorativo, y de Fernanda Brunelli de Galli (de la Asociación Amigos del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires), acompañadas por la incansable Nelly Arrieta de Blaquier (también de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y que donó la actual sede de la entidad), el profesor Guillermo Whitelow (de Amigos del Museo de Arte Moderno) y Ricardo Pérez Tiribelli (de Amigos del Museo Dardo Rocha de La Plata). Fadam es miembro de la World Federation of Friends of Museums.
La tarea de estas asociaciones es ciclópea: si no fuera por su participación voluntaria y entusiasta en el esfuerzo de mantener, proteger y conservar el patrimonio artístico, cultural e histórico, la sola actividad estatal sería incapaz de hacerlo.
Las asociaciones de amigos de museos son muy diversas entre sí: desde las de mayor visibilidad (y que por ello tienen mayor acceso a recursos y asistencia de donantes y patrocinadores y una mayor masa societaria) hasta las casi invisibles que asisten a pequeños museos escondidos en pueblos y ciudades del interior, para las que el esfuerzo por sobrevivir es una tarea casi cotidiana. Todas luchan por mantener el patrimonio cultural que es la base común de toda sociedad civilizada.
Al trabajo conjunto de estas entidades con las autoridades que los dirigen se debe la obtención de fondos para el mantenimiento de edificios, instalaciones y colecciones; la realización de exposiciones; la adecuación de salas; la compra de piezas, y el desarrollo de actividades educativas, entre muchas otras acciones.
Desde 1993, Fadam organiza un certamen escolar para alumnos y maestros de escuelas primarias de todo el país con el fin de alentar el conocimiento y la preservación del patrimonio histórico, cultural y natural, del que han participado mil escuelas y 10.000 alumnos y otorgando premios a 100 establecimientos educativos y a más de 1200 jóvenes.
En cualquier país con una sensata política cultural la actividad de las asociaciones de amigos de los museos contaría con un adecuado y firme respaldo estatal. Entre nosotros, donde la iniciativa privada (aun en lo cultural) es vista con sospecha y resentimiento, no es así. Como ejemplo solo baste mencionar la destructiva injerencia del Ministerio de Cultura de la Nación que, en 2018, eliminó de un plumazo la fuente de financiamiento que, por sus propios medios, había logrado la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Decorativo. El resultado de esa desatinada acción estatal fue el saqueo del acervo de esa institución.
El Estado debería tomar en cuenta y valorar las posibilidades que una cooperación continua y estrecha con Fadam y con las instituciones que esta representa podría significar para un desarrollo de una política cultural inteligente, basada en criterios racionales y objetivos.