Fuente: Perfil ~ Esta semana, el CCK inauguró su primera muestra de ese tipo, en homenaje a Ástor Piazzolla. En La Rural, la obra de Van Gogh tiene entradas agotadas todo marzo y en el Ecoparque se recorre una estación submarina.
Poco a poco los espacios de arte inmersivo van ganando metros cuadrados en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Con la inauguración el miércoles pasado de la sala inmersiva del CCK, ya son tres los puntos de exhibición de este tipo de experiencias sensoriales, en la cual el espectador no solo percibe la obra en sí, sino que también forma parte de ella a partir de la utilización de los demás sentidos, más allá de la vista.
Actualmente se encuentran vigentes la muestra Imagine Van Gogh, en La Rural, el predio ferial de Palermo, y la exposición Piazzolla 100 en el CCK, dedicada a la vida y obra del genial compositor y bandoneonista. Quizá un poco más alejada del arte tradicional, pero que también se suma a esta movida, aparece la experiencia Odisea submarina, en el Ecoparque porteño. Un simulador tecnológico de inmersión con el que se propone al visitante un recorrido por una base submarina del Mar Argentino.
Como se sabe, el arte inmersivo permite al espectador vivir la obra de una manera diferente, en el cual el arte se mezcla con la tecnología, la ciencia y la naturaleza convirtiendo las obras estáticas en dinámicas, en un constante movimiento e interactuando directamente con el espectador. Así, el sonido, la luz, las imágenes y los aromas (en algunos casos), crean una nueva forma de vivir el arte.PUBLICIDAD
En el caso puntual de la obra homenaje a Ástor Piazzolla, la sala se encuentra en el segundo piso del ex edificio del Correo Central, y se trata de la primera sala inmersiva emplazada en esa institución cultural.
La sala reproduce –en sus paredes, piso y techo– animaciones, fotos, videos, material de archivo y obras de arte inspiradas en momentos, ciudades y piezas fundamentales en la vida de Piazzolla. A su vez, el sistema de sonido confiere al público la posibilidad de completar la experiencia sensorial y descubrir nuevos detalles en la obra del músico a partir del tratamiento de las grabaciones multipista originales de clásicos como Otoño porteño, Fuga y misterio, Adiós Nonino, Escualo, entre otros temas.
Según explicaron desde el CCK, está equipada con catorce proyectores, un sistema de sonido de veinticuatro parlantes y un revestimiento acústico especialmente diseñado, la sala genera una sensación de inmersión en un entorno envolvente a través de las proyecciones en todo el espacio y de la utilización de técnicas de espacialización sonora. Está abierta al público de miércoles a domingos, de 14 a 20, y la entrada es gratuita, sin necesidad de reserva.
“Es una gran instalación que han hecho en el CCK para homenajear a Piazzolla. Está reflejada toda su vida, sobre todo cuando empezó, y las distintas formaciones de músicos que convocó”, dijo Laura Escalada, su última esposa. “Pero también se ve a un Ástor Piazzolla, lamentablemente siempre con un cigarrillo. Si no hubiera sido por el cigarrillo, Ástor no se hubiera enfermado con 69 años, ni se hubiera muerto a los 71”, agregó.
Tristán Bauer, ministro de Cultura de la Nación, aseguró, por su parte, que “inaugurar esta sala en el CCK con la figura de Ástor Piazzolla es muy emocionante. Es una sala dotada con lo mejor de la tecnología mundial a nivel de imagen y sonido, que fue desarrollada por técnicos, científicos y artistas argentinos”, afirmó. Respecto a futuras exposiciones en la sala, Bauer aseguró: “Dentro de poco homenajearemos a Leonardo Favio, ya que se conmemoran diez años de su fallecimiento”, aseguró.
Opciones. Imagine Van Gogh, en tanto, es la exposición inmersiva original del genio de la pintura Vincent Van Gogh. Creada por Annabelle Mauger y Julien Baron, la muestra presenta más de 200 obras del artista, presentadas en Imagen Total, la tecnología creada en 1977 por el fotógrafo y cineasta francés Albert Plécy y desarrollada por Mauger. Con entradas agotadas todo marzo –sigue hasta junio–, la muestra invita a los visitantes a entrar en el mundo que el holandés creó en sus últimos dos años de vida, entre 1888 y 1890. Se interactúa con obras como La noche estrellada, Los lirios y Los girasoles, entre otras.
En el caso del tour submarino, Javier Goldschtein, director educativo de Estación Oceánica, aseguró que se trata de “una experiencia realizada con tecnología e-motion que tiene por finalidad realizar un viaje inmersivo por el Mar Argentino a partir de un simulador 4D con pantallas envolventes que aparenta estar a 4 mil metros de profundidad”.
Estimulados a través del ‘storytelling’
Ana Stjerne*
El arte inmersivo nos propone no solo contemplar una obra, sino también formar parte de ella. Los adelantos digitales más el diseño de experiencias han incorporado todos nuestros sentidos a las vivencias artísticas.
Existen distintas formas de inmersión con distintas estrategias narrativas, las que apelan a la mente como ver una película o leer un libro. La historia de un libro es capaz de atraparnos dentro de él, a pesar de que no supone un espacio tangible.
En cambio, la de carácter espacial se manifiesta a través de componentes físicos, estamos dentro de una simulación, no es una mera representación.
Esto se sitúa en una línea opuesta a la representación, con una fragmentación entre lo que podemos ver y lo que podemos hacer. Lo representado nos convierte en meros testigos de un entorno, sin embargo, en una simulación nos introducimos en el interior de esta experiencia y podemos participar de una forma activa.
Este nuevo modo de acercamiento a obras que ya conocemos o que tenemos referencia, como en Van Gogh o Piazzolla, nos permiten una reinterpretación de lo que atesoramos, esta nueva narrativa se apropia de lo existente, recrea y reinterpreta, le saca partido al enorme poder que tienen nuestros sentidos, nos invita a recorrer, evocar, recordar, conectarnos con el mundo sensible con todo nuestro cuerpo.
Otro ejemplo totalmente distinto es el de la artista multimedial china Lu Yang (hay obras de ella en Proa), que crea un universo digital sensual y desenfrenado con sonidos, pantallas, realidad virtual y manipulación de software para armar un universo paralelo más divertido en el Aarhus Art Museum de Dinamarca.
Es importante la conectividad social que generan, rompen con barreras idiomáticas y nos acerca a entornos lejanos. Ya no somos espectadores, sino que pertenecemos a una Gran Imagen que la experiencia en sí misma forma, nos regala ser parte de la belleza que nos invade y asombra.
*Directora de ValkGallery.