Fuente: Grupo La Provincia ~ La muestra inmersiva dedicada al pintor holandés Vincent Van Gogh, con una tecnología nunca antes vista en Argentina, que inaugura en febrero en La Rural, y la presentación al público en septiembre en el Malba de la pintura «Diego y yo» de Frida Kahlo -la más cara en la historia del arte latinoamericano- prometen ser los hitos internacionales de un 2022 que en materia de exposiciones volverá a mirar hacia adentro y revalorizar las colecciones propias y argentinas, a tono con las nuevas reglas de juego que impuso la pandemia.
Si bien en tiempos de coronavirus es difícil que las obras de arte -especialmente las de mayor valor cuyos traslados siempre han sido onerosos- viajen de un sitio a otro, los principales highlights que depara Argentina en el año que comienza tienen que ver con dos artistas foráneos. Pero para todo hay explicación: de Van Gogh no se verán las obras auténticas, sino más de tres mil imágenes de ellas en altísima resolución. Mientras que la Frida que veremos en Malba fue adquirida por el argentino Eduardo Costantini para su colección personal, y se exhibirá al público en el museo que fundó hace veinte años.
Hay que decir que el calendario de exposiciones artísticas 2022 alcanzará un punto alto muy difícil de igualar, cuando el 16 de febrero abra sus puertas en La Rural «Imagine Van Gogh», la primera muestra de arte inmersiva que desembarca en Argentina, con más de 60.000 entradas ya vendidas, un espectáculo a tono con tiempos de Covid-19, ya que permite -en el inmenso predio- el distanciamiento social, tal como contó a Télam el productor Daniel Grinbank, responsable de esta llegada. Por otra parte, es posible pensar este espectáculo inmersivo como el primero de muchos que, con probabilidad y suerte, podrían ir llegando al país.
Para ver a «Diego y yo», icónica obra de la mexicana Frida Kahlo, adquirida por una suma millonaria, habrá que esperar hasta septiembre, cuando se presente una nueva puesta de la Colección permanente del Malba que incluirá las obras maestras pertenecientes a su acervo. Pero antes, el 11 de marzo, el museo de la Avenida Figueroa Alcorta dará inicio a sus exposiciones temporarias con Yente (Eugenia Crenovich) y Del Prete, una selección de 180 obras de esta pareja de artistas durante 50 años, que nunca antes expusieron juntos.
Luego, en abril, será el turno de la muestra «Episodios del arte textil en Paraguay», que reunirá trabajos de Claudia Casarino, Mónica Millán, Feliciano Centurión, entre otros.
Un clásico para visitar, el Museo Nacional de Bellas Artes comenzará con una temporaria de joyas bautizada «Dibujos antiguos», con trabajos de artistas como Guido Reni, Federico Barocci, Parmigianino, Giorgio Vasari, Giovanni Lanfranco, Pieter Paulus Rubens y Giuseppe Cades, entre otros.
Ese mismo mes será el turno del escultor Juan Carlos Distéfano en la muestra «Memoria residual», con curaduría de María Teresa Constantín y en agosto la exposición «Carmelo Arden Quin y la trama del arte constructivo» abordará las transformaciones de la producción plástica y las vinculaciones que fue tejiendo a lo largo de su trayectoria con los artistas constructivos, entre ellos, el uruguayo Joaquín Torres García, la brasileña Helena Vieira da Silva y el uruguayo Rhod Rothfuss.
Octubre será un mes especial en el Bellas Artes con el homenaje a Raquel Forner, «Ciclo espacial» una exposición curada por Marcelo Pacheco que incluirá pinturas, dibujos y grabados, organizados en las series «La luna», «Astrotauros», «Astronautas», «Los terráqueos», «Grandes mutantes», «Apocalipsis en el planeta Tierra» y «Encuentro con Astroseres en Ischigualasto».
En fecha a confirmar, pero en la segunda mitad del año, se presentarán obras del italiano Museo Arqueológico de Taranto, una de las colecciones que ilustran un período histórico fascinante: de la Prehistoria a la Edad Media.
Fuera de su sede de Avenida del Libertador, el museo presentará exposiciones de su patrimonio en otros espacios públicos, como el Centro Cultural Kirchner, donde se verá a partir de mayo, en la Gran Lámpara, «Escenas contemporáneas». Será ahí mismo, en el CCK donde habrá además una sala inmersiva con 15 proyectores de última generación que envolverán el ambiente, con un homenaje al maestro Astor Piazzolla.
Luego de la exitosa exposición dedicada al centenario del nacimiento de Fellini, el Museo Nacional de Arte Decorativo arranca la temporada en abril con la muestra «Casa tomada», la primera retrospectiva del artista Gaspar Libedinsky, una selección de obras emblemáticas interactivas e inmersivas elegidas para intervenir («tomar») cada ambiente del museo resignificándolo a partir del diálogo entre arte, diseño y patrimonio.
En julio, el Decorativo estará abocado a «Iconos del diseño italiano del siglo XX», una muestra curada por la Triennale di Milano sobre los objetos más sobresalientes de la cultura material italiana del siglo XX hasta nuestros días. Mobiliario, objetos de uso cotidiano y diseño industrial, incluida la famosa máquina de escribir Lettera 22 de Marcello Nizzoli para Olivetti (1950) o la cafetera Moka de Renato Bialetti.
Y en octubre, habrá una retrospectiva del gran artista y diseñador pop Edgardo Giménez, bajo el título «Diseño y Arte Pop en la Argentina». Un merecido homenaje al pintor, publicista, diseñador de objetos y ambientes que en 1965, junto a Charlie Squirru y Dalila Puzzovio, rentó un espacio de publicidad en la concurrida esquina de Viamonte y Florida para colocar un gigantesco póster con sus retratos coronados por la pregunta: ¿Por qué son tan geniales?.
Símbolo de La Boca, la Fundación Proa, que presentó días atrás la maravillosa «Arte en juego», dedicada a una mirada lúdica sobre el arte argentino, presenta en febrero «Acute Art», una exposición de realidad aumentada que permitirá descubrir en el Riachuelo y en la fachada de Proa obras de Kaws, Olafur Eliasson, Julie Curtiss, Tomás Saraceno, Lu Yang, Koo Jeong A y Nina Chanel, con la curaduría de Daniel Birbaum y Solana Chetman.
Obras interactivas, algunas de carácter inmersivo, otras con movimiento e incluso con sonido, intervendrán espacios emblemáticos como Caminito, el Riachuelo, el trasbordador, la vereda y el frente de la Fundación, modificando el paisaje del barrio de La Boca. Mientras, se espera la confirmación para la segunda mitad del año de una muestra proveniente de la Colección del Museo de Lille, adelantaron a Télam.
El Museo Moderno tiene previsto inaugurar exposiciones de la artista colombiana Delcy Morelos, una antológica de Mónica Girón y otra individual de Eduardo Basualdo, mientras que el museo Fortabat (o Colección Amalita) presentará exposiciones de los artistas Miguel Harte y Eugenia Calvo, además de una colectiva dedicada a los «Años 90 en la Argentina», con curaduría de Francisco Lemus.
2022 será también el año en que el Museo Nacional de Arte Oriental y el Palais de Glace se trasladen al Centro Cultural Borges, mientras que el Museo Evita, sobre la calle Lafinur, propondrá actividades especiales a propósito de los 70 años del fallecimiento de Eva Perón y los 20 años de la apertura del museo.
Otro aniversario será el del Museo de la Historia del Traje, que cumple 50 años y desarrollará un libro virtual con 50 piezas del museo con diferentes ejes temáticos, y una exposición principal, curada por Victoria Lescano, además de una muestra en noviembre dedicada a la figura de Paco Jamandreu. Tal como hará el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, que planea un gran programa con documentales, teatro, música, publicaciones y actividades para conmemorar los 40 años del conflicto bélico librado en las Islas que dan nombre al museo.
Finalmente, el Museo Casa Carlos Gardel, en el Abasto (donde vivió el Zorzal criollo) albergará una muestra dedicada a las Mujeres pioneras del tango. Y el Colón Fábrica, maravilloso espacio que abrió en La Boca para exhibir a todo público las escenografías y vestuarios de Turandot, La Bohème o Aida, realizados por el área escenotécnica de esa sala lírica, seguirá siendo uno de los atractivos imperdibles. Todo esto, claro, si la pandemia lo permite. (Télam)