Fuente: La Nación – La pieza de nueve metros de alto, presentada en noviembre en Time Square, se exhibe hasta fin de mes con entrada gratis en la explanada del antiguo Palacio de Correos.
“¡Qué no se vaya, que no se vaya!”, gritó Marta Minujín desde el interior del antiguo Palacio de Correos, mientras miraba por la ventana que se alejaba un vendedor de copos de algodón de azúcar. “El que inventó eso es un genio”, agregó la artista más popular de la argentina, de 81 años, que minutos más tarde arrojaría cual recién casada esas golosinas a cientos de personas que le sacaban fotos, la filmaban y le pedían autógrafos.
Entre los fanáticos que la recibieron como una estrella de rock frente a la Escultura de los sueños instalada hoy en la explanada del ex-CCK –que pasará a llamarse Palacio Libertad cuando se anuncie en el Boletín Oficial– se contaba Domingo Mangone, un argentino que viajó especialmente desde Brasil para verla y que compró todos los copos disponibles para que ella pudiera compartirlos. “Es la reina del arte argentino y casi mundial”, dijo este último a LA NACION.
Así lo confirma esta estructura inflable de nueve metros de alto, que presentó en noviembre en Times Square y que cruzará el Atlántico para exhibirse en la Piazza del Popolo, en Roma. “Es una obra liviana, muy fácil de trasladar. Desinflada pesa 140 kilos, apenas veinte más que una escultura de bronce”, señaló a LA NACION Minujín, creadora de instalaciones monumentales que suele instalar en espacios públicos.
Entre ellas, el Partenón de libros prohibidos que instaló sobre la Avenida 9 de Julio en 1983, y que recreó en 2017 en la prestigiosa Documenta de Kassel. Su plan era montarla el año pasado donde ahora se alza La escultura de los sueños, para celebrar los 40 años de democracia en la Argentina, pero la idea no concretó por motivos que no trascendieron.