Del papel al formato digital: tres dibujantes juninenses cuentan las ventajas y los desafíos

Fuente: Diario Democracia – Democracia conversó con artistas locales, quienes se refirieron a los trabajos por computadoras y sus cuidados para no perder la esencia artística. Además, comentaron sus experiencias, entre el dictado de clases, los trabajos freelance y las exposiciones en ferias y muestras.

El dibujo es una expresión artística que se comienza a adquirir a temprana edad. Pero realizar un dibujo en formato digital implica, además de habilidades artísticas, ciertos conocimientos técnicos. Es que, a diferencia del dibujo tradicional en papel, la ilustración digital se lleva a cabo utilizando una tableta gráfica y un lápiz óptico. Además, se requiere un programa de dibujo o una aplicación digital específica.

Ante ese panorama, y a medida que la tecnología avanza, los artistas se enfrentan a la elección de qué método utilizar para expresar su creatividad. Al respecto, Democracia conversó con tres dibujantes juninenses quienes han sabido cómo traspasar los límites del dibujo tradicional y volcarse a lo digital, sin perder la esencia de lo artesanal. 

En el caso de Florencia Paccela, ella comenzó con el dibujo desde muy pequeña, “copiando personajes animados de revistas y luego de historietas, como Patoruzito o Dragon Ball”, según relató. “Tomé clases de dibujo y pintura cuando iba a la escuela y luego en la universidad estudié diseño de historieta y comencé a realizar producciones propias para publicar de manera digital como física”, aseguró.

Para ella, el dibujo, la ilustración y las historietas “son sus hobbies”, porque lo disfruta más de esa manera. “En lo laboral, siempre me he dedicado al diseño gráfico y web”, explicó.

Con llegada de la era digital, los artistas han sido testigos de un salto en las posibilidades creativas. La capacidad de corregir y modificar rápidamente, la variedad de pinceles y efectos digitales, y la posibilidad de compartir y recibir retroalimentación instantánea son solo algunas de las ventajas que la tecnología ofrece.

Sin embargo, es verdad que la elección entre el dibujo tradicional y el digital es una decisión personal y depende del estilo y preferencias de cada artista. En tal sentido, el juninense Esteban Ocampo rememora sus inicios y brinda un consejo para los principiantes. “Yo empecé en el papel y es lo que voy a recomendar. Pero está bueno saber las dos cosas: tener un equilibrio entre ambas opciones. Porque si bien hay muy buena tecnología, que te permite realizar muy buenos trabajos, también está bueno ensuciarse las manos y renegar un poco. Es decir, la responsabilidad de empezar una obra en una hoja y no saber cómo terminará”, resaltó. 

Por su parte, para Blas Rodríguez, alias Bongo, “estar entre las dos vertientes es muy nutritivo también”. “Hasta el día de hoy dibujo, pinto y me gusta ir mezclando; por ahí hacer un dibujo, tirarlo en la computadora, continuarlo ahí y después sacarlo”, remarcó.

Rodríguez cursó sus estudios en la Escuela de Artes Visuales de Mar del Plata “cuando recién comenzaba a incorporarse la computadora en tal área y todo lo digital”. “La promoción anterior no usaban nada de eso, era un trabajo muy a mano; con pinturas, acrílicos. A mí me agarró justo en el quiebre, donde los profesores también estaban aprendiendo sobre eso. Así que hubo mucha exploración y puedo decir que me sirvió muchísimo”, aseguró. 

En ese sentido, Internet también ha cambiado la forma en que nos relacionamos y experimentamos lo artístico; dado que permite el intercambio horizontal de información entre artistas, espacios relacionados al tema, y aquellos interesados por el arte. “El dibujo ya no es algo que está arraigado tanto al museo o a las ferias. O sea, es una parte muy importante, pero también te podés hacer muy reconocido por las redes”, indicó Ocampo. 

Y agregó: “En el taller, con mis alumnos hacemos trabajos relacionados con lo tradicional, es decir, con hoja y lápiz y quizás después lo terminamos en alguna tablet”. 

Sus experiencias con el dibujo

Paccela define su estilo como “expresivo, espontáneo, pero a la vez detallista”. “Me gusta que se note el trazo y la tinta en la hoja”, subrayó. Actualmente está trabajando en una historieta ambientada en Japón medieval. “Allí intervienen samuráis, criaturas del folklore japonés y muchos paisajes naturales”, detalló. 

En el caso de Blas Rodríguez, fue un profesor de la secundaria quien lo condujo a sus futuros estudios, basándose en el interés que, desde chiquito, tenía por el dibujo. “Fue Horacio Alonso, de la Escuela Comercial, quien me abrió los ojos: a mí no me gustaba diseño gráfico, sino más que nada la ilustración’”. 

Así fue que, tras un par de años, se recibió de Ilustrador profesional. “El estudio me sirvió muchísimo porque aprendí de ilustración aplicada, comercial y editorial. Así que me incliné por ese lado”. 

“Tengo un estilo medio pop y un poquito japonés, pero no del lado del manga, sino un japonés más tradicional, más cartoon” explicó. Remarcó, además, que le interesa mucho “la mezcla de estilos y temáticas”. 

Por su parte, tras recibirse en la Escuela de Arte Xul Solar de Junín, Ocampo trabaja, desde hace tiempo, con la manga; un estilo conectado con la animación japonesa. “Manga vendría a ser la historieta. Actualmente estoy dedicado a mis talleres presenciales de dibujo, los cuales están destinados a todas las edades”, relató. 

Junín y el dibujo

Los tres coinciden en que Junín ha sabido brindar espacios e iniciativas artísticas para todas las edades. “Yo pude tomar clases de dibujo y pintura desde los 10 años. Di clases de historietas en Dadá Club de Arte. Presenté mi libro en Tono Local y, además, conocí muchos colegas en la Escuela de Arte”, detalló Paccela.

También destacó la Feria Yeso, “donde conoció y compartió con personas de distintos lugares”. Se trata del evento cultural que reúne a dibujantes, ilustradores, diseñadores y artistas visuales, de todo el país. “La idea surgió luego de ver que había muchos colegas, diseñadores que también estaban interesados en el dibujo y que hacían distintos productos, como una remera y un fanzine”, explicó Rodríguez. 

Según contó, la feria tiene, entre sus reglas, que la mayoría de la producción que cada uno lleve, sea de su propia autoría. “Empezó siendo algo de Junín, pero después creció un montón y se hizo conocida. Así que abrimos una convocatoria, donde de tal día a tal día se manda un proyecto, lo que se quiera presentar, y de ahí hacemos una selección y se arma en base a eso; pero hemos tenido participantes de Mar del Plata, La Plata, Rosario y Capital. Estamos muy contentos”.

Muestra en el MUMA 

Blas Rodríguez presentó ayer su primera muestra individual en el Museo Municipal de Arte “Ángel María de Rosa” (MUMA), situado en Roque Sáenz Peña 141. “Se trata de mi proyecto personal que es Bongolandia, desde donde empecé a armar como una historia, diseñando personajes, y empezando a aplicarlo en diferentes objetos. He diseñado tazas de cerámica y remeras”. 

Bongo nació hace ya 14 años. “Y ahora que cumplí 40 años decidí hacer la muestra con todo lo que he armado durante este tiempo”, indicó.  

Y añadió: “Casi 15 años de bocetos, objetos, productos e ilustraciones estarán expuestos. La muestra permanecerá en el museo durante todo el mes de julio”.

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