Fuente: Clarín – Estos últimos días, unas 200 personas estuvieron trabajando coordinadas como en la coreografía de una compañía de ballet para que este fin de semana se abran las puertas de Malba Puertos, el nuevo espacio de exhibición que el coleccionista y desarrollador Eduardo Costantini construyó en Escobar, para albergar la reserva de su propia colección y también la del gran museo que creó hace 23 años. Y sin embargo, Malba Puertos no es un museo.
El concepto es novedoso, al punto de que los creadores de este megaespacio lanzan un ambicioso plan formativo para el público: aprenderemos a vincularnos con esos 5.500 metros cuadrados en los que se suceden jardines, bosques, salas y espacios públicos porque ya no se trata de encerrarse en un edificio en penumbras y circular entre obras. Aquí, el afuera es protagonista y las piezas pueden estar detrás de un vidrio pero también al aire libre, resignificándose cuando sopla el viento o cuando llueve.Eduardo Costantini, junto al artista Gabriel Chaile, y una de sus cinco nuevas piezas.
Para llegar a Malba Puertos, los porteños tendrán que recorrer los 45 kilómetros que separan la capital de Escobar, pero quienes ya habitan en la zona norte tendrán a la mano (y sin dejarse atrapar por las cadenas del tránsito enloquecido de la urbe) la posibilidad de un lugar que es muchos lugares al mismo tiempo. Construido por la firma Consultatio, socio corporativo del Malba, con una inversión de 10 millones de dólares, el predio donde se ubica el museo y todo su entorno, tiene entrada libre y gratuita. “Hay que ir en zapatillas y llevar mantelito y merienda porque es un espacio para quedarse a pasar el día”, anticipa Eleonora Jaureguiberry, a cargo de la coordinación general de ese nuevo museo.
Hace un par de meses, Costantini explicó: “Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del Museo en nuevas audiencias. También de la necesidad de albergar nuevas formas de expresión y exhibición, acordes al museo del siglo XXI en el que las disciplinas y formatos son cada vez más híbridos e interdisciplinarios y el visitante, un participante activo. El proyecto con salas de exhibición y una reserva técnica a la vista de los visitantes hace sinergia con la oferta cultural de Puertos, que da cuenta de su identidad a través del arte en su espacio público”.Las baldosas del espacio exterior es una obra abstracta del artista Fabián Burgos. Foto: Malba Puertos
El proyecto del edificio fue diseñado por el estudio español del arquitecto Juan Herreros, con el apoyo local de Torrado Arquitectos, Bulla en el paisajismo y Flora Estudio con quien compartió el desarrollo del mobiliario. La construcción y trazado del espacio demandó casi dos años y el resultado es disruptivo desde lo estilístico hasta lo conceptual. Aquí la arquitectura hace una apuesta por la transparencia, sin límites ni jerarquía, sin un manual prefijado de uso ni circulación establecida.
Además de desafiar las convenciones de las audiencias más habituadas a esta clase de consumo cultural, invita a quienes no suelen visitar museos a apropiarse del espacio siguiendo sus propias intuiciones y los dictados de su curiosidad. Todas las posibilidades están abiertas.
“El gran techo transparente y la construcción que parece no tener límites físicos expresa el deseo de Malba Puertos de constituirse en un lugar de encuentro alejado de la exclusividad de los museos tradicionales. El espacio público generado es también un lugar de arte, un regalo del Malba a la ciudadanía”, puntualizó el arquitecto Herreros al respecto.Varias de las obras en espacio público están en una reserva natural. Foto: Malba Puertos.
Qué es la reserva técnica
Otra singularidad de Malba Puertos es que abrirá las puertas al detrás de escena de una colección como la de Costantini y la del Malba: la reserva técnica, todas las obras que no forman parte de una exposición y que esperan su momento. En este aspecto, tal como sucede con un puñado de instituciones en el mundo entre las que se cuentan el Museo Boymans Van Beuningen, de Holanda, y del Louvre, el Centre Pompidou y la Colección FRAC, en Francia, el público podrá asomarse a ese tesoro: “Un espacio que normalmente es invisible e inaccesible al público en un museo convencional, se convierte en este proyecto en el motor de una institución que es todo lo contrario: transparente y abierta”, explica Herreros.
De esta manera, quienes ingresen al inmenso predio presidido por el museo descubrirán, primero, el Circuito de Arte Público que ofrece 23 obras site specific distribuidos en diferentes espacios públicos del complejo y que fueron creadas por artistas modernos y contemporáneos como Matías Duville, Artur Lescher, Marcela Sinclair, Jorge Macchi, Florencia Almirón, Sebastián Mercado, Fabián Burgos, Gabriel Chaile, Martin Blaszko, Diego Bianchi y Daniel Joglar, entre otros.
Más allá, espera la singular Salas del Bosque, donde los árboles enmarcan un “museo vivo” formado por tres espacios abiertos implantados en una explanada cubierta de alisos interconectados por un sendero que conduce al sector semicubierto del museo. Se utiliza también como laboratorio para la observación y el estudio de plantas exóticas, para talleres con niños, estudiantes y adultos.Malba Puertos.
Ya en el edificio, la Sala de exposiciones interna está dedicada a la producción de proyectos artísticos contemporáneos con vista a los lagos, iluminación natural y con un sistema mecánico de control de luz y paneles según cada proyecto. Ahí al lado están también la recepción y una tienda de diseño.
El espacio tiene además una Sala de exposiciones externa, bajo una gran cubierta casetonada y con cúpulas traslúcidas que parece flotar por sobre los edificios generando un espacio flexible que los interconecta y los contiene. Permite un espacio de usos múltiples para performances, teatro, danza, conciertos y con proyecciones, sin perder la conexión con el entorno natural e integrándolo visualmente con el resto del conjunto arquitectónico.Obra de Claudia Alarcón, en el Pabellón Chaile de Malba Puertos.
Malba Puertos tiene un Pabellón Chaile, construido con muros vidriados que abrazan las enormes cinco esculturas de Gabriel Chaile, y la Reserva técnica, un depósito de obras de arte que puede albergar entre 800 y 900 piezas de diferentes formatos que se puede ver gracias a sus ventanales
Todos los espacios son públicos y de acceso gratuito, ya que para acceder solo hay que identificarse con DNI. De manera que, ya lo dijo la directora Eleonora Jaureguiberry, zapatillas, mantelito y merienda, y protector solar porque en Escobar nace una nueva manera de ir al museo.
- Malba Puertos
- Alisal, Puertos, Av. de la Bahía 160, B1625XAF Belén de Escobar, Provincia de Buenos Aires
- Apertura al público: domingo 22 de septiembre de 12 a 19
- Horario: mar a dom de 12 a 19 (lun cerrado).