Fuente: Clarín ~ Frente al primer grupo que asistió a la reapertura del Malba en noviembre pasado, la entonces directora del museo Gabriela Rangel observó: “Vamos a volver a cerrar”. Lo que la directora artística pudo ver a partir del comportamiento de la pandemia en otros países apuntalaba la idea de que, más allá de la euforia por el “reencuentro con el arte”, el rol de los museos y el vínculo con sus públicos había cambiado para siempre. En ese camino, el programa de exposiciones online La historia como rumor, que esta semana inauguró su capítulo 8, se destaca entre las estrategias digitales del museo por la amabilidad del video para con el soporte online y su ductilidad con los documentos, parte esencial del proyecto.
Los museos locales cosechan, para esta segunda ola, los frutos de la experiencia 2020 y de las reflexiones que se gestaron en las reuniones de RAME, la Red Argentina de Museos y Espacios de Arte. Para el Museo Nacional de Bellas Artes, fue esencial haber desarrollado, en paralelo al montaje en las salas, un micrositio de la exposición El canon accidental. Mujeres artistas en Argentina (1890-1950), inaugurada el 25 de marzo. Y en la plataforma Flickr colgar desde hace unos meses Ideas para Monumentos en homenaje a las heroínas y los héroes desconocidos, una exposición virtual organizada por el artista Luis Camnitzer, con 47 obras de artistas de diferentes latitudes.
Consuelo Remedios González. “Reposo”, 1935. Forma parte de la muestra El canon accidental. Mujeres artistas en Argentina (1890-1950).
La actividad insignia de la Fundación Proa durante el anterior lockdown fue la educativa. Una serie de seminarios sobre estudios de género, vinculados a la exposición Crear mundos (ya cerrada), generó gran interés, al igual que las clases a distancia, gratuitas y semanales, que tuvieron más de 13.000 asistentes. En el escenario actual, suspendieron los conciertos y proyecciones en el patio de Proa21, ya que sólo estaban habilitados para 20 personas, sin contemplar el traslado del público hasta La Boca.
Quizás por haber tenido que inaugurar su edificio a través de un streaming en Youtube, la Fundación Andreani concentra allí sus contenidos virtuales. En 2020 llevó adelante un programa de residencias que devino en proyectos audiovisuales, entre otros, y en mayo está por comenzar “En tiempo irreal”, una serie de clases sobre filósofos actuales a cargo de profesores expertos. Mientras que el Museo Moderno había previsto un programa virtual dedicado a Alberto Greco para acompañar la exposición que acaba de inaugurar: “Signos” se irá actualizando en la web, con réplicas en las redes.
A fines de marzo, con el I Congreso Internacional de Museos y Estrategias Digitales se perfiló a la universidad (la Politécnica de Valencia, España, fue organizadora) como mediadora en este nuevo paradigma, en que la transmisión de los contenidos es particular a cada museo. El argentino Américo Castilla (Fundación TyPA) integró el comité científico del evento, que aspira a una simbiosis entre lo orgánico y lo digital para trasladar al mundo virtual experiencias que enriquecen el paisaje de los museos. Se necesita, concluyeron, cruzar los conocimientos de tecnología con los últimos estudios sobre audiencias y el impacto educativo que propulsa el contenido digital para entender este momento de cambio en el espíritu de una época.