Martín Reyna: “Soy una especie de adicto al color”

Fuente: Clarín – Instalado en París desde 1992, el artista presenta sus pinturas recientes en la Galería Argentina de la embajada. En ellas, imagina el color y las ondulaciones del océano al cruzarlo desde el aire.

Martín Reyna aprendió a dibujar árboles con su papá, en el Parque Lezama. La realidad es que el quería dibujar jugadores de fútbol, como su amiguito. Pero esos espectaculares árboles del parque iban a marcar su obra desde chico, como el agua, la naturaleza y el color.

En Francia desde los 90, hoy es el Nuevo Maestro argentino en París. Su mundo es el agua, que corre y lidera sus tintas de colores fuertes, espectaculares, en un movimiento único e impredecible. Un pintor sin caballete, con la naturaleza, el piso, las piedras y las tintas como bastidores.

De este lado del Atlántico es su exposición en la Galería Argentina de la rue Cimarrosa. Un experimento que se inició en Patagonia, en el Paralelo 42, donde viven sus padres, pintando sobre un paisaje espectacular, y culminó en el patio de la embajada argentina, trabajando sobre las piedritas los sábados y domingos y rogando que hubiera sol y no lloviera. De este lado del Atlántico es exposición más reciente de Reyna en la ciudad, concebida con el curador Eduardo Carballido y es la continuidad de Atlántico, que expuso en el Museo del Agua, en Buenos Aires. Un laberinto ondulado, sinuoso, colorido que une a la Argentina y Francia, el país donde vive con su esposa y su hija economista. Un mar de colores con un conductor de orquesta: el agua, su memoria, la que marca el camino de su obra. Así lo explicó Martín Reyna cuando los amigos, pintores, intelectuales lo abrazaban y lo felicitaban en ese pulmón de encuentros, que es la Galería Argentina.

Reyna pinta en acuarelas, inspirado en Turner y la tradición inglesa. Foto: Noel Smart. Reyna pinta en acuarelas, inspirado en Turner y la tradición inglesa. Foto: Noel Smart.

-¿Cuál es la diferencia entre este lado del Atlántico y el otro?

-En este caso estamos de este lado. Habíamos concebido la exposición Atlántico en Buenos Aires, en el divino edificio de Obras Sanitarias de la Nación. Ahí adentro funciona hace ya varios años el Museo del Agua. Desde hace años trabajo con el agua y el color. El agua es ese elemento o ese otro pintor con el que yo estoy todo el tiempo. Aquella exposición que concebí junto a Julián Mizrahi de la Galería del Infinito se llamaba Atlántico porque determinamos que era mi nexo entre Francia y Argentina o mi separación. Yo decía: “Lo atravesé cien veces, pero siempre por arriba, nunca por el agua. Entonces voy a pintar aquello que me imagino que hay ahí abajo mientras atravieso ese Atlántico”. Cuando comenzamos, le decía a Eduardo Carballido: “esto es una especie de extensión de Atlántico”. Pero la trajimos De este lado del Atlántico, entonces quedó el título.

Ondulaciones

-¿Cómo fue hacer esta obra ondulada, pero sin perder tus características de color, de fuerza, de textura, de naturaleza?

-Estamos hablando de paleta. En mi caso, que trabajo con la luz natural es muy difícil de controlarla. Trabajo el color de una manera inconsciente. Nunca sé qué le va a pasar al color. Diría que el color está afuera antes de que yo me ponga a pintar, como si la propia luz lo determinara. Todas estas obras se hicieron al aire libre, de una manera bidimensional, con el papel en el piso. Y después, en la instalación, le damos el carácter ondulatorio, también para confirmar un poquito el sentido acuático del asunto. La mitad está hecha en Patagonia y el resto en el patio de la embajada en París.

-¿Cómo conseguiste reproducir la naturaleza en el patio?

-En general, en esta suerte de exposiciones-instalaciones trato de que la obra esté muy relacionada al propio espacio donde se va a mirar. Porque me interesa es modificar el espacio en el que se ve. Le pregunté a Eduardo si podríamos usar este patio para pintar la otra parte, la De este lado del Atlántico y él me dice que los fines de semana sí, porque es tranquilo, sin gente que atraviesa el patio, que es de los artistas argentinos. ¿Por qué no pintar en este patio?Martín Reyna y el curador y galerista Eduardo Carballido. Martín Reyna y el curador y galerista Eduardo Carballido.

-Comenzaste este proceso pintando en el Bois de Boulogne, con las piedras, con esas pequeñas ondulaciones y después en el Paralelo 42 de la Patagonia, porque ahí viven tus padres.

-Patagonia es el lugar que eligió mi hermano como residencia, hace ya varios años, en los ochenta. Él se instaló y con los años mis padres se mudaron también, porque era mejor para ellos vivir en ese entorno que en Buenos Aires. Cuando los visito regularmente me pongo a pintar porque el paisaje es imponente.

-¿Dónde es?

-Entre el Bolsón y Lago Puelo, en un barrio que se llama Golondrinas, que está por la ruta 40. Es uno de los paisajes que más me impresionó, de todos los que conozco. Empecé a visitarlos de manera natural, pero de a poco me dije ”esto lo tengo que convertir en pintura; no puedo quedarme con las manos atadas”. Allí pinto mucho.

-¿Y cada vez te quedas más tiempo?

-Cada vez me quedo más tiempo. Ahora hemos instalado una especie de invernadero para que yo pueda seguir pintando si se larga a llover. Además pinto papeles que son muy grandes. Por eso necesito ese invernadero. Antes pintaba unos papeles de un metro y medio por un metro y medio, dos metros máximo. Ahora los papeles tienen 10 metros, van a instalaciones, a veces como en el caso del Museo del Agua, en muy poco tiempo o en un mes tuve que pintar casi 100 metros.Detalle de la exposición "De este lado de Atlántico", de Martín Reyna, en París. Foto: Noel Smart. Detalle de la exposición «De este lado de Atlántico», de Martín Reyna, en París. Foto: Noel Smart.

Colores de Patagonia y París

-¿Y cómo has evolucionado desde el Bois de Boulogne al Paralelo 42 y de nuevo acá?

-Creo que el asunto de la evolución o transformación, que me parece una palabra que corresponde más, es el color. Por en el patio de los artistas argentinos los dos papeles de la entrada de la galería tienen una paleta muy diferente a los dos atrás, de la Patagonia. Esos colores no aparecen si no me voy a pintar ahí.

-No hubieran aparecido.

-Exactamente. Es muy distinto lo que pasa con el color cuando pinto en Francia y o en Argentina. En una oportunidad estuve en Chascomús, a veces voy a Normandía, Bois de Boulogne, Irlanda. Trato de ver qué color me propone cada escenario, color, luz .Llamémosle, color-luz-agua.

-Sos un pintor sin caballete.

-Hay una serie de obras que hago en mi estudio de París: son obras medianas, algunas un poquito más grandes. Se pintan con óleo sobre tela y serían como pinturas de pintor, en el sentido clásico. Sin caballete porque nunca me gustó la imagen, “muy bellas artes”, y yo soy autodidacta.

-En la exposición hay unas instalaciones en blanco y negro. En medio de esa fuerza del color son muy impactantes esos neutros.

-A mí el blanco y negro siempre me resultó el momento de poder descansar del color. El color empalaga, marea, me abisma a veces, me satura, me deja muy desorientado. Y en ese momento el blanco y negro sería como una vuelta a cero. Como si me marcara la radiografía de lo que está pasando, mientras que el color no me deja ver. Ahí vuelvo a esa especie de escritura en blanco y negro, que se hace con agua.

-Ahora activaste la memoria del agua.

-Me parece impresionante lo que el agua me muestra. Me pongo delante de la obra, del papel y estoy esperando ver cómo el agua va a reaccionar. Mi ejercicio, que es de un equilibrio delicado, es ver cómo el agua se va como acomodando y ver qué le pasa.Detalle de las obras más monocromáticas que Martín Reyna crea cuando el color lo agobia. Detalle de las obras más monocromáticas que Martín Reyna crea cuando el color lo agobia.

El agua y las tintas

-¿Cómo pintás? ¿Cómo es el vínculo entre las tintas y el agua?

-Primero pongo a actuar el agua, que es invisible, pero que va dibujando. Es como que el agua dibuja primero. El agua hace todo. Quiero que el agua lo haga y eso a veces me resulta difícil. Quiero no intervenir, no quiero al artista. El otro día en una entrevista me salió decir que el agua percibe. Después cuando lo escuché dije ¿cómo? El agua está percibiendo el territorio en el que se está moviendo. Dibuja de una manera u otra. Interviene después el color. El agua está percibiendo al color y le está diciendo al color que esto es posible y que esto no. Que esto se va a mezclar y que esto no se va a mezclar. Yo no lo puedo decidir a eso. ¿Por qué hay colores que se mezclan y otros que no? Eso es el agua, es una cuestión química. Decide: no, este pigmento con este yo no lo puedo mezclar y este con este lo mezclo. Entonces mi estudio, si se puede llamar así, sería ver qué es lo que el agua está percibiendo.

-¿Esta exposición es un juego lúdico entre luz, color y agua? ¿No hay frontera?

-Es un juego lúdico. Creo que me gusta mucho que la gente la descubra. Que no sea una cosa que está presentada, sino que cada uno va y hace su propio recorrido.

-En tu obra hay una intensidad de colores que se entremezclan, ¿no? A veces te impactan, otras te perturban, otras te asombran. ¿Por qué le das ese protagonismo al color?

-Me da la impresión de que me transformé en una especie de adicto del color. El día comienza y yo sé que voy a necesitar del color. A veces convoco a algún color y a veces, a otro. No hay discurso posible para darse cuenta por qué un día es el rojo y otro el amarillo con el violeta. Estamos en una zona de inconsciente muy grande. Incluso los filósofos griegos no estaban muy contentos con el color; ellos querían la palabra. YVista de la exposición de Martín Reyna en París. Foto: Noel SmartVista de la exposición de Martín Reyna en París. Foto: Noel Smart

El pintor en su atelier

-¿Y seguís yendo al Bois de Boulogne?

-Sigo yendo al Bois de Boulogne, pero no a pintar. Más que nada por impulso, por ganas de ir. Por alguna pintura que no la puedo hacer en el taller, que necesito la luz y el espacio. En Francia el tema de la luz nos cuesta mucho. A veces me paso dos semanas esperando. Mañana parece que va a haber sol, pero no se sabe.

-Tu bandera va a exponerse en la escalera de la embajada. ¿Es importante estar en contacto en París con la comunidad argentina?

-La pregunta es importante. Para mí fue permanente desde que llegué a París en 1992. Lo tuve siempre. Entonces, diría que es como algo absolutamente con lo que cuento. No me puedo dar cuenta casi de la importancia por lo regular y por lo cotidiano que me resulta. Creo que esta exposición es la tercera exposición individual que yo hago en la Galería Argentina. Y participé en muchas otras con argentinos.

Este ser parte de una comunidad argentina, a pesar de que vivo en París, que trabajo con instituciones francesas, que expongo en galerías francesas y todo, para mí se volvió algo como constante y regular, que forma parte de mi trabajo.

La “NASA del arte”: cómo es el súper laboratorio de museos en París

Fuente: Infobae – El Centro de Investigación y Restauración se encuentra bajo el Jardín de las Tullerías. Allí trabajan 150 especialistas que examinan y revelan los secretos de pinturas y esculturas de todo el mundo

En París, bajo el jardín de las Tullerías, existe un misterioso laboratorio subterráneo, digno de James Bond, donde las obras de arte revelan sus secretos: el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF).

Detrás de una puerta blindada a 17 metros bajo tierra, este centro bajo grandes medidas de seguridad tiene una superficie de 5.900 metros cuadrados. Sus tres niveles albergan un sector técnico, un acelerador de partículas llamado Aglae y salas de examen donde los objetos de arte reciben regularmente un “chequeo médico”.

Allí trabajan 150 especialistas, entre conservadores, radiólogos, químicos, geólogos, ingenieros metalúrgicos y arqueólogos, encargados de examinar cerca de mil obras de arte francesas y extranjeras cada año.

Los estudios técnicos y tecnológicos realizados en el centro permiten identificar los materiales con los que se hicieron las obras, su procedencia y antigüedad, cómo fueron ensamblados, así como los fenómenos de alteración que son invisibles a simple vista.

En función de esos análisis altamente sofisticados, algunas obras son luego encaminadas a los talleres de restauración, ubicados en una ala del Louvre y en Versalles (sudoeste de París). El centro cuenta además con un auditorio y un centro de documentación.

La escultura camboyana de Vishnu

El C2RMF analizó obras maestras como la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, los vitrales de la Santa Capilla de París o de la catedral de Notre Dame, un sable del emperador Napoleón o la escultura del Auriga de Delfos, una de las estatuas de bronce más famosas de la antigua Grecia.

En tres niveles, alberga una plataforma técnica, un acelerador de partículas llamado AGLAE y salas de examen donde los objetos de arte se someten a revisiones periódicasEn tres niveles, alberga una plataforma técnica, un acelerador de partículas llamado AGLAE y salas de examen donde los objetos de arte se someten a revisiones periódicas

Recientemente el centro recibió los restos de una escultura monumental camboyana del siglo XI para una serie de análisis. Esta obra será parcialmente restaurada antes de una exposición programada en 2025 en el Museo Guimet de artes asiáticas de París, y luego en Estados Unidos.

Obra maestra del arte jemer, descubierta en 1936 en el sitio de Angkor, esta escultura monumental es una de las pocas representaciones de este dios del hinduismo en su forma reclinada.

“Faltan muchos fragmentos, pero originalmente tenía una longitud de aproximadamente seis metros, una diadema y un tocado,” explica David Bourgarit, ingeniero de investigación en arqueometalurgia, quien dirige el proyecto.

Análisis con rayos X de una estatua de bronce del siglo XI del famoso Visnú reclinado, obra llegada de CamboyaAnálisis con rayos X de una estatua de bronce del siglo XI del famoso Visnú reclinado, obra llegada de Camboya

Las pruebas se realizan en una sala especial, con puertas de plomo, para evitar la radiación.

“En las cejas, esos pequeños puntos blancos son claramente metal añadido, más denso que el cobre, pero necesitaremos realizar otros análisis para determinarlo,” describe Bourgarit. “Somos como la NASA, cada uno con su especialidad. Nuestras escenas del crimen son los hallazgos arqueológicos. Tratamos de entender quién las hizo, cómo y por qué, como en una investigación policial,” comenta Bourgarit.

El Vishnu será examinado y fotografiado minuciosamente. Algunas áreas serán “exploradas con otras técnicas como la fotogrametría, escaneos 3D, fluorescencia de rayos X, para determinar la composición de un material, o la espectrometría,” detalla el especialista. El objetivo es “localizar el yacimiento y el sitio de fabricación” de la gigantesca estatua.

Científicos trabajan en los laboratorios del Centro de Investigación y Restauración de Museos de Francia, ubicado en pleno centro de ParísCientíficos trabajan en los laboratorios del Centro de Investigación y Restauración de Museos de Francia, ubicado en pleno centro de París

El Aglae

Algunos fragmentos quizás serán examinados por el “Acelerador (de partículas) de Análisis Elemental del Grand Louvre, instalado a finales de los años 1990 y el único en el mundo que trabaja exclusivamente con obras de arte,” explica Quentin Lemasson, ingeniero y especialista en este equipo.

El Aglae se puede comparar con el CERN (el laboratorio europeo para la física de partículas) que se halla bajo tierra entre Francia y Suiza, aunque consume 1.000 veces menos energía, precisa Lemasson. El Aglae es lineal, a diferencia del CERN, que es circular.

Con el acelerador “creamos partículas, las aceleramos, las hacemos pasar por un tubo largo y luego surge un haz que interactúa con el objeto. De ese choque salen diferentes tipos de radiación, algunas partículas rebotan y crean energía. Todo ello nos permite determinar grosores, detectar si se utilizó oro sin tener que extraer muestras, o determinar la proporción de cobre y estaño en un bronce,” explica Lemasson.

El jardín textil del diseñador brasileño, hilado con lana argentina, que es sensación en Milán

Fuente: La Nación – El estilo orgánico y las obras del artista Sergio Machado cautivaron a una empresa argentina que le encargó la composición de nueve alfombras y un puff que se presentaron en la Semana del Diseño.

En collage textil, salvaje y botánico. De grandes dimensiones, capaz de transformar un ambiente en un jardín natural. De eso se trata la última obra del artista Sergio Machado, nacido en San Pablo, Brasil, y criado en el mundo. De sus viajes inmersivos por Europa, Medio Oriente y Asia, y de la inspiración creativa que absorbió trabajando con referentes como John Galliano y Vivienne Westwood, diseñadores británicos, Machado tomó brotes conceptuales para desarrollar paisajes textiles. Con distintas alturas, texturas que sobresalen de las alfombras o tapices. Porque sus piezas admiten distintas configuraciones.

La colección Garden responde a un desarrollo que involucra tramas argentinas, costuras holandesas, espíritu paulista y glamour italiano. El jardín étnico y exuberante de Machado tomó cuerpo en la empresa argentina El Espartano, que interpretó el estilo orgánico del artista para componer nueve piezas y un puff, con alturas en pelo cortado, combinaciones de texturas y bouclé tejidas con el sistema Tufting en lana 100% argentina. Estas huellas artesanales, nacidas de acuarelas con sello de autor, se presentaron en la última Semana de Diseño de Milán, en la galería Rossana Orlandi. El toque holandés lo aportó Lidewij Edelkoort, pronosticadora de tendencias.

El artista Sergio Machado, nació en San Pablo, Brasil, y tiene su búnker creativo en Montmartre, París
El artista Sergio Machado, nació en San Pablo, Brasil, y tiene su búnker creativo en Montmartre, París

Su último libro de edición limitada, Re-Rug, invita a los profesionales, arquitectos y diseñadores a sumergirse en la revolución de las alfombras: “A diferencia de nuestra época turbulenta, las alfombras están de vuelta como antídoto estético. Puede considerarse un reflejo clave de la cultura ya que transmite con un sentido de urgencia la necesidad de reunirnos y regocijarnos en lo que es humano y agradable, lo que nos une y enciende la empatía. La alfombra como manifiesto”, plantea Edelkoort.

“Una maestra de vida, una mente brillante que acompaña mis procesos hace muchísimos años”, pondera Machado desde su atelier en Montmartre, París, su búnker creativo al que llegó después de recorrer casi toda Europa. “Mi destino estaba definido, pero no quería seguir el camino familiar. Aunque estudié Derecho durante cinco años, un día me di cuenta que la abogacía no me haría feliz”, repasa el artista y escultor, el diseñador de indumentaria y creativo, director de Le Petit Bureau.

“Pero a los 6 meses se me terminó el dinero. Coseché olivas en Creta, dormí en estaciones de trenes, pedí comida en las calles de India. Fue una etapa muy perturbadora. Era otra persona, hasta tenía el pelo largo”, confiesa y bromea.

Machado compuso nueve piezas y un puff, con alturas en pelo cortado, combinaciones de texturas y bouclé tejidas con el sistema Tufting en lana 100% argentina
Machado compuso nueve piezas y un puff, con alturas en pelo cortado, combinaciones de texturas y bouclé tejidas con el sistema Tufting en lana 100% argentina

Su derrotero lo llevó de vuelta a San Pablo, donde ingresó en una agencia de publicidad. Al tiempo consiguió un puesto en una aerolínea y volvió a viajar. De Tailandia se trajo una tuberculosis que lo dejó en cama durante medio año. Y, aburrido, empezó a dibujar. Hasta que hace exactamente 30 años le pasaron un dato que le cambiaría la vida: el concurso Smirnoff Fashion Awards. Su vestido de organza con placas de cobre representó a Brasil en la competencia internacional cuya ceremonia de premiación le regaló un encuentro crucial para su carrera. John Galliano, el polémico e icónico diseñador de moda británico, le dio su primer trabajo.

El artista viajó a Milán para la inauguración en la galería Rossana Orlandi, donde hay lista de espera para lograr la aprobación de esta curadora
El artista viajó a Milán para la inauguración en la galería Rossana Orlandi, donde hay lista de espera para lograr la aprobación de esta curadora

“Fui pasante, repartí correspondencia, hice café. Un poco de todo”, recuerda. Después llegaría el turno de probar suerte en el estudio de Westwood, otra firma emblemática, y cursar en la escuela de artes St. Martins School. “Dejé mi currículum en una pila inmensa. Justo cuando me iba aparece Vivienne. No sé de dónde saqué la valentía para decirle que quería trabajar con ella. Al día siguiente estaba allí, esperando indicaciones”, dice.

Hasta que su camino coincidió con el de Edelkoort, “una superstar de las tendencias consultada por las firmas más importantes del mundo”, define Machado a su maestra. “Mantuvo mis antenas despiertas, me enseñó a conceptualizar. El proceso creativo de esta colección de alfombras fluyó increíblemente con ella. Es una gran guía y me ayudó a dar este paso, me dejó volar y me dio una carta blanca. Desde la volumetría de las esculturas, al collage textil. En Milán la gente se mostró muy interesada en llevar estos jardines salvajes a sus pisos y paredes”, destaca el artista, que viajó a Milán para la inauguración en la galería Rossana Orlandi, donde hay lista de espera para lograr la aprobación de esta curadora. Entre los diseñadores argentinos que expusieron en su espacio figuran Francisco Gómez Paz y Andrés Reisinger. Entre los internacionales, Marteen Baas, Atelier Oï, Matteo Cibic, Michele De Lucchi y Ron Arad, entre otros.

Para Machado, “trabajar con el profesionalismo y la calidad de El Espartano permitió que estos paisajes que remiten a la niñez reflejen el aspecto lúdico, inocente y espontáneo que quisimos reflejar a través de 35 colores”. Machado, experto en objetos y construcciones en piedra y madera, partió de bocetos a mano alzada, pintados con acuarelas. También utilizó la técnica del paper cut, “y esa es la gestualidad que se logró plasmar en la colección”. Hilos irregulares, alegres y tejidos con una única intención: sorprender y apreciar la alegría textil.

El impresionismo copa Europa

Fuente: Clarín – Ni el mal clima ni las bajas temperaturas desalientan. ¿Qué atrae tanto del impresionismo? Quizá sea la época: como ahora, hace 150 años el suelo se movía debajo de los pies de aquellos artistas impresionistas. Atrás quedaba la guerra franco alemana, pero París se sumergía en una violenta insurrección civil que dejaba a una sociedad traumatizada. Todo estaba por inventarse y los impresionistas lo hicieron.

En Italia, en Alemania y en Francia, por contar algunos países, el impresionismo copa la parada. Las muestras se llenan de un público entusiasta de todas las edades. Y las exhibiciones no defraudan.

Allí están, para disfrutarse a pleno, la belleza, la imaginación, los paisajes bucólicos, los colores pasteles, las escenas de la vida, la energía de las pinceladas en las pinturas que, a pesar de las pasiones que levanta el arte contemporáneo, siguen subastándose a precios “impresionantes”.

Paul Cézanne, Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Edouard Manet, Pierre Bonnard, Auguste Renoir y Camille Pissarro encabezan el seleccionado “impresionista”, que no recibió ese nombre como un reconocimiento al movimiento, sino como una crítica –prejuiciosa por cierto– en sus orígenes, en 1874. Fue el crítico Louis Leroy quien atacó en particular el cuadro de Claude Monet, “Impression, soleil levant” (conocido más como “Amanecer”), hoy en el Museo Marmottan Monet, de París.“Impression, Sunrise” (1872) es la pintura de Claude Monet que debutó  en París, en 1874. “Impression, Sunrise” (1872) es la pintura de Claude Monet que debutó en París, en 1874.

La prensa de finales del siglo XIX temía que los artistas impresionistas “impusieran un arte de puro disfrute, en detrimento de una pintura más seria sobre acontecimientos históricos típicamente seleccionados para las exposiciones oficiales”. Así lo explica un ensayo del historiador del arte, Bertrand Tillier, en el catálogo del Museo d’Orsay de París, que presenta una exposición temporaria monumental, junto con una experiencia inmersiva exquisita por sus contenidos, su producción, su guión y su perspectiva pedagógica, en la planta baja del Museo.

Si hubiera que sugerir un itinerario para recorrer las muestras impresionistas en Italia, Alemania y Francia, habría que comenzar por la de Roma y los 150 años de la revolución impresionista que se exhibe hasta el 28 de julio en el Museo Histórico de Infantería de la capital italiana (MIDA). Empezando por Italia nos preparamos para la apoteosis del impresionismo en París.

Roma y un foco original

El MIDA presenta una muestra antológica con 160 obras de 66 artistas, procedentes de colecciones privadas de Francia e Italia, reunidas bajo el título de Impresionistas – Los albores de la modernidad, con un enfoque diferente a las muestras de Berlín y de París. En la exhibición italiana se pone de relieve el caldo social y cultural que, a fines del siglo XIX, alumbró en París una revolución artística tan original. De allí que las piezas son presentadas como “experimentos con nuevas técnicas”.

En la exhibición romana no solo hay pinturas, también hay dibujos y grabados de artistas que, con su experimentación con nuevos estilos y técnicas, contribuyeron a hacer del impresionismo una corriente única que influyó en la contemporaneidad.

Junto a las obras menos conocidas de los grandes impresionistas como Pissarro, Degas, Cézanne, Sisley, Monet, Morisot y Renoir, también pueden disfrutarse las pinturas de Bracquemond, Forain, Lepic, Millet, Firmin-Girad y el “Bateau sur la riviere”, de Paul Lecomte, elegido como imagen de la exposición.Una velada con los impresionistas, muy lograda experiencia inmersiva sobre los orígenes.Una velada con los impresionistas, muy lograda experiencia inmersiva sobre los orígenes.

El recorrido está dividido en tres partes y entre las joyas expuestas se cuentan “La casa del doctor Gachet en Auvers”, de Cézanne; “El retrato de Berthe Morisot” (la gran artista del impresionismo), de Manet y “La loge”, de Renoir, además de las reconocidas bailarinas de Degas.

Según han señalado el crítico Vittorio Sgarbi, presidente del Comité Científico que impulsó esta exhibición en Roma, y Vincenzo Saffo, director del MIDA, los impresionistas son “perpetuamente contemporáneos porque tratan con nuestras emociones y porque quitaron la razón a la pintura”. Y aún más, recorrer el arte impresionista permite “recuperar el sentido de una época única e irrepetible”.

Berlín, del romanticismo al impresionismo

Seguimos viaje hacia Berlín. Si la exposición romana, basada en experiencias diversas, se enfoca en el poco conocido derrotero impresionista en el dibujo, el grabado y otras técnicas, el segmento alemán del impresionismo, más conservador, acompaña la deslumbrante exposición antológica Paisajes infinitos, de Caspar David Friedrich, exquisito pintor conocido como el padre del romanticismo alemán, en el 250 aniversario de su nacimiento.

Largas y entusiastas filas de público aguardan en la berlinesa Isla de los Museos un día excepcional de sol en primavera. La mayoría de los asistentes son jóvenes, una gran noticia para la cultura.150 años de Impresionismo: varias muestras recorren Europa. 150 años de Impresionismo: varias muestras recorren Europa.

La Europa del siglo XIX se abre a los visitantes en la Alte National Galerie de Berlín. Y Friedrich dialoga con Cézanne y Renoir como si no los separara un siglo. La Antigua Galería Nacional de Berlín es patrimonio de la humanidad, así declarada por la Unesco. Al estilo del clasicismo prusiano, el edificio que asemeja un templo antiguo, presenta en tres pisos una exhibición temporaria inolvidable. Bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial, dividido durante la Guerra Fría, y rehabilitado en los años 90 tras la unificación alemana, desde 2001 exhibe su esplendor arquitectónico con muestras antológicas.

En el segundo piso de ese extraordinario exponente arquitectónico están las pinturas impresionistas. Hay obras bellísimas de Monet, Renoir y Manet. En una sala amplia, sin apretujamientos, pueden disfrutarse “Children’s Afternoon at Wargemont” (1884), de Renoir, junto a “The family of the composer Claude Terrasse” (1899), de Pierre Bonnard. También está la pintoresca “St. Germain l’Auxerrois à Paris”, de Monet (1867) junto al post impresionista Van Gogh y “Le Moulin de la Galette”, una de las varias obras realizada por el artista holandés en 1886, cuando vivía en Montmartre junto a su hermano Theo.

Monet y Manet completan el repertorio de la sala con obras reconocidas tanto por su técnica como sus colores, junto a una impresionante escultura de Rodin, “Man and his thought”, de 1899, donde un hombre a medio esculpir besa el pecho de una joven.

Conviven con los impresionistas franceses algunos pintores alemanes de su época, como Arnold Bôcklin y su obra “The hermit” (1884) y hasta una pintura de Fritz von Uhde, que parece más de arte sacro y sin embargo crea una armonía sin interrupciones en la sala, con “Grace before the meal”, de 1885.“Verger en fleurs” (1874) de Camille Pissarro. “Verger en fleurs” (1874) de Camille Pissarro.

Dejamos Berlín, rumbo a París, donde se vive hoy la apoteosis del impresionismo en el Museo d’Orsay.

La invención impresionista en París

Ha salido el sol en la capital francesa y el Museo d’ Orsay explota de gente. En la mega muestra París 1874: Inventer l’impressionnisme (Inventar el impresionismo) apenas se puede caminar y respirar. Allí están, agrupadas las joyas pictóricas en diez postas temáticas. Una sucesión de pinturas que tuvo su germen en el célebre Salón de Viardot en 1870. Como en Buenos Aires, el himno nacional nació en el salón de la dama patricia Mariquita Sánchez de Thompson.

Pese a la fascinación de miles de visitantes, algunos críticos siguen siendo bastante ácidos con relación a esta celebración de los 150 años de la corriente artística. Y puede que por estos días se lea o se escuche que hay una “sobreexposición” impresionista, o que se trata de “pinturas bonitas” para “museos elegantes”.

Críticas al margen, la exhibición permite aproximarse a las claves de un arte que, en subastas sofisticadas, sigue cotizando con excelente salud. La gran muestra del Orsay cerrará sus puertas el 14 de julio próximo, cuando Francia celebre su fiesta nacional.

La exposición central es parte de un ambicioso programa del Museo que sumerge a los visitantes en el contexto histórico del movimiento tan reconocido en el mundo como incomprendido en su época. Hay conciertos, podcasts con las curadoras de la exposición, Anne Robbins y Sylvie Patry, conservadora de pintura del Museo y conservadora general del patrimonio respectivamente, visitas guiadas, documentales, videos y la asombrosa exposición inmersiva, siempre sold out, a la que pudimos acceder invocando nuestra lejanía geográfica.

El Museo d’Orsay co-organizó la exhibición principal con el Museo de Orangerie y la Galería Nacional de Arte (NGA) en Washington, Estados Unidos, hacia donde viajará en septiembre próximo con el título París 1874: El momento impresionista.

El texto curatorial de apertura nos sumerge en la época: “Hace 150 años, el 15 de abril de 1874 se inauguró en París la primera exposición impresionista. Hambrientos de independencia, Monet, Renoir, Degas, Morisot, Pissarro, Sisley e incluso Cézanne decidieron liberarse de las reglas organizando su propia exposición, fuera de los canales oficiales: así nació el impresionismo. Para celebrar este aniversario, el Museo de Orsay ofrece una nueva mirada a esta fecha clave, considerada el punto de partida de las vanguardias”.

Son más de 130 obras magníficas que recorren lo que ocurrió aquella primavera del siglo XIX en París y por qué el movimiento se ha vuelto una leyenda en el arte, al tiempo que rastrea su irrupción en la escena artística en aquel mundo que cambiaba vertiginosamente.

París 1874. La invención del impresionismo ofrece una cartografía de 31 artistas – entre los cuales sólo siete son universalmente reconocidos –que se reunieron para exponer juntos. El clima de la época era el de una posguerra, según dan cuenta los textos curatoriales. Había transcurrido la guerra franco-alemana de 1870 y tras aquella, la insurrección revolucionaria de la Comuna de París.

En aquel escenario de decadencia y postración, y a su vez de cambios tan vibrantes, los artistas comenzaron a repensar su arte y a buscar nuevas formas de expresión. “Un pequeño clan de rebeldes pinta escenas de la vida moderna, o paisajes en tonos claros y con un toque alegre, esbozados al aire libre”, dice uno de los textos de sala.

La luz, la combinación de colores, las pinceladas difusas, los pigmentos puros para crear nuevos tonos, la búsqueda de profundidad en las pinturas, son algunas de las características de la nueva corriente que introducen los impresionistas. La obra germinal de aquella época fue sin duda la de Monet, “Impression, soleil levant” (conocida como “Amanecer”), pintada en 1872 –central en la primera exposición impresionista– y retrata en tonos brumosos el sol naciendo en el puerto de Le Havre.

La exposición confronta la selección de obras impresionistas con las pinturas y esculturas expuestas en aquella misma época en el Salón Oficial, que era el consagratorio del canon artístico. De esa confrontación se extraen conclusiones muy atractivas. No solo por el impacto que las obras impresionistas tienen que haber provocado en su tiempo, sino por las superposiciones inesperadas que surgen. Se aprecia mejor aquella modernidad radical de los rebeldes artistas y la riqueza creativa que los iluminó. Las curadoras han puesto, como diríamos en lenguaje gauchesco, “toda la carne en el asador”, por eso se mezclan los artistas en una selección más ecléctica.

La exposición de 1874 presentó sólo una minoría de obras impresionistas. Solo siete de los 31 artistas y 51 de las 215 obras de la exposición de su tiempo, organizada por un grupo de la llamada Société Anonyme des Artistes Peintres, Sculpteurs, Graveurs, fueron posteriormente denominados impresionistas.

El contexto en la muestra del Museo d’Orsay es clave. Algunos de los artistas respondieron a una sociedad traumatizada por los violentos conflictos de 1870 y 1871, pero otros quisieron seguir adelante, forjar un nuevo camino sin quedar atrapados en el pasado, según algunos críticos.

Hay obras asombrosas y nuevas. Por ejemplo, la “Olimpia moderna, boceto” (1873), de Cézanne, que retrata a una prostituta desnuda observada por un hombre vestido, al lado de “La cuna” (1872), bellísima pintura de Berthe Morisot, en la que una madre observa amorosamente a su bebé dormido. Morisot fue la única pintora impresionista en la Exposición de 1874.

Una inmersión sorprendente

Hasta agosto próximo continuará Una velada con los impresionistas. París 1874, con la que los visitantes coronarán un paseo inolvidable por el Museo d’Orsay.

Quienes se hayan sumergido en las experiencias inmersivas de Van Gogh o Frida Kahlo en Buenos Aires no han visto lo mejor de la realidad virtual en 3D.

Tras visitar la muestra central no estamos abrumados y decidimos quedarnos en el siglo XIX. Pertrechados con el casco de realidad aumentada accedemos, una tarde de primavera de 1874 a las 20, al antiguo estudio del célebre fotógrafo Nadar, en el Boulevard des Capucines. En las plantas 2ª y 3ª del edificio, unos 30 artistas se reúnen para presentar al público una selección de unas 165 obras. En la noche inaugural, una joven mademoiselle Rose, nos acompaña durante más de una hora para que compartamos la velada inaugural del impresionismo.

A escala real, los personajes se suceden ante nuestra mirada asombrada. Los visionarios artistas que tendremos muy cerca (virtual, claro), siempre guiados por Mme Rose, son Claude Monet, Auguste Renoir, Berthe Morisot, Paul Cézanne, Camille Pissarro y Edgar Degas.

Avanzamos por el Salón de 1874 y pasamos luego luego al estudio del pintor Frédéric Bazille, donde surgió la idea de la exposición, a la Île de la Grenouillère, donde Monet y Renoir pintaron juntos, y finalmente a Le Havre, donde Monet pintó su famosa “Impression, Soleil Levant”. Los paseos permiten entender mejor los vínculos entre los miembros del grupo y la esencia de su búsqueda.

La experiencia se basa en una profunda investigación de los equipos del Museo d’Orsay, así como de expertos en reconstrucción 3D y realidad virtual. En inglés y en francés la visita es un viaje en tiempo. “Vivimos” en el siglo XIX por un rato, estamos rodeados de artistas, hay voces, risas, intercambios. Cada tanto, unas figuras fantasmagóricas se nos cruzan y ahí chocamos con otros visitantes que viven la experiencia.

Bajamos escaleras con Mme. Rose y salimos a los paisajes que pintaron los impresionistas, cruzamos puentes, asistimos al work in progress de las obras que ya hemos visto colgadas en la muestra central. Y, sobre todo, aprendemos más de las motivaciones y los anhelos que acompañaron el surgimiento de una vanguardia que, al día de hoy, sigue atrayendo multitudes en todo el planeta.

El mural gigante de Messi quedó terminado, nace un nuevo ícono de Santa Fe

Fuente: El Litoral – La gran pintura luce completa en la pared oeste del edificio CAM 100, en Alem y Las Heras. Las principales características.

75 metros de alto por 40 mts, donde está la parte más ancha. Esas son las medidas del mural gigante de Lionel Messi que la ciudad de Santa Fe estrena por estos días.

Los trabajos quedaron finiquitados luego de un proceso de pintura en detalle y terminaciones puntuales. Ahora sí, santafesinos y turistas podrán apreciar uno de los homenajes más grandes del mundo para el 10 argentino.Los trabajos quedaron finiquitados luego de un proceso de pintura en detalle y terminaciones puntuales. Crédito: Fernando Nicola

El concepto utilizado es el “Hiperrealismo”, lo más parecido con mayor definición de una fotografía pintada a mano. Crédito: Fernando Nicola


El gran mural está en el edificio CAM 100, ubicado en la esquina que conforman la avenida Leandro L. Alem y calle Alvear, a pocos metros del microcentro y la zona portuaria. Difícil será no verlo.

Para lograr semejante proyecto se usó trigonometría de color con los primarios, rojo amarillo y azul. Por su tamaño se utilizaron unos 600 litros de pintura (20 latas de 30 litros) para la base y unos 1000 aerosoles.El gran mural está en el edificio CAM 100, ubicado en la esquina que conforman la avenida Leandro L. Alem y calle Alvear, a pocos metros del microcentro y la zona portuaria. Crédito: Fernando Nicola

La gran pintura luce completa en la pared oeste del edificio CAM 100, en Alem y Las Heras. Crédito: Fernando Nicola


El concepto utilizado es el “Hiperrealismo”, lo más parecido con mayor definición de una fotografía pintada a mano. Los trabajos comenzaron en marzo del 2023 y culminaron por estos días.

La imagen

La foto elegida es una de las más representativas del campeonato del mundo conquistado por Argentina en la Copa disputada en Qatar en 2022.El concepto utilizado es el “Hiperrealismo”, lo más parecido con mayor definición de una fotografía pintada a mano. Crédito: Fernando Nicola

Los trabajos quedaron finiquitados luego de un proceso de pintura en detalle y terminaciones puntuales. Crédito: Fernando Nicola


Messi comienza a levantar el ansiado trofeo y busca la complicidad de sus compañeros para festejar el gran logro argentino. En el muro, un pequeño con la camiseta de la Selección aprecia a su ídolo, junto a un reloj que marca la hora señalada, en el momento preciso de la conquista de la “scaloneta” en tierras árabes.

Ya es un ícono

Santafesinos y visitantes de la capital provincial no esperaron a la finalización de la obra. Rápidamente se apropiaron del mural y de inmediato comenzaron a divulgar sus fotos y videos.

Tal fue el furor por los primeros esbozos del mural, que usuarios de redes sociales con millones de seguidores y alcance mundial se hicieron eco.

A mediados de 2003, El Litoral dio cuenta de los avances del diseño y su viralización mundial.

La cuenta oficial de la UEFA Champions League publicó este viernes una galería en su Instagram encabezada por la gran pintura santafesina. Con el correr de las horas, el posteo recolectó millones de me gusta y cientos de comentarios.Mural Messi Mundo

El posteo de la cuenta de la Champions League.


Un perfil de Twitter de origen árabe que comparte toda información referida a Messi, posteó tres fotos del mural de Santa Fe. Con el pequeño error que lo ubicaron en Rosario. “Nuevo mural del rey”, se puede leer en la traducción al español.Mural Messi Mundo

En Twitter unos fanático árabes comparten a diario imágenes e información vinculada a Lio.


Como el Puente Colgante, los lisos y el alfajor bañado de merengue, el Messi gigante pintado en la avenida Alem pasó a ser un ícono referencial de la ciudad de Santa Fe.

Tras 9 años, recuperan una obra robada de Francis Bacon valuada en más de USD 5 millones

Fuente: Infobae – El cuadro había sido robado de la casa de un empresario español, en Madrid, junto a otras cuatro piezas del gran pintor británico.

La policía española anunció que recuperó un cuadro de Francis Bacon valorado en 5 millones de euros (5,4 millones de dólares) que fue robado junto a otras cuatro obras del pintor británico del domicilio de un particular en Madrid hace nueve años.

La pintura formaba parte de un conjunto de retratos realizados por el artista, que pertenecían al banquero español José Capelo. Las obras, que estaban en su apartamento de Madrid, habían sido sustraídas en 2015, cuando Capelo se encontraba en Londres.

En aquel momento se presentó como uno de los robos más importantes de arte contemporáneo en España, ya que el valor total de los cinco cuadros se estimaba en 25 millones de euros (unos 27,1 millones de dólares). Los ladrones también se llevaron una caja fuerte y joyas.

Francis Bacon (ITV/Shutterstock)
Francis Bacon (ITV/Shutterstock)

La policía española recuperó tres de las cinco obras en 2017. Los agentes informaron entonces de que habían realizado varias detenciones durante sus investigaciones, y precisaron que la operación seguía en curso para encontrar las otras dos.

Las investigaciones permitieron detener el pasado febrero en Madrid a otras dos personas, sospechosas de estar implicadas en lo ocurrido. “A raíz de estos arrestos, y como consecuencia de diferentes gestiones policiales, una de las dos obras robadas que faltaban por recuperar fue localizada en un inmueble de Madrid”, informó la Policía Nacional este jueves en un comunicado.

Desde que arrancó la investigación en 2015, los agentes detuvieron en total a “dieciséis personas presuntamente implicadas en el robo, entre los que se encontrarían tanto los autores intelectuales como materiales del mismo”, agregaron, sin dar más detalles sobre sus identidades.

La investigación continúa abierta hasta que se localice la quinta y última obra robada, así como a quien la tiene en su poder, añadió la Policía Nacional.

Nacido en 1909, Francis Bacon se hizo muy conocido en especial por sus trípticos. Uno de ellos, “Tres estudios de Lucian Freud”, se vendió por 142,4 millones de dólares en 2013 en Christie’s de Nueva York, convirtiéndose en aquel momento en la obra de arte más cara vendida en el mundo.

El pintor británico, apasionado por los grandes maestros españoles Goya y Velázquez, falleció en la capital española en 1992.

Hito en el mundo del arte: logran «dar vida» a una mítica pintura de Vincent Van Gogh que tiene más de 130 años

Fuente: Cronista – Un diseñador y especialista en motion graphics animó un conocido cuadro realizado por Van Gogh en 1888. Mira cómo quedó la pintura inmersiva.

Una mítica pintura de Vincent Van Gogh «cobró vida» gracias a una plataforma de inteligencia artificial. Se trata de una animación que logró darle movimiento al cuadro «Seascape near Les Saintes-Maries de la Mer«.

La animación del cuadro estuvo a cargo del artista, director y animador checo Andrey Zakirzyanov. Este proyecto tuvo como fin reinterpretar digitalmente la obra que muestra la costa mediterránea francesa.

Seascape near Les Saintes-Maries de la Mer, de Vincent Van Gogh.

Van Gogh: ¿cómo es la animación de Seascape near Les Saintes-Maries de la Mer?

El museo Van Gogh publicó la maravillosa animación que logró darle una experiencia visual y auditiva dinámica a los espectadores interesados en conocer más del arte llevado a cabo por el pintor neerlandés en 1888.

Con el trabajo de Zakirzyanov se busca la reivindicación y popularización de las obras clásicas y más relevantes de la historia del arte mundial en nuestro tiempos.

¡Mira como el increíble Andrey Surotdinov da vida a la obra maestra de Van Gogh en este fascinante carrete! Ahora imagina experimentar este encantamiento en persona…», publicaron en la cuenta de Instagram Van Gogh Experience sobre el trabajo del animador y del reconocido músico que que le puso sonido a la pintura.

Por su parte, el propio diseñador checo agradeció la difusión que hizo el museo y dijo al respecto de su obra: «una cámara ligeramente diferente y un movimiento de olas del mar».

Las demás obras de Van Gogh que Zakirzyanov le dio vida

Otra de las obras que animó este artista checo es Café Terrace at Night, un café de la ciudad de Arlés situado específicamente en el Place du Forum, lugar en donde residió algunos años.

También recreó The Yellow House, la pintura realizada por el postimpresionista en 1888, la cual retrata una casa que amarilla que había alquilado Van Gogh en Arlés.

¿Quién es Andrey Zakirzyanov, el artista que revive a Van Gogh?

Andrey Zakirzyanov es un artista, director, diseñador, animador, director creativo y consultor independiente especializado en animaciones de Motion graphic, que trabajó para Currenttime Tv – Czech Republic y en documentales de HBO.

Autorretrato de Vincent Van Gogh.

Seascape near Les Saintes-Maries-de-la-Mer es un óleo sobre lienzo, 50,5 cm x 64,3 cm realizado por Van Gogh en 1888, en su estancia en Arlés, cerca del mediterráneo francés.

Según el Van Gogh Museum, el artista neerlandés pintó esta vista del mar cuando visitó el pesquero de Les Saintes-Maries-de-la-Mer, durante un viaje que realizó desde Arles, en el sur de Francia. Se estima que el pintor realizó su obra sobre la playa, ya que se encontraron granos de arena en las capas de pintura.

Terraza de Café por la Noche, de Vincent Van Gogh.

Sobre la pintura, desde le museo señalaron que se destaca el azul y el blanco, que aplicó sobre el lienzo con trazos atrevidos y utilizó el verde y el amarillo para las olas.

«Aplicó estos colores con una espátula, capturando cuidadosamente el efecto de la luz a través de las ondas. Van Gogh estaba entusiasmado con los colores del mar Mediterráneo», explicaron desde el museo.

Además, Van Gogh escribió que el mar mediterráneo le encantaba porque este «tiene un color como la caballa, en otras palabras, cambiante – no siempre se sabe si es verde o morado – no siempre se sabe si es azul – porque un segundo después, su reflejo cambiante ha adquirido un tono rosado o gris».

Leonora Carrigton: la novia del viento

Fuente: Clarín – “Una vez un perro le ladró a una máscara que hice: fue el comentario más honorable que recibí”.

Lo dijo Leonora Carrington, la gran pintora surrealista que volvió a ser noticia el jueves, cuando se supo que Eduardo Costantini, fundador del Malba, compró su pintura Las distracciones de Dagoberto (1945) por 28,5 millones de dólares, un valor récord.

Los fans del arte casi no podemos esperar para ver la obra junto a las de Frida Kahlo y Remedios Varo en el museo porteño.

Hubo una película Carrington (1995), con Emma Thompson, y una novela, Leonora, de Elena Poniatowska, entre otras obras sobre ella, la mayor de las surrealistas, y el título de un libro suyo, La leche de los sueños, fue lema de la Bienal de Venecia 2022. Pero no es tan popular como Frida. Al menos, todavía."Las distracciones de Dagoberto", obra récord de Leonora Carrington. Foto: Sothebys«Las distracciones de Dagoberto», obra récord de Leonora Carrington. Foto: Sothebys

Leonora nació en Inglaterra en 1917 y renació en México en 1941, adonde huyó luego de que los nazis detuvieran a su pareja, el artista judío Max Ernst, y ella se escapara a la España franquista, donde sufrió una violación grupal y la internación en un psiquiátrico (sobre cuyas torturas escribió Memorias de abajo y pintó).

A Ernst lo había conocido cuando tenía 20 años y él era un surrealista de referencia, de 47, casado. Se fueron a vivir al campo en Provenza y pintaron su casa con seres mágicos: ella creó una mezcla de pájaro y estrella de mar, “Loplop”, que lo representaba, y él, una especie de yegua salvaje, “la novia del viento”.

Así, “novia del viento”, la apodaron los surrealistas, a quienes admiró y criticó. “Les gustaba considerarse vanguardistas pero, en lo que se refiera a las mujeres, eran deprimentemente convencionales”, diría años después. “Nos querían como musas y para atenderlos”.Fotografía del cuadro"La Guardiana del Huevo", de Leonora Carrington. Foto: EFE, archivoFotografía del cuadro»La Guardiana del Huevo», de Leonora Carrington. Foto: EFE, archivo

De Europa, la artista pudo salir casándose con un el escritor mexicano Renato Leduc, de quien se separó poco después. Pasó por Nueva York y llegó a México, donde conoció al fotógrafo Emérico Weisz, con quien tuvo a sus dos hijos, Gabriel y Pablo, y se reencontró con otros exiliados, entre ellos, la surrealista española Varo, con quien preparó “recetas para provocar sueños eróticos”.Leonora Carrigton. Foto: EFE, archivoLeonora Carrigton. Foto: EFE, archivo

El sufrimiento está en sus creaciones, igual que las lecciones de las escuelas católicas de las que la echaron, las clases de arte en Florencia y con el pintor minimalista Ozenfant o el descubrimiento del inconsciente.

Pero hay que evocarla más allá del dolor. Por ejemplo, de nena, en la casona gótica donde creció, escuchando mitos celtas de su abuela irlandesa o leyendo Alicia en el País de las Maravillas y cuentos de Poe. A varios nos gusta imaginarla sentada ante un tazón de avena insípida, fantaseando que es una laguna y ella, un pez alado. Es que Leonora, quien tuvo que huir tantas veces, aseguró: “Nadie escapa de su infancia”.Leonora Carrington en la Ciudad de México (2007). Foto: Henry Romero/Reuters Leonora Carrington en la Ciudad de México (2007). Foto: Henry Romero/Reuters

Leonora empezó evadiendo el tedio y después le tocó el horror. Siempre aprendió. Algo parecido a lo del “lago» de avena hizo de adulta en una cena con el director de cine Luis Buñuel, también exiliado en México. Se cuenta que se levantó de la silla, se metió en la ducha vestida, volvió empapada y le dijo: “Es muy guapo usted”.

Performer, alquimista (recuperó la técnica medieval de pintura al huevo), investigadora de hadas y leyendas mayas, vivió hasta los 94 años y dejó todo -provocación, espanto, locura y el arte como forma de supervivencia- maravillosamente pintado.

Una Bienal que reivindica los cánones del Sur Global

Fuente: Clarín – El manifiesto comienza en la fachada misma del portal de ingreso al sector Giardini. Con el mural Mahku, del Movimiento de Artistas Huni Kuin, del estado de Acre en Brasil, en el límite con la selva peruana, abre el primero de los dos espacios de la muestra de 331 artistas, un número superior al habitual en la Bienal de Venecia. Latinoamérica nunca estuvo tan presente, con un tercio de los artistas xpuestos.En las salas sobre la Abstracción se lucen decenas de obras latinoamericanas de calidad museística, desconocidas en Europa. En las salas sobre la Abstracción se lucen decenas de obras latinoamericanas de calidad museística, desconocidas en Europa.

Bajo el título Extranjeros por todas partes (Stranieri ovunque), tomado de una obra en neón del dúo Claire Fontaine que encontraremos colgado al final de los astilleros, la masiva expo está curada por Adriano Pedrosa, el artífice de la renovación del MASP, el museo de San Pablo que lo convirtió en una luminaria y lo ha traído hasta Venecia.

Difícil imaginar a un comisario con más respaldo que Pedrosa, y esto le permitió lanzarse a corregir, con el espíritu revisionista de estos tiempos, los ejes europeos clásicos de la estima en el arte, proponiendo parámetros en sintonía con el Sur Global, ese concepto geopolítico que desde hace más de una década reformula la categoría tradicional de Tercer Mundo. En otras palabras, se propuso correr el meridiano de Greenwich del arte, buscando sacar a la vidriera el arte producido en latitudes periféricas.Cerámica de la artista paraguaya Julia Isidrez y de Juana Marta Rodas, su madre y maestra. Cerámica de la artista paraguaya Julia Isidrez y de Juana Marta Rodas, su madre y maestra.

Explícitamente en su ensayo para el catálogo, identificará todas las formas del outsider del arte para conferirles centralidad. Por extranjero, Pedrosa entiende a los actores fuera de los centros de consagración, a los emigrados y autodidactas, los artesanos y artistas populares (para él, clave en nuestra región) y los artistas queer, “que se han movido entre otras sexualidades y géneros” (él mismo reivindica esta palabra para sí). En suma, incluirá en la categoría de extranjeros no solo la inmigración sino sobre todo la exclusión. Stranieri ante la Academia europea con mayúsculas.

En el trasfondo de esta Biennale, como la tristeza por una utopía malograda, ondea el experimento Documenta, la trienal de Kassel 2022 que arrancó con un mural propalestino cancelado en la apertura y llegó a su término con escándalo y en hilachas. Si esa expo en Alemania fue curada por el colectivo Ruangrupa, de Indonesia, abierto sin restricciones pero ineficaz en la disciplina de advertir y abortar riesgos políticos–, la grilla de Pedrosa es firme, aunque pueda compartir muchos de aquellos postulados progresistas. Quizá por esa necesidad de un encuadre sólido su curaduría sea por momentos hiper museística y de aliento enciclopédico. Esto se advierte en advierte en varios tramos, por ejemplo, en el modo en que cuelga la obra extraordinaria de la tejedora wichi Claudia Alarcón, a la que nos referiremos más adelante.

Stranieri se articula en vastos espacios temáticos. En Giardini está el Núcleo Histórico y de Retratos, consagrado este último a la figura humana (v. recuadro). Más allá del valor de las obras, nos asaltan las preguntas bajo el faro de los puntos de partidas. ¿Podemos pensar como outsider del canon ese retrato de Frida Kahlo, cuando pertenece a la Fundación Malba y estableció el precio récord para una obra latinoamericana, ? ¿A esta altura, no es una commodity, un imán turístico? Sigamos. El segundo capítulo, en Arsenale, está dedicado al arte contemporáneo.

El suelo bajo nuestros pies

En los Arsenales, la selección asume con vitalidad el idioma de caos y tensiones que sacuden el mundo. Entre las obras que más impactan, por su despliegue espacial y de diálogo con el presente, el “Archivo de la Desobediencia”: fundado por Marco Scotini en 2005, reúne testimonios en video de 39 artivistas y colectivos, desde 1975 hasta 2023. De acuerdo con Scotini, el Activismo Diásporico aborda los desafíos de la migración transnacional en un mundo dominado por el neoliberalismo, mientras que el desacato sexual desafía el binarismo. Es un tesauro del albedrío humano.La Chola Poblete, su propia conquista de 25 metros de espacio en la expo veneciana. Primera artista trans en conseguir la Mención de honor de la Bienal. La Chola Poblete, su propia conquista de 25 metros de espacio en la expo veneciana. Primera artista trans en conseguir la Mención de honor de la Bienal.

La segunda es otra gran video instalación, “The Mapping Journey Project” (2008-2011), del marroquí Bouchra Khalili. Reconstruye, mediante testimonios personales, las cuitas del inmigrante ilegal en el ámbito mediterráneo. Desde Marsella a Ramalla, de allí a Bari y a Roma, de allí a Barcelona y Estambul. En busca de certificados, trabajo o vivienda, escapando de la cacería de migraciones. Son ocho biografías discontinuas bajo la miseria de un pasaporte.

Destacamos a cuatro artistas argentinas vivas y con aportes generosos, gracias al curador. Primero, la escultura “Dios es inmigrante”, de Mariana Tellería, al ingreso mismo de Giardini. Luego, la escultora Kim Yun Shin, coreana emigrada a Buenos Aires, cuyas tallas ocupan el centro de una sala. Y enseguida, cada una con más de 20 metros de pared, los cuadros de una triunfal Chola Poblete, la primera trans en ganar aquí una mención honorífica por su compromiso social a favor de la tolerancia, y los tapices de la extraordinaria tejedora wichi Claudia Alarcón, que demuestra haber superado por lejos la técnica y los patrones ancestrales clásicos de la fibra Chaguar para componer, con el grupo de tejedoras Silät, complejas tramas de geometrías cruzadas al modo de collages.

Con la media docena de obras de Alarcón, el curador tomó la decisión de enmarcarlas y darles un fondo de color. El resultado es deslumbrante y academicista, el Chaguar como nunca lo vimos, dado que realza la continuidad perfecta del tejido. Sin embargo, carece del movimiento y la onda de caída de esa fibra áspera: ¿sigue siendo Chaguar si está en un plano? Al mismo tiempo, ¿hay alguna razón que impida darle el tratamiento de un lienzo? Las tejedoras Claudia Alarcón & el colectivo Silät, tapices de Chaguar que honran y a la vez superan el repertorio geométrico wichi clásico. Las tejedoras Claudia Alarcón & el colectivo Silät, tapices de Chaguar que honran y a la vez superan el repertorio geométrico wichi clásico.

Aunque no inscribe una contra-Bienal, al modo de Documenta, Pedrosa propone otro canon –incluso la ausencia de él–, lo cual es estimulante. Si bien en ocasiones parece ceder a cierto pietismo cristiano –que ha conjugado a la perfección con el primer pabellón del Vaticano, de hecho, comparten obra del grupo Claire Fontaine–, y aunque por momentos creeremos oir los sones de Manu Chao, el resultado a menudo subraya que importan menos los temas ideológicos que el rescate y la supervivencia de técnicas obsolescentes. Así, el Chaguar, así la sala íntegra dedicada a tapices en batik, tan intrincados y perfectos que nos dejan como ante el ananá colonial de Carlos V, lamentando que acaso no volvamos a disfrutarlos en décadas.

Confirman que Miguel Ángel pintó otro “Juicio Final”, que se guarda celosamente en una bóveda con custodia de Ginebra

Fuente: La Nación – Después de ocho años, un estudio presentado hoy en Roma asegura que es del gran genio del Renacimiento la pequeña pintura al óleo sobre tela inspirada en el célebre fresco de la Capilla Sixtina que está en Suiza.

ROMA.- Miguel Ángel no sólo hizo el célebre fresco del Juicio Final de la Capilla Sixtina. Pocos lo saben, pero también hizo otro, mucho más pequeño y en otra técnica, en óleo sobre tela, según confirmó una investigación que duró ocho años y se dio a conocer esta mañana en Roma. Llamado el Juicio Final de Ginebra, el otro capolavoro del genio del Renacimiento es muy poco conocido y tiene ese nombre porque, a diferencia del Vaticano, que es admirado a diario por hordas de turistas, se encuentra celosamente guardado en un “caveau”, es decir, una caja fuerte de esa localidad suiza, blindado junto a otras obras de arte. Su propietario es un grupo empresario estadounidense que prefiere el anonimato.

De 96,52 x 81,28 centímetros y pintado sobre una muy delgada tela de lino, el pequeño Juicio Final de Ginebra fue un regalo que le hizo Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) al pintor florentino Alessandro Allori (1535-1607) para que lo usara como boceto para decorar un retablo del altar de la Basílica de Santissima Annunziata de Firenze, subrayó la experta en arte renacentista, Amel Olivares, en una conferencia de prensa en Palazzo Grazioli, nueva sede de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia.

Compuesto de 33 figuras, el "Juicio Universal de Ginebra" está inspirado en el famoso fresco de la Capilla Sixtina que visitan a diario hordas de turistas
Compuesto de 33 figuras, el «Juicio Universal de Ginebra» está inspirado en el famoso fresco de la Capilla Sixtina que visitan a diario hordas de turistasMichelangelo Pressoffice

Especialista en historia del arte y conservación del Vaticano, Olivares lideró la investigación junto al monseñor español José Manuel del Río Carrasco. Esta mañana, tras agradecer a todos los que colaboraron con este estudio interdisciplinario que involucró a académicos y profesionales de diversas partes del mundo, destacó que el Juicio Universal de Ginebra, compuesto de 33 figuras, sin lugar a duda tuvo su inspiración en el famoso fresco de la Capilla Sixtina.

Allori, en efecto, que era hijo putativo de otro importante artista florentino, Agnolo Bronzino (1503-1572), había estado muy cerca de Miguel Ángel y había estudiado sus obras durante su estadía romana, entre 1554 y 1560. En ese período, Miguel Ángel tenía muchos contactos con algunas de las influyentes y aristocráticas familias florentinas, como los Bardi, los Capranica y los Montauto, que, con su banco, que le financiaron también la realización de la tumba de Papa Julio II. Fue la familia Montauto la que le encargó a Allori que embelleciera su capilla privada en la Basílica de Santissima Annunziata de Florencia. Y fue entonces que Allori, justamente basándose en ese boceto de Miguel Ángel, creó con maestría un retablo del altar con el tema del Juicio Final. Para dejar en claro de dónde provenía el boceto, en su parte inferior, Allori escribió en latín: “El ciudadano florentino, discípulo del Bronzino, Alessandro Allori, pintó fielmente esta invención del excelentísimo pintor Buonarroti”.

La paternidad de Michelangelo

Al analizar durante ocho años el Juicio Universal de Ginebra, una pintura de la que se había perdido el rastro hasta hace cien años, los expertos pudieron confirmar la paternidad de Miguel Ángel al redescubrir diversos detalles peculiares. Entre ellos, por ejemplo, que en la pintura la figura del Cristo Juez aparece sin barba, como sucede exactamente en el fresco original de la Capilla Sixtina.

“Durante la investigación nos sorprendió, como en el caso de la capilla Sixtina y al ser un rasgo característico de Miguel Ángel, que no aparecía la barba en la figura del Cristo: solo se veían sombras y algunos trazos rectos”, comentó monseñor del Río Carrasco. En el retablo pintado por Allori, en cambio, el Cristo Juez fue pintado con una densa barba oscura.

Después de ocho de investigación, certificaron que la tela de 96,52 x 81,28 centímetros corresponde a una obra del maestro del Renacimiento, inspirada en el célebre fresco del "Juicio Final"
Después de ocho de investigación, certificaron que la tela de 96,52 x 81,28 centímetros corresponde a una obra del maestro del Renacimiento, inspirada en el célebre fresco del «Juicio Final»Michelangelo Pressoffice

Otro detalle importante es que en el Juicio Final de Ginebra aparece, como si se tratara de una firma, un autorretrato de Miguel Ángel, en el que aparece con un rostro más joven respecto. “La comparación forense del rostro del hombre con barba del Juicio Universal de Ginebra, desde el punto de vista anatómico, mostró muchos puntos en común con el rostro del autorretrato de Miguel Ángel de los Uffizi”, aseguró Chantal Milani, antropóloga forense experta en rostros.

Más allá de los parecidos, la investigación sobre la pintura volvió a resaltar el gran genio artístico de Miguel Ángel. “Hasta hace diez años era impensable hablar de pintura al óleo sobre tela en el Renacimiento, porque se creía que las pinturas se realizaban solamente sobre tablas”, subrayó Olivares. “El Juicio Final de Ginebra demuestra que Miguel Ángel conocía la técnica del óleo sobre tela, que probablemente aprendió de Sebastiano dal Piombo (1485-1547), que llegó a Roma alrededor del 1512 y que estuvo en contacto con los grandes maestros y que, es sabido, era amigo del gran artista”, agregó.

La obra maestra redescubierta de Miguel Ángel, cuya autoría se atribuyó tras un estudio multidisplinario que demandó ocho años
La obra maestra redescubierta de Miguel Ángel, cuya autoría se atribuyó tras un estudio multidisplinario que demandó ocho añosMichelangelo Pressoffice

Tras servir de boceto de la obra de Allori en el retablo del altar de la Basílica de Santissima Annunziata de Florencia, el Juicio Universal de Ginebra con el correr de los siglos pasó a estar en diversas manos. Una descripción detallada de la obra fue hallada en el Archivo de Estado de Florencia de 1792, en el marco de documentos relativos al inventario de muebles y obras de arte de propiedad del marqués florentino Donato Guadagni, considerado el “Rockfeller” de la época.

Restaurada en 2015 por el profesor Antonio Casciani, esta pintura bastante desconocida de Miguel Ángel cinco siglos después se encuentra actualmente en óptimas condiciones, guardada en una caja fuerte en Ginebra. Al momento, no están previstas exhibiciones y nadie sabe si ese seguirá siendo su destino. Ante la pregunta del millón, es decir, si es posible verla, visitarla, ahí, en el “caveau” de Ginebra, la contestación fue que puede hacerse un pedido.