Fuente: Cronista ~ Los rusos son importantes compradores de arte y tienen una gran cantidad de artistas de calidad. Marc Chagall bajará su cotización y las subastas de arte ruso que se hacían en Londres seguramente se suspenderán.
Esta absurda guerra afecta a todo el mundo y no beneficia a nadie. Ucrania es un país con muchas coincidencias con Argentina, y Rusia tiene un poder enorme sobre la Unión Europea que depende de su gas y su petróleo, commodities que han subido hasta diez veces sus precios.
Los rusos son importantes compradores de arte y además tienen una gran cantidad de artistas de calidad. Quizás los dos mayores compradores de las últimas décadas han sido el jeque de Qatar y el ruso Rybolóvlev, a quien le vendieron cerca de 1000 millones de dólares en precios «inflados». Algo pudo zafar ya que compró en 124 millones el famoso Salvator Mundi, atribuido a Da Vinci, y por el mismo recibió 400 millones (igual viene abajo en su inversión en arte).
Cuando ocurren estos atropellos bélicos son algunos países los que organizan sanciones. En cambio ahora lo han hecho también las empresas privadas: como las tecnológicas, de comida rápida y hasta las casas de remate.
Hace unos días Phillips vendió, en 40 millones, unas obras de propiedad de un ruso, y ahora dispuso donar los 7,7 millones de dólares que recibió de comisión a los daños en Ucrania. Christie’s y Sotheby’s también prometen donaciones.
Algunos artistas, como Marc Chagall, que eran muy demandados por los millonarios rusos, bajarán su cotización y también pasará con las subastas de arte ruso que se hacían en Londres, que me imagino se suspenderán.
El mes de marzo comenzó con buenas ventas en Londres por 700 millones de dólares y con una soberbia obra de Franz Marc (1880-1916) que estaba desde hace décadas en el Museo de arte de Düsseldorf y que fue devuelta a los familiares de su antiguo dueño que había soportado el despojo de la misma por parte de los nazis.
Tenía una optimista base de 25 millones de dólares, suma jamás pagada por la obra del expresionista alemán. Gran puja y se vendió en 55,5 millones de dólares. Una lindísima miniatura de Vincent Van Gogh, de 33×23 cm, se vendió en 10 millones. Y récord para un Magritte por 77 millones.
Ahora vienen remates en París y veremos qué pasa con el mercado. Muy buenos resultados tuvo en Nueva York la subasta de Arte Latinoamericano de Christie’s ya que vendieron 28 millones en sólo 80 lotes.
Un Diego de Rivera, que no estaba catalogado y se consideraba una obra perdida, multiplicó por seis su base y se vendió en 4 millones, fue comprado por el museo de Houston.
Una colorida obra del mendocino Julio Le Parc multiplicó por cuatro su base y llegó a 176.000 dólares. Y muy bien se vendieron todos los Botero y un bronce fue récord al venderse en 4,2 millones de dólares.
Dios quiera que esta guerra termine rápido y felicitaciones a los queridos irlandeses por su San Patricio.