Fuente: iProfesional ~ Esta argentina encontró en arteterapia su verdadera vocación y hoy tiene un atelier en el centro parisino: «El sueño de todo artista», celebra.
Pilar Olivero se fue de Argentina hace cuatro años. «Quería viajar, conocerme más, expandir mis conocimientos y descubrir nuevos países y culturas«, contaba a iProfesional.
Su primera formación fue en Derecho y paralelamente se formó en fotografía analógica y procesos alternativos. «Yo vengo de una provincia chica y las posibilidades de formación no son las mismas que en la capital, pero debo decir que, gracias al Fondo Nacional de las Artes, muchos artistas del interior podemos viajar, formarnos y exponer en otras provincias», contaba la joven.
En Argentina, trabajaba con sectores vulnerables, convencida de que el arte es un proceso de sanación. «Me incliné por la docencia facilitando talleres experimentales de fotografía híbrida. Me gusta transmitir, comunicar y generar espacios donde el error y el proceso son lo más importante», mencionaba. «Estando en Argentina acompañé mediante el arte todo el proceso de enfermedad de Alzheimer de mi abuela y pude facilitar talleres en el Impenetrable y en muchos barrios marginados en Chaco».
Luego, ya estando en Europa, comenzó a trabajar en profundidad con enfermedades mentales y eso le permitió abrirse a un nuevo mundo. Hoy cursa un master en arteterapia buscando tener todas las herramientas para acompañar personas en diferentes procesos.
Esta convencida de que el arte es un proceso de sanación
En cuanto a cómo eligió el destino, dice que fue cambiando. «Primero era España, un poco por mis raíces y también por hablar la misma lengua. Iba a quedarme por un año y fueron tres por la pandemia. Decidí París para este año por las oportunidades y la diversidad. En cuanto al arte, es otro mundo, París es un lugar que no deja de sorprenderme, todo lo que quieras aprender existe y alguien ya lo está experimentando«.
Para Pilar, los primeros pasos fueron los de sobrevivir. «Dejar todo no es fácil y el miedo a equivocarse está siempre», expresa. «Es importante dar con las personas correctas y confiar en los procesos», agrega.
En su caso, viajó por un año sin saber nada de lo que iba a hacer, solo conociendo y escuchándose. Al año siguiente se quedó en España, se capacitó como profesora de yoga y meditación, y comenzó a trabajar en torno a la discapacidad intelectual. «Llevar mis talleres de arte a este ámbito me cambió la vida», cuenta, y agrega:»Trabajar con personas con discapacidad intelectual me ayudó a darme cuenta de que la arteterapia siempre estuvo de alguna manera en mí«.
En Francia, se dedica exclusivamente al arte. «Soy residente en la galería Rivoli 59 en pleno centro de la ciudad, el sueño de todo artista», celebra Pilar. «Amo este espacio, los atelieres son abiertos al público y se puede ver cómo trabaja un artista, cuál es su proceso y a diferencia de muchos lugares de arte es de entrada libre y gratuita», advierte.
En Francia, se dedica exclusivamente al arte
Sobre su estilo, comparte que «la herramienta principal dentro de mi obra es la fotografía, pero hace unos años sentía que no me alcanzaba para comunicar y empecé a hibridar las imágenes, a volver a lo manual y que mi energía sea parte de todo este proceso. Hoy no puedo imaginar solo una foto: las bordo, las congelo, las intervengo con diferentes materiales y me siento libre. Creo que es un proceso hermoso, infinito, que disfruto un montón, es muy sanador».
Por otro lado, brinda talleres de arte online y presenciales, y está por publicar su primer libro que habla de su experiencia en España y la historia de «dos hermosos» amigos que conoció allá, ambos con discapacidad intelectual desde el nacimiento. «Centré este libro en la discapacidad porque como yo, creo que hay muchas personas que desconocen o ignoran la discapacidad. Para que el mundo sea más justo, necesitamos salir de la ignorancia, involucrarnos más».
Y aquí, rescata que «el venir de un país como Argentina, tal vez, me hace ser más empática y la solidaridad es algo inherente a mí. Me gusta ser argentina, en mi atelier tengo una bandera pegada, como dice Calle 13: el que no quiere a su patria, no quiere a su madre«.
Cómo vive un artista en Europa
«Ser artista es difícil en todos lados», sentencia. «Me encontré con las mismas barreras que en Argentina. Sabemos que en nuestro país faltan recursos para lo cultural, pero siento que el salir de Argentina también me abrió mucho la cabeza, yo estoy diferente, más segura de lo que quiero y de lo que no. Sumado a ello, Francia es un país que está muy avanzado a niveles culturales, es un país de vanguardias».
L herramienta principal dentro de su obra es la fotografía
Por eso mismo, para Pilar los balances son todos positivos. «Emigrar implica soltar todo lo que conocés, pero a la vez, estar preparado para dejarte sorprender. Sacrifiqué para irme estabilidad o el concepto de estabilidad, porque también viajando me di cuenta de que no existe. Gané muchas experiencias increíbles, conocerme y animarme a hacer lo que me gusta de verdad».
Pilar no cree en los medianos o largos plazos, cree en el ahora, «en este momento que lo ves y ya se fue», sostiene. «Ahora puedo decirte qué me gusta, después de un año me siento adaptada en Francia, hablando el idioma y entendiendo un poco cómo funcionan las cosas aquí. Esta galería en la que trabajo es increíble, me siento como en casa», afirma.
Sin embargo, «extraño a mi familia y les amigues. No extraño la inseguridad siendo mujer, pero volvería, yo amo Argentina. Pero no ahora, queda mucho mundo por recorrer«.