Fuente: La Nación – Con el color azul como hilo conductor, abrió una exposición para celebrar el aniversario del espacio; reúne a 58 artistas.
PARÍS.– Hace exactamente 30 años nacía en París la Galería Argentina, por decisión del entonces embajador Archibaldo Lanús. Su objetivo, alcanzado con éxito gracias a la labor incansable de su responsable, Eduardo Carballido, fue —y sigue siendo— promover los artistas y plásticos argentinos en la capital francesa.
Esta semana, la Galería Argentina festeja sus tres décadas de vida con una gran exposición denominada Sinfonía en Azul, donde participan 58 artistas: 42 pintores y 16 escultores.
“Hay un panel con los artistas que alguna vez expusieron. Y esta vez no se dio tema. La consigna fue usar sobre todo el color azul para poder crear el hilo conductor de la muestra”, explicó Carballido a LA NACION.
Situada en el predio mismo de la embajada, sin salida a la calle y sin participar del circuito comercial, en una ciudad donde la oferta cultural es enorme, la galería consiguió transformarse poco a poco en una cita obligada de la comunidad argentina en París. La primera exposición, hace 30 años, fue consagrada a María simón. Desde entonces, la visitaron obras del Museo de la Ciudad de Buenos Aires, del MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires) o del Fondo Nacional de las Artes. También pasaron todos los grandes nombres del arte nacional como Martha Boto, Julio Le Parc, Gregorio Vardanega, Gyula Kosice, Kenneth Kemble, Josefina Robirosa, Luis Tomasello, Pablo Reinoso, Juan Melé, Felipe Noé, Marta Minujín, Rogelio Polesello, Nicolás García Uriburu y Rodolfo Krasno.
Pero mantener ese ritmo y ese nivel nunca fue fácil.
“Todas las exposiciones se hacen con un presupuesto mínimo, lo necesario para comprar clavos y pintar una vez al año. No obstante, siempre hay una curaduría muy estudiada y muchas veces se acompañan con escenografías o instalaciones y un video sobre la muestra”, dice Carballido.
Poco a poco, el arte trascendió los muros de la galería para apoderarse de todo el edificio de la legación.
“Introduje las obras de los artistas argentinos en los salones de la embajada, en la biblioteca, en el patio, en las oficinas y en la casa del embajador. Cuando llegué solo había fotos de paisajes, armarios de lata y cajitas de cartón llenas de sellos. Lo típico de la burocracia. Ahora hay obras de arte hasta en los pasillos”, relata con satisfacción.
En todo caso, la Galería Argentina fue un ejemplo imitado poco a poco por otras embajadas, que decidieron crear sus propios espacios culturales en París.
Eduardo Carballido programa las actividades de la galería con dos años de anticipación.
“Trato de equilibrar: en el año siempre hay artistas emergentes y consagrados, pintores, escultores, fotógrafos, hombres y mujeres. Otras veces creamos exposiciones temáticas como El ser argentino, Parejas de artistas, Padres e hijos artistas, El artista y su fetiche. La demanda es constante y nunca decayó desde su creación”, explica.
Tampoco se paralizó nunca en 30 años. Ni siquiera durante el confinamiento forzado durante la pandemia del Covid. En ese momento Carballido creó la Galería Argentina Virtual, donde todos los días sacaba al aire el video de un artista con su obra. En total, fueron 65.
Por Luisa Corradini