Curar para ganar. Lanzar un marketplace que combina arte y criptomonedas

Fuente: La Nación ~ Tres amigos argentinos fundaron Blockchain Art Gallery, una startup que recaudó US$1,5 millones es su primera ronda de inversión.

Blockchain Art Gallery (BAG) es un proyecto creado por Martín González, CEO e ingeniero hidráulico civil; Ignacio Elffman, director de producto y curador e investigador; y Pablo de Sousa, diseñador gráfico y Chief Art Officer (CAO) de BAG. Estos tres empresarios sub-40 que combinaron sus perfiles técnicos y artísticos, prefieren definirse como amigos, más que como socios. Es que los tres crecieron juntos, en Villa Elisa, La Plata, y desde el colegio comparten una amistad sólida con innumerables anécdotas.

El proyecto de BAG nació como una idea dentro de un grupo de WhatsApp de la secundaria. “Planeando unas vacaciones con mis excompañeros del colegio, les sugerí ahorrar en criptomonedas para poder juntar el dinero necesario para pagar el viaje. Pablo y Nacho se sumaron a la idea y así fue como comenzó el preámbulo de lo que luego sería BAG”, cuenta Martín. Pero recién en marzo de 2021, transitando el segundo año de pandemia, estos tres amigos desarrollaron el primer borrador de Blockchain Art Gallery.

Hoy la empresa finalizó con éxito una ronda de inversión de US$1,5 millones. Dentro de los principales inversores se encuentran Ripio; David García, líder de Borderless, uno de los principales fondos crypto; Eduardo Elsztain, presidente del Grupo IRSA; Daniel Elsztain, CEO del Grupo IRSA; Ariel Scalitter y Eduardo Novillo Astrada, fundadores de Agrotoken, e inversores del mundo del arte y de la industria blockchain. “Esperamos a fin de año ir por la serie A para impulsar los nuevos desarrollos y la compañía en esta industria netamente dinámica”, asegura el CEO de BAG.

Pero ¿de qué se trata el proyecto? BAG se presenta como un marketplace de arte NFT latinoamericano. La plataforma corre sobre Ethereum, la blockchain que, además de soportar contratos inteligentes, es una de las más seguras y la más descentralizada del ecosistema. En BAG explican que no tienen acceso ni custodia a claves privadas de los usuarios y que las transacciones son públicas y quedan registradas en la red de Ethereum, cumpliendo con la norma ISO 9001 de gestión de calidad y la ISO 27001 de seguridad de la información.

“Una de las novedades que tendremos este año es la posibilidad de correr con otras blockchain en un formato múltiple. Y, siguiendo el roadmap de la compañía, estamos trabajando en el desarrollo de Finanzas Descentralizadas (DeFi) de la plataforma para el mediano plazo”, agrega Martín.

El poder del algoritmo

La curaduría algorítmica es otro de los puntos centrales de BAG, que tiene la misión de descentralizar el arte. ¿Cómo? Se invita a los usuarios a ser los responsables de votar y curar las obras publicadas mediante una interfaz sencilla. Así, quienes participan en este proceso de curaduría reciben recompensas, nada menos que el play to earn o juegos crypto que permiten ganar dinero online, pero, en este caso, aplicado al mundo del arte. “Un gran incentivo al proceso de curaduría sin precedentes entre los marketplace de NFT”, aseguran los fundadores.

El anclaje artístico del proyecto queda evidenciado también sobre la base de los incentivos que ofrece la plataforma. “Sabemos cómo desarrollar la carrera de los artistas, está en nuestro know how y eso lo aplicamos a cada instancia del proyecto. Las galerías de arte y los representantes en el caso de BAG se suman como partners y obtienen participación en las recompensas, al momento de concretar las ventas.

Otro punto importante es la importancia del arte como inversión. De Sousa destaca que el arte siempre fue una posibilidad de inversión y un refugio de valor. Y señala que los NFT no son la excepción. “Existen muchos casos de rentabilidad extraordinaria en muy poco tiempo. Pero creo que el mercado está buscando el equilibrio y que constantemente están apareciendo nuevas oportunidades”, considera.

Por otro lado, De Sousa agrega que invertir en artistas consagrados, en crecimiento y en aquellos que estén generando valor artístico y desarrollen su carrera es una muy buena opción. “También son relevantes las utilidades del token que van más allá de la obra en sí misma, sobre todo para el mercado secundario”, sugiere.

Modelo de negocio

BAG participa con una comisión de venta de cada obra que es obtenida por un coleccionista. El artista se queda con el 85% de la venta, si el artista tiene una galería o representante registrado en esta plataforma recibe el 6% de la transacción, mientras que BAG se queda con el 6% o el 12%, si no hay galería o representante registrado. La curaduría algorítmica reparte un 1% entre los participantes del proceso, otro 1% va a un “pool de compradores” o entre todos los coleccionistas que hayan comprado al menos una obra. Y un último 1% se destina a un proyecto de promoción del arte.

“En el corto plazo estaremos integrándonos con Ripio para que más de tres millones de usuarios puedan acceder de forma directa a nuestro marketplace y, de esta manera, puedan comprar obras sin necesidad de billeteras electrónicas. También brindaremos la posibilidad de comprar obras a través de tarjetas de crédito”, cuenta González.

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