Fuente: La Nación ~ Será la primera instalación permanente del tucumano en el sur de Europa; la versión de sus Cloud Cities se presentará el 20 de este mes en la cúpula de la Torre Glòries, diseñada por Jean Nouvel.
Un espacio de encuentro con vista en 360° a 125 metros sobre una de las ciudades más lindas del mundo, para reflexionar sobre la esfera pública urbana, la crisis medioambiental y la arquitectura especulativa, que imagina otros posibles escenarios futuros. Ése es el espíritu de Cloud Cities Barcelona, la primera instalación permanente del artista argentino Tomás Saraceno en el sur de Europa, que se presentará el 20 de este mes en la cúpula de la Torre Glòries.
Nacido en Tucumán igual que Gabriel Chaile, una de las revelaciones de la actual edición de la Bienal de Venecia, este creador polifacético radicado en Berlín llegará así al mirador de ese rascacielos de 34 pisos diseñado por Jean Nouvel –en colaboración con b720 Fermín Vázquez Arquitectos-, antes conocido como Torre Agbar (acrónimo de Aguas de Barcelona). Y lo hará apenas semanas después de hacer cerrado en el centro cultural The Shed, en el corazón de Manhattan, la muestra más importante que haya realizado en Estados Unidos, que incluyó una gigantesca telaraña transitable.
Así como hace una década sorprendió con sus Cloud Cities en la terraza del Museo Metropolitano de Nueva York, este arquitecto egresado de la UBA que realizó trabajos interdisciplinarios con instituciones como el MIT, la NASA y la Sociedad Max Planck, y conquistó espacios de exposición como la Bienal de Venecia y el Palais de Tokio, redoblará ahora la apuesta en el corazón del distrito tecnológico de la ciudad española. Porque esta vez, será para quedarse.
Allí permanecerán suspendidos en forma indefinida 113 volúmenes diseñados con forma de nube, formados por 5000 nodos conectados por 6 kilómetros de cables, que proponen una experiencia interactiva: se podrá ingresar a los cubículos, para mirar “hacia adentro y afuera” e imaginar formas más sustentables de vivir. Como lo hizo también Gyula Kosice -de quien se considera un gran admirador- con su modelo de La ciudad hidroespacial (1946-1972), obra con sala propia en el Museo de Bellas Artes de Houston. Si bien se trata de un proyecto privado -impulsado por la empresa de negocios inmobiliarios Merlin Properties-, aún queda por definir si habrá algún día con acceso libre y gratuito, lo que estaría más a tono con la filosofía de Saraceno.