En Venecia. Amalia Amoedo: su paso por la Bienal, su compromiso con el arte y los recuerdos de su infancia

Fuente: La Nación – Durante una semana, la mecenas y coleccionista recorrió la emblemática Exposición Internacional de Arte que apoyó a través de su propia fundación.

Allá donde un artista sueña con revelarse al mundo a través de su obra, Amalia Amoedo aparece con su sensibilidad única para sostener, acompañar y tender puentes. Esta vez, hizo las valijas y cruzó el Atlántico para apoyar el talento local en la 60° edición de la Bienal de Venecia, titulada Stranieri Ovunque–Foreigners Everywhere (Extranjeros en todas partes). “Me emocionó ver la alta participación de artistas de Argentina y de Latinoamérica, muchos de los cuales estaban exponiendo por primera vez en Venecia. A su vez, el brasileño Adriano Pedrosa es el primer latinoamericano a cargo de la Bienal”, le cuenta a ¡HOLA! Argentina la reconocida mecenas y coleccionista. “Desde la Fundación Ama Amoedo apoyamos esta edición dentro de nuestro programa anual de apoyo a exhibiciones, para amplificar la visibilidad de los artistas latinoamericanos”, explica Ama.

Junto a Maternidad (1971), la obra de Elda Cerrato que forma parte de su colección privada y prestó para esta edición. “Fue integrada en el núcleo histórico de la Bienal y exhibida en un bastidor de vidrio y concreto diseñado por la emblemática arquitecta Lina Bo Bardi”, detalla.
Junto a Maternidad (1971), la obra de Elda Cerrato que forma parte de su colección privada y prestó para esta edición. “Fue integrada en el núcleo histórico de la Bienal y exhibida en un bastidor de vidrio y concreto diseñado por la emblemática arquitecta Lina Bo Bardi”, detalla.

–¿Quiénes te acompañaron?

–Tuve el placer de viajar con mi equipo de la Fundación Ama Amoedo: Verónica Flom, que es la directora, y Laura Hakel, curadora de la colección y proyectos artísticos. Fue interesante compartir miradas y opiniones en los distintos recorridos. Estos viajes son momentos de reflexión en equipo que nutren las conversaciones de trabajo que tenemos en la Fundación.

–Este año, además, prestaste la obra Maternidad de Elda Cerrato, que forma parte de tu colección privada. ¿Qué sentiste al verla en ese contexto?

–El curador Adriano Pedrosa vino a Buenos Aires en un viaje de investigación y visitó mi colección particular. Fue muy minucioso en observar y preguntar por cada una de las obras. Adriano seleccionó esta obra de Elda Cerrato de 1971, que fue integrada en el núcleo histórico de la Bienal y exhibida en un bastidor de vidrio y concreto diseñado por la emblemática arquitecta Lina Bo Bardi. Fue emocionante encontrarme con esta obra tan querida de mi colección alineada con otras piezas de arte argentino y formando parte de una narrativa más amplia sobre artistas que construyeron los lenguajes de la modernidad.

Ama maneja una agenda maratónica entre su fundación, el trabajo en Colección AMALITA –el museo fundado por su abuela Amalia Lacroze de Fortabat–, el Comité Internacional de arteBA y la Asociación de Amigos del Moderno, y sus compromisos internacionales en los comités del MoMA y del Pompidou.
Ama maneja una agenda maratónica entre su fundación, el trabajo en Colección AMALITA –el museo fundado por su abuela Amalia Lacroze de Fortabat–, el Comité Internacional de arteBA y la Asociación de Amigos del Moderno, y sus compromisos internacionales en los comités del MoMA y del Pompidou. Anastasia Samoylova

–¿Cuál es tu opinión acerca de la obra de Luciana Lamothe que nos representa en el pabellón argentino y la de La Chola Poblete, que fue premiada días atrás?

–Luciana Lamothe es sin dudas una artista referencial del arte contemporáneo argentino. Este proyecto le dio la oportunidad de expandir los límites de su obra escultórica y crecer en la exploración de la materialidad de la madera y la instalación de una manera inteligente y virtuosa. ¡La mención de honor a La Chola Poblete es para celebrar! La Chola es la primera artista trans en ser distinguida en la Bienal de Venecia y este reconocimiento seguramente le abrirá nuevas puertas. Ver artistas de Argentina con obras tan sólidas reafirma lo importante que es apoyar nuestro arte y sostener la continuidad del Pabellón Nacional en Venecia para seguir promoviendo nuestros artistas a nivel internacional.

–También te retrató la artista Anastasia Samoylova. ¿Cómo fue la propuesta y cómo se conocieron?

–Conocí a Anastasia y su trabajo en 2019, cuando adquirí parte de una serie de sus fotografías en una exhibición en la Galería Dot Fiftyone, en Miami. Fui una de las primeras coleccionistas en adquirir su obra. Hoy, cinco años después, va a tener una exhibición en el Met en diálogo con las obras históricas del fotógrafo estadounidense Walker Evans. En Venecia, Anastasia estaba participando de una muestra y sacando fotos para Vogue Italia. Fue un muy lindo momento.

“¡La mención de honor a La Chola Poblete es para celebrar! Es la primera artista trans en ser distinguida en la Bienal de Venecia y este reconocimiento seguramente le abrirá nuevas puertas”, opina la mecenas, que en la foto está acompañada por La Chola.
“¡La mención de honor a La Chola Poblete es para celebrar! Es la primera artista trans en ser distinguida en la Bienal de Venecia y este reconocimiento seguramente le abrirá nuevas puertas”, opina la mecenas, que en la foto está acompañada por La Chola.

–¿Tuviste tiempo para recorrer tus lugares favoritos de la ciudad o visitar amigos?

–Sí, recorrí las exhibiciones paralelas de la Bienal, una parte fundamental de la visita. Me pareció extraordinaria la muestra del artista francés Pierre Huyghe en la Fondazione Pinault. A su vez, desde Fundación Ama Amoedo y la Fundación Proa organizamos una comida para celebrar y homenajear la presencia de Argentina y Uruguay. Estos eventos internacionales son una gran oportunidad para generar y reforzar lazos y colaboraciones. Siempre es una alegría compartir encuentros y conversaciones con artistas, curadores, coleccionistas y amigos en contextos donde el arte es el punto de conexión.

“Ver artistas de Argentina con obras tan sólidas reafirma lo importante que es apoyar nuestro arte”, opina Ama.
“Ver artistas de Argentina con obras tan sólidas reafirma lo importante que es apoyar nuestro arte”, opina Ama.

–Desde tu Fundación otorgan becas, tienen una reconocida residencia artística y alianzas internacionales, entre otras iniciativas. ¿Cuál fue hasta ahora tu mayor satisfacción?

–En los tres años que lleva son muchas las satisfacciones. Una es la colaboración con el artista Edgardo Giménez en la construcción de Casa Neptuna, en José Ignacio, Uruguay. Es una obra de arte en sí misma y allí tiene lugar nuestra Residencia FAARA. Hasta el día de hoy participaron 24 artistas de Argentina, Perú, Brasil, Bolivia, Uruguay, Puerto Rico, Venezuela, Chile, Guatemala, Colombia y México. Es emocionante ver el reconocimiento y el interés creciente por el arte de nuestra región. Ahora estamos por lanzar la segunda edición de las Becas Fundación Ama Amoedo, destinadas a artistas, organizaciones, publicaciones y proyectos de arte y compromiso social. La altísima convocatoria que obtuvimos en 2023 nos demostró lo crucial que es brindar estas becas y me enorgullece ver cómo cada uno de estos proyectos se materializa.

Un paseo en vaporetto por los canales venecianos.
Un paseo en vaporetto por los canales venecianos.
Rodeada por su equipo de la Fundación Ama Amoedo: Laura Hakel (curadora de la Colección y Proyectos Artísticos), y Verónica Flom (es la directora).
Rodeada por su equipo de la Fundación Ama Amoedo: Laura Hakel (curadora de la Colección y Proyectos Artísticos), y Verónica Flom (es la directora).

–Tu contacto con el arte viene desde muy chiquita. ¿Cuál es tu primer recuerdo?

–Desde chica tuve la oportunidad de visitar muestras y talleres de artistas. Mis primeros recuerdos están allí. Me encantaba la cercanía con el proceso creativo y escuchar las conversaciones entre artistas. Fue el comienzo de una conexión que ha crecido con el tiempo.

Con el curador brasileño Adriano Pedrosa en su colección particular.
Con el curador brasileño Adriano Pedrosa en su colección particular.
Conociendo la instalación de Luciana Lamothe en el Pabellón Argentino. “Es sin dudas una artista referencial del arte contemporáneo argentino”, opina.
Conociendo la instalación de Luciana Lamothe en el Pabellón Argentino. “Es sin dudas una artista referencial del arte contemporáneo argentino”, opina.

–Entre tu fundación, el trabajo en Colección AMALITA –el museo fundado por su abuela Amalia Lacroze de Fortabat–, el Comité Internacional de arteBA y la Asociación de Amigos del Moderno, más tus compromisos internacionales en los comités del MoMA y del Pompidou, tu agenda es maratónica. ¿Cómo te organizás?

–Trato de tener claras mis prioridades y soy muy organizada. Además, tengo un equipo increíble que me acompaña. Me involucro en cada proyecto y me encanta aportar desde mi conocimiento y mi entusiasmo. Mi compromiso con el arte hace que el trabajo se convierta en un espacio de energía y aprendizaje diario. Es gratificante saber que estás contribuyendo a algo que amás y tener esta oportunidad es algo que valoro profundamente.

Adiós Mona Lisa: el Louvre quitará para siempre a esta emblemática obra de la sala del museo, ¿a dónde la llevará?

Fuente: Cronista – Tras 220 años en el mismo sitio, la mítica pintura podría ser movida de su tradicional ubicación en el museo del Louvre.

La Mona Lisa es una de las pinturas más famosas jamás hechas en la historia del arte. Fue pintada por el reconocido artista Leonardo da Vinci en la época del Renacimiento, entre 1503 y 1506.

Además, es la creación artística más visitada en el mundo, ya que cerca de 10 millones de personas acuden cada año al Museo de Louvre en París para ver el retrato.

¿Cuál es la historia de la Mona Lisa?

Leonardo Da Vinci pintó su obra maestra entre 1503 y 1506 en Florencia, Italia. Los historiadores y curadores del arte no logran acordar una versión sobre su origen, pero muchos aceptan que la mujer del retrato es Lisa Gherardini, la esposa de un comerciante florentino.

Tras la muerte del pintor en 1519, pasó a estar en manos de su discípulo Salai. Más adelante cayó en las manos del rey Francisco I de Francia y más adelante, durante el reinado de Luis XIV, fue trasladada al Palacio de Versalles.

La Mona Lisa sería cambiada de lugar y dejaría de estar en el Museo de Louvre.

La Mona Lisa no era tan conocida hasta que fue llevada a Louvre durante la Revolución Francesa, lugar donde se quedó desde 1797. En 1911, fue robada por Vincenzo Peruggia con el objetivo de devolverla a su país de origen.

Sin embargo, el intento de repatriación fracasó y el Museo de Louvre se convirtió en su hogar, en donde alcanzó su máximo esplendor. Su sonrisa es conocida a lo largo del todo el planeta y cada visitante que la ve queda asombrado.

¿Dónde moverán la Mona Lisa?

La Mona Lisa se ubica en el Museo de Louvre desde 1804 y se estima que la obra de arte está valuada en cerca de 834 millones de dólares. Su técnica de pintado, manejo de luz y sombras ha inspirado innumerables otras obras.

Sin embargo, todo podría cambiar, ya que existen planes de trasladar la pintura. «Los visitantes no son recibidos adecuadamente en la sala actual, por lo que sentimos que no estamos haciendo nuestro trabajo correctamente», explicó Laurence des Cars, director de Louvre.

La nueva ubicación tiene como objetivo «poner fin a la decepción del público» de no poder ver la obra de cerca. Según Vincent Delieuvin, conservador jefe de arte del siglo XVI, el autor pretendía que la vista sea «cara a cara».

El personal tiene pensado moverla a una sala propia en el sótano el Museo de Louvre. Delieuvin afirmó que «es una habitación grande y la Mona Lisa está al fondo, detrás de un cristal de seguridad, por lo que a primera vista parece un sello postal».

¿Quién era la modelo del retrato de Klimt, hallado y rematado en 32 millones de dólares?

Fuente: Clarín – El pasado miércoles 24 una casa de subastas europea vendió un cuadro de Gustav Klimt por 32 millones de dólares. Quien lo haya comprado tiene ahora esa pintura de un artista cuyas obras principales rara vez aparecen en venta, pero también un retrato cuya protagonista, procedencia y propiedad hasta la fecha se desconocían, o no eran públicos ni motivo de debate.

La firma que remata la obra no es un peso pesado internacional como Sotheby’s o Christie’s, sino im Kinsky, una casa local de Viena cuya mayor venta hasta ahora fue en 2010: 6,1 millones de dólares por un cuadro de Egon Schiele.

En una conferencia de prensa celebrada en enero en la que se anunció la venta de la misteriosa obra de Klimt, Ernst Ploil, codirector ejecutivo de im Kinsky, dijo: “Todo está en la oscuridad. Siempre que surge un argumento a favor de algo determinado, una y otra vez se presentan contraargumentos”.

Parte del debate se centra en la identidad de la joven retratada. Otras preguntas aluden a qué pasó con la obra durante el Anschluss, la anexión de Austria llevada a cabo por el Tercer Reich.Fotografía de Helene Lieser extraída de un número de 1920 de Österreichische Illustrierte Zeitung. Foto NYTimesFotografía de Helene Lieser extraída de un número de 1920 de Österreichische Illustrierte Zeitung. Foto NYTimes

El cuadro era propiedad de una familia judía durante ese período y no existen documentos que registren qué sucedió con él en aquellos años en los que la población judía de Austria fue perseguida, deportada, asesinada y sus posesiones saqueadas por los nazis.

Dudas muy rentables

Las dudas en torno al retrato no han hecho más que aumentar el interés en la venta de esta obra de Klimt, uno de los fundadores del influyente movimiento secesionista de Viena, cuyas pinturas marcadamente decorativas se encuentran hoy entre los trofeos más codiciados del mercado del arte. Su «Dama con abanico» se vendió en Sotheby’s de Londres el mes de junio pasado en 108,4 millones de dólares.

La historia de esta pintura que reaparece, conocida como “Retrato de Fräulein Lieser”, empieza en Viena en 1917, cuando una hija adolescente de una familia judía adinerada hace la primera de sus nueve visitas al estudio de Klimt para posar.

El cuaderno de Klimt da una pista, si bien insatisfactoria, sobre la identidad de su modelo. Registra cada visita con el término «Lis», que alude a integrantes de la acomodada familia Lieser. Pero tanto Justus como Adolf Lieser, dos hermanos nacidos en Alemania que fundaron la primera fábrica mecánica de sogas y cuerdas de cáñamo de Austria, tenían hijas adolescentes.

El retrato nunca se terminó. Los historiadores creen que el lienzo, sin firmar, estaba en el estudio de Klimt cuando este murió en 1918 durante la pandemia de gripe española. A lo largo de décadas la pintura sólo se conoció a partir de una fotografía en blanco y negro tomada en la década de 1920. Posteriormente, el paradero del retrato fue mayormente desconocido.Margarethe con sus hijos William, a la izquierda, y Alexander, en Budapest hacia 1925. Foto: via Andrea Poremba / NYTimesMargarethe con sus hijos William, a la izquierda, y Alexander, en Budapest hacia 1925. Foto: via Andrea Poremba / NYTimes

La casa de subastas sugiere que “Fräulein Lieser” posiblemente represente a una de las dos hijas adolescentes de Henriette Lieser, a quien se conocía como Lilly: ya fuera Helene, que se convirtió en distinguida economista, o Annie, bailarina célebre. Perteneciente a la familia Landau, una de las más ricas de la Viena de fin de siglo, Lilly se divorció de Justus Lieser en 1905 y se convirtió en mecenas de la vanguardia vienesa.

La sugerencia de im Kinsky se basa en una ficha de inventario del negativo de esa antigua fotografía en blanco y negro del cuadro que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Austria. La tarjeta indica que en 1925 el retrato estaba colgado en la palaciega residencia de Lilly en Argentinierstrasse.

Lilly fue deportada por los nazis en 1942 y asesinada en Auschwitz en 1943, según el catálogo.

Pero las hijas sobrevivieron al holocausto. No se sabe de nadie de la familia que haya intentado encontrar o reclamar el Klimt después de la Segunda Guerra. Y el cuadro no aparece en la declaración de activos valiosos de Lilly Lieser que todos los judíos de Alemania y Austria tuvieron que elaborar para los nazis en 1938.

Un puñado de cartas

Sin embargo, investigaciones recientes y artículos del periódico austriaco Der Standard respaldan la opinión de que el retrato es de una de las hijas de Lilly. Los artículos mencionan cartas de 1961 descubiertas hace poco en el archivo del Mumok, el museo de arte moderno de Viena, que indican que en ese momento la pintura estaba en posesión de un hombre llamado Adolf Hagenauer.

En una de las cartas, Hagenauer es reprendido por un curador y futuro director del museo, Werner Hofmann, quien lo acusa de adquirir el retrato de una persona judía que había “muerto en las cámaras de gas”, como ocurrió con Lilly.

Durante el Anschluss, Hagenauer, director general de una empresa familiar de comestibles, estaba casado con la hija del mayordomo de Lilly Lieser, basándonos en una investigación de Georg Gaugusch, autor de una historia de 5.000 páginas sobre la clase media alta judía de Viena.

Gaugusch y Olga Kronsteiner, autores de los artículos de Der Standard, plantean la posibilidad de que Lilly le cambiara la pintura a Hagenauer por provisiones cuando la persecución de los judíos aumentó en 1938, año en el que se documenta que Hagenauer solicitó ser miembro del partido nazi.

Finalmente Hagenauer le regaló el Klimt a su hija, según Der Standard. El diario informó que la hija murió el año pasado, después de haberle legado el cuadro a un pariente lejano que hoy es el vendedor no revelado. Ernst Ploil asevera en un correo electrónico que Der Standard acierta en ese detalle.

Pero dos expertos en Klimt, Tobias Natter y Alfred Weidinger, sostienen que el cuadro en realidad representa a una adolescente diferente: Margarethe Constance Lieser, la hija del hermano de Justus, Adolf, y su esposa Silvia. Adolf murió en 1919. Margarethe se casó con el converso católico húngaro Henry de Gelsey en 1921 y se mudó a Budapest, seguida por su madre en 1938.Fotografía de Annie Lieser extraída de un número de 1920 de Wiener Salonblatt. Foto: NYTimesFotografía de Annie Lieser extraída de un número de 1920 de Wiener Salonblatt. Foto: NYTimes

Weidinger cuenta en un mail que en 2007 le presentaron al hijo de Margarethe, William de Gelsey, un banquero de inversiones. Dice en el mail que de Gelsey, quien murió en Londres en 2021 sin hijos, le había pedido ayuda para rastrear la pintura.

Estaba convencido de que Klimt había pintado a su madre, agrega Weidinger: «Me dijo que nunca había habido ninguna duda al respecto, porque su familia siempre hablaba del retrato de su madre».

De Gelsey estableció una cláusula de provisión en su testamento para hacer una donación a una organización benéfica católica si la pintura fuera redescubierta y vendida, pero nunca registró el retrato de Klimt como desaparecido en la base de datos de Art Loss Register (Registro de obras de arte perdidas), que localiza y recupera obras de arte robadas.

Weidinger y Natter dijeron que la casa de subastas no tomó contacto con ellos para pedirles sus opiniones sobre el cuadro. Por correo electrónico Tobias Natter hizo saber que «contrariamente a todos los estándares internacionales, la casa de subastas no ha logrado involucrar a los dos principales expertos de Klimt, quienes han publicado cada uno un catálogo razonado».

Tres historiadores

También por mail, im Kinsky observó que no se había puesto en contacto con Natter porque sus opiniones sobre la pintura se conocían en base a su catálogo, pero que había consultado al menos a tres historiadores de arte independientes.

El catálogo de la subasta de im Kinsky informa que, como parte del propósito de vender la pintura, los actuales propietarios reconocieron las “muchas ambigüedades y lagunas históricas” de su procedencia y alcanzaron “una solución justa y equitativa” con los sucesores legales de la familia Lieser. Este acuerdo denota que, desde un “punto de vista puramente jurídico”, es “irrelevante” quién encargó el cuadro y cuál de las tres señoritas Lieser es la representada.

Ernst Ploil subraya que, independientemente de quién haya posado para el retrato, el cuadro se adquirió ilegalmente durante el período nazi. «Cualquier forma de sustracción durante la época nazi debe tratarse como ilegal», afirma.Margarethe Constance Lieser y su marido, de un número de 1921 de Wiener Salonblatt. Foto NYTimesMargarethe Constance Lieser y su marido, de un número de 1921 de Wiener Salonblatt. Foto NYTimes

Cuando se le preguntó si la organización caritativa nominada por de Gelsey sería también beneficiaria de la subasta, Ploil, que además es socio del estudio de abogados vienés Ploil Boesch, se refirió en un correo electrónico a que, aunque una cláusula de confidencialidad le impedía comentar ese punto específico, «todos los sucesores legales de Adolf, Justus y Henriette Lieser forman parte del acuerdo”.

Jil Birnbaum, abogada del estudio jurídico londinense Wedlake Bell que maneja el patrimonio de Gelsey, confirmó que los herederos de William y su hermano Alexander, que murió en 2006, están incluidos en el acuerdo.

En virtud de la reglamentación austriaca, los convenios legales entre propietarios y sucesores pueden, en determinadas circunstancias, resolver una cuestión de restitución en lugar de la devolución formal de una obra de arte saqueada. Luego el Estado debe conceder a la obra una licencia de exportación. La Autoridad Federal de Monumentos de Austria emitió dicha licencia al cuadro de Klimt el 23 de octubre de 2023.

Restituciones espinosas

«La restitución es una cuestión muy delicada y tenemos que investigar mucho y ser muy precisos con la información», manifiesta Erika Jakubovits, directora ejecutiva de la presidencia de Israelitische Kultusgemeinde Wien, la Comunidad Judía de Viena.

«Sólo los herederos legítimos deberían ser con quienes llegar a un acuerdo», recalca. «Antes de iniciar los trámites de conciliación se debería preparar un informe jurídico sobre los herederos«, añade en alusión a lo que estima dudas pendientes sobre quiénes son los herederos legales del «Retrato de Fräulein Lieser».

Aun cuando la última investigación publicada en Der Standard se muestra a favor de que la chica Lieser sea más probablemente Helene, la futura economista, Ploil insistió por mail en que era importante no ir demasiado lejos en la identificación específica de la persona del retrato en esta coyuntura.

Hizo hincapié en que los abogados de la familia de Gelsey “aún mantienen su opinión contraria, o sea que Adolf Lieser encargó la pintura, que muestra a Margarethe Lieser y no a Helene”.

Debido a la falta de resultados concluyentes, Ploil aclaró que “no se cambiará ni modificará el catálogo”.

Tobias Natter, el estudioso de Klimt, pone de relieve que la identidad de la joven retratada tiene implicancias más vastas. «La identidad es importante puesto que nos permite volver al comitente y nos dice mucho acerca de la procedencia y el historial de propiedad», precisa. «Eso realmente marca una diferencia.»

© The New York Times / Traducción: Román García Azcárate

Argentinos en todas partes: apuntes sobre la Bienal de Venecia

Fuente: Perfil – La Bienal de Arte de Venecia es un evento internacional referente del arte contemporáneo, que se realiza en Italia desde hace 120 años aproximadamente. Bajo el título ‘Extranjeros en todas partes’ y con curaduría del brasileño Adriano Pedrosa, la 60a edición inauguró el pasado 20 de abril y podrá visitarse hasta el 24 de noviembre.

La exposición internacional de arte se despliega en el Pabellón Central Giardini (antiguos  jardines reales) y en el Arsenale (antigua base naval, devenida en lugar de exhibición). Con un total de 331 participantes, se divide en dos secciones: el Núcleo Contemporáneo y el Núcleo Histórico. Es también la única Bienal que mantiene la estructura de representación mediante pabellones nacionales, con 87 países representados en los históricos Pabellones de Giardini, en el Arsenale y en los alrededores de Venecia.

Fui invitado a participar en la apertura del Pabellón Argentino, ‘Ojalá se derrumben las puertas’, de la artista Luciana Lamothe, instalación curada por Sofía Dourron y que representa a nuestro país en el evento.

Entre muchas de las cosas que me dejó la asistencia a esta Bienal, es interesante ver cómo la comunidad argentina que circuló en la apertura echó un poco de luz a la oscura realidad actual, comulgando en relación con un mismo misterio: nuestro presente. Un presente que se instala en su modo poético como provocación, pero también como una evocación del pasado porque como ya sabemos: lo mejor está por venir.

Y como parafraseando el título o hipótesis del curador Adriano Pedrosa (por cierto, es la primera vez que la Bienal tiene un curador latinoamericano), ‘Extranjeros en todas partes’, no había sitio hacia el que mirara en el que no resonara ese estilo tan particular que tenemos los argentinos.

Acompañando la inauguración del envío argentino en la cita protocolar; aportando textos al catálogo oficial; en la producción del pabellón de Canadá; en reuniones informales de agentes del arte latinoamericano, guiando y adoctrinando (sic) grupos; representando prestigiosas organizaciones americanas (y también europeas); dando cuenta de lo que pasaba para distintos medios de comunicación; disfrutando como público en general; agitando el grupo de WhatsApp que tenía ‘la’ data (y los bares), y procurando intercambios comerciales (y de cualquier otro tipo también, ¿por qué no?). Y sin lugar a dudas, con la participación récord de artistas argentinos exhibidos. 

Pero esta nueva edición me dejó también una serie de interrogantes: ¿Será producto de una asociación libre –solamente– pensar que el curador leyó el libro de Mercedes Halfon sobre Witold Gombrowicz o que la escritora argentina conocía la obra del colectivo parisino Claire Fointaine? Me lo pregunto porque tanto la Bienal como el libro y la obra tienen el mismo título. ¿Somos siempre extranjeros? ¿Es la Bienal una especie de juego de sábanas y el sistema del arte argentino una camita de una plaza, estilo Procusto? ¿Cambiar el comité de selección del artista o el curador principal garantiza un gran manto que ‘cubra’ todas las expectativas de los agentes del arte autóctonos? ¿Cómo nos interpelan estos grandes actos sensibles en relación con la realidad que atravesamos en materia de cultura y sociedad en nuestro país? 

Más allá de mis dudas y la propia atención flotante, es interesante rescatar el foco de esta nueva edición que estuvo asentado en los artistas extranjeros, inmigrantes, expatriados, diaspóricos, exiliados, oprimidos, refugiados y una larga lista de etcéteras.

La migración, la descolonización y lo queer son sus temas centrales y buscan reflexionar a partir de la yuxtaposición deforme de estas experiencias, sabidurías, miserias y también –y sobre todo– de su obrar en las artes. Intuyo que las operaciones globales de algunos a los que nos repercute lo anterior, decantarán hacia nuevas redes, conexiones, asociaciones, colectivos, comunidades, nuevas preguntas e hipótesis para discutir, procesar y seguir trabajando.

El curador y la Bienal como un todo, visibilizan y ponen en valor cientos de artefactos y organismos diversos, que fueron borrados por las matrices dominantes del geopensamiento. Que esto nos sirva de disparador para evitar que borren las nuestras. Como me dijo Sofia Dourron, la curadora del envío oficial argentino: “La cultura es identidad que se sostiene con instituciones. Sin éstas, desaparece”.

Bienal de Venecia: participación récord argentina en la gran vidriera mundial del arte

Fuente: Infobae – La 60° edición cuenta con la presencia de 20 artistas nacionales: de Luciana Lamothe a “La Chola” Poblete y las tejedoras del grupo Silät, junto a históricos como Juan Del Prete, Elda Cerrato y Clorindo Testa, entre otros.

Hoy comienza la 60 edición de la Bienal de Arte de Venecia, el evento artístico más prestigio (y antiguo) del mundo, que por primera vez cuenta con un curador latinoamericano, el brasileño Adriano Pedrosa, quien generó una propuesta que mira al sur -histórico también- y que lleva como lema Extranjeros en todas partes (Stranieri Ovunque)

Mirar al sur no solo geográfico, sino también como metáfora de los grupos que, a lo largo del tiempo, han quedado relegados. Así, de los 330 artistas de 80 países que participan, más de un centenar de los invitados, proviene de latinoamericana y su presencia se hace notar tanto en los pabellones nacionales -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela- como en la muestra central.

La Bienal se divide en dos secciones: el ‘Núcleo Histórico’ y el ‘Núcleo Contemporáneo’, que es la parte más grande de la exposición; además de los pabellones -ubicados en Giardini y Arsenale- como también en áreas abiertas, aunque algunos, como el del Vaticano, han elegido ubicaciones diferentes, como una antigua cárcel de mujeres.

Al fondo, "Ekho II", díptico de la artista argentina María Martorell, un préstamo del Museo Sívori (Cultura CABA) Al fondo, «Ekho II», díptico de la artista argentina María Martorell, un préstamo del Museo Sívori (Cultura CABA)

El ‘Núcleo Histórico’ ofrece obras realizadas en el siglo XX de artistas de América Latina, África, Oriente Medio y Asia, ese denominado ‘Sur Global’, que también tuvo un protagonismo destacado en la última Documenta. A su vez, este espacio cuenta con tres subsecciones ‘Retratos’, ‘Abstracciones’ y una tercera dedicada a la diáspora de artistas italianos en el siglo XX.

Mientras que el ‘Núcleo Contemporáneo’ se centra en la producción de cuatro tipos de artistas: el artista queer -una palabra ligada a la comunidad LGTBI+ que significa extraño y está emparentada con extranjero en latín-, el outsider -”al margen del mundo artístico oficial”-, el artista popular y el artista indígena.

En ese marco, la presencia argentina, tanto de contemporáneos como históricos, es la más alta de la historia y es integrada por más de una veintena de artistas, que van desde Luciana Lamothe, la artista que representa al país en el pabellón nacional; al colectivo de las tejedoras Silät y Claudia Alarcón, del chaco salteño; La Chola Poblete; Mariana Telleria, Kim Yun Shin (nacida en Corea del Sur, pero radicada en el barrio de Flores)

Esta edición se centra en los artistas extranjeros -especialmente en los refugiados e inmigrantes-, en los ‘queer’, los ‘outsiders’, los artistas folk (o de lo popular) y los provenientes de pueblos originarios (GABRIEL BOUYS / AFP) Esta edición se centra en los artistas extranjeros -especialmente en los refugiados e inmigrantes-, en los ‘queer’, los ‘outsiders’, los artistas folk (o de lo popular) y los provenientes de pueblos originarios (GABRIEL BOUYS / AFP)

El pabellón argentino

“Ojalá se derrumben las puertas”, propuesta con la que Luciana Lamothe se presenta en el pabellón oficial, consta de cuatro estructuras construidas a partir de andamios de hierro, cintas de fenólico curvado y una serie de esculturas elaboradas con retazos de maderas descartadas, quemadas, perforadas y tajeadas, ramas, troncos, fragmentos de caños y los nudos metálicos que los conectan.

La obra enuncia la necesidad de superar las formas hegemónicas de habitar el planeta que han producido un presente azotado por crisis climáticas, migratorias, económicas, sociales y territoriales.

Los elementos se entrelazan generando espacios envolventes y transitables que subvierten los arquetipos de la arquitectura occidental para reformular el significado de la noción de “habitar”.

“Ojalá se derrumben las puertas”, propuesta con la que Luciana Lamothe se presenta en el pabellón oficial (Cancillería) “Ojalá se derrumben las puertas”, propuesta con la que Luciana Lamothe se presenta en el pabellón oficial (Cancillería)

“Busco generar una especie de transmaterialidad, donde los materiales duros también pueden ser blandos o los materiales blandos también pueden ser duros. Depende del uso que se le da. En ese sentido hay una propuesta queer en mi trabajo”, había dicho la artista durante la presentación de la obra en Cancillería.

La curadora de la presentación, Sofía Dourron, comentó: “La obra de Luciana lo que propone es, en este sentido tan amplio de extranjería, es repensar las formas de habitar. Por un lado, repensar también los límites materiales. Hay algo muy importante, que es la transformación de los materiales que ella lleva de lo duro a lo blando constantemente, jugando o tensionando más bien esas dicotomías entre natural, industrial, duro, blando, suave, áspero. Y entonces ahí hay un repensar esas categorías que también nos invita a repensar estas categorías de qué es ser hombre, mujer, qué es lo nacional, qué no lo es. Al repensar algunas de estas categorías, estas dicotomías desde lo material también nos invitan a repensarnos como sociedad”, durante un encuentro en la Casa Nacional del Bicentenario.

Artistas argentinos: contemporáneos e históricos

Esta edición de la Bienal se centra en los artistas extranjeros -especialmente en los refugiados e inmigrantes-, en los ‘queer’, los ‘outsiders’ -al margen del mundo artístico oficial-, los artistas folk (o de lo popular) y los provenientes de pueblos originarios.

“Hasta los años 60, 70 y 80, la mayoría de las exposiciones estaban concentradas en artistas procedentes de Europa y Estados Unidos. En los años 90 empezamos a ver exposiciones que incluían artistas de diferentes partes del mundo. Ya no puedes hacer una exposición de solo hombres, solo artistas blancos y solo artistas europeos”, dijo durante la presentación Pedrosa, quien además es director artístico del Museo de Arte de San Pablo Assis Chateaubriand.Grupo Silat Y Claudia Alarcón – Bienal De Venecia

Así, es la primera vez que hay una participación de pueblos originarios en la Bienal por Argentina y, además del ingreso en el mundo del arte, como de artistas que tienen una mirada donde conviven lo queer y lo originario.

En la sección de lo Contemporáneo es muy destacada la presencia de la artista textil Claudia Alarcón y Silät, un grupo compuesto por un centenar de mujeres wichí cuyo nombre puede traducirse como “mensaje”, “alerta”, “anuncio”, como también puede referirse a una columna, algo que sostiene.

Las ocho piezas están expuestos en el Arsenale, en una pared de 25 metros de largo. Dos pertenecen a Alarcón y los otros seis fueron realizados por 15 tejedoras del grupo, que está compuesto por alrededor de un centenar de mujeres.

La agrupación vive entre las comunidades La Puntana y Alto La Sierra, en la localidad salteña Santa Victoria, en el chaco norteño, que tiene una densidad poblacional de 1,5 habitantes por kilómetro cuadrado, según el último censo nacional, y que limita con Bolivia y Paraguay.

Entre el grupo Silat y Claudia Alarcón se presentan ocho obras textiles (Gentileza Andrei Fernández)Entre el grupo Silat y Claudia Alarcón se presentan ocho obras textiles (Gentileza Andrei Fernández)

Silät es coordinado por Alarcón junto con Melania Pereyra y cuenta con la colaboración de la gestora y curadora Andrei Fernández, que las acompaña desde 2017, y a quien llaman cariñosamente “chisuk”, la rebelde.

“Es una alegría inmensa que las chicas estén ahí, que su trabajo esté expuesto en este evento hermoso que reúne a gente de diferentes lugares del mundo, de diferentes culturas y realmente se siente como una celebración y como una reafirmación de la posibilidad de de moverse y cambiar el sentido de estas imágenes y poder presentar otras narrativas, otras imaginaciones”, dijo Fernández a Infobae Cultura.

Muchas de las mujeres que conforman Silät fueron fundadoras de la organización Thañí/Viene del monte, que con “La escucha y los vientos” se presentaron en la berlinesa ifa-Galerie, invitada por Inka Gressel, quien en 2022 fue, junto a Fernández, cocuradora de la muestra que dio inicio a la tercera edición de Bienalsur, en el Bellas Artes de Salta.

El proceso de las tejedoras es colectivo para cada pieza  (Andrei Fernández)El proceso de las tejedoras es colectivo para cada pieza (Andrei Fernández)

La muestra itineró luego por el Museo del Barro de Asunción y por la sede de la organización indígena Lhaka Honhat en Santa Victoria Este (Salta). En 2023, a partir de una beca en el marco del Programa Puentes -un proyecto que promueve la Embajada Argentina en el Reino Unido y la Anglo Argentine Society- Fernández presentó los trabajos de la artista y el grupo en la Fundación Delfina de Londres y en la exposición “Nitsäyphä” la galería Cecilia Brunson Projects, que las representa en el mundo artístico.

Arte y artesanía no tienen traducción en wichí, no existe esa separación que no es más que una categoría impuesta por el sistema del arte que, durante siglos, desdeñó los trabajos artesanales y a los pueblos originarios, con una mirada eurocentrista (y estadounidense, ya en el siglo XX), masculina y blanca.

Sobre las piezas de Alarcón, Andrei Fernández comentó: “Una es un homenaje a las mujeres estrella, que es un mito fundacional de el pueblo Wichi, que dice que las mujeres antes de vivir en la tierra, vivían en el cielo y eran estrellas y bajaban a la tierra en hilos de chaguar. En algún momento los hombres le cortaron el hilo y ellas se quedaron viviendo acá y se vuelven a conectar con su hogar mediante el tejido, haciendo los tejidos de Chaguar. Al estar en contacto con la planta vuelven a sentir ese resplandor celestial que era su casa de cuando eran estrellas.

Claudia Alarcón y Anabel Luna, parte del colectivo Thañí / Viene del monte, que participaron de "La escucha y los vientos" en el lanzamiento de Bienalsur 2021 en Salta (Matías Maiztegui - Cortesía BIENALSUR)
Claudia Alarcón y Anabel Luna, parte del colectivo Thañí / Viene del monte, que participaron de «La escucha y los vientos» en el lanzamiento de Bienalsur 2021 en Salta (Matías Maiztegui – Cortesía BIENALSUR)

Y agregó: “Después, la otra se llama Oreja de Mulita, que tiene un diseño y un punto de un hilo muy finito y un punto tradicional antiguo que ya no se hace, que se llama punto antiguo. Es una obra muy exquisita que ya fue adquirida por una coleccionista de Estados Unidos”.

Ambas obras ya se mostraron en Londres en la Fundación Delfina, en un proyecto en el que Fernández, a partir de una beca en el marco del Programa Puentes, un proyecto que promueve la Embajada Argentina en el Reino Unido y la Anglo-Argentine Society, llevó los trabajos de la artista y el grupo Silat.

“Las seis obras del grupo representan diferentes momentos del día y del año: la noche, la mañana, el atardecer, la primavera, el invierno y así. Son todas obras hechas con punto chica, el punto con el que hacen las bolsas de recolección, que es el punto tradicional del pueblo wichi”, explicó.

“Aparecen mucho los seres del monte, del bosque, de la selva y, por supuesto, la fuerza ancestral. Una fuerza ancestral no anclada en el pasado, sino con una proyección hacia el futuro”, dijo Fernández.

La Chola Poblete junto a uno de sus obras en la Bienal (@la.c.h.o.l.a)La Chola Poblete junto a uno de sus obras en la Bienal (@la.c.h.o.l.a)

En la sala siguiente, se encuentran las piezas de Mauricio “La Chola” Poblete, una serie de representaciones de vírgenes realizadas en acuarela entre 2023 y 2024, cuyas composiciones complementan las figuras con una combinación de simbología andina e iconografía pop.

A ellas suma un autorretrato, parte del registro fotográfico de una performance realizada en 2014 en la cual la artista encarna la figura de la chola paceña de los Andes con su vestimenta tradicional. Además, completa la presentación de la artista representada por Galería Barro, una obra textil reversionando la bandera de los Estados Unidos confeccionada con aguayo, un textil típico de la región andina.

“La Chola” Poblete (Guaymallén, 1989) viene de recibir el premio Artista del Año 2023 por la alemana Deutsche Bank, siendo la primera de Latinoamérica en alcanzar el galardón que se concede a artistas contemporáneos que hayan creado una obra artística y socialmente relevante, que abarque los medios del papel y la fotografía.

Sus primeros trabajos estuvieron relacionados a la fotografía y performances, con la “La Chola” como protagonista, hasta entonces un alter ego que utilizaba, que luego se convirtió en nombre oficial a partir de que comenzó una exploración biográfica y matriarcal sobre su descendencia boliviana.

La artista mendocina presenta una serie de representaciones de vírgenes realizadas en acuarela entre 2023 y 2024 junto a un retrato  (@la.c.h.o.l.a) La artista mendocina presenta una serie de representaciones de vírgenes realizadas en acuarela entre 2023 y 2024 junto a un retrato (@la.c.h.o.l.a)

Aunque fue en los últimos años cuando se ascenso se convirtió en meteórico, en un momento del arte en que los relatos de la diversidad, las minorías y los deudas históricas con una mirada descolonizadora forman parte crucial de la nueva escena. Su gran presentación en Buenos Aires fue en 2021, con su primera muestra individual en la Galería Pasto, Tenedor de hereje (un instrumento de tortura de la Inquisición).

A principios de 2022, su presencia en la feria de arte ARCO Madrid tuvo repercusión internacional cuando el destino la cruzó con la reina Letizia de España. La Casa Real había enviado un mail para informarle a la galería porteña que la representa comunicando que habían sido el stand elegido para la visita de los reyes y que, según el protocolo, debían saludar a la reina con una mano en el corazón o hacerle una reverencia y decirle “Señora” o “Su Majestad”. Sin embargo, cuando Letizia se le acercó y le preguntó: “Tú eres chola”, Poblete respondió con la frase “después de 530 años nos volvemos a encontrar”.

Si bien Poblete comenzó, primero, a trascender a través de sus performances y fotografías que reivindican la piel morena, “marrón”, las mujeres de su familia y su ascendencia de pueblos originarios, fue sumando sus propuestas en dibujos, en los que retoma mitogramas que hacen referencia al pintor indígena Guamán Poma de Ayala.

Por otro lado, en el Núcleo Histórico se encuentran los trabajos de artistas, italianos y de otros países, (o primera generación de argentinos) que debido al fascismo, la guerra o la depresión debieron dejar sus hogares, de Europa a Asia, para triunfar en otras partes del mundo, entre los que se encuentran Juan Del Prete, Elda Cerrato, Clorindo Testa, Lidy Prati, Victor Cúnsolo, Raquel Forner, María Martorell, Kazuya Sakai, Emilio Pettoruti, Juana Elena Diz, Bibi Zogbé, Mariana Telleria, Kim YunShin Wonsan y Libero Badíi, entre los ‘locales’, junto a Anna Maria Maiolino y Alfredo Volpi (por Brasil) y Horacio Torres (Uruguay, hijo de Torres García), por nombrar algunos.

Del encuentro participan 330 artistas de 80 países (GABRIEL BOUYS / AFP) Del encuentro participan 330 artistas de 80 países (GABRIEL BOUYS / AFP)

Las obras se presentan con un montaje como el que existe en en Museo de Arte de San Pablo (MASP), que dirige Pedrosa, en las que se puede observar el frente y el reverso, diseño de la arquitecta Lina Bo Bardi.

Juan Del Prete (1897-1987) dejó una impronta perdurable en el arte abstracto en América Latina tras su traslado a Argentina en 1911. Reconocido por su versatilidad artística, su legado sigue resonando en las obras de numerosos artistas contemporáneos. Desde sus inicios en la Academia Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires, se sumergió en las vanguardias europeas, explorando una paleta de movimientos artísticos innovadores.

El desembarco de Del Prete en Europa durante la década de 1920 marcó un punto crucial en su carrera. Allí, su encuentro con movimientos como el futurismo, constructivismo y surrealismo transformó su estilo. Experimentó con formas, colores y conceptos que desafiaban la representación figurativa convencional.

“La obra de Del Prete es de entre el 33 y el 34, años en que abandona la figuración y empieza a hacer las primeras obras abstractas de la historia del arte argentino. En esos dos años, en Amigos del Arte se hicieron muestras, que son las primeras no figurativas del país, que en realidad eran de arte abstracto. Esta obra estuvo expuesta en la segunda muestra, y creo que es clave en la historia de la pintura argentina”, explicó Sebastián Boccazzi, director de la galería Roldán Moderno, que trabaja con el legado del artista, a Infobae Cultura.

Parte del Núcleo Histórico, que aloja obras de artistas migrantes, donde se observan (en el centro) las obras de Juan del Prete y Elda Cerrato (Gentileza galería Roldán Moderno)Parte del Núcleo Histórico, que aloja obras de artistas migrantes, donde se observan (en el centro) las obras de Juan del Prete y Elda Cerrato (Gentileza galería Roldán Moderno)

Por su parte, de Elda Cerrato(1930)se exhibe Maternidad, una pieza que “estuvo expuesta en la galería Herlitzka & Co. en la exhibición Ellas (fines de 2019), junto a trabajos de artistas mujeres del staff”,dijo a este medio Mauro Herlitzka, director de la galería que representa a la artista fallecida en 2023 y que un año había recibido el prestigioso Premio Velázquez, otorgado por el Ministerio de Cultura español y que reconoce la totalidad de la obra de un artista iberoamericano.

“Pertenece a la misma serie de obras exhibidas en la Bienal de San Pablo y en su retrospectiva en el Museo de Arte Moderno. Es de la serie de sus reflexiones surgidas a partir del pensamiento de George Gurdjieff, filósofo místico y maestro espiritual que influenció fuertemente su singular producción”, agregó Herlitzka.

Cerrato comenzó su producción artística a partir de investigaciones centradas en geometría y una búsqueda de respuestas personal que la llevó a la “Escuela del Cuarto Camino”, de Gurdjieff, un maestro místico, escritor y compositor de origen ruso. “Mi primer trabajo fue más bien de tipo collage, más aleatorio, que fue la primera exposición que hice en Venezuela y después apareció por las colinas de Tucumán una expresión un poco de mis búsquedas, el Ser Beta, que tenía ciertas características, que yo llamé a ese periodo Cosmológico”, contó en una entrevista con Infobae Cultura.

“Pintura o Círculo negro”, de Clorindo Testa (Malba) “Pintura o Círculo negro”, de Clorindo Testa (Malba)

Por su parte, el Museo de Arte Latinoamericano (Malba) dio en préstamo para el evento las obras “Composición serial” (1948) de Lidy Prati y “Pintura o Círculo negro” (1963) de Clorindo Testa, mientras que de la Colección Costantini llega “La del abanico verde” (1919) de Emilio Pettoruti. Ya en el ámbito latinoamericano, también se dieron en comodato las piezas icónicas “Retrato de Ramón Gómez de la Serna” (1915) deDiego Rivera, del museo, y “Tehuana” (1940) de Rosa Rolanda, como el famoso “Diego y yo” (1949) de Frida Kahlo, ambas de la colección, siendo así la primera obra de la artista mexicana que se presenta en el encuentro internacional de arte que comenzó en 1895.

“Es la primera vez que se exhibe una obra de Frida en la bienal más antigua del mundo. Frida es una artista genial, no solamente por la capacidad técnica del retrato, sino por haber hecho de la imagen su autobiografía. Esta obra da testimonio del amor que ella tiene por Diego. Lo representa en un momento muy dramático. Expresa la angustia, con el pelo que le envuelve el cuello como una situación asfixiante, las lágrimas y Diego en su pensamiento con los tres ojos” sostuvo Eduardo Costantini, en un comunicado de prensa.

En el contexto latinoamericano, "Diego y yo" de Frida Kahlo es la primera obra que se muestra en la historia del evento de la pintora mexicana (junto a  “Retrato de Ramón Gómez de la Serna”, de Diego Rivera) (Malba) En el contexto latinoamericano, «Diego y yo» de Frida Kahlo es la primera obra que se muestra en la historia del evento de la pintora mexicana (junto a “Retrato de Ramón Gómez de la Serna”, de Diego Rivera) (Malba)

Además, forman parte del encuentro, que finaliza el 24 de noviembre, dos obras delMuseo Moderno de Buenos Aires: “Lavandera” (S/D) de Juana Elena Diz y “Luz amarilla”, (1970) de Ester Pilone. Otro museo porteño que forma parte es el Museo Sívori, que se encuentra representado por “Ekho II”, un díptico de 1968 de María Martorell.

La obra “Dios es inmigrante” de la contemporánea Mariana Telleria, quien fue la representante argentina en la edición de 2018, se encuentra emplazada en la entrada del Pabellón Central Giardini. La primera versión de este trabajo puede observarse en Buenos Aires, en el parque del Centro de Arte Contemporáneo (MUNTREF) y Museo de la Inmigración, justamente el espacio que hacía de hotel-hospital para los inmigrantes que llegaban al país, localizado a orillas del Río de la Plata.

“Dios es inmigrante” de Mariana Telleria en el Museo de la Inmigración-Muntref (Gentileza Galería Ruth Benzacar)“Dios es inmigrante” de Mariana Telleria en el Museo de la Inmigración-Muntref (Gentileza Galería Ruth Benzacar)

Finalmente, el dúo Chiachio & Giannone, representados por la Galería Ruth Benzacar -al igual que Lamothe y Tellería-, dicen presente con dos de las obras que formaron parte de “Comechiffones”, su última exposición, invitados por la marca suiza Swatch, principal sponsor de la Biennale, para la exposición Swatch Faces 2024 en el Arsenale.

Para los argentinos, la Bienal comenzó antes de la inauguración oficial, con la performance “Herencia / Errancia” del artista Aaron Nachtailer, quien, en los hornos más antiguos de la ciudad, cocinó un centenar de kilos de pan, que “no se entiende como la creación de un objeto exclusivo, sino como la realización de un deseo de compartir”, dijo la curadora Diana Saiegh, ex directora del FNA y jurado de la selección oficial para el representante argentino de esta edición de la Biennale, en un evento del que participaron referentes del circuito artístico nacional.

“Herencia / Errancia” es parte del cuerpo de obras del proyecto “Nomad”, que se llevará a cabo en Buenos Aires en la primavera de 2024 -pasando por lugares icónicos y sus museos (entre otros el Museo Larreta y los espacios verdes del Museo Nacional de Bellas Artes), que consistirá en una serie de instalaciones inmersivas time-site specific, del contenido “verde cultural”, basadas en la presencia de la materia natural “el árbol”, donde la experiencia física y material de las obras será el hilo conductor.

El Sívori brilla en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia

Fuente: Buenos Aires – Por primera vez, una obra del Museo Sívori forma parte de la exposición central.

Los museos de la Ciudad de Buenos Aires se destacan en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia.

Este logro representa un hito en la historia de MuseosBA, siendo en este caso el Museo Sívori quien ha prestado una de sus obras más relevantes ―Ekho II, 1968 (díptico) de la artista argentina María Martorell― para la exhibición de arte más importante y famosa del mundo.

Esta oportunidad no sólo brinda una plataforma para aumentar la visibilidad internacional de la artista, sino que también consolida la posición del museo como un referente en el ámbito artístico a nivel global. 

Además, dos obras delMuseo Moderno de Buenos Aires se suman a esta destacada muestra, que comenzará el 20 de abril y permanecerá hasta el 24 de noviembre de 2024 en los pabellones Arsenale-Corderie y Giardini-Central de Venecia (Italia), con curaduría de Adriano Pedrosa.

Denominada Stranieri Ovunque – Extranjeros por todas partes, la exposición central es una gran oportunidad para dar visibilidad al trabajo de artistas mujeres en el contexto de un evento internacional de renombre, que reúne numerosas participaciones oficiales de diferentes países. Asimismo, de acuerdo a la temática propuesta para esta edición, la Biennale Arte 2024 será una celebración de lo extranjero, lo distante, lo outsider, lo queer y lo indígena. En este contexto, las artistas formarán parte de un guión que reconoce su relevancia histórica y su influencia en la narrativa del arte moderno del sur global.

La exposición irá acompañada de un catálogo en donde se verá reflejada la investigación teórica y dará cuenta de las obras y artistas que participan de la Biennale Arte 2024. 

martorell_

María Martorell 
Ekho II, 1968 (díptico)
Óleo s/tela 
1,70 x 1,60 cm 
Colección Museo Sívori
 

venezia1
venezia6
venezia4
venezia5
martorell
amarilla
lavandera

A los 91 años, murió el dibujante y escritor Ziraldo, un clásico de la literatura infantil y la historieta

Fuente: La Nación – El presidente Lula da Silva, Xuxa, Laerte Coutinho, Ivan Lins, Liniers, Ariel Tarico, María Teresa Andruetto y Rep, entre otros, despidieron en redes sociales al querido humorista y escritor brasileño, que falleció este sábado en Río de Janeiro.

Causó consternación en América del Sur la muerte del escritor, dibujante, caricaturista y periodista brasileño Ziraldo Alves Pinto (conocido como Ziraldo), anteayer, a los 91 años en su casa en Río de Janeiro, según informó su familia. Desde el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva hasta la cantante y conductora Xuxa, pasando por la historietista Laerte Coutinho, el músico Ivan Lins, la escritora María Teresa Andruetto, el dibujante Liniers, el humorista Ariel Tarico y la editora Mercedes Güiraldes, de Emecé, donde se habían publicado algunas de las obras más conocidas del escritor, lamentaron la muerte de Ziraldo, el inolvidable creador de El gusanito de la manzana, Una maestra macanuda y El Pibe Piola. Su primer libro, de 1969, fue Flicts, la historia de un color raro y diferente. Había nacido el 24 de octubre de 1932 en Caratinga, en el estado de Minas Gerais en donde pasó su infancia. Toda su carrera artística se desarrolló en Río de Janeiro. Publicó más de cien libros y vendió más de diez millones de ejemplares.

Libros para chicos de Ziraldo publicados en la Argentina: "El Polilla", "Las flores de primavera" y "El gusanito de la manzana"
Libros para chicos de Ziraldo publicados en la Argentina: «El Polilla», «Las flores de primavera» y «El gusanito de la manzana»Archivo

Brasil perdió este sábado a uno de los mayores exponentes de la cultura, la prensa, la literatura infantil y el imaginario del país -escribió ayer el primer mandatario brasileño en su cuenta de X-. Caricaturista, historietista, escritor y periodista, Ziraldo es nombre omnipresente en la cultura popular brasileña”. Ziraldo obtuvo el prestigioso Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos en 2008. “O Menino Maluquinho [el Pibe Piola en la Argentina, el Polilla en España], su personaje más conocido, pobló mentes y la imaginación de niños de todas las edades en todas las regiones. Es un libro que se convirtió en película y obras de teatro, inspiró canciones y viene siendo transmitido de padres a hijos como sinónimo de inocencia, curiosidad y belleza”, agregó Lula da Silva.

Fue famoso por sus obras clásicas de la literatura infantil y, en su país, un referente (al nivel de Quino en la Argentina) de la historieta y las artes gráficas. Como periodista y humorista, integró el equipo de O Pasquim (El Pasquín), un semanario de prensa alternativa fundado en la década de 1960 que denunciaba los atropellos de la dictadura militar brasileña, y condujo el programa televisivo Etcétera.

“Lo conocí en 1991 cuando Emecé lo invitó para promocionar El Pibe Piola, con traducción de Juan Forn, en coincidencia con que Xuxa tenía su exitoso programa de televisión El show de Xuxa, al que lo invitó-dice a LA NACION Güiraldes, que tradujo El chico de la historieta, de Ziraldo-. Eran amigos y ella lo reconocía como uno de sus descubridores. Vino para tratar de conseguir que El Pibe Piola se conociera en el país tan bien como en otros países de América Latina. Iba a estar una semana en Buenos Aires pero tuvo un neumotórax, por lo que debió operarse acá, en la Clínica del Sol, y se quedó más de un mes. Vinieron su mujer y sus hijos a visitarlo, nos vimos muy seguido y nos hicimos amigos. Era divertídisimo, amaba el fútbol y Buenos Aires, y era muy querido. Era amigo de muchos dibujantes argentinos como Quino, Rep, Fontanarrosa y Crist. Decía que los dibujantes del mundo entero formaban una comunidad mucho más unida que la de los escritores”. También, que todos los dibujantes latinoamericanos se habían formado mirando los dibujos e historietas de José Antonio Guillermo Divito.

“Fue en tu programa, Etcétera, que mi vida en televisión comenzó… -escribió Xuxa en su cuenta de Instagram-. Desde entonces siempre has sido parte de mi vida, de mi historia, de la historia de la Fundación y de tantos niños. Gracias por todo lo que has sembrado y un beso en tu corazón. Vaya con Dios”.

“Fui su amigo y lo veía cada vez que iba a Río, algo que en una época hacía con frecuencia -cuenta el editor Daniel Divinsky a este diario-. Almorzábamos en el hotel Ouro Verde, en Copacabana, que a él le gustaba mucho. Lo había conocido por mi relación con la gente de O Pasquim, un semanario humorístico contestatario que desafiaba a la dictadura brasileña: él lo codirigía con Jaguar, otro humorista gráfico, que estaba casado con la escritora Olga Savary, a cuya casa fui varias veces. Ziraldo era muy amigo de Quino; los dos habían el mismo año”. Además de libros para chicos, publicó libros humorísticos.

“Siempre escribir es más difícil -dijo en una entrevista con la Universidad de Alcalá, al recibir el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos-. Todos los escritores del mundo, si tuvieran un poco de tiempo, mejorarían su texto, por eso yo nunca releo lo que escribo. El dibujo es y está terminado. Lo mejor, en todos los casos, es tener una buena idea. El dibujante tiene una idea simple, la decodifica y se emociona en un instante. Hay quien dice que un buen dibujo salva cualquier idea, yo no, creo que es lo contrario, una buena idea es capaz de salvar cualquier dibujo”.

Se destacó como promotor de la lectura en su país y en América del Sur, y como un gran defensor de la educación pública y los programas de alfabetización, en los que colaboró a lo largo del tiempo. La editora Daniela Azulay despidió a Ziraldo en su cuenta de Facebook con un fragmento de El chico de la historieta (que forma parte del catálogo deEdiciones Continente): “Entonces una voz le dijo: ‘Tomá la palabra ‘palabra’. Podés descomponerla en otras dos: ‘pala’ y ‘abra’. Pala es una herramienta, un instrumento. Abra es una forma del verbo abrir. Por lo tanto, la palabra es, al mismo tiempo, instrumento y puerta. Ahí está la salida que buscabas’”.

Para Richard Serra, el arte no era algo. Lo era todo.

Fuente: Clarín – Cuando Richard Serra murió el martes, retrocedí casi 30 años, a una mañana en el Museo Metropolitano de Arte, mirando con él y su esposa, la historiadora de arte alemana Clara Weyergraf, la pintura de salpicaduras y goteos de Jackson Pollock de 1950, “Otoño Ritmo.»

Habíamos decidido encontrarnos tan pronto como abriera el museo, cuando la galería, en el otro extremo del Met, todavía estaría vacía.

Al contemplar la pintura, Serra tenía el aire de un león enjaulado, caminando de un lado a otro, alejándose para verlo completo y luego regresando para inspeccionar algunos detalles.

«Evaluamos a los artistas en función de su capacidad para deshacerse de las convenciones y cambiar la historia», dijo.

Ese fue el objetivo final de Serra: en su caso, empujar la escultura a un nuevo territorio.

¿Por qué más ser artista?

Así pensaba. Vieja escuela. Viejo Testamento. Arco inclinado" de Richard Serra en el bajo Manhattan el 6 de marzo de 1985. Serra era conocido como el Hombre de Acero. Pero el escultor era también un poeta eterno, que reconfiguraba nuestra percepción del espacio, dice Michael Kimmelman. (Richard Serra/Sociedad de Derechos de los Artistas (ARS), Nueva York; Neal Boenzi/The New York Times)Arco inclinado» de Richard Serra en el bajo Manhattan el 6 de marzo de 1985. Serra era conocido como el Hombre de Acero. Pero el escultor era también un poeta eterno, que reconfiguraba nuestra percepción del espacio, dice Michael Kimmelman. (Richard Serra/Sociedad de Derechos de los Artistas (ARS), Nueva York; Neal Boenzi/The New York Times)

Para él el arte era todo o nada.

Por supuesto, no estaba solo en su pensamiento entre los artistas estadounidenses de su generación, descendientes del poder y la arrogancia estadounidenses de posguerra, de titanes como Pollock.

Dicho esto, no muchos artistas lograron lo que se propuso y en el proceso vieron cómo la percepción pública de su trabajo daba un giro de 180 grados.

Todas estas décadas después, una amplia franja del público sigue desconcertada y ocasionalmente irritada por Pollock, tal como no ocurrió con Serra durante años.

Tilted Arc, la gigantesca escultura de acero de Serra, todavía era una herida fresca cuando visitamos el Met.

Los funcionarios públicos la habían retirado de una plaza afuera de los juzgados en el bajo Manhattan en 1989.

Sus compañeros artistas se opusieron a la remoción, pero los trabajadores de oficina que almorzaban en la plaza imploraron al Ayuntamiento.

Lo vieron como una intrusión, un feo muro que dividía su precioso espacio abierto.

Serra todavía llevaba su furia como una insignia de honor.

«Creo que si se le pide al trabajo que sea complaciente, servil, útil, requerido, subordinado, entonces el artista está en problemas», dijo.

Habían pasado dos décadas y miles de sus admiradores llenaron un auditorio en Brasil.

Él y yo habíamos volado a Río para dar un discurso público.

El público había venido para escuchar el rugido del león.

Para entonces, él y su voz se habían suavizado.

Pero no su mensaje.

Comparó el arte con la ciencia.

No se hace avanzar la ciencia por consenso público, dijo.

Luego describió la vez que había arrojado plomo fundido contra la pared y la acera contigua de un museo en Suiza, un acto que horrorizó tanto a los tensos residentes suizos que la obra fue retirada después de sólo unas pocas horas.

Explicó que se estaba burlando de la sofocante santidad del museo, reclamando el costado del edificio como parte de su escultura y, al mismo tiempo, intercambiando materiales industriales como plomo, acero y caucho por las herramientas y convenciones tradicionales de su artesanía, como mármol, pedestales y arcilla.

Casi al mismo tiempo, levantó el borde de una lámina de caucho desechado recogido de un almacén en Manhattan, creando una especie de tienda de campaña, equilibrada:

una topografía que implica acción.

No estaba tratando de hacer algo que agradara a la multitud, que fuera familiar o hermoso, recordó.

No fue hermoso. Fue un experimento.

¿Fue arte?

Esa era la pregunta.

Fue la misma pregunta que planteó Pollock cuando pintó “Autumn Rhythm”.

Pollock también había acechado el lienzo mientras yacía en el suelo de su estudio en Long Island, Nueva York.

Recorrió sus bordes con palos, goteando y echando pintura con cucharones.

Las líneas de la imagen registraron su coreografía.

“Autumn Rhythm” era una abstracción pura, sin profundidad, que se describía sólo a sí misma, no una imagen de nada más:

un campo flotante de tracería salvaje y exquisita que los espectadores tendrían que navegar y descifrar por sí mismos.

Ni siquiera Pollock estaba seguro de lo que significaba.

Pollock «tenía que tener una fe notable en que el proceso conduciría a declaraciones plenamente realizadas», dijo Serra.

«Después de todo, él no sabía dónde terminaría cuando empezó».

Carrera

Serra había comenzado su meteórica carrera como una presencia volcánica en la escena artística del centro de Nueva York de la década de 1960, que hoy tiene el olor agridulce de una Polaroid descolorida.

Era una versión de adoquines y hierro fundido de la Rusia de la década de 1910, impulsada por el ego y la revolución.

Serra ocupó un loft con la escultora Nancy Graves, sin agua corriente, que costaba unos 75 dólares al mes, y cayó en una comunidad de ingeniosos y rupturistas, compositores, bailarines, escritores, cineastas, músicos y otros artistas, entre ellos Trisha Brown, Joan Jonas, Steve Reich, Philip Glass, Spalding Grey, Michael Snow, Chuck Close, Robert Smithson y Michael Heizer.

La lista continúa.

Alquiler barato, inmuebles disponibles e inquietudes.

El cóctel de creatividad urbana y cambio.

“Había un claro entendimiento entre nosotros de que teníamos que redefinir cualquier actividad que estuviéramos haciendo”, así describió Serra la escena a la multitud en Río.

Para entonces, un público mundial había llegado a adorar sus laberintos elípticos de acero Cor-Ten retorcido, la culminación de sus actividades escultóricas.

Eran aventuras democráticas, dependiendo de lo que les aportabas.

Un cineasta me dijo una vez que caminar a través de ellos le recordaba una película en desarrollo, con giros y vueltas que conducen a un final sorpresa.

Un escritor sobre el Holocausto comparó una vez sus altos muros con bolígrafos.

Siempre los encontré muy divertidos.

Concentran la mente, provocando miedo y anticipación, cambiando centímetro a centímetro, paso a paso.

Serra transforma mágicamente paredes dobladas e inclinadas de acero laminado en lo que casi puede parecerse a planos de cera derretida.

Los pasajes, como cuevas o cañones, estrechos e imponentes, de repente se abren a claros.

Hito

Cuando Serra recibió una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno en 2007, una de las muestras más espectaculares del siglo actual, encontré un trío de bañistas semidesnudos recostados en el suelo dentro de Torqued Ellipse IV, que ocupaba una parte del jardín del museo.

Entonces, ¿qué cambió a lo largo de los años para atraer al público?

No estoy seguro de que fuera Serra, quien se mantuvo firme.

Hay una obra suya llamada 1-1-1-1, de 1969, que consta de tres placas basculantes de acero mantenidas erguidas por un poste que descansa sobre ellas, a su vez estabilizado por una cuarta placa que se balancea en su extremo.

Parece aterrador y precario, pero el acto de equilibrio también puede recordarte a Buster Keaton.

Solía ​​describirse como obstinado y amenazador.

Pero no creo que Serra haya visto su trabajo así.

Después de la retrospectiva del MoMA, pasé una tarde de finales de verano en Italia observando a Serra acompañar paciente y silenciosamente a mi hijo mayor, que todavía estaba en la escuela primaria, por los antiguos templos de Paestum.

Serra habló, como a un adulto, sobre el hinchamiento de las columnas erosionadas, el peso de las piedras, la forma en que las piedras se equilibraban una encima de la otra y se sostenían unas a otras.

Para él, la escultura resumida en sus cualidades esenciales (masa, gravedad, peso, volumen) era nuestro lenguaje y legado compartidos, un poema eterno al que grandes artistas añaden sus contribuciones a lo largo de los siglos.

“No conozco a nadie desde Pollock que haya alterado la forma o el lenguaje de la pintura tanto como él”, me dijo en esa galería con “Autumn Rhythm”.

“¿Y eso fue hace cuánto, casi medio siglo?”

Es difícil pensar en artistas que hayan hecho más que Serra durante el último medio siglo para alterar la forma y el lenguaje de la escultura.

c.2024 The New York Times Company

Galerías de arte en las favelas de Río de Janeiro desafían los prejuicios de clase

Fuente: Infobae – Artistas brasileños de proyección internacional abrieron sus espacios en barrios como Rocinha y 5 Bocas. “Incentivamos el acceso popular a lo que era algo exclusivo de la burguesía”, dice uno de ellos.

¿El arte es elitista? Artistas brasileños que ya expusieron en grandes ciudades del mundo quieren demostrar lo contrario, al abrir galerías en favelas de Río de Janeiro, a veces en lugares dominados por la violencia policial y el narcotráfico. “Cuando llevas” una galería de “arte contemporáneo a una favela, creas un acceso (popular) a lo que antes era el arte de la burguesía, algo exclusivo”, afirma Maxwell Alexandre, que abrió su espacio Pavilhão 2 en la agitada Vía Ápia de Rocinha, la segunda favela más grande de Brasil.

Alexandre, de 33 años, expone desde el año pasado en su barrio natal, con algunas piezas que formaron parte de la muestra Entrega: one planet. one health, inaugurada en París. Su mensaje está ligado a la vida de este barrio popular: así, tres cuadros con niños vestidos con uniforme de la escuela pública llevan mochilas de una empresa de delivery de comida, una forma de denunciar el trabajo infantil.

Pero la iniciativa de Alexandre, que también ha expuesto en España y Estados Unidos, va más allá de exponer en Rocinha. También quiere tener un impacto en el mercado del arte, al vender –exitosamente– láminas originales a precios más asequibles (1.000 reales, unos 200 dólares). “Quiero que otros coleccionistas que viven en la favela tengan acceso a mi obra, no solo de forma contemplativa (…), sino dentro de su casa”, resalta.

El artista brasileño Maxwell Alexandre abrió una galería de arte en Rocinha, su barrio natal, una de las favelas más grandes de Río de Janeiro El artista brasileño Maxwell Alexandre abrió una galería de arte en Rocinha, su barrio natal, una de las favelas más grandes de Río de Janeiro

Necesidades vs. arte

Mientras Alexandre dialoga para esta nota, la profesora Mariana Furloni, de 45 años, ingresa curiosa en la galería. Ya conocía el trabajo de Alexandre y apoya su causa: “Es genial, porque el arte es generalmente muy elitista” y en Río suele encontrase solo en los barrios de la Zona Sur, la parte rica, explica.

Pero los desafíos persisten para Alexandre, puesto que reconoce que muchos visitantes todavía vienen de fuera de la favela, cuyos habitantes tienen otras prioridades, esto es, cubrir sus necesidades básicas.

La idea de que las galerías son “un lugar de gozo estético, sin finalidad práctica, todavía está muy establecida”, dijo el artista el año pasado en una entrevista a la revista Forbes. A pesar de los consejos de quedarse en ciudades como Berlín o Nueva York, el artista brasileño considera que Río es el mejor lugar para crear, debido a la “urgencia” que generan factores como la violencia y la pobreza.

Visitantes a la galería "Maxwell Alexandre Pavilhao", en la famosa favela Rocinha de Rio de JaneiroVisitantes a la galería «Maxwell Alexandre Pavilhao», en la famosa favela Rocinha de Rio de Janeiro

Nuevo sentido a las armas

A unos 30 kilómetros del Pavilhão 2, en la Zona Norte de Río, la Galería 5 Bocas fue inaugurada en 2020 por el artista Allan Weber, conocido por sus obras de fotografía y escultura, como las exhibidas recientemente en la feria Art Basel, de Miami.

Weber, de 31 años, dedica ese espacio ubicado en su favela 5 Bocas a presentar a artistas que admira. La galería es “un lugar de intercambio con la comunidad y con los de fuera”, dice. La suya surgió de la falta de acceso de sus amigos del barrio a museos de la Zona Sur, pero también para acercar a los amigos de otros lugares reticentes a visitar la favela, escenario habitual de operaciones policiales contra el narcotráfico.

“Me pasé toda la infancia mirando armas y, gracias al arte, pude darles un nuevo significado a través del objetivo”, dice Weber, que creó por ejemplo un “fusil de asalto” a partir de piezas de una cámara fotográfica.

La Galería 5 Bocas de Allan Weber es un espacio de arte y comunidad en la favela 5 BocasLa Galería 5 Bocas de Allan Weber es un espacio de arte y comunidad en la favela 5 Bocas

“Casi nada como esto”

Desde septiembre de 2023, Weber expone la muestra Tô de Pé” (Estoy en pie), del artista Cassio Luis Brito da Silva, de 22 años, conocido como Malvo. La galería exhibe fotos de bailes funk –estilo musical nacido en los barrios cariocas– y esculturas de cigarrillos. Brito dice que el espacio es esencial para su carrera y que le “dio una buena sensación” que otros artistas como él “expusieran en el mismo sitio”.

La galería es también un proyecto social, con el que Weber busca acercar el arte a los jóvenes. Patrocina al equipo de fútbol local y organiza actividades artísticas. La manicurista Cintia Santos de Lima, de 35 años, afirma que se ha beneficiado de los proyectos: “Tengo un hijo autista que antes ni siquiera salía a la calle. Es muy bueno para nosotros, porque en la comunidad no hay casi nada como esto”.

Fuente: AFP

[Fotos: Mauro Pimentel/ AFP]

Banksy confirma una nueva obra de arte en un edificio de Londres

Fuente: Ámbito – El esquivo artista no confirmó que la obra de arte fuera suya inicialmente, pero James Peak, quien creó la serie de BBC Radio 4 The Banksy Story, dijo que sí.

Banksy ha confirmado que un nuevo mural que apareció recientemente en el costado de un edificio en Londres es suyo.

La obra de arte pintada detrás de un árbol maduro recortado para que parezca follaje, con una plantilla de una persona sosteniendo una manguera de presión al lado que puede ver a continuación, apareció en Hornsey Road de Finsbury Park ayer (17 de marzo).

El esquivo artista no confirmó que la obra de arte fuera suya inicialmente, pero James Peak, quien creó la serie de BBC Radio 4 The Banksy Story, dijo que sí.

Le dijo a BBC News : “En mi opinión, parece un certificado muerto. Pero como siempre ocurre con Banksy, nunca se sabe del todo hasta que confiesa y lo publica en su sitio web”.

Ahora, Banksy ha confirmado que él fue el responsable del mural en Instagram después de publicar una imagen del árbol antes de pintar la obra de arte.

Y añadió: «¿Qué diablos le hicieron a ese pobre árbol?».

Banksy debería revelar su identidad a causa de un juicio

El año pasado, Banksy presentó una nueva obra de arte contra la guerra en Peckham, al sur de Londres , con una señal de tráfico que decía «STOP» adornada con aviones de guerra, lo que más tarde resultó en el arresto de dos hombres por el aparente robo de la obra de arte .

Banksy también creó siete nuevos murales en varios lugares de Ucrania, que habían sido gravemente afectados por la invasión rusa.

Mientras tanto, recientemente se reveló que el esquivo artista podría verse obligado a revelar su verdadero nombre si una disputa legal sobre la autenticidad de una de sus impresiones termina en los tribunales.

Dos coleccionistas de arte están emprendiendo acciones legales contra la secreta empresa del artista, Pest Control, alegando que la organización se ha negado a confirmar la autenticidad de la pieza Monkey Queen , en la que un primate enjoyado lleva una corona real sobre un fondo rojo, blanco y azul.

Nicky Katz y Ray Howse afirman que han buscado a Pest Control durante tres años para asegurar la confirmación oficial de que la pieza fue hecha por Banksy, sin la cual su valor se vería sustancialmente socavado.

Si la disputa llegara a los tribunales, el artista podría verse obligado a revelar su verdadera identidad.