Fuente: Clarín – Unos 22 artistas argentinos consagrados en la escena internacional explorando la diversidad de miradas y expresiones de la cultura de un país que en el pasado fue destino de las grandes migraciones europeas son los que participan de Lo que la noche le cuenta al día, una exhibición concebida por el Padiglione d’Arte Contemporanea (PAC) de Milán y curada en conjunto por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes, y el italiano Diego Sileo, del PAC.
Inaugurada en Milán, con una segunda estadía en Fundación Proa en Buenos Aires, la muestra tiene una tercera rotación en el Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires (MAR), en la ciudad de Mar del Plata, y durante la temporada estival, llevando a un público mucho más amplio un conjunto de poéticas personales “evidencian la capacidad de los artistas de observar y analizar la sociedad desde abordajes críticos, íntimos y originales”. Se trata de un conjunto de fotografías, instalaciones, esculturas, videos y performances.“Cristo 63”. La famosa serie de Alberto Greco. Foto: Museo MAR
“El origen fue en Milán a fines de 2023; trabajamos antes de la pandemia junto a PAC, un organismo público muy prestigioso de la ciudad italiana”, contó a Ñ Andrés Duprat sobre la deriva del proyecto. “Dentro de sus propósitos, Diego Sileo, con cierta experiencia en el arte latinoamericano, creó un programa que lleva varios años donde invita a un curador de un país a cocurar una muestra sumando dos miradas, siempre con una temática. Para la Argentina se eligió el aspecto social y político de artistas de la escena contemporánea, leídos bajo una percepción de crítica social. Proa se sumó enseguida y fue un apoyo importante. En Milán fue un éxito, pudieron viajar algunos artistas, se hizo un gran catálogo e inauguró en octubre de 2023 hasta febrero de 2024, cuando pasó a Proa”.
Cada espacio invadido por las obras tuvo modalidades distintas. En parte porque cuando se presentó en Milán había obra de artistas como Lucio Fontana, Juan Sorrentino o Eduardo Basualdo, que hicieron obra especialmente o la tenían cerca por estar en una residencia. Duprat se explaya: “Todos tienen un cuerpo de obra consistente, con una imagen reconocible, y nos parecía que, si bien son poéticas distintas, cada uno tiene la contundencia necesaria para mostrar un panorama absolutamente poderoso del arte argentino. No elegimos artistas muy noveles, o muy jóvenes, sino que nos volcamos a la generación intermedia con una obra importante detrás”.Museo MAR
En el MAR ocupa dos grandes salas; la versión pensada para este museo se inaugura con Nosotros no sabíamos (1976-2007), de León Ferrari, un compendio de recortes de prensa donde se detalla el contexto de cuerpos encontrados en la vera del río o fusilamientos en plena calle. Esa violencia institucional sigue en otra representación muy diferente en la pieza de Ana Gallardo, Retén (2018), donde el plano negro apenas deja leer una frase en la parte inferior, como un susurro atenuado, “Nos hurgaron en nuestros sexos”. La fotoperformance “Cristo 63” de Alberto Greco, el cartel donde Liliana Maresca “se ofrece todo destino” tiene esa misma impronta de crítica sobre el santo y la pecadora. De la misma época es La cabalgata, una performance realizada en vivo por Marta Minujín en el Canal 7 de televisión en 1964, durante el famoso y masivo programa La campana de cristal.
Entre Cristina Piffer y Graciela Sacco hay un nexo en la forma en que son despojados de sus derechos los que no pueden comer: Boca-Nada, juego de palabras para Bocanada, una instalación que aquí se luce con un despliegue en un plano que ordena la sala. Piffer, por su parte, toma los billetes del siglo XIX y los imprime en vidrio con sangre de vaca disecada que, con el tiempo, se va desprendiendo lentamente.Entrada gratuita. Durante todo el verano. Foto: Museo MAR
Liliana Porter usa el despliegue teórico de Das Kapital, una mesa de libros donde se describen las formas del trabajo y la instalación Trabajos forzados, donde siempre la metáfora visual representa una tarea titánica para un hombrecito de talla pequeña.
Muy interesante la forma en que las producciones de Mariana Belloto, Tomás Saraceno y Adriana Bustos se presentan: cada obra tiene una segmentación de mamparas y telones negros que permite una recepción mucho mayor de cualquier proyecto de cierta duración en una muestra tan diversa. Belloto con su Trilogía pandémica, un racconto donde la vida cotidiana se ve mediana por barreras anti contagio; Bustos, con Ceremonia Nacional, un contrapunto que presenta el deporte usado por los dictadores en Berlín y en Argentina. Obra de Sorrentino y Duvillei en Lo que la noche le cuenta al día en el Museo Mar. Foto: gentileza.
Vuela con Aerocene Pacha, de Saraceno, expresa la postura ecologista del artista con una referencia particular al conflicto local causado por la extracción de litio en Jujuy. De Adrián Villar Rojas hay un trabajo titulado “Me sangra la nariz”, que consiste en una extensa serie de fotografías tomadas a lo largo de dos años. Pedazos de las personas que amamos, que también forma parte de la serie, remite a la tradicional naturaleza muerta en la pintura en la que objetos y materiales se encuentran en el espacio construido con materiales orgánicos modificados por el paso del tiempo.
De Juan Sorrentino, Sonora es un muro que vibra con frecuencias muy bajas, una traducción de ondas cerebrales, mientras que Alessandra Sanguinetti retrata un vínculo fuerte y al mismo tiempo violento en En el sexto día, que se desarrolla en el campo pampeano y tiene como protagonistas a sus animales que aparecen muertos.
En Shipping, Jorge Macchi retoma un crate –el cajón utilizado para el traslado de obras de arte– para crear una pieza calada que remite a un confesionario. Nicolás Robbio, por su parte, investiga la historia de las fronteras y las transcribe como trazos y líneas. Como conceptos de entendimientos y desentendimientos entre los seres humanos, Espectro III y II, de Miguel Rotschild con sus paisajes perforados de 2019-21, Los bordados sobre el vidrio, de Basualdo, Paisaje y la lámpara que proyecta sombra en vez de luz.
Mariela Scafatti hizo una obra site-specific, en Proa presentó dos obras de coleccionistas y en MAR hace un sistema colgante de piezas monocromas.
Lo que la noche le cuenta al día se puede visitar de martes a domingo de 16 a 22., en el Museo MAR, Av. Félix U. Camet & López de Gomara, Mar del Plata.