Fuente: TN – Conversamos con las investigadoras del MIT detrás de un singular pigmento que altera su color y forma al exponerse a temperaturas altas. Los curiosos usos previstos y cuándo se lanzaría a nivel comercial.
Un invento que surge del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) propone una singular combinación de ciencia, innovación tecnológica y creatividad artística con impacto, incluso, en los productos que vemos en las góndolas. Se trata de un tipo de pintura que cambia con el calor, tanto en sus tonalidades como en las formas que se muestran ante los ojos del espectador.
Cuando supe de este ingenio, recordé unos autitos de juguete que me entretuvieron en la infancia. A primera vista eran iguales a cualquier otro, tan pequeños como para caber en la palma de la mano. Pero tenían una magia única: al hundirlos en agua caliente, la carrocería cambiaba de color. La novedad que llega desde el MIT, una técnica a la que llaman “Thermochromorph”, se parece a esos chiches, con principios físicos similares. Naturalmente, es un hallazgo mucho más sustancial, con objetivos que trascienden al entretenimiento de un niño.

Un ingenio con impacto potencial en numerosas áreas, desde el arte hasta los productos comerciales. (Video: MIT)
“Hay un gran potencial en la combinación de la creatividad artística con materiales inteligentes que pueden cambiar su apariencia en respuesta a estímulos externos”, dice en diálogo con TN Tecno la investigadora del MIT Ticha Sethapakdi, autora principal del estudio. “Lo emocionante de esta idea es que los artistas y diseñadores ahora pueden crear artefactos que se comporten como medios digitales que existen fuera de una pantalla de computadora”, agrega.
Nuevos materiales para nuevos resultados
El grupo que integra Sethapakdi es liderado por la profesora del MIT, Stefanie Mueller, que dedicó varios años de sus investigaciones al desarrollo de técnicas computacionales capaces de reinventar elementos del “mundo real”. Según un comunicado de la universidad estadounidense, ese equipo (que funciona dentro del laboratorio CSAIL, dedicado a la inteligencia artificial) imagina la posibilidad de modificar una amplia variedad de objetos físicos, tal como lo hacemos, por ejemplo, con las fotografías en Instagram mediante filtros. La mencionada técnica “Thermochromorph” apunta a esa dirección.
“Esto abre muchas aplicaciones para productos de consumo termocrómicos, incluidas pantallas pasivas, etiquetas de seguridad y advertencias o comunicaciones discretas”, explica Paris Myers, del MIT Media Lab.

– ¿Cómo surgió esta iniciativa?, ¿cuál fue el germen de esta idea?
– Ticha: Particularmente, me motivó a trabajar en este proyecto porque gran parte de mi investigación, y la que hacemos en nuestro grupo en general, gira en torno al desarrollo de sistemas que hacen que los objetos físicos sean más dinámicos visualmente.
En el arte digital, cambiar entre crear una pintura y una animación a menudo requiere herramientas completamente diferentes. Podemos pensar en materiales físicos, como la tinta, como herramientas en el arsenal de un artista. Y al proponer nuevos materiales, también podemos cambiar el comportamiento de los resultados.
– Entonces, ¿qué plantean específicamente en esta investigación?, ¿cómo es ese nuevo material?
– Ticha: Las tintas termocrómicas, que cambian de color con la temperatura son ejemplos de materiales inteligentes que ya están disponibles para los consumidores. Sin embargo, muchas aplicaciones existentes de tintas termocrómicas solo presentan diseños básicos o tienen efectos de cambio de color limitados. La idea de usar tintas termocrómicas para crear imágenes multicolor complejas no se ha explorado lo suficiente en la investigación, y los flujos de trabajo no son muy accesibles para los usuarios generales. Aquí es donde entra en juego nuestro trabajo.
– ¿Qué ventajas, qué saltos evolutivos, ofrece este material que desarrollaron?
– Ticha: Una ventaja de nuestra técnica es que no tuvimos que hacer ninguna ingeniería de materiales especial y, en su lugar, usamos pigmentos termocrómicos listos para usar. Por lo tanto, es algo que la gente puede encontrar y usar de inmediato.
La idea clave de nuestro trabajo es la siguiente: usamos dos tipos de pigmentos termocrómicos (de color a transparente y de transparente a color) y aplicamos esos pigmentos a un proceso de imagen CMYK. El proceso de creación de imágenes CMYK permite crear imágenes multicolor sin necesidad de que los usuarios mezclen cada color en el diseño, ya que el sistema calcula la cantidad de cian, magenta, amarillo y negro que se necesita para toda la imagen y codifica esa información en los bloques de impresión.
Todo lo que el usuario tiene que hacer es utilizar los bloques de impresión (ocho en total) para crear cada imagen dinámica. Dado que la impresión codifica dos imágenes multicolor, ¡ocho capas de impresión no son muchas, considerando que una impresión puede constar de cientos de transiciones de color!
– ¿Qué usos y/o aplicaciones tienen estos materiales termocrómicos?
-Paris: Al crear gráficos sensibles al calor, no solo se pueden crear animaciones visuales. Además, el objeto o imagen responde a su entorno. Por ejemplo, esto podría dar lugar a vallas publicitarias o señales de tráfico más sostenibles (que cambian de color con la estación) o revistas que ahorran papel, cuyas imágenes se transforman al tocarlas (en lugar de imprimirse en más papel). Otras posibles aplicaciones incluyen animación y narración secuencial, obras de arte conceptuales sensoriales o instalaciones arquitectónicas que responden al contacto humano prolongado, la luz del sol o la escarcha.

«Creo que la creatividad proviene de ser capaz de desarrollar soluciones a partir de un conjunto de limitaciones», dice una de las investigadoras. (Video: MIT)
En general, lo que resulta particularmente interesante de los pigmentos termocrómicos es su versatilidad. Para generar ideas sobre aplicaciones creativas y presentar nuestro proceso de fabricación de grabados, realizamos un taller para artistas. Los participantes estaban interesados en las posibilidades en tiempo real e imaginaron la integración de dichos pigmentos en “objetos cotidianos” como discos de vinilo o pantallas de lámparas para lograr transiciones discretas.
– ¿Qué tipo de materiales usan para lograr esta capacidad de cambiar con la temperatura?
– Paris: Para cambiar de color con la temperatura, utilizamos dos tipos de pigmentos termocrómicos. Para las imágenes “calientes” usamos pigmentos que pasan de color a transparentes a 35 grados Celsius. Para las imágenes “frías”, utilizamos pigmentos transparentes a color, que pasan de transparentes a color también a 35 grados.
Dado que estos dos pigmentos tienen la misma temperatura de activación, al aplicar calor o enfriamiento, realizan una transición opuesta. Esta es una elección intencional, que permite que las imágenes producidas realicen una transición orgánica con el usuario o las condiciones externas. Para cada uno de los dos tipos de pigmentos, mezclamos y utilizamos los cuatro colores estándar para la impresión CMYK (cian, magenta, amarillo y negro).
– Resulta realmente interesante la sinergia, en esta investigación, entre la ciencia y el arte…
– Ticha: ¡Definitivamente! Creo que la creatividad proviene de ser capaz de desarrollar soluciones a partir de un conjunto de limitaciones. Es fundamental que los investigadores desarrollen herramientas centradas en el usuario que interactúen con materiales avanzados para que los artistas puedan comprender mejor esas limitaciones y utilizarlas para aplicaciones creativas.
Con estas herramientas, los artistas pueden centrarse en sus objetivos de diseño de alto nivel mientras el sistema se encarga de las complejidades de traducir esos objetivos en resultados alcanzables. El desarrollo de este tipo de sistemas creativos, por supuesto, requiere una comprensión sinérgica de la ciencia que hay detrás de los materiales y los procesos artísticos.

– Paris: Personalmente, el deseo de “descifrar” la sinergia de investigación entre el arte y la ciencia me inspiró el estudio simultáneo de las bellas artes y la bioingeniería. La práctica y la metodología artísticas permiten la investigación no lineal de nuevos materiales, en particular los que se centran en el color y son versátiles, como las tintas termocrómicas.
Al integrar las artes y las ciencias, pasamos de la noción de una respuesta o enfoque “correcto” singular para realizar investigaciones a una que incluya métodos multimodales y corporizados de cuestionamiento, observación y fabricación. Integrar el arte significa valorar diversas formas de comprensión, análisis e interpretación humanas, no solo en relación con el color, la forma y la aplicación, sino también nuestra comprensión visceral e intuitiva del espacio material. Creo que no siempre sabemos cuál es la mejor manera de interactuar con un nuevo material; sin embargo, al crear la oportunidad para la experimentación, la observación crítica y la conexión personal, podemos explorar nuevas aplicaciones.
¿Qué debe ocurrir para que los hallazgos de este estudio tengan una llegada más amplia, a los diversos sectores mencionados? Según comentan las especialistas del MIT, para transitar ese camino es preciso adoptar nuevas visiones. “Primero, debemos cambiar nuestra conceptualización de los objetos fabricados de entidades ‘fijas’ a sistemas orgánicos ‘dinámicos’. La naturaleza, por ejemplo, cambia, se adapta, muestra u oculta continuamente. Las obras de arte son igualmente dinámicas: no hay dos artistas que creen lo mismo y no hay dos obras que provoquen la misma respuesta en un observador, ya que se trata de una llamada y respuesta profundamente privada”, dice Myers.
Lo cierto es que los posibles usos de la pintura “dinámica” trascienden al arte. El método también podría aplicarse en elementos funcionales, por ejemplo para que una taza de café advierta si la bebida está demasiado caliente, también en cajas de medicamentos o alimentos perecederos para indicar si se almacenaron en forma segura. En este caso, a diferencia de las tinturas ya disponibles que también son capaces de cambiar con el calor, la clave es la impresión a todo color. “Esto abre un amplísimo campo de posibilidades”, cierra con entusiasmo Sethapakdi.