El nuevo video de The Beatles fue realizado con 1300 óleos pintados a mano

Fuente: Perfil ~ La legendaria banda de Liverpool continúa siendo una fuente inagotable para artistas de todas las disciplinas. El director y artista Em Cooper creó un video onírico para el relanzamiento del álbum «Revolver».

A pesar de su separación hace más de 50 años, The Beatles continúa siendo una fuente de inspiración para todas las disciplinas artísticas y así quedó demostrado luego de la publicación de la reedición de «Revolver», el séptimo álbum de estudio de los cuatro de Liverpool y uno de los más emblemáticos.

En el marco de ese relanzamiento, se estrenó un clip oficial de «I’m only sleeping», la canción escrita principalmente por John Lennon (pero firmada por Lennon- McCartney como indicaba el pacto de la banda) y que es una de las más queridas en el disco. «Hermosas armonías, métodos de grabación experimentales y una composición vanguardista se combinan para crear esta canción de ensueño, que evoca el enfoque pionero de The Beatles hacia la música de Revolver«, dice en las cuentas oficiales de los Fab Four en redes sociales.

«El artista y director Em Cooper exploró el espacio entre el sueño y la vigilia, trabajando en una tribuna de animación en hojas de celuloide«, comenta acerca de la realización del video de este tema, el único que ofrece un doble solo de guitarra por George Harrison reproducido de forma invertida.

Y además explica que el cineasta pintó cada cuadro individualmente con pintura al óleo, un proceso laborioso que tomó muchos meses. En total fue hecho con 1.300 pinturas diferentes, en una técnica similar al de la película Loving Vincent (Cartas a Van Gogh).

Get Back The Beatles
Paul McCartney, Ringo Starr, John Lennon y George Harrison.

Precisamente Lennon es el protagonista del clip, en el que se lo ve durmiendo y «saltando» a lo largo de distintas escenas junto a los demás Beatles, en una mezcla entre sueño y vigilia.

«I’m only sleeping» es recordada, al igual que el álbum entero, por sus efectos psicodélicos. Esto se logró mediante el uso de varias velocidades en los tonos, al mismo tiempo que la banda británica también añadió otros toques de ensueño. 

Aunque en el álbum «Rubber Soul» de 1965, la banda ya había empezado a experimentar tanto en la composición de sus canciones, «Revolver» -estrenado en 1966 cuatro meses después- presentó varios nuevos desarrollos estilísticos que llegarían a ser más pronunciados en álbumes posteriores.

En la reedición de «Revolver»hay 31 tomas inéditas y tres maquetas caseras del archivo de grabación de los Beatles, así como un EP de cuatro pistas con «Paperback Writer» y «Rain». Asimismo, las 14 pistas del álbum original fueron mezcladas de nuevo por Giles Martin (hijo del legendario productor de la banda, George Martin) y el ingeniero Sam Okell

El cuadro de Piet Mondrian que estuvo más de 75 años colgado al revés

Fuente: La Nación – Una curadora notó el error de larga data cuando investigaba la nueva exposición del museo sobre el artista a principios de este año.

Una obra de artista de pintura abstracta neerlandés Piet Mondrian ha estado colgada boca abajo en varias galerías durante más de 75 años.

A pesar del reciente descubrimiento, la obra, titulada “Ciudad de Nueva York I”, se seguirá mostrando al revés para evitar que se dañe.

El cuadro, de 1941, se exhibió por primera vez en el Museo de Arte Moderno (MoMA, por su acrónimo en inglés) de Nueva York en 1945.

Y ha estado colgado en la colección de arte del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, en Düsseldorf, desde 1980.

La curadora Susanne Meyer-Büser notó el error de larga data cuando investigaba la nueva exposición del museo sobre el artista a principios de este año, pero advirtió que podría desintegrarse si se colgaba del lado correcto ahora.

“Ciudad de Nueva York I” es una versión en cinta adhesiva de la pintura “Ciudad de Nueva York” del mismo artista.

“Era muy obvio”

“El engrosamiento de la cuadrícula debe estar en la parte superior, como un cielo oscuro”, dijo Meyer-Büser a The Guardian sobre la obra de arte de un enrejado de rayas rojas, azules y amarillas sin terminar y sin firmar.

“Una vez que se lo señalé a los otros curadores, nos dimos cuenta de que era muy obvio. Es muy probable que la imagen esté al revés”, agregó cuando la BBC la contactó.

La curadora Susanne Meyer-Büser posa frente a la pintura de Piet Mondrian "Ciudad de Nueva York I" en el museo de la colección de arte de Renania del Norte-Westfalia
La curadora Susanne Meyer-Büser posa frente a la pintura de Piet Mondrian «Ciudad de Nueva York I» en el museo de la colección de arte de Renania del Norte-WestfaliaPetra Wischgoll

La evidencia parece confirmar esta teoría, ya que la obra “Ciudad de Nueva York”, que se exhibe en el Centro Pompidou de París, muestra un engrosamiento de líneas en la parte superior, en lugar de ser en la parte inferior.

Además, una fotografía del estudio del influyente neerlandés, tomada días después de su muerte, muestra la misma imagen apoyada en un caballete al revés.

La imagen fue publicada en la revista estadounidense de estilo de vida Town and Country en junio de 1944.

El artista Piet Mondrian trabajando en 1942
El artista Piet Mondrian trabajando en 1942Ullstein Bild DTL/Getty

Mondrian, que nació en la región de Utrecht (Países Bajos) en 1872, es considerado uno de los más grandes artistas del siglo XX y un pionero del estilo abstracto moderno, el minimalismo y el expresionismo.

Como cofundador del grupo y movimiento artístico De Stijl, y en busca de la “belleza universal”, desarrolló una forma no figurativa a la que denominó neoplasticismo.

Tras mudarse a París en 1911 experimentó con el cubismo, pero su nombre es hoy en día sinónimo de modernismo.

Su trabajo tuvo una gran influencia, no solo en el mundo del arte sino también en los campos del diseño, la arquitectura y la moda.

Según la galería de Düsseldorf, su serie recientemente revisada de pinturas de la ciudad de Nueva York de 1941 y 1942, poco antes de su muerte a los 71 años, fue vista como “una revolución en el estricto concepto de Mondrian de la Gestalt” (forma).

La galería describe “Ciudad de Nueva York I” como “un ritmo vivo y dinámico de rayas de colores -rojas, azules y amarillas- [que] tomó el lugar del lenguaje pictórico radicalmente reducido con la estructura geométrica y la reducción a los colores primarios así como también el blanco y el negro”.

Just Stop Oil, el grupo de activistas arrojó sopa de tomate a una de las obras más famosas de Van Gogh

Fuente: La Nación ~ Los jóvenes también protestan en campos de juego de fútbol y hacen manifestaciones frente a organismos públicos y privados.

La sopa de tomate arrojada contra la famosa obra “Los girasoles” de Vincent Van Gogh, cuya imagen hoy recorre los portales de noticias del mundo, es una muestra más de las llamativas manifestaciones que realiza una nueva organización ecologista inglesa: los jóvenes de Just Stop Oil. Con el objetivo de reclamar por el cuidado del medio ambiente, el grupo apunta contra obras de arte, copa canchas de fútbol en pleno juego y realiza marchas en las que piden al gobierno británico dejar de producir combustible fósil.

Creado en febrero de este año, Just Stop Oil subraya la importancia de las energías renovables para frenar el calentamiento global que, aseguran, genera aún más hambre en el mundo. El objetivo de sus acciones lo informan desde su perfil en las redes sociales: “Exigir que el gobierno del Reino Unido detenga de inmediato todas las licencias futuras para la exploración, desarrollo y producción de petróleo y gas”.

¿Qué vale más, el arte o la vida? ¿Se preocupan más por la protección de un cuadro o la protección de nuestro planeta y de las personas?”, exclamó hoy uno de sus activistas luego de tirar el contenido de una lata de sopa de tomate contra la segunda obra más famosa de Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres.

Las familias del Reino Unido se verán obligadas a elegir entre calentar o comer este invierno, ya que las compañías de combustibles fósiles obtienen ganancias récord. Pero el costo del petróleo y el del gas no se limita a nuestras facturas. Somalia se enfrenta ahora a una hambruna apocalíptica, provocada por la sequía y alimentada por la crisis climática. Millones se ven obligados a mudarse y decenas de miles se enfrentan al hambre. Este es el futuro que elegimos para nosotros si presionamos por nuevo petróleo y gas”, dijo una de las chicas que realizó la acción.

Las imágenes fueron filmadas por otros activistas presentes en la sala pero solo fueron arrestados quienes atentaron contra la obra de arte, pintada en 1888, que resultó “ilesa”. Los daños fueron menores ya que está protegida por una lámina de vidrio.

Just Stop Oil está conformado, en su mayoría, por jóvenes: sus miembros tienen de 18 años en adelante. En el Reino Unido definen al grupo como “una organización de desobediencia civil” a causa del tipo de manifestaciones que realiza. Muchos de los activistas suelen ser arrestados en sus acciones en pos de llamar la atención de medios y del gobierno.

Siempre con ese discurso a favor del medioambiente y de fuerte crítica a quienes explotan los combustibles fósiles, una de sus primeras manifestaciones fue el 13 de marzo, cuando irrumpieron en la 75ª edición de los Premios de Cine de la Academia Británica.

Manifestantes del grupo de protesta climática "Just Stop Oil" pegan sus manos al marco de una copia de "La última cena" de Leonardo da Vinci, el martes 5 de julio de 2022, en la Real Academia de Londres. (James Manning/PA vía AP)
Manifestantes del grupo de protesta climática «Just Stop Oil» pegan sus manos al marco de una copia de «La última cena» de Leonardo da Vinci, el martes 5 de julio de 2022, en la Real Academia de Londres. (James Manning/PA vía AP)

Tras ello, en julio, un grupo de activistas de Just Stop Oil pegó sus manos a la pintura de John Constable “The Hay Wain”, también en la National Gallery de Londres. Segundos antes la había cubierto con una ilustración impresa que reinventaba la obra como una “visión apocalíptica del futuro” por la crisis climática.

Ese mismo mes, otro grupo se pegó a una copia de la pintura “La última cena” de Leonardo da Vinci en la Real Academia de las Artes. Debajo de la obra escribieron con aerosol “no más nuevo combustible”.

Otras de las manifestaciones de Just Stop Oil

  • El 20 de marzo, dos activistas intentaron interrumpir un partido de fútbol en el Emirates Stadium del Arsenal en Londres, pero fueron interceptados. Al día siguiente, otro miembro irrumpió en un partido de fútbol en Goodison Park, en Liverpool. Corrió a uno de los arcos y se ató con un cable a uno de los postes. Al ver lo fácil que era colarse, al día siguiente se realizaron actos similares en otros dos partidos.
  • En abril realizaron bloqueos de 10 instalaciones petroleras críticas, para que se pare con el suministro de gasolina al sureste de Inglaterra, algo que no ocurrió. Otra vez interceptaron un camión petrolero en Londres y lo rodearon, lo que provocó una congestión en la autopista.
  • En julio se infiltraron en el Gran Premio de Gran Bretaña de F1 de 2022 y se sentaron en el medio de la pista luego de un choque entre dos de los autos que corrían. Sus acciones fueron apoyadas por los pilotos de Fórmula Uno Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Carlos Sainz, aunque advirtieron que los jóvenes corrieron mucho riesgo.
  • En agosto bloquearon siete estaciones de servicio en el centro de Londres y destrozaron propiedades. Debido a esto, 43 personas fueron arrestadas por vandalismo.

🚔 20 ARRESTED AT ST. GEORGE’S CIRCUS 🚔

💀 Ordinary people are stepping up into Civil Resistance because it is our only chance at preventing the biggest crisis humanity has ever faced. #FreeLouis #FreeJosh #CivilResistance #A22Network #JustStopOil #NoNewOil pic.twitter.com/1iK2pdJSTo— Just Stop Oil ⚖️💀🛢 (@JustStop_Oil) October 13, 2022

¿Viajero del tiempo?: La pintura de hace 150 años que muestra a una joven usando un celular

Fuente: Clarín ~ Es «La esperada», un cuadro de 1860. Enigmas, dudas e interpretaciones sobre este misterio del arte.

Ferdinand George Waldmüller pintó este cuadro en 1860, «Die Erwartete» (La esperada, en español) es una de sus obras más reconocidas. Pero hoy, más de un siglo y medio después, un detalle nos sorprende: ¿hay un viajero del tiempo en la imagen?

Sí, es que la actitud de uno de los personajes del lienzo llama poderosamente la atención. Imposible pero real, parece estar Whatsapeando o jugando con un teléfono celular.

Ciencia ficción o «viajero del tiempo» 

El cuadro muestra a una joven paseando por el campo con los ojos pegados a un objeto cuadrado que tiene en la mano. Una imagen que hoy no nos sorprendería; de hecho, es la postal más habitual en cualquier lugar del mundo. 

Para algunos, la joven del cuadro de Ferdinand George Waldmüller está mirando un teléfono celular. Foto: Wikipedia

¿Pero qué podía saber Waldmüller en 1860, cuando aún faltaban décadas, incluso, para que se comenzara a utilizar la electricidad en los hogares sobre teléfonos móviles, apps, wifi o paquete de datos?

Si bien los críticos especializados insisten en que lo que sea que lleva la mujer no tiene nada que ver con la tecnología, los fanáticos del arte con ojos de águila están convencidos de que parece que está mirando un teléfono inteligente, más de 100 años antes de que se inventara, indicó The Mirror al abordar el tema.

Actualmente, el cuadro se exhibe en el museo Neue Pinakothek, de Munich, Alemania, junto a cientos de pinturas de los siglos XVIII y XIX.

En la imagen, se ve a la chica caminando con la mirada congelada hacia abajo mientras un joven sostiene una flor rosa, preparado para cortejarla.

Según el Daily Star, los expertos aseguran que la razón por la que la niña mira hacia abajo no es porque esté usando un iPhone sino porque está leyendo un libro de oraciones.

¿Es un teléfono celular o no?

Peter Russell, un jubilado de Glasgow, fue la primera persona en notar el posible detalle oculto mientras visitaba la galería junto a su pareja.

¿Ferdinand Georg Waldmüller pintó un teléfono móvil en 1860? Foto: Wikipedia

«Lo que más me sorprende es cuánto un cambio en la tecnología ha modificado la interpretación de la pintura y, de alguna manera, ha aprovechado todo su contexto», comentó en diálogo con VICE hace un tiempo.

Y sumó: «El gran cambio es que en 1850 o 1860, todos los espectadores habrían identificado el elemento en el que la niña está absorta como un himnario o un libro de oraciones. Hoy, nadie podría dejar de ver el parecido con la escena de una adolescente absorta en las redes sociales en su teléfono inteligente«.

Por su parte, el director ejecutivo de la agencia de arte austrian-paintings.at, Gerald Weinpolter, explicó que la niña no está jugando con el último iPhone, sino que sostiene un libro de oraciones camino a la iglesia, detalló The Mirror.

«La carta», de Pieter de Hooch, el cuadro en el que Tim Cook, jefe de Apple, descubrió un Iphone. Foto: Web

Pero esta no es la primera vez que se ve un supuesto teléfono inteligente en una pintura antigua, muy anterior al surgimiento de esta tecnología.

Hace seis años, el jefe de Apple, Tim Cook, afirmó que vio un móvil en una pintura del siglo XVII en Ámsterdam, Países Bajos. «Siempre pensé que sabía cuándo se inventó el iPhone, pero ahora ya no estoy tan seguro», bromeó sobre el tema durante una conferencia.

Arte: 5 artistas argentinos del grabado exponen sus obras en Nueva York

Fuente: Ámbito ~ Alicia Candiani, Gustavo Amenedo, Julieta Warman, Silvia Rocca y Luciano Pozo representan al país en la muestra que cuenta con la participación de 60 artistas latinoamericanos.

5 artistas argentinos del Grabado exponen hasta el 5 de noviembre en la muestra ABYA Yala Structural Origins, Nueva York, Estados Unidos. Representan al país entre 60 artistas latinoamericanos participantes.

Alicia Candiani, de Buenos Aires; Gustavo Amenedo, de Buenos Aires; Julieta Warman, de La Plata; Silvia Rocca, de Avellaneda, Buenos Aires; y Luciano Pozo, de Junín, presentan sus obras en el evento New York latinoamerican art Trienal. La exhibición está ubicada en Bronca Art Space: 700 Manda St. Bronx.

Obra de Gustavo Amenedo.

Obra de Gustavo Amenedo.

Gustavo Amenedo

La muestra está organizada por Nylaat_org y está enfocada en mostrar producciones contemporáneas de artistas que fueron seleccionados para promover nuestra cultura latinoamericana, por el análisis en sus obras de temas ambientales, políticos sociales y migratorios.

ABYA Yala Structural Origins

«Abya Yala: orígenes estructurales» examina los diversos procesos y formas de creación inspirados en metodologías, materiales y conceptos tradicionales que se implementaron durante las diferentes etapas de crecimiento cultural e intelectual en el continente americano.

El proyecto explora la inevitable repercusión que tuvieron las generaciones pasadas en los valores estéticos, culturales o sociales presentes en el arte contemporáneo latinoamericano de hoy.

Arte digital siniestro: quemaron una obra de Frida Kahlo para valorizar las reproducciones

Fuente: Perfil ~ Martín Mobarak es un empresario mexicano que se ha propuesto transformar el mundo del arte para trasladarlo al entorno digital. Mobarak, a finales de julio, quemó un dibujo de Frida Kahlo titulado “Fantasmones siniestros” en un evento público para después desvelar un NFT de esa misma obra. La pintura original estaba valuada en 10 millones de dólares y su destrucción ha desatado una serie de críticas dirigidas al empresario.

El pasado 30 de julio, en cierta mansión de Miami, quemaron un dibujo de la artista mexicana Frida Kahlo. El suceso, conocido el lunes pasado, desató un escándalo en el mundo del arte. Las publicaciones Vice, The Art News Paper y Artnet, entre muchas otras, dieron cuenta del hecho. En síntesis, si la obra de un artista es su extensión hacia lo universal en la cultura humana, la destrucción de un fragmento no es más que el sacrificio de toda ella. Esta afirmación parece exagerada, pero convengamos que aparece un interrogante: ¿quién más que el artista tiene la autoridad para descartar algo de su producción? Exacto, nadie. Podemos colegir que este argumento motivó la desobediencia de Max Brod respecto a la destrucción de la obra de Kafka.

Pero Kahlo no tiene un Brod que la proteja. Murió hace 68 años, y el mercado del arte (el mercado en sí) convirtió fracciones de su obra en un parque temático: ropa, carteras, zapatos con su imagen y hasta una Barbie Frida en venta desde 2018. El año pasado Sotheby’s vendió en 34,9 millones de dólares el autorretrato Diego y yo. Es decir, la imagen de Frida atravesada por el sufrimiento es un activo valioso, un verdadero capital simbólico. En ese marco, Martín Mobarak (empresario mexicano y creador de la criptomoneda AGCoin) quemó el dibujo Fantasmones siniestros, fechado en 1944.

El objetivo: crear 10 mil NFT (token no fungible), ofertados en el mercado de activos digitales a 3 Ethereum cada uno, algo así como 4 mil dólares, que de venderse por completo implicarían 40 millones. Mobarak exhibió un certificado de originalidad con un valor de 10 millones. Los especialistas dudan que fuera un dibujo original ya que la obra de Frida está plagada de falsificaciones. En cuanto al valor también lo notan exagerado. Para darle un marco de beneficencia, el empresario prometió repartir donaciones en instituciones diversas, incluyendo mexicanas. Aquí es donde lo inverosímil conjetura la realidad.

En fridanft.org, el sitio web de esta “movida”, se encuentran los detalles técnicos sobre la venta en versión digital del dibujo, así como las justificaciones teóricas. Entre ellas, un reportaje al responsable y el video síntesis del acto de “inmortalización en el metaverso” de la obra de Kahlo. En este, Mobarak luce como una rara mezcla de Tony Montana, Chili Palmer, Vincent Vega y Daddy Yankee, frente a una piscina con agua límpida e iluminada, modelos en traje de baño de hace sesenta años, mariachis, una danza del fuego, agentes de seguridad y decenas de invitados que registran con sus dispositivos móviles la teatralidad hasta el incendio de Fantasmones siniestros. El montaje de las imágenes remite a los videos de ejecuciones que utilizaron los terroristas de ISIS. A su vez, tal estética instala la sospecha de lavado de dinero.

Corresponde al feminismo reflexionar sobre el martirio de la obra de una artista, de una mujer. Y también la necrofilia: se trata de una mujer muerta. ¿Acaso la desaparecen como un espectáculo? Damien Hirst quemará el mes que viene 4.581 pinturas que vendió como NFT. Hace un año, el colectivo BurntBanksy quemó un dibujo del artista que se convirtió en NFT. Pero ambos están con vida, tienen pleno derecho sobre sus obras. El arte digital, sin dudas, muestra un lado pirómano fantasma, faz perversa. ¿Acaso quemarán a un artista para que su obra adquiera valor en el mercado digital?.

Pequeño Picasso: el chico de quinto grado que vende sus cuadros por cientos de miles de dólares

Fuente: La Nación ~ Las pinturas de Andrés Valencia, de 10 años, generaron repercusión en Nueva York, Miami, Hong Kong y Capri; ya expuso en Art Basel y celebridades de todo el mundo compraron sus obras.

NUEVA YORK.- El mundo del arte contemporáneo ha tenido una buena cuota de jóvenes talentos, pero cuesta recordar algún artista cuyos primeros pasos hayan recibido tanto reconocimiento como los de Andrés Valencia.

En el último año, Valencia pasó de ser prácticamente ignoto a convertirse en un auténtico fenómeno del arte con todas las de la ley. Durante la feria Art Basel Miami del año pasado, el estilo de sus pinturas hizo que megamillonarios como Tommy Mottola y Jessica Goldman Srebnick hurgaran en sus abultadas billeteras. Y en junio el artista tuvo su muestra individual en la galería Chase Contemporary del Soho neoyorquino, donde vendió las 35 obras exhibidas por entre 50.000 y 125.000 dólares cada una, según informó la galería. Una de sus pinturas alcanzó 159.000 dólares (con comisión incluida) en una subasta de Phillips de Pury en Hong Kong, y otra se subastó por 230.000 dólares durante una gala benéfica en la isla de Capri, Italia.

Andrés Valencia, de origen mexicano, vive en Nueva York y tiene 10 años; la última feria Art Basel de Miami, en diciembre pasado, fue un trampolín para la venta de sus obras en diferentes ciudades del mundo
Andrés Valencia, de origen mexicano, vive en Nueva York y tiene 10 años; la última feria Art Basel de Miami, en diciembre pasado, fue un trampolín para la venta de sus obras en diferentes ciudades del mundoElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

“Me alegra que mi arte haga feliz a la gente y que puedan colgar mis cuadros en sus hogares”, dice Valencia desde la galería Chase, parado frente a The Professor, una pintura de gran formato estilo cubista en acrílico y óleo, tan alta como el propio artista. “Esta la hice cuando era más chico, a los 8″, agrega con timidez. Cabe destacar que Andrés Valencia, que ha sido calificado de “niño prodigio” y “pequeño Picasso”, tiene apenas 10 años.

La galería está cerrada y a la charla se suman su madre, Elsa Valencia, de 48 años, que cuando no está acompañando a su hijo a las exposiciones se dedica al diseño de joyas, y el galerista Bernie Chase. Con su remera polo blanca, jeans azules y un flamante par de zapatillas Nike que lo hacen parecer un alumno de primer año de la secundaria, Andrés Valencia nos ofrece una visita guiada de su exhibición.

“Los payasos son un clásico”, dice al presentar una obra titulada Max the Clown. Otra, titulada The Godfather, fue un encargo de una familia de Florida y muestra a unos matones de la mafia.

Detalle de un dibujo que Valencia realiza a mano alzada y firmó en menos de 10 minutos
Detalle de un dibujo que Valencia realiza a mano alzada y firmó en menos de 10 minutosElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

Como un estudiante precoz que no es consciente de su propia madurez, Valencia pasa revista a sus referentes y fuentes de inspiración: Jean-Michel Basquiat, George Condo, Pokémon, el Guernica de Picasso, y los muñecos de acción coleccionables Click N’ Play.

“Hace 20 años que estoy en el negocio del arte y he trabajado con artistas de la talla de Peter Beard y Kenny Scharf”, dice Chase mientras sobrevuela orgullosamente la muestra. “Y estoy seguro de que Andrés tiene el mismo potencial, o incluso más.”

Andrés podría estar solazándose en todos esos elogios, pero en casa lo esperan los deberes de matemática de quinto grado. “Mi hijo es un artista, pero primero es un niño”, dice su madre. “Es eso, un niño: no una celebridad.” Eso no quiere decir que ella y su esposo, Lupe Valencia, abogado y representante del boxeador cubano Frank Sánchez, no hayan influido mucho para que su hijo se convierta en un éxito de la noche a la mañana.

Primero contrataron brevemente los servicios de Nadine Johnson, una experimentada publicista neoyorquina, y ahora trabajan con el publicista de arte y espectáculos Sam Morris. Los diarios The Miami Herald, The New York Post, la revista Forbes, y el diario londinense The Times han publicado artículos boquiabiertos sobre el artista con cara de bebé, y la cadena ABC le dedicó un segmento en su programa World News Tonight.

Su madre dice que las extraordinarias ganancias de su hijo les dan la oportunidad de enseñarle “a retribuirle” a la sociedad. De los ingresos por venta de obra, una parte que según los Valencia “ya superó los 300.000 dólares” fue donada a la Fundación amfAR de investigación contra el Sida, y a la organización benéfica infantil Box of Hope.

La carrera artística de Andrés Valencia comenzó a los 4 años, cuando sus padres notaron que se pasaba horas en el comedor de su casa de San Diego, tratando de copiar una pintura de Retna, grafitero y viejo cliente de su padre. “Me sentaba ahí con el papel para tratar de copiarlo, pero tardé años hasta que me salió bien”, dice. La confianza artística creció rápidamente y empezó a venderles sus acuarelas por 20 dólares a los amigos de la familia. Entre ellos estaba Chase, que cada vez que visitaba la casa de los Valencia le ofrecía 100 dólares por cada pintura. Andrés demostró ser tan buen vendedor como artista, y le aumentó el precio a 5000 dólares. “Le dije que OK, que por ese le iba a pagar 5000″, dice Chase, riendo. “Le pedí que me acompañara hasta el auto para firmarle un cheque, pero Elsa salió corriendo por la puerta y me gritó: “¡Ni se te ocurra!”

Chase compró tantas pinturas que los Valencia se convencieron de dejar que su hijo “compartiera sus talentos con el mundo”, dice el galerista, quien se contactó a Nick Korniloff, director de la edición de la feria Art Basel que se realiza en Miami, para presentar en sociedad al joven artista.

Korniloff reconoce que al principio se mostró muy escéptico “cuando Chase me pidió que trabajara con un niño de 10 años”. Pero también se le ocurrió que después de la pandemia habría una demanda reprimida de “algo esperanzador, como la historia de un talentoso pintor de 10 años”.

De todos modos, Korniloff temía “poner en riesgo mi reputación por un alumno de quinto grado”, así que no divulgó la edad en ninguno de los materiales promocionales de la feria. Pero durante los recorridos que se realizan antes de la inauguración para los invitados VIP, Korniloff les preguntaba tímidamente a los coleccionistas: “¿Y si les dijera que estas obras las hizo un chico de 10 años, y que parte de ellas las hizo cuando tenía apenas 8?”

La noticia del niño pintor se difundió rápidamente. Celebridades como Sofia Vergara y Channing Tatum compraron piezas y el periodismo se abocó a verificar si efectivamente eran obra de una persona de tan corta edad . Entonces Korniloff invitó a Valencia a pintar en vivo junto a Bradley Theodore, un popular artista callejero varias décadas mayor que él. El espectáculo terminó de capturar la atención de los medios.

Y sus seguidores no paran de aumentar. A principios de este mes, el vocalista de la banda surcoreana BTS, conocido como V, compartió con sus 50 millones de seguidores de Instagram una de las obras de Andrés.

“Me alegro de poder hacer feliz a la gente con mi arte y que puedan colgarlo en sus casas”, dijo Andrés a The New York Times
“Me alegro de poder hacer feliz a la gente con mi arte y que puedan colgarlo en sus casas”, dijo Andrés a The New York TimesElliott Jerome Brown Jr. – NYTNS

¿Artistas menores?

Los artistas menores de edad son inusuales pero existen en el mundo del arte. Hace varios años, los coleccionistas pagaban entre 250 y 1500 dólares por los garabatos expresionistas de Lola June, estrella del arte de apenas 2 años de vida. Y algunas jóvenes estrellas del arte, como Alexandra Nechita, que a los 12 años fue considerada “la Mozart del pincel” y ganó millones en ventas, siguen trabajando en la actualidad. Con otros, el estrellato infantil ha sido menos benigno. Cuando solo tenía 4 años, Marla Olmstead vendía sus pinturas abstractas por miles de dólares, pero años después, una segmento del programa 60 Minutos y un documental de investigación plantearon que era su padre quien manejaba el pincel.

Los propietarios de otras galerías de arte contemporáneo advierten que el frenesí especulativo por la obra de Andrés Valencia podría ser efímero. “Mucha gente piensa en la obra de los nuevos artistas como una reserva de valor que los protege de la inflación”, dice Alexander Shulan, propietario de Lomex, una galería del centro de Manhattan que se enfoca en artistas emergentes. “Pero la vida de cualquier artista joven cambia drásticamente con el tiempo, así que es bastante ridículo pensar que una inversión a perpetuidad en un artista de 24 años, y menos aún en este caso, donde se trata literalmente de un niño.”

De vuelta en la galería, Andrés agarra un bloc de dibujo y empieza a bocetar un retrato. “Muchos piensan que los bocetos de un niño hechos con marcador sobre una hoja no deberían estar en una galería”, dice Valencia sin levantar la vista del papel. “A veces los adultos no entienden nada.”

(Traducción de Jaime Arrambide)

París revela la íntima conexión entre Frida Kahlo y la moda

Fuente: Ámbito ~ París hará una muestra de los casi 200 objetos que guardó en secreto Frida Kahlo. La presentación estará a cargo del Museo Galliera.

París inaugura este jueves una amplia muestra de cerca de 200 objetos de la artista mexicana Frida Kahlo que estuvieron ocultos bajo llave durante medio siglo, junto a una reveladora exposición sobre la gran influencia que dejó en la moda contemporánea.

Desde los famosos huipiles que la ayudaron a convertirse en una celebridad, a las botas ortopédicas que marcaron dolorosamente su vida, pasando por los corsés que ella misma decoró, el Museo Galliera, templo de la costura, exhibe por primera vez esos objetos en la capital francesa.

Tras la muerte de Kahlo, en 1954, esos objetos, junto a miles de fotografías, quedaron encerrados por orden de Diego Rivera. No fueron descubiertos ni catalogados hasta 2004. Desde entonces han sido expuestos esporádicamente, en ciudades como Londres.

«La imagen de Frida Kahlo perdura porque pudo romper muchos tabúes de sus experiencias a través de su cuerpo (…). Una persona que estaba lidiando con temas de discapacidad, de felicidad, de sus convicciones políticas y su identidad de género», explicó la comisaria de la exposición, Circe Henestrosa.

El espectador comprende luego, al pisar la sala dedicada a las creaciones de los modistos, la enorme influencia que dejaron esos objetos y vestidos.

Vestimenta de Frida Kahlo

La historia de la ropa mexicana es en realidad una demostración de como la apropiación cultural acostumbra a ser algo mutuo, que en el caso de la riquísima historia mexicana, se prolonga durante siglos.

En algunas regiones indígenas, como Chiapas, los ropajes (como los huipiles) son asignados por las autoridades religiosas cristianas tras la Conquista, para identificar las tribus indígenas.

Otros atavíos, como los resplandores, bordados con holán en torno al rostro de la indígena, surgen precisamente de la fascinación de las mujeres del istmo de Tehuantepec con la imagen de la Virgen, resplandeciente con los rayos que rodean su figura.

Siglos después, fue Frida, hija de una mexicana mestiza y un alemán, la que se «apropió» de esa imagen genuinamente indígena.

Sin haber pisado nunca Tehuantepec, pero orgullosa de su herencia, convirtió esas ropas regionales en un símbolo mexicano por excelencia, como también lo fue el traje o el sombrero charro.

«Tenemos muchos vestidos tradicionales, pero (ella) escoge un vestido que significa una mujer poderosa de un matriarcado. Escoge un vestido que le ayuda a comunicar sus convicciones políticas», explica Circe Henestrosa.

Su visita a París

Frida Kahlo viajó una sola vez a París, para participar en una exposición colectiva, en 1939.

«Parece que se pasea por todas partes vestida así. Había muchas mujeres de aspecto muy excéntricos, pero ninguna hubiera podido rivalizar con el traje mexicano», escribió el pintor Vassily Kandinsky tras la inauguración de la exposición.

El bucle de la apropiación se cierra a la muerte de la pintora, y la inspiración que produjo a los creadores actuales.

Destaca el resplandor floral, blanco y amarillo, que la marca Comme des Garçons propuso en 2012, cubriendo a la modelo hasta la talla. Así como también el corsé de aros metálicos de Alexander McQueen para Givenchy en 2001.

Unos tejidos que podían venir de lugares tan lejanos como Holanda, y que llegaron a México en el siglo XVII, vuelven a pisar las orillas europeas, para goce de maestros y aficionados de la moda.

De Picasso y Renoir a Bacon, el MoMA subastará obras por US$ 70 millones para digitalizar su colección

Fuente: La Nación ~ Cerca de treinta piezas de gran valor serán rematadas en octubre; con lo recaudado, el museo de Nueva York invertirá en un canal de streaming y en aumentar el acervo de arte digital.

Washington-. Hay una actualización disponible en el MoMA. El Museo de Arte Moderno de Nueva York sacará a subasta 29 obras de su colección y el dinero recaudado (entre 70 y 100 millones de dólares, calculan los intermediarios de la venta), se destinará a la transición digital del centro de arte. El conjunto que abandona la colección estadounidense se trata de una tercera parte del legado recibido a la muerte del fundador de la CBS William Paley, que dejó al museo 81 piezas de gran valor, pinturas y esculturas que incluyen nombres como Picasso y Francis Bacon.

Esos dos artistas aportan las piezas de mayor relieve de la operación; una venta en Sotheby’s, en Londres, prevista para el 14 de octubre. Del artista malagueño saldrá al mercado una de sus guitarras cubistas, de 1919 (a partir de 20 millones). Del torturado pintor británico, un tríptico de pequeño formato de 1953, titulado Three Studies for Portrait of Henrietta Moraes (35 millones).

"Tres estudios para un retrato de Henrietta Moraes", de Francis Bacon
«Tres estudios para un retrato de Henrietta Moraes», de Francis Baconhttps://www.sothebys.com/

La mayor parte del dinero se destinará a ahondar en la digitalización del museo, según ha adelantado el Wall Street Journal, tras confirmarlo con fuentes de la fundación de Paley y con el director del centro, Glenn D. Lowry. El periódico financiero neoyorquino aventura que hay planes para lanzar un canal propio de streaming y de mejorar la colección de arte digital, posiblemente NFT. El MoMA es la clase de institución que marca desde su fundación en 1929 el camino que las demás acaban recorriendo, así que el gesto trasciende a la mera operación económica.

La historia de Paley con el museo es larga: se unió al patronato en 1937. Fue un gran coleccionista de arte contemporáneo cuando aún no se consideraba una obligación chic entre los más ricos. Llegó a ser presidente y presidente emérito del órgano de dirección del MoMA, así que cuando murió su legado no fue precisamente una sorpresa, tampoco que lo donara sin condiciones.

El museo MoMA de New York, siempre a la vanguardia
El museo MoMA de New York, siempre a la vanguardiaArchivo

El museo estaba autorizado a conservar las obras, pero también, llegado el caso, a venderlas. La fundación Paley, en la que está involucrada su hijo Bill como vicepresidente, ha participado en la operación, también en la selección de las obras que saldrán del museo. Además del Picasso y del Bacon, en el lote hay pinturas de Renoir, un Derain de época fauvista y un lienzo de Henri Rousseau, así como esculturas de Rodin y Maillol.

En los planes del museo para el dinero obtenido de la venta está también sumarse a la incierta revolución de los NFT, obras de arte digital que, por emplear un símil pecuniario, son a un cuadro impresionista lo que un bitcoin a una montaña de billetes de curso legal.

La pandemia alteró el sistema de los museos tal y como lo conocíamos mucho más allá del paro al que los obligó. Tras la reapertura de sus puertas (el MoMA optó, como el resto de las instituciones estadounidenses, por un regreso lento y precavido) los niveles de público no han vuelto aún a los previos al coronavirus; las visitas han caído un 40 por ciento en la institución neoyorquina.

El MoMA inauguró su sede ampliada en octubre de 2019
El MoMA inauguró su sede ampliada en octubre de 2019

El covid puso a los centros ante el espejo de su digitalización. Todos se lanzaron a ofrecer exposiciones online, charlas por Zoom, podcasts y recorridos guiados con curadores por streaming. Eso les permitió también darse cuenta de que no todo vale en el mundo virtual, que es lo mismo que decir que todo cuesta. De ahí que el MoMA se disponga a cambiar joyas del viejo arte tangible por la urgencia de actualizar su imagen digital.

A seis meses del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania: cuál es el rol del arte en tiempos de guerra

Fuente: Copyright Clarín by Jason Farago ~ La pintura no detendrá los misiles. La música no acabará con el sufrimiento. Pero la cultura no es impotente, y una visita a Ucrania reafirmó lo que mejor puede hacer.

No hay que ir muy lejos de Kiev para ver cómo la masacre de civiles y el atropello de la cultura todavía se suceden entre sí. En Borodianka, núcleo de atrocidades rusas a unos 45 minutos al norte de aquí –el trayecto es más lento ahora que han demolido los puentes–, el Palacio de la Cultura ha sufrido la voladura de sus ventanas; la sala de conciertos está llena de polvo y las boleterías han sido destrozadas.

A mitad de camino entre la capital y la frontera bielorrusa, tuve que contorsionar mi cuerpo para pasar entre unos tacos retorcidos y entrar en el Museo Histórico y de Historia Local de Ivankiv, arrasado, con sus estatuas ahora picadas y sus bordados chamuscados. La situación es mucho peor más al este.

Aquí en Kiev, como muchos de sus ciudadanos antes, las obras maestras han pasado a la clandestinidad. El Museo Nacional de Arte Khanenko, ubicado en una vieja mansión de la calle Tereshchenkivska, posee un Rubens de tamaño menor: un pequeño boceto al óleo de un dios del río, que normalmente se encuentra en una pared azul bajo una claraboya estilo Beaux Arts. No pude verlo cuando llegué hasta allí; toda la colección está escondida.Obras de arte fueron embaladas para su protección. Obras de arte fueron embaladas para su protección.

En los primeros días de la guerra, cuando Kiev fue asediada desde todos los flancos y la mitad de la población de la ciudad huyó, muchos estadounidenses del mundo del arte querían saber qué podían hacer, además de lo que todos deberían hacer: apoyar a las organizaciones benéficas, apoyar a los refugiados.

Los museos y las orquestas pronunciaron las declaraciones necesarias de repulsión y lealtad. En la Metropolitan Opera de Nueva York se cantó el himno nacional ucraniano; una canción popular ucraniana fue la apertura del programa televisivo Saturday Night Live.

Ahora todos hemos internalizado las prerrogativas participativas de los medios sociales: hay que reaccionar; hay que comprometerse. Los algoritmos no favorecen la alegoría rubensiana.

Solidaridad cultural

Las autoridades ucranianas, hasta el actor convertido en comandante en jefe, no han tenido reparos en alentar al ámbito de la cultura internacional a apoyar el esfuerzo bélico. El presidente Volodymyr Zelensky se ha dirigido a las multitudes engalanadas de la Bienal de Venecia y el Festival de Cine de Cannes; también a los Grammys.

«En nuestra tierra estamos luchando contra Rusia, que trae un silencio horrible con sus bombas: el silencio muerto», les dijo el presidente, con su remera verde oliva, a Olivia Rodrigo, Jazmine Sullivan y al resto de las estrellas reunidas por el premio. «Llenad el silencio con vuestra música.» (Le siguió John Legend tintineando al piano para que los soldados «depongan las armas», mensaje quizá incómodo para los defensores de una invasión imperial).Un mural con la imagen del presidente ruso Vladimir Putin cuelga de la fachada de un edificio en Colonia, Alemania. El jefe de Estado ruso, de aspecto sombrío, con ropa de prisión, una banana en su cabeza y la inscripción en el pecho "Put-in-Prison (poner en la cárcel)", componen la obra de arte del artista alemán Thomas Baumgaertel. Foto EFE/ Sascha Steinbach Un mural con la imagen del presidente ruso Vladimir Putin cuelga de la fachada de un edificio en Colonia, Alemania. El jefe de Estado ruso, de aspecto sombrío, con ropa de prisión, una banana en su cabeza y la inscripción en el pecho «Put-in-Prison (poner en la cárcel)», componen la obra de arte del artista alemán Thomas Baumgaertel. Foto EFE/ Sascha Steinbach

Los que estamos en partes ricas y seguras del mundo, ricas y seguras mientras las armas nucleares permanezcan enfundadas, seguramente sacamos algo de esta solidaridad cultural. Y durante una guerra tan inequívoca desde el punto de vista moral como ésta, claro, ¿por qué tu compañía local de flamenco no iba a decir «Slava Ukraini» (Gloria Ucrania) después del reconocimiento de su tierra? Pero eso es reducir esta guerra de época a una «cuestión de actualidad» más, que, al menos en Estados Unidos, ya ha sido eclipsada por nuevas tropelías domésticas.

Los crímenes contra los civiles ucranianos siguen produciéndose a diario. El número de muertos en el frente sigue siendo desgarradoramente alto. Si vamos a defender la cultura en tiempos de guerra, no puede ser simplemente como un medio más de difusión, no cuando micrófonos mucho más ruidosos que hablan idiomas más accesibles no logran hacernos dar vuelta la cabeza.

¿Por qué escuchar música, por qué contemplar obras de arte, por qué ir al teatro cuando la guerra hace estragos? Veinte años atrás, en estas páginas, cuando el derrumbe de la zona cero todavía ardía y la larga guerra de Afganistán acababa de empezar, la crítica Margo Jefferson dio una respuesta que siempre guardo conmigo.

La razón por la que se necesita el arte en tiempos de guerra, escribió Jefferson, es porque «la historia no puede existir sin la disciplina de la imaginación». A través del arte establecemos similitudes entre el pasado y el futuro, lo cercano y lo lejano, lo abstracto y lo concreto, que ponen en duda las certezas recibidas. Miramos y escuchamos de una manera que permite que el pensamiento y el sentimiento corran paralelos.

Y en tiempos extremos, este tipo de apreciación cultural puede elevarse de un plano analítico a un plano moral. Si prestamos atención –tarea que se hace más difícil con cada estallido de memes y cada emisión de iPhone–, el arte, la literatura y la música pueden dotarnos de mejores facultades para ver nuestro nuevo presente como algo más que una corriente de palabras e imágenes. Pueden «proporcionar formas de ver y ordenar el mundo», como escribió entonces Jefferson: «No sólo nuestro mundo, sino esos mundos de otros lugares que conocemos tan poco».Mural pintado por el artista Kawuart en Poznan, Polonia. Foto Reuters Mural pintado por el artista Kawuart en Poznan, Polonia. Foto Reuters

Aquellas figuras culturales a las que rendimos culto y que vivieron la guerra, desde Sófocles a Woolf, desde Goya a Chaplin, desde Kikuji Kawada a Wole Soyinka, sabían mejor que nosotros que la claridad que puede proporcionar el arte no es la que se obtiene de una conferencia o de un informe noticioso.

Lo cual no es decir que la alta cultura te saque naturalmente de la barbarie; los dictadores pueden amar el ballet tanto como los demócratas. Tampoco quiere decir que representar la guerra sea una empresa imposible ni que los modos documentales o testimoniales tengan objetivos más limitados que la abstracción y la épica.

Artistas extranjeros y nacionales han representado aquí la guerra de forma directa desde el origen de los combates, hace en realidad ocho años: en la sátira viperina del director ucraniano Sergei Loznitsa Donbass, en la cruda novela de Serhiy Zhadan El orfanato o en la profunda serie bélica premiada de la fotógrafa polaca Wiktoria Wojciechowska, Sparks.

Se trata simplemente de decir que el mejor arte que representa la guerra importa por sí mismo, y que todo su valor reside en un ámbito que va más allá de la comunicación y la defensa. Implícitamente, ya lo sabemos.

Hay una razón por la que el Guernica de Picasso de 1937, que emplazó un universo de dolor en el bombardeo de un pueblo vasco, ha sido invocado en medio de los bombardeos de Faluya, de Alepo y ahora de Mariupol, mientras que «Aidez L’Espagne» (Ayudad a España) de Miró, un grito de auxilio más urgente realizado el mismo año, se ha convertido en mera pieza histórica.Un visitante mira la pintura "Guernica" de Pablo Picasso mientras el Museo Reina Sofía en Madrid, España, el sábado 6 de junio de 2020. Foto AP/ Manu Fernández Un visitante mira la pintura «Guernica» de Pablo Picasso mientras el Museo Reina Sofía en Madrid, España, el sábado 6 de junio de 2020. Foto AP/ Manu Fernández

Hay una razón por la que volvemos al romanticismo de Casablanca cuando pensamos en los refugiados en tiempos de guerra y al thriller de La batalla de Argelia cuando consideramos la lucha anticolonial, por qué la jeroglífica «Blowin’ in the Wind» ha perdurado por sobre tantas otras canciones de protesta más explícitas.

En algún lugar de los intersticios entre la forma y el significado, entre la imagen y el argumento, entre el pensamiento y el sentimiento, el arte nos da una visión del sufrimiento humano y de la capacidad humana que los testimonios, o incluso nuestros propios ojos, no siempre son capaces de proporcionar.

Estas obras de guerra no son importantes porque sean «de gran actualidad», ni, por utilizar el latiguillo vacío de nuestros días, «necesarias». Son importantes porque reafirman el lugar de la forma y la imaginación en tiempos que niegan sus potencialidades. Narran la historia a escalas y profundidades que las notificaciones promovidas simplemente no pueden brindar y la propaganda no se molesta en hacerlo. Son lo que nos permite discernir, en la marea diaria de imágenes y locuras, cualquier significado.

Dejemos la embestida contemporánea y volvamos a Florencia, Italia: meca turística ahora, fortaleza militar en la época de Rubens. La guerra que pintó él no ha hecho más que empezar, pero Marte lleva una espada ya ensangrentada. Mientras carga hacia delante, vuelve la mirada a su amante, Venus, que intenta contenerlo desesperadamente. Pero ahora el amor no es nada. Marte está en las garras de otra mujer, la furibunda Alecto, con sus pelos de punta y sus ojos que sobresalen de locura.Trabajadores mueven una pieza en el Museo Nacional Andrey Sheptytsky como preparativos de seguridad en caso de un ataque en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania. Foto AP Trabajadores mueven una pieza en el Museo Nacional Andrey Sheptytsky como preparativos de seguridad en caso de un ataque en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania. Foto AP

Miremos más allá de las caras, miremos los cuerpos. Los grandes dioses se contorsionan y sacuden mientras caen de izquierda a derecha. Las figuras menores, inocentes, resbalan y se hacen añicos.

Cuando Rubens empezó a pintar Los horrores de la guerra hacia 1638, la Guerra de los Treinta Años recién llevaba 20 años. Nunca antes Europa había conocido una orgía de muerte como la que estaba viviendo Rubens; tampoco volvería a ocurrir hasta el siglo XX.

Si comparamos esta pintura con cuadros anteriores de Rubens sobre brutalidad mítica, como la anatómicamente cruda «Masacre de los inocentes» (circa 1610), veremos cómo el cuadro ulterior sangra y se encharca, corre y ondula.

En lugar de representar las batallas y la peste cara a cara, aquí es como si la propia pintura hubiese ido a la guerra. Rubens comprendió, en medio de una violencia sin precedentes, que los tiempos habían convertido los excesos del Barroco en un modo de realismo.

O, dicho de otro modo: comprendió que la extremidad de la Guerra de los Treinta Años requería una extremidad de la forma y que una alegoría podía mostrar algo que otras representaciones no. Subrayó este asunto con la última figura importante de «Los horrores de la guerra», la del extremo izquierdo. Es una mujer joven con un vestido negro desgarrado y sin ceñir. Tiene los brazos levantados hacia el cielo y gruesas lágrimas en las mejillas.

Esta mujer que se lamenta, como le escribió Rubens a un colega pintor en Florencia, es l’infelice Europa: «la desgraciada Europa quien, desde hace tantos años, ha sufrido saqueos, ultrajes y miseria, que son tan perjudiciales para todos que no necesitan mayor especificación».

Tan perjudiciales que no necesitan más especificaciones. Incluso a mediados del siglo XVII, las escenas de brutalidad eran ya tan potentes y persistentes que toda la Guerra de los Treinta Años podía llevarse en el enmarañado vestido de Europa, en su pelo desgreñado, en su rostro rosado y caliente. Si las imágenes de la guerra estaban tan ambientadas en la década de 1630, no sé ni cómo empezar a cuantificar la sobresaturación actual.

Sin embargo, las imágenes de saqueo y miseria de nuestra época tienen cada año menos impacto moral, como sin duda hemos aprendido durante la guerra civil siria, muy probablemente la más documentada de la historia de la humanidad (hasta ésta).Para la escritora polaca Olga Tokarczuk la guerra es un desafío para los artistas. Foto SASCHA SCHUERMANN / AFP Para la escritora polaca Olga Tokarczuk la guerra es un desafío para los artistas. Foto SASCHA SCHUERMANN / AFP

Las imágenes omnipresentes y los testimonios continuos de las atrocidades sirias durante 10 años enteros tuvieron un impacto cercano a cero. Yo pude sentirlo sobre el terreno el mes pasado, en medio de cámaras de mano e influencers propagandistas de esta guerra espantosa, sus transmisiones en directo de los ataques con misiles Kh-22, sus actualizaciones minuto a minuto en Telegram de los horrores del este, sus publicaciones en Instagram de una criatura de 4 años con síndrome de Down muerta por un misil ruso en un parque de la ciudad: atrocidades así en Ucrania ya se han convertido en otra cosa que dejar correr, al igual que dejamos correr Damasco y Alepo.

La guerra se ha convertido en el máximo reflejo de la adición digital que la novelista polaca Olga Tokarczuk ha identificado como principal desafío para los artistas y el público de hoy.

En la pantalla del teléfono, todo está en «alguna parte», según lamentó Tokarczuk en su conferencia del Nobel de 2019: «‘En alguna parte’ algunas personas se están ahogando al tratar de cruzar el mar. ‘En alguna parte’, durante ‘algún’ tiempo, ha habido ‘algún tipo de’ guerra. En el diluvio de información los mensajes individuales pierden su contorno, se disipan en nuestra memoria, se vuelven irreales y desaparecen».

¿Cómo puede cualquier fotografía de guerra obligarnos, cómo puede cualquier obra de arte de guerra preservar su importancia, mientras nada contra la corriente en un río indomable de contenidos? Los soldados, también, tienen teléfonos junto a sus AK-74, y todos los días desde el 24 de febrero han traído otra evanescente cuestión de gran actualidad.

Nuestra única oportunidad de llegar de «alguna parte» a alguna parte, de acuerdo con Tokarczuk, se encuentra en un modelo de creación artística que rompa la primera persona en singular de la actualización de estado propia, y busque «una historia que vaya más allá de la prisión no comunicativa de uno mismo.» La cultura estadounidense se ha vuelto temerosa de historias como esa –más universales, más abarcadoras– pero escribirlas ha sido trabajo de artistas en tiempos de guerra desde que Esquilo montó Los persas.

Un compromiso cultural que podemos tomar, a medida que el mundo de ayer pasa a la bruma, es redescubrir el costo humano total de nuestras batallas perpetuas, incluso si sus reflejos en el arte están destinados a ser fragmentarios. A partir de esos fragmentos podríamos aún constelar una visión de las consecuencias de la guerra, y a los peligros venideros no tendremos el lujo de dejarlos correr.

©The New York Times. Desde Kiev, Ucrania

Traducción: Román García Azcárate