Fuente: Cronista ~ En el mundo del arte, el ego siempre fue un factor central (ese artista que se cree superior y divino) pero – de la mano del arte digital, los NFT´S y los colectivos de creadores (el detrás de escena de la obra) eso podría estar por cambiar. Esto planta la curadora Vic Tolomei en una nueva columna exclusiva para MALEVA.
¿Y si la lucha de ego de los artistas (y curadores, galerías y museos) empieza a estar en jaque? Por Vic Tolomei.
Uno de los insights mas fuertes en el mundo artístico tiene que ver con el de la presencia y lucha de los egos: artistas, curadxres, directxres de galerías, museos, todxs queriendo ocupar un lugar central en la gran marquesina del arte contemporáneo.
Como una cierta lucha de reconocimiento, de pertenencia y validación que pondera al individuo por sobre el grupo, por sobre el equipo. Pero para mí el arte y la curaduría siempre tuvieron que ver con el trabajo en equipo, en donde el aporte de cada una de las miradas son claves para dar lugar a esa experiencia que llamamos muestra o exhibición de arte.
De la misma manera que funciona en el cine, en el teatro o en la música, en las artes visuales existen muchísimos roles claves con poca visibilidad que ayudan a conseguir lo que lxs artistas tienen en su cabeza. Que logran convertir una idea en un hecho concreto y real.
Roles como el de lxs montajistas, iluminadorxs, diseñadorxs, realizadorxs, animadorxs, programadorxs, por mencionar solo algunos, que intervienen y participan no solo del proceso creativo sino también en la realización y producción de las obras o experiencias artísticas.
Pero en el mundo del arte tradicional estos nombres no aparecen, el concepto del equipo aun no se hace presente. Conocemos solo un 20% del equipo atrás de cada uno de esos proyectos, de cada una de esas exhibiciones. ¿Por qué?
Quizás por qué todavía se sigue construyendo al rededor de lxs artistas esa idea renacentista de intervención divina asociada al arte, que ubica a lxs artistas en la categoría de genixs, aisladxs del mundo real, artistas casi magxs. Como si fuesen criaturas de otro planeta para de esta manera lograr posicionarlos en un mercado que muchas veces busca eso… nombres.
«Conocemos solo un 20% del equipo atrás de cada uno de esos proyectos, de cada una de esas exhibiciones. ¿Por qué? Quizás por qué todavía se sigue construyendo al rededor de lxs artistas esa idea renacentista de intervención divina asociada al arte, que ubica a lxs artistas en la categoría de genixs, aisladxs del mundo real, artistas casi magxs…»
Pero la consolidación del arte digital trajo consigo un cambio de paradigma y de enfoque en relación a la creación y a los procesos creativos. Artistas que se proclaman a si mismos como estudios, en donde a partir del trabajo en equipo se construyen y crean diferentes proyectos con un enfoque diferente. Es pasar de crear una obra a crear una experiencia que implica necesariamente el trabajo en equipo.
En esta nueva marquesina del arte, lxs artistas son los headliners pero lxs equipos atrás de cada unx de ellxs son igual de importantes. Por eso se autoperciben y proclaman como colectivos o como estudios y de esta manera se posicionan en ese nuevo mercado del arte que nos propone una nueva forma de vinculación con el consumo artístico.
De un coleccionismo a puertas cerradas a un coleccionismo abierto, visible y compartido. Estamos frente a una nueva manera de concebir la creatividad y la creación, estamos pasando de entender al artista como una persona que crea en solitario en su taller casi que por inspiración divina, frente a la idea de la creación colectiva, en donde la autoría comienza a replantearse y ya no estamos frente a obras creadas por una única persona. Si bien todavía es muy reciente probablemente estemos frente a una nueva manera de comprender la autoría en el arte.
Y ya no solo se habla de artistas sino de creadorxs, y esto es algo que a mí me resulta interesante por que propone una nueva manera de concebir el trabajo de lxs artistas, ubicándolxs en un nuevo lugar y en una nueva etapa dentro de esta historia del arte.
Artistas que exploran diferentes herramientas visuales para sus obras, que se permiten crear de una manera mas libre, creando equipos para dar lugar a nuevos proyectos.
En el mundo del arte cripto hay mucho de esto, pero en el arte tradicional también asoma. Olafur Eliasson por ejemplo, se define como un estudio, o Takashi Murakami, quien a partir del anuncio de su pronta colección de nfts dio lugar a la conversación de la importancia de los equipos para crear nuevas experiencias y propuestas artísticas.
Atrás de estos cambios que se empiezan a dar en el arte hay quizás un llamado a repensarnos desde un lugar comunitario y colectivo para desde ese lugar crear nuevas formas de habitar el mundo. Al fin y al cabo el arte siempre tuvo la capacidad de anticiparse y seguramente estemos, sin saberlo, siendo parte de un nuevo capitulo dentro del arte, y del mundo.