Fuente: La Nación ~ Una exposición en Roma muestra “mamarrachos y bocetos” en los que, como niños, grandes artistas dieron rienda a suelta a su creatividad.
Escondidos en el reverso de un lienzo o garabateados en una hoja de papel: los mamarrachos y bocetos han servido a los artistas, desde Miguel Ángel a Pablo Picasso, para explorar y dar rienda suelta a la creatividad.
La histórica Villa Medicis, que alberga la Academia Nacional de Francia en Roma y que ha alojado desde el siglo XVII prestigiosos artistas, invita al público a descubrir ese lado poco conocido de la producción artística, a través de una exposición que reúne cerca de 300 obras originales de artistas que han marcado la historia del arte.
Bautizada Garabatos-Desde Leonardo da Vinci hasta Cy Twombly, la exposición de ese inusual conjunto de diseños nos lleva a descubrir deliciosos secretos que no estaban destinados a ser vistos por el público.
Eso resulta evidente en los paneles de madera del majestuoso Tríptico de la Virgen, de Giovanni Bellini, en cuyo reverso se esconde “toda una serie de dibujos de palimpsesto, que nada tienen que ver con el tema de frente”, explicó a la AFP Francesca Alberti, comisaria de la exposición. Podemos distinguir incluso en la madera “una figura grotesca con sus dos piernas”, un diseño sin limitaciones lleno de “ironía y juego”, dice. ”De los grandes maestros del Renacimiento, conocemos pinturas, dibujos perfectamente acabados (…), pero lo que mostramos en esta exposición es una serie de dibujos donde la mano del artista se libera”, resume Alberti.
Esos dibujos experimentales, regresivos o liberadores, que no están sujetos a las reglas y constricciones del arte “oficial”, recuerdan la frescura de los garabatos infantiles. El mismo Pablo Picasso se refirió a ellos: “Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”.
Otra fuente de inspiración, han sido los grafitis dibujados apresuradamente en los muros de las grandes ciudades. Inclusive el divino Miguel Ángel (1475-1564) se divertía en su época imitando las siluetas torpemente pintadas en algunas fachadas de Florencia. Menos rígidas y más espontáneas, esas formas representan el lado oculto del trabajo del artista, sumergiendo al visitante en el corazón del proceso creativo.
La propuesta de Villa Medicis ignora deliberadamente la cronología y mezcla alegremente épocas, ofrece conexiones sin precedentes entre grandes maestros (Da Vinci, Miguel Ángel, Tiziano) con artistas modernos y contemporáneos (Picasso, Cy Twombly, Basquiat).En la amplia escalinata de la elegante Villa, originalmente destinada para la entrada de caballos, se da “un diálogo entre los dibujos renacentistas y los dibujos contemporáneos”, subraya Alberti al mostrar un boceto de Pontormo (1494-1557) al lado de dos “garabatos” realizados en 1954 en la oscuridad por el artista estadounidense Cy Twombly, fallecido en 2011 en Roma. En el centro de la escalera, una Virgen con el Niño, del manierista Taddeo Zuccari (1529-1566) “se deshace entre líneas garabateadas como si la mano del artista estuviera completamente libre”.
Para la comisaria, esos bocetos y garabatos eran “muy importantes” porque permitían “liberar la tensión acumulada por el dibujo”, para “volverlos a dibujar con la misma energía”.
También los visitantes de la exposición son invitados a estimular la propia creatividad en una sala cuyas paredes han sido pintadas de gris. Algunos escribieron consignas y lemas: “¡Putin fuera!”, “Viva la paz” o pintaron banderas de rayas azul y amarillo de Ucrania. Otros dejaron inscripciones irónicas: “Los dinosaurios desaparecieron porque nadie los acarició, no debemos hacer lo mismo con las mujeres”.