La calle porteña que se convirtió en el polo de diseño donde todas las marcas quieren estar

Fuente: La Nación – En unas pocas manzanas, se concentran más de 70 locales de decoración e interiorismo y se impone como el polo del diseño a cielo abierto porteño


En los últimos 10 años, el área de influencia del llamado Distrito Arenales se extendió gradualmente, hoy no solo ocupa esta calle de Recoleta, entre Cerrito y la plaza Vicente López, sino que se disemina a Juncal, las transversales y va más allá de la plaza hacia Callao. Al igual que sucede en otras partes del mundo, estos polos que combinan arte, diseño y decoración resultan cada vez más convocantes y reúnen a profesionales del sector, artistas, pero también al público en general.

Hace pocos días se llevó a cabo la novena edición de Tendencia Arenales, una invitación del Distrito Arenales para que la comunidad viva una experiencia cercana con el diseño y todo el universo de arte que lo rodea. Una vez más, las tiendas realizaron acciones junto a destacados artistas para intervenir sus locales, este año, bajo la premisa: “la trama”. En línea con esta consigna pudieron verse distintas activaciones en los locales, algunas de lo más llamativas, desde entramados de hilos que colgaban en altura, entretejidos de formas orgánicas realizados con ramas o con materiales reciclados, caleidoscopios logrados con descartes de acrílicos de colores, diseños con telas, lanas y distintas fibras, entre muchos otros.

“Pensamos que Distrito Arenales conforma una red, un tejido de individuos que se reúnen y de esa manera se potencian y hacen un todo mayor. Existe un entramado de ideas, estéticas, lenguajes y disciplinas creativas. Las fronteras se desdibujan y es ahí, en la diversidad y la diferencia, donde todo se hace más fuerte e interesante”, señala Laura Saint-Agné, diseñadora, artista visual y curadora de esta edición de Tendencia Arenales junto con el arquitecto Federico Platener, respecto al concepto que trabajaron este año.

Laura Saint-Agné, curadora de esta última edición, junto a Federico Platener, Gonzalo Ger y Federico Churba
Laura Saint-Agné, curadora de esta última edición, junto a Federico Platener, Gonzalo Ger y Federico ChurbaGentileza Distrito Arenales
La trama, la red y el tejido fueron los disparadores de este año para intervenir los locales
La trama, la red y el tejido fueron los disparadores de este año para intervenir los localesSantiago Filipuzzi
Las vidrieras se intervienen y lucen propuestas artísticas muy distintas a su cotidianeidad
Las vidrieras se intervienen y lucen propuestas artísticas muy distintas a su cotidianeidad Santiago Filipuzzi

Ambos orientaron el proceso de intervención de vidrieras y fachadas y fueron los encargados de formar duplas creativas entre las tiendas y artistas como Santiago Paredes Mónica Sartori, Carmela Irizar, Estanislao Fagnilli, Sebastián Desalvo, Lucila Sampayo, Marina Heredia, Javier Bustos, Fernando Brizuela, Inés Díaz Saubidet, David Klauser, Agustina Ruiz, Luisa Freixas, Lucrecia Romero Victorica, Javier Bustos, e Kalil Llamazares y Willi Rommel, entre otros.

Sobre este trabajo conjunto, Platener considera que el objetivo fue integrar la diversidad de miradas. “La propuesta buscó completar el concepto de la trama, mediante estas colaboraciones interdisciplinarias para que finalmente lleguen al público y se termine de concretar esta red creativa, humana y urbana”, señala el arquitecto. Y detalla que, en esta edición, los visitantes se encontraron con instalaciones, exhibiciones de productos de manera distinta a lo habitual, proyectos audiovisuales, performances, instalaciones inmersivas, de moda y música en vivo. Ambos curadores destacan el carácter festivo y el espíritu de celebración que se vivieron en las calles del distrito que se convirtió en un punto de encuentro para quienes aman el arte y el diseño.

Para Platener resulta de gran importancia que el arte salga de los lugares institucionales y de las galerías para apropiarse de espacios alternativos y no tradicionales. “Esto genera una necesidad del artista de plantearse nuevos lenguajes para llegar a un público más amplio. La calle definitivamente es ese espacio de encuentro con la masividad donde el observador no necesariamente está saliendo a consumir arte entonces el arte tiene que sorprender y captar su atención”, advierte.

La calle como lugar de encuentro entre el arte y la gente
La calle como lugar de encuentro entre el arte y la genteSantiago Filipuzzi
Crisálida fue el nombre de la obra de Willy Rommel y Kalil Llamazares para el local de Kalpakian, una escultura hecha con ramas de poda y lana de la marca
Crisálida fue el nombre de la obra de Willy Rommel y Kalil Llamazares para el local de Kalpakian, una escultura hecha con ramas de poda y lana de la marcaSantiago Filipuzzi
La calle se hace peatonal y el arte sale de las galerías a su encuentro
La calle se hace peatonal y el arte sale de las galerías a su encuentroSantiago Filipuzzi

Alta demanda

La movida de diseño en esta zona también repercute a nivel inmobiliario con una alta demanda. Según explica Antonio Ginevra, director de la inmobiliaria Aranalfe, los locales del Distrito Arenales son muy demandados ya que estos se concentran en el rubro de diseño, arte y decoración y prácticamente no hay vacancia. “Se alquilan rápido a razón de US$35/m² para un salón en planta baja. Los contratos se hacen equivalente a pesos y ajustados trimestralmente por IPC (Índice de Precios al Consumidor)”, sostiene.

Coincide Santiago Winokur, broker retail de Newmark, en que Distrito Arenales se consolida como una de las zonas mas atractivas para el comercio gracias al prestigio que adquirió con el correr de los años. “Agrupa a las marcas mas importantes de diseño interior, decoración y arte en el corazón de Recoleta, convirtiéndola en un destino tentador tanto para residentes como para turistas”, dice. Y aclara que, si bien los locales en este corredor se alquilan relativamente rápido debido al posicionamiento y visibilidad que genera instalarse en esta zona, hay solo unos pocos vacíos cuyos valores de alquiler oscilan cercanos a los US$30/m² a US$40/m². Mientras que en las esquinas o puntos estratégicos con mayor visibilidad pueden alcanzar hasta U$S50/m².

Hay muy pocos locales vacíos en la zona y el precio de alquiler ronda los US$35/m2 a US$40/m2
Hay muy pocos locales vacíos en la zona y el precio de alquiler ronda los US$35/m2 a US$40/m2Santiago Filipuzzi
La zona cuenta con un alto tránsito peatonal y turístico
La zona cuenta con un alto tránsito peatonal y turísticoSantiago Filipuzzi

“Si bien esta zona cuenta con un alto tránsito peatonal y de vehículos, se ha ganado el privilegio de ser un gran punto de interés recibiendo a todos aquellos que quieran disfrutar de las marcas consagradas de diseño y decoración”, analiza

Tanto para Saint-Agné como para Platener la relevancia del corredor responde a que esta vía se relaciona históricamente con el diseño local por su rica propuesta en interiorismo desde hace muchos años. Sin embargo, aseguran que la conformación de Distrito Arenales generó una identidad propia que afianzó una idea de corredor de diseño que crece año a año. En esta línea, eventos como La Noche del Diseño y Tendencia Arenales colaboran para consolidar ese perfil de la zona.

“Cada edición de Tendencia Arenales atrae nuevo público que se suma al de ediciones anteriores, volviéndose un evento destacado dentro de la agenda del arte y el diseño local”, sostienen. Esta evolución responde al nivel de artistas y diseñadores y a la creatividad de las intervenciones. “Es un juego serio con un gran compromiso, hay que destacar que lo que se exhibe sale de la norma”, señalan.

Kalil Llamazares creaando su obra con ramas de poda y lanas de Kalpakian
Kalil Llamazares creaando su obra con ramas de poda y lanas de Kalpakian

Andrés Duprat sobre “Bellas Artes 2”: “Situaciones de la serie han sucedido en la vida real”

Fuente: Clarín – Es director del Museo de Bellas Artes y guionista de gran parte de las producciones de Mariano Cohn y Gastón Duprat, su hermano.

Andrés Duprat se desempeña, desde 2015, como director del Museo Nacional de Bellas Artes. Eslabón fundamental de la dupla Mariano Cohn y Gastón Duprat, tal vez el menos visible de los tres; es, además del hermano de Gastón, el guionista de los productos audiovisuales que dirigen los creadores de Televisión Abierta desde 2008, cuando se estrenó El artista. Aquel había sido su primer guion mientras trabajaba como curador, algo que para Mariano Cohn era una ventaja porque, según dijo a la prensa, “Andrés vive desde adentro todo el mundo del arte”.

Eso mismo podría repetirse ahora. Implicado de pies a cabeza en Bellas Artes, Andrés Duprat dice que comprende el museo como un campo de batalla político. En la serie trazó los pequeños acontecimientos que llevaban a Antonio Dumas (Oscar Martínez) a encontrarse en situaciones algo disparatadas, absurdas, propias de su rol como también del arte contemporáneo. Acontecimientos que, tal como están acostumbrados, luego se enriquecieron bajo la mirada de Gastón Duprat y Mariano Cohn en la dirección.Backstage "Bellas Artes 2": Ángela Molina, Gastón y Andrés Duprat.Backstage «Bellas Artes 2»: Ángela Molina, Gastón y Andrés Duprat.

–En la segunda temporada de Bellas Artes hay una ironía recargada ya en la publicidad de la serie respecto a la corrección política. Con distintos tipos de manifestaciones, desde la cuestión del género al maltrato animal. ¿De qué modo las fuiste eligiendo en el guion?

–Esas manifestaciones son corrientes en el mundo del arte. El arte es un territorio en tensión y en expansión. Y el arte contemporáneo tiene el deber de correr límites, de interpelar, de incomodar, de desafiar las convenciones. Varias de las situaciones plasmadas en la serie han sucedido de una u otra forma en la vida real. Por ejemplo, la serie de atentados y vandalizaciones a pinturas en los museos para llamar la atención por alguna causa, o performances en las que el límite entre realidad y representación es por lo menos confuso.

También juega ese respeto reverencial que en general el público tiene en relación al arte contemporáneo: nadie se atreve a decir que una obra le parece horrible por miedo a que sea una obra maestra y estar cometiendo un error garrafal. Por eso proliferaron los mediadores en el arte, los curadores, los catálogos que explican. Y en esa confusión general se mezclan buenas obras y buenos artistas con distintas clases de bodrios y oportunistas. Eso en el cine y las series no pasa, cualquiera se siente con derecho a opinar y opina, y eso me parece mucho mejor.Andrés Duprat, Mariano Cohn y Gastón Duprat, en 2010 por el éxito de "El hombre de al lado". Andrés Duprat, Mariano Cohn y Gastón Duprat, en 2010 por el éxito de «El hombre de al lado».

–Alrededor del museo hay esnobismo, están el mercado, la pose de los artistas, los jurados y los premios, los límites de qué es arte y qué no. ¿Qué tipo de debates impulsa la serie?

–En el mundo del arte se potencian más los debates que en otros ámbitos que están quizás más velados o disimulados. El del arte es un espacio de mayor libertad en el que se pueden expresar posiciones que en otros contextos serían demasiado radicales o agresivas. Las manifestaciones artísticas permiten expresar situaciones y posiciones controvertidas y extremas sin exponernos personalmente (ya que una obra de arte es esencialmente una ficción).

Pensemos por ejemplo en la famosa obra de León Ferrari La civilización occidental y cristiana (1965) que consiste en un Cristo crucificado en un avión de guerra. La potencia polisémica de esa obra, el modo en que nos interpela y nos hace reflexionar acerca de las guerras, la religión, la desigualdad y la interpretación de la historia. En la serie vemos desfilar múltiples y variadas obras que convocan debates actuales como la cancelación, el revisionismo histórico, la ideología de género, el medio ambiente y los límites del arte.

–Respecto a las obras de arte que se ven en la serie, ¿cuál fue el criterio de selección?

–Armamos un conjunto de piezas muy potente que contempla las numerosas variantes estéticas y los diferentes soportes. Vemos obras cubistas, abstractas, conceptuales, informalistas, minimalistas, geométricas, pop, etcétera. Y en cuanto al soporte hay pinturas, objetos, fotografías, instalaciones, esculturas, dibujos, videoarte, performance.

Algunas de las obras son de artistas consagrados como León Ferrari, Alejandro Kuropatwa, Mariana Bellotto, Agustí Puig, Graciela Sacco o Marcelo Torretta y otras fueron creadas especialmente por nosotros en función de la trama. Quedó una colección absolutamente verosímil, como podría tener cualquier museo de primera línea en la realidad. También en cuanto a las diferentes exposiciones temporarias que allí suceden.

Quince muestras para celebrar el centenario de la escultora María Juana Heras Velasco

Fuente: La Nación – En todo el país y durante todo el mes, se desempolvan sus esculturas en metal y se le rinde homenaje a la creadora que desafió mandatos para dibujar en el aire


María Juana Heras Velasco fue una escultora del metal y la abstracción geométrica. Su deseo era marcar un vacío, y que sea expresivo como una forma llena: hacer un dibujo en el aire. Así lo hizo a lo largo de toda una vida dedicada al arte y este mes se celebra el mes del centenario de su nacimiento, con muestras, restauraciones, puestas en valor y activaciones de obras, charlas y otras actividades en más de quince instituciones públicas y privadas de todo el país. Hay en agenda grandes exposiciones en Muntref y Bellas Artes, homenajes en el Museo de Arte Moderno, y más acciones en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan, Museo Lozza y Museo Mar, además de la presentación de la obra Transposeña 79, del Museo Sívori, restaurada especialmente como parte de las acciones del Centenario.

La escultura de gran tamaño es algo que antaño algunas mujeres artistas emprendieron como un desafío. En la tradición de Lola Mora, o de sus contemporáneas Mariana Schapiro, María Simón y Noemí Gerstein, Heras Velasco desde muy temprano empuñó materiales y técnicas tradicionalmente asociadas a la masculinidad. Se dedicó a moldear chapas de metal. Les aplicaba color a través de las técnicas utilizadas en la industria automotriz, que ella misma había aprendido a ejecutar: corte, soldadura, masillado, lijado y pintura con soplete. A partir de esta materialidad comenzó a consolidar su vocabulario formal, y una particular forma de entender el espacio, en la que tanto el lleno como el vacío tienen un rol activo.

La escultora María Juana Heras Velazco en los años en que compartía taller con su maestro, Emilio Pettoruti, en la calle Charcas
La escultora María Juana Heras Velazco en los años en que compartía taller con su maestro, Emilio Pettoruti, en la calle Charcas

Había aprendido de grandes maestros varones. “Debo a Pettoruti el respeto por el oficio y la dignidad del quehacer. A Fontana, el saber que el arte es riesgo, desafío. A ambos, el ver el espacio. Lleno o vacío. A organizarlo tratando de lograr la mayor potencialidad expresiva”, decía Heras Velasco. Había tenido el privilegio de una formación con maestros en la Escuela Libre de Artes Plásticas Altamira, donde estudió dibujo y pintura con Emilio Pettoruti, y escultura con Lucio Fontana. Sus enseñanzas marcaron su trabajo.

La artista había nacido el 20 de noviembre de 1924, en Santa Fe, en una familia de inmigrantes españoles de la provincia de Granada. Después de cursar el Profesorado en Ciencias, sus padres la alentaron en su camino de artista. Fue su papá quien la acompañó a anotarse a la Escuela de Altamira, y ella no supo por qué se inscribió en escultura. Allí también tomó clases de Estética con Jorge Romero Brest, y de Visión con Héctor Cartier. En 1947 se disolvió la Escuela, y continuó asistiendo a las clases de Pettoruti en el antiguo edificio de Charcas 1763. Más tarde, instaló allí su propio taller junto al de su maestro y otros artistas, como Pablo Edelstein, Víctor Chab y Febo Martí. A partir de entonces, y hasta comienzos de los 60 participó de salones nacionales y provinciales.

En diciembre de 1952 se casó con Alberto Victoriano Velasco, con quien compartió el interés por la poesía y la prosa, incluyendo la de la llamada “generación beat”. No tuvieron hijos, pero María Juana tuvo sobrinas, Fernanda y Gabriela Heras, que se encargan hoy de legado. A partir de la iniciativa de Fernanda Heras, junto con Victoria Lopresto, ambas historiadoras del arte, se constituye el Archivo Taller Heras Velasco (ATHV). Son ellas quienes llevan adelante la curaduría general de este homenaje. “Nos pusimos en contacto con las instituciones a partir de la investigación que hicimos desde el Archivo. A cada una le ofrecimos un texto, material, documentación y asistimos en el montaje”, cuenta Fernanda Heras. Llevan más de diez años de trabajo, desde que en 2012 comenzaron la catalogación de la obra. En el que fue su espacio de trabajo, refaccionado en 2015, se guarda su obra, sus herramientas y su archivo personal, como correspondencia con artistas, críticos e instituciones, postales, agendas, documentos de su actividad docente y política, cuadernos, bocetos, carpetas de proyectos, catálogos de materiales, catálogos de exposiciones, afiches, artículos de prensa, fotografías, diapositivas, premios, entre otros.

Heras Velazco trabajando en la obra "De las cruces. Hierro policromado",  con la que ganó el Gran Premio de Honor en la Primera Bienal Internacional de Escultura, Chaco, 1997
Heras Velazco trabajando en la obra «De las cruces. Hierro policromado», con la que ganó el Gran Premio de Honor en la Primera Bienal Internacional de Escultura, Chaco, 1997

El fondo documental se encuentra en proceso de digitalización a partir de un acuerdo firmado en 2018 con el Archivo del Instituto de Investigación en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa (Archivo IIAC UNTREF). Los documentos digitalizados hasta la fecha pueden consultarse en su catálogo en línea: https://archivoiiac.untref.edu.ar/index.php/fondo-maria-juana-heras-velasco. Parte de este acervo se verá en la muestra que inaugurará este mes el Centro de Arte Contemporáneo de Muntref, con curaduría conjunta entre Fernanda Heras, Lopresto e Inés Estévez (IIAC), en torno al archivo personal de la artista y su período formativo y en el proceso de consolidación de su lenguaje plástico, así como en sus investigaciones en torno a la materialidad, el espacio y la abstracción.

La obra de Heras Velazco es mucha y dispersa. Se lograron localizar más de 500 piezas en colecciones públicas y privadas, y el mapa de su legado continúa en constante actualización. Son quince las instituciones que sacan este mes a relucir sus esculturas para festejar su natalicio.

Retrato de la escultora María Juana Heras Velazco por Martha Fernández: una mirada atenta y profunda
Retrato de la escultora María Juana Heras Velazco por Martha Fernández: una mirada atenta y profunda

“Yo no soy una escultora de cámara. Necesito relacionar la obra con el público, con la ciudad, entremetida y confundida en el acontecer. Porque es en la relación dialéctica entre la obra, el medio y el público —el habitante de la ciudad— que mi obra tiene sentido”, afirmaba Heras Velasco en una entrevista de 1984. El Museo Nacional de Bellas Artes exhibirá, desde el 14 de noviembre, una reconstrucción histórica de la muestra Transposición de una señal (1971) en la Galería Arte Nuevo, donde presentó Transposeña 71, la primera de sus Transposeñas, como llamaría en adelante a muchas de sus esculturas, concebidas a partir de los elementos de la señalética urbana. A partir de ese momento, trascendental en su carrera, lo urbano sería el eje de muchas de sus muestras individuales.

“Su trayectoria está atravesada por la experimentación con los materiales y las formas. Esa actitud experimental, el desafío frente a la materia, son muy distintivos. Su técnica de trabajo también supone un constante desafío a los límites del propio cuerpo, ya que ella misma realizaba los procedimientos –explica a LA NACION Mariana Marchesi, curadora de la exposición y directora artística del museo–. Me interesa la mirada integral que tiene sobre su producción. Aquí incluyo la manera en la que ella misma concibe la forma de exhibir sus obras. La reinstalación de la muestra de Arte Nuevo es un claro ejemplo. También admiro la naturalidad con la que lograba un proceso creativo que fusiona elementos en apariencia opuestos, como el uso de la técnica del dibujo libre con que comenzaba a bocetar sus piezas, y la técnica industrial con la que les daba su forma final: doblaba y soldaba las chapas, y las pintaba con soplete industrial. En los años sesenta y setenta, la opción por la gran dimensión y el uso de materiales industriales, como el hierro y la pintura de carrocería, aun planteaba un desafío a los patrones asociados a la femineidad y los imaginarios de delicadeza y fragilidad que las obras realizadas por mujeres debían inspirar (aunque esa característica distintiva muchas veces también puede tener una contraparte negativa porque puede percibirse como una excepcionalidad que la aparta de las narrativas establecidas de la historia del arte)”.

"En los años sesenta y setenta, la opción por la gran dimensión y el uso de materiales industriales, como el hierro y la pintura de carrocería, aun planteaba un desafío a los patrones asociados a la femineidad", dice Mariana Marchesi, curadora de la muestra dedicada a María Juana Heras Velazco en MNBA
«En los años sesenta y setenta, la opción por la gran dimensión y el uso de materiales industriales, como el hierro y la pintura de carrocería, aun planteaba un desafío a los patrones asociados a la femineidad», dice Mariana Marchesi, curadora de la muestra dedicada a María Juana Heras Velazco en MNBA

Su primera Transposeña es parte del patrimonio nacional. “Es el ejemplar que da inicio a una serie basada en las señales de tránsito: flechas, círculos y barreras se apropian del lenguaje visual que ordena la vía pública y regula la vida en sociedad. Sacados de contexto y reformulados como esculturas, estos íconos generan indicaciones ambiguas, que simbolizan el caos de las grandes ciudades en el siglo XX”, detalla Marchesi. En la muestra habrá un espacio dedicado a Hierroform (1969), otra pieza de la colección, recientemente restaurada, que se encuentra emplazada en el espacio público, dentro del parque donde se ubica el museo.

Más obras de Heras Velazco para ver en este mes: Homenaje a Paparella (1979), restaurada recientemente en la sede cultural del Fondo Nacional de las Artes (FNA), Casa Victoria Ocampo; Signo Lineal (1972), en Arthaus; Transposeña 80, en el Museo de Bellas Artes de Tres Arroyos (MUBATA); Paz (2004), una de las últimas creaciones de María Juana, en el Museo de Bienes Artístico Culturales (BAC) dependiente de la FAD-UNCUYO de Mendoza; y Hacia allí (1995), en el Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano (MACLA) de La Plata.

Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori (cerrado al público actualmente por reformas) presenta por estos días en sus medios digitales (redes sociales y página web) el proceso de restauración de la obra Transposeña 79, obra que fue parte del Salón Perel “Esculturas en Acero”, de 1979, donde María Juana experimentó por primera vez en la que sería su única obra en acero inoxidable.

El festejo es federal. La XIII Bienal Internacional de Escultura del Chaco, de Resistencia, rindió homenaje a María Juana y activó su obra Cruces (1997, hierro policromado), declarada Monumento Histórico Nacional. En Rosario, el Museo Castagnino +MACRO exhibió Tótem (1984), pieza ganadora del Premio Fortabat, como parte de la muestra Máquinas nómadas. Vestigios del futuro en la colección pública de arte contemporáneo de Rosario, del programa anual Macro: Irradiaciones. También restaurada para la ocasión, el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan presenta al público la obra Símbolo profano 2 (1975). Museo de Arte Contemporáneo Raúl Lozza, ubicado en la ciudad bonaerense de Alberti, presentará una activación de la obra Homenaje a Lozza (2007), pieza que María Juana realizó especialmente ante la convocatoria del Museo para celebrar los 95 años del artista, por quien tenía gran afecto.

En sintonía con los 150 años de Mar del Plata, el Museo MAR exhibe Transpomar (1983), versión a escala (1:10) del proyecto de escultura para vía pública con la que María Juana obtuvo el Primer Premio Nacional de Escultura en Mar del Plata en 1983. La obra, que sería emplazada en la ciudad, nunca se concretó y el Archivo Taller Heras Velasco conserva la maqueta, junto con los planos y toda la documentación. Una constante a lo largo de su producción fueron sus múltiples Homenajes, que dedicó a distintos artistas, poetas y músicos, en su mayoría contemporáneos. Entre ellos se distinguen Homenaje a Chile (1973), y Requiem para un ciudadano (1976), que refieren a los inicios de las dictaduras militares en Chile y en Argentina respectivamente.

Heras Velazco obtuvo ese y muchos otros premios y distinciones en su larga carrera como artista y docente. Entre otros, mereció el Primer Premio, Salón Nacional de Escultura (1983), Primer Premio, Fundación Fortabat (1984), Premio a la Trayectoria Artística, Fondo Nacional de las Artes (1998), Premio Leonardo a la Trayectoria (1999), Premio Cultura Nación (2007), y cuatro Premios Konex (1982, 1992, 2012, 2012).

Como cierre de las celebraciones, el 5 de diciembre el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presentará Latido. Recital para la obra Homenaje a Allen Ginsberg de María Juana Heras Velasco, una jornada de arte y poesía en torno a esta escultura de 1977 —parte de la colección del museo—, dedicada a una de las figuras más destacadas de la generación Beat, que abordará la obra desde las múltiples lecturas que nutrieron su producción.

Florencia Giordana Braun: “Me gusta la obra que invita a pensar»

Fuente: Perfil – Persiste en ella su acento cordobés a pesar de vivir en Buenos Aires hace varios años, de sus estadías en el exterior y de sus viajes permanentes por el mundo. Es una mujer sencilla y sofisticada a la vez. La caracteriza la perseverancia, el compromiso y la pasión por lo que hace. Se declara una “workaholic total” y asegura que si volviera a empezar haría el mismo camino. “Me gustaría tener más tiempo para mi familia y mi vida personal, pero sarna con gusto no pica”, resume Florencia Giordana Braun, dueña de Rolf Art, galería de arte en Buenos Aires, única especializada en imagen técnica de Argentina.

Su historia profesional comenzó con el modelaje. Un día la pararon en la calle de su Córdoba natal y le dijeron: “Vos tenés que ser modelo”. “Creo que estaba más en los planes de mi familia que en los míos. Trabajé unos años, no es mi mejor recuerdo, pero me dio mucho mundo porque trabajé mucho afuera. Salté de Córdoba a pasarelas internacionales y estaba muy expuesta. Competir con el lomo no es tan sencillo ni es tan humano. Para mí fue difícil”, cuenta.

Noticias: ¿Por qué fue difícil? 

Florencia Giordana Braun: Era muy chica, estaba sola y no tenía una autoestima lo suficientemente sólida como para enfrentarme a un mundo en el que te desnudan directamente. Todos me decían: “Nena, vos tenés que ser modelo”. Y yo me preguntaba modelo de qué. Siempre me dio mucha bronca esa expresión. Mi cuerpo no estaba sano y no obstante era un ejemplo para muchos. Fue una etapa difícil, estuve muy enferma, tuve una anorexia nerviosa muy grande, que fue parte de ese camino y de esa exposición. No tenía la seguridad y las herramientas para poder decir que no a muchas cosas. Cuanto más flaca estaba más trabajaba. Todo hacía entender que esa lógica era la correcta, más en la alta costura. Sí agradezco que aprendí a mirar y que la estética estaba muy metida en mi cultura. Eso me dio muchas herramientas, viajar, mundo, conocer, me dio independencia. A los 18 años ya vivía sola, me compraba lo que quería. 

Noticias: ¿Cómo pasó de la pasarela y la alta costura al mundo del arte?

Giordana Braun: Fue un rescate para mí. Me acuerdo de estar trabajando afuera y sentir que el único lugar donde nadie me encontraba era un museo. Era un lugar que también me acogía y donde había silencio. Entonces, me la pasaba en los museos. Cuando volví a Argentina sentí que lo único que me había hecho bien, a mi cuerpo y a mi vida, había sido el arte. No quería ser artista ni estudiar historia del arte. Me encantaba lo que había alrededor, la gestión, los marchand, las inauguraciones, los eventos. Estudié Comunicación en Córdoba y me especialicé en Relaciones Públicas y mi tesis fue sobre el lobby cultural. Después hice un posgrado en gestión cultural internacional y más tarde estudié Art Business en Sotheby’s de Nueva York. Mientras estudiaba hice pasantías en las galerías de arte de Córdoba. Después trabajé en la Feria Pinta en Nueva York, fue un aprendizaje muy interesante. De ahí volví a Córdoba y me di cuenta de que no iba a poder hacer mucho más allí. Decidí mudarme a Buenos Aires y empecé a tomar clases con Laura Batkis. Ella me inyectó, y siempre le voy a estar agradecida, esta pasión por el arte. En 2009 terminé armando Rolf Art.

Noticias: ¿Qué es Rolf?

Giordana Braun: Rolf es mi nombre al revés. Yo sentía que la galería no podía llamarse Flor, era un nombre muy frágil, en un mundo además muy machista. Rolf me pareció que sonaba masculino, alemán, que sonaba frío, uno de mis apellidos es alemán. 

Noticias: ¿Cuál era su objetivo cuando creó la galería?

Giordana Braun: Cuando empecé había un nicho de artistas super establecidos con una carencia y con una necesidad de un tratamiento profesional de su trabajo. Todo el mundo me decía que estaba loca, no hay mercado para fotografía, no se vende. Tuve la suerte de empezar con algunos que ya tenían un camino hecho, aprendí un montón de ellos y sigo aprendiendo de los artistas. Muy rápido estaba vinculada con gente que tenía una trayectoria, una cabeza, unas ideas.

Noticias: ¿Qué es la imagen técnica?

Giordana Braun: Se refiere a toda imagen que está producida a través de tecnologías o técnicas. Primero me especialicé sólo en fotografía y muy pronto me abrí al concepto de imagen técnica. En un momento la fotografía me quedó corta, no me hallaba solamente en ese nicho, y empecé a expandirme. Se me abrió un mundo de posibilidades con la imagen como recurso para llegar a otras expresiones, desde una instalación a imprimir una imagen en un objeto, en un muro. La imagen expandida a otros soportes. Después entré en el video arte y eso me abrió otro mundo. Ni hablar cuando llegué a artistas como Andrés Denegri que trabajan cine expandido. Hoy trabajo y represento a artistas de la fotografía, del video, del cine, del cine experimental. Soy dueña de la única galería del país que se especializa en imagen técnica y diría también la única de América Latina. 

Noticias: De hecho, usted fue elegida por segundo año consecutivo para formar parte del Comité Internacional de París Photo.

Giordana Braun: Sí, un lujo, un honor. Creo que era parte de mi pelea con ellos, decir cómo puede ser que no haya fotografía latinoamericana en esta feria, estoy harta de ser la única. Toda una discusión y un camino que vengo haciendo para posicionar a los artistas con los que trabajo. La producción de artes visuales argentina y latinoamericana es increíble y no tiene nada que envidiarle al mundo. 

Noticias: ¿Qué tipo de imagen le gusta?

Giordana Braun: La línea de la galería es muy política y yo también. Me gusta la obra que me invita a pensar más allá de la imagen que me ofrece. Esa profundidad conceptual que puede darme un trabajo que enriquece la lectura de lo que a simple vista se mira.

Noticias: ¿Cuánto importan la técnica, la sensibilidad y el ojo en el caso de la fotografía?

Giordana Braun: Todo, esa es la diferencia con los que hoy usan Instagram y otras herramientas. Cuando empiezo a trabajar con alguien más que mirar su obra lo primero que me importa es escucharlo. Porque la obra me va a entrar por sus ideas. Una obra tiene tres pasos: hay una idea, hay un concepto y hay un recurso. La idea es fundamental y es clave también cómo se resuelve técnicamente. También es fundamental la creatividad en esa resolución. En un mundo donde todo está dado, pequeños gestos muy cuidados pueden resolver una obra de una forma increíble. 

Noticias: ¿Cómo es su vida personal? ¿Su mundo más allá del arte?

Giordana Braun: Muy reservado y sencillo. Mi intimidad es muy reducida, muy íntima, muy hacia adentro. Estoy en pareja con Sebastián Alderete, que es dueño de The Music Photo Gallery, una galería de arte en Nueva York, y representa a los fotógrafos oficiales de las grandes estrellas de la música en Estados Unidos. Además, es un gran pianista. Así me conquistó.

Noticias: ¿Cómo se conocieron?

Giordana Braun: En mi casa en Buenos Aires, en una cena. Él vivía en Nueva York. Tiempo después nos reencontramos y me invitó a cenar, había puesto un piano en medio del departamento que un amigo le prestó y se puso a tocar. La cena se quemó, pero el piano no dejó de sonar nunca más. Seba es mi tierra, tiene una conexión, una forma muy especial de habitar este mundo. Al poco tiempo llegó nuestra hija Amapola (6), y nuestra vida se hizo una. Agradezco todos los días la llegada de sus vidas a la mía. Amapola tenía 1 año y conoció 18 países conmigo porque la llevé a todas las ferias. Después siguió acompañándome hasta este año que empezó el primer grado y ya no la puedo llevar. Esto me hace tomar mucha distancia de ella, viajar cada mes, entrar y salir de su vida, es muy difícil.

Noticias: En los próximos días tiene que viajar.

Giordana Braun: Sí, me voy un mes. Voy a participar en Offscreen, una feria de nicho en el Grand Garage Haussmann, París, que se especializa en la imagen en movimiento y sus límites también, donde voy a presentar un solo show de Andrés Denegri. A la semana siguiente voy a participar en Artissima, una feria muy boutique en Torino, con un solo show de Liliana Maresca. Después voy a estar en L’Atlas, impulsado por el Grupo empresarial Emerige. Es un espacio de exposición en el barrio La Félicité, en París, cuyo comité curatorial elige galerías del mundo para que expongan durante dos meses. Es la primera vez que una galería argentina va a exponer. Vamos a llevar un solo show de Santiago Porter. Y el 2 de noviembre inauguramos París Photo, donde presentamos el trabajo de Porter en diálogo con lo que va estar en L’ Atlas y el trabajo de Roberto Huarcaya que está en diálogo con lo que tiene exhibido actualmente en la Bienal de Venecia. Regreso a Buenos Aires y vuelvo a partir para cerrar el año en Art Basel Miami, donde tenemos dos stands con Roberto Huarcaya y Julieta Tarraubella. 

Noticias: ¿Sus clientes VIP?

Giordana Braun: El arte internacional te conecta con un mundo ABC1. Le he vendido obra a importantes figuras, Brad Pitt, María Grazia Chiuri – directora creativa de Dior-  Catherine Petitgas – una de las coleccionistas más importantes de Europa-  Florianne de Saint Pierre – una abogada francesa muy importante-  Astrid Ullens – la colección más importante de Bélgica- Y también a los grandes museos, MOMA, TATE, Reina Sofía, Banco de la República, Colombia, Fundación Cartier. Cada una de estas ventas es una enorme satisfacción para mí.

Riesgo y presión: cómo es el traslado de millonarias obras de arte alrededor del mundo

Fuente: infobae – El viaje de piezas antiguas o frágiles de un museo a otro, de un país o un continente a otro, es un estresante proceso que requiere de técnicas y herramientas especiales que garanticen su integridad

Cuando hay que exponer un pastel de casi 160 años del maestro de Barbizon Jean-François Millet -tan frágil que no se puede exponer en vertical porque su pigmento podría desprenderse y convertirse en polvo en el fondo de su marco-, ¿cómo se lleva de un sitio a otro? La respuesta parece obvia: ¡con mucho cuidado!

Pero el arriesgado trabajo de trasladar obras de arte de una sala a otra, de una ciudad a otra, de un país a otro y de un continente a otro es más complicado que un equipo de mudanzas y unos carros con ruedas. Si se rompe un jarrón de 300 años de valor incalculable, no se puede ir a buscar otro. “Cada vez que un objeto se traslada de un lugar a otro, existe la posibilidad de que sufra daños”, explica Mike McKee, jefe de instalación y producción del Museo de Arte Walters de Baltimore.

Está delante del pastel de Millet, titulado “El sembrador”, que fue adquirido en 1884 por el fundador del museo, William T. Walters, en una sala que se abrirá al público en menos de 10 días para una nueva exposición, Arte y proceso: Dibujos, pinturas y esculturas de la colección del siglo XIX. La obra está tumbada sobre un carro con ruedas, cubierta de papel para minimizar su exposición a la luz. Adam Franchino, preparador jefe del museo, ha construido un soporte especial para mantenerla inclinada. “Nunca habíamos expuesto un objeto de esta manera, así que es emocionante”, dice McKee.

Se retira el papel y los dos pares de manos de los hombres, con guantes de nitrilo morados, levantan delicadamente el pastel sobre su soporte y lo fijan en su lugar. Aquí es donde el trabajo manual se une a lo sublime. Los manipuladores, trasladistas y preparadores son de las pocas personas que llegan a tocar algunas de las obras de arte más exquisitas del mundo. En muchos casos, pasan más tiempo entre las obras de la colección de un museo que sus conservadores.Los guantes de nitrilo, esenciales para manipular arte, se evitan con libros raros para protección del materialLos guantes de nitrilo, esenciales para manipular arte, se evitan con libros raros para protección del material

Los manipuladores utilizan guantes de nitrilo para tocar cualquier obra de arte, excepto los libros raros: éstos deben tocarlos con las manos limpias y desnudas. El papel y el pergamino antiguos se cuentan entre los materiales más frágiles, y los guantes pueden engancharse en su superficie. “Creo que entro en una especie de espacio zen cuando sostengo una obra de arte de valor incalculable”, dice McKee.

Todos los que trabajan en este sector de los museos tienen anécdotas sobre objetos caros, delicados, sagrados e imposiblemente grandes que han tenido que meter en una caja y enviar a algún sitio.

Para Kurt Christian, presidente asesor de la Preparation, Art Handling, Collections Care Information Network, una asociación profesional para personas que trasladan arte y artefactos (se conoce por las siglas PACCIN), ha habido cosas raras -una silla eléctrica que tuvo que enviar a un museo penitenciario- y logísticamente complejas, como una exposición de artefactos precolombinos “con objetos que pesaban hasta 1.300 kilos, en medio de una tormenta de hielo”.

Para McKee, se trata de la momia de los Walters, del siglo VIII o IX a.C., que ayudó a transportar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en 2008, para hacerle una radiografía. “Hicimos bolsas de espuma de poliestireno y las colocamos alrededor para que la momia pudiera levitar”, explica McKee. “Fue un poco complicado”.

La edad no siempre es sinónimo de fragilidad. En el Museo Rubell, el director Juan Valadez dice que una de las cosas más difíciles de mover es un enorme cuadro del artista Zhu Jinshi. “Es una obra de tres paneles, la pintura es increíblemente gruesa y la superficie exterior está seca, pero el interior seguirá húmedo a perpetuidad”, explica. “Es como trasladar una torta de 1 tonelada recién glaseada”.

Si una obra de arte o un artefacto se presta de una institución a otra, el registrador del museo elabora los planes para su transporte con meses de antelación, junto con documentación como contratos de préstamo y seguros. Un registrador se comunica con “los equipos curatoriales y de conservación, los fabricantes de cajas, los embaladores y preparadores, los transportistas, los prestamistas y prestatarios, y las galerías y marchantes”, dice Cayetana Castillo, vicepresidenta asociada de colecciones y préstamos del Instituto de Arte de Chicago, por correo electrónico. “Proporcionan expectativas, calendarios y normas de cuidado para un transporte seguro”.La seguridad y discreción son cruciales en el traslado de objetos culturales y valiososLa seguridad y discreción son cruciales en el traslado de objetos culturales y valiosos

Para el concurso de retratos Outwin Boochever de la National Portrait Gallery, que se expondrá el 3 de mayo de 2025, el proceso de transporte de las obras de 14 estados, D.C. y Puerto Rico comenzó en abril, y las obras llegaron en agosto, explica Marlene Harrison, jefa de exposiciones de la Portrait Gallery. (La pieza procedente de Puerto Rico sufrió un breve retraso a causa del huracán Ernesto; las catástrofes naturales también son un reto para la cadena de suministro en el mundo del arte).

Las obras de arte se embalan en grandes cajas, utilizando diversas técnicas en función de la obra y sus necesidades: a veces se rodean de espuma y otras se sujetan con abrazaderas para evitar que se desplacen. Esas cajas se cierran con tornillos y se cargan cuidadosamente en un medio de transporte de clima controlado, normalmente un camión si el viaje es nacional, pero un avión de carga si el destino es internacional. Las obras de arte son extremadamente sensibles a los cambios de temperatura y humedad, por lo que estos factores se vigilan durante todo el trayecto y pueden ser registrados por el sistema de control climático del camión. Las capas de materiales de embalaje también protegen las obras de arte de las vibraciones, y el camión suele tener una capacidad de absorción de impactos adicional para garantizar un viaje tranquilo.

Y entonces llega el momento de ponerse en marcha. Glenn Dale es un conductor profesional que trabaja exclusivamente con arte y objetos, que transporta entre los mayores museos del país, incluidos muchos de D.C., como el Rubell, el Hirshhorn y el Renwick. “Me da igual que sea arte moderno, contemporáneo o bellas artes. Lo trato todo igual”, dice Dale, que habló desde algún lugar de la carretera en Oklahoma, mientras transportaba arte entre el museo Crystal Bridges de Bentonville, Arkansas, y el Heard Museum de Phoenix. “Es irremplazable”.El arte requiere aclimatación a nuevos entornos antes de ser expuesto, evitando reacciones adversasEl arte requiere aclimatación a nuevos entornos antes de ser expuesto, evitando reacciones adversas

Dale dice que conducir los objetos más preciados de nuestro país es el privilegio de su vida. Ha estado en casi todos los museos importantes del país y puede decirte exactamente cómo maniobrar un camión gigante en el muelle de carga de un edificio histórico que nunca fue diseñado para albergar un transporte de 18 ruedas. Ha subido con su camión a la escalinata Rocky del Museo de Arte de Filadelfia y ha visto cómo los trabajadores del museo retiraban una ventana para introducir en el edificio una caja de obras de arte de gran tamaño.

Obviamente, hay que ser un buen conductor para hacer este tipo de trabajo. Dale dice que sólo ha tenido dos colisiones en la carretera. Ninguno fue culpa suya, y las obras de arte no sufrieron daños. Esto se debe en parte a un buen embalaje, así como a una buena carga: Dale debe meter todas las cajas en su remolque y vigilar su orientación: un lienzo debe ir paralelo a las paredes largas del remolque, con el lado de la pintura hacia dentro. De lo contrario, “las fuerzas de gravedad al arrancar y parar flexionarán la lona”, dice, provocando que la pintura se desprenda. La seguridad y la discreción son importantes. “No le digas a la gente: ‘Tengo un Picasso en el camión’”, dice Dale.

Algunas obras de arte son tan frágiles, valiosas o sensibles desde el punto de vista cultural que deben ir acompañadas personalmente por un mensajero, un empleado del museo que puede ser registrador, manipulador o conservador, según las necesidades del objeto. Los mensajeros viajan con el conductor y nunca pierden de vista su carga. Algunas obras exigen aún más seguridad: en 2012, cuando Dale transportaba objetos de la tumba del rey Tutankamón de Houston a Seattle, dice que el servicio secreto egipcio iba con él en su camión y un vehículo de seguridad le seguía detrás.

Cuando un museo recibe una caja, no suele abrirla hasta pasadas 24 horas para que se aclimate lentamente a su nuevo entorno antes de exponerla directamente al aire. Los objetos especialmente delicados, como las piezas del Rey Tut, pueden requerir varios días. “Es un esfuerzo muy grande, por lo que hay cierta ansiedad a la hora de pasar por todo el proceso”, dice Harrison. “Es emoción y alivio cuando llega el camión”.

La obra suele transportarse hasta el espacio de exposición en su caja -donde está más segura- antes de desembalarla e instalarla. Los portales pueden ser un problema. En el caso del Museo Rubell, ubicado en una antigua escuela con puertas estrechas, a veces los manipuladores de obras de arte construyen réplicas de pasillos y objetos en el almacén del Rubell para practicar giros cerrados. “Cuando montamos exposiciones con obras de gran tamaño, es como un barco en una botella”, dice Valadez.La logística de arte precolombino incluye transportar objetos de grandes dimensiones en condiciones difíciles
La logística de arte precolombino incluye transportar objetos de grandes dimensiones en condiciones difíciles

Una vez abierta la caja, un manipulador o mensajero comprueba su estado y anota si se ha dañado algo durante el transporte. Si es así, un conservador como Lauren Fly, de la Fly Arts Initiative de Nueva York, intentará arreglar lo que esté roto. “Un bastidor se agrieta, la pintura se desmorona. Así que hay que ir paso a paso al desembalarla para evaluarla y no hacer suposiciones sobre lo que se ve”, dice Fly. ”Hay que conocer los tipos de objetos y los puntos débiles que puedan existir”.

Cuando llega el momento de manipular la pieza, la mejor práctica es que los trabajadores anuncien cada movimiento que hacen antes de emprender cualquier acción, para minimizar el riesgo de errores. “Antes de manipular un objeto tridimensional, hay que investigar qué ocurre para saber por dónde agarrarlo”, dice Christian.

De vuelta a los Walters, es hora de trasladar otro objeto delicado, esta vez un enorme jarrón de porcelana de la Fábrica de Porcelana de Sèvres. Ya está sobre su pedestal, pero el equipo tiene que desplazarlo hacia un soporte que impida que se vuelque si alguien choca contra él. No transportan el jarrón de aproximadamente 18 kilos por sus delicadas asas de bronce. “Así que subiremos y te dejaremos sacar éste”, dice McKee, indicando a Franchino que retire una de las varias cubiertas protectoras de la base del jarrón. “Vuelve a bajar y luego vuelve a subir”.

Una vez instalada la obra, se coloca la iluminación y se adhiere a su pared o pedestal un texto con su título, materiales, artista y, a veces, una explicación de su importancia. Si se trata de un objeto tridimensional, la vitrina se levanta con ventosas industriales y se vuelve a colocar y cerrar una vez que el objeto está colocado en su caja.

Si todo ha ido según lo previsto, el esfuerzo de decenas de personas será completamente invisible; el objeto debe parecer como si se hubiera teletransportado a su lugar en el museo. “Al final de ese día, te alegras de volver a casa y no haber roto nada ni haberte hecho daño”, dice McKee. “El mayor alivio es cuando se cierra la vitrina”.

Agarró una escultura en plena exhibición, se fue y nadie dijo nada: el insólito robo de una obra de arte en pleno París

Fuente: ámbito – En noviembre de 2017 ocurrió un robo de película. El ladrón logró llevarse una obra de diez kilos de bronce, expuesta en la galería Bartoux, muy cerca del palacio presidencial de El Elíseo. Esta pieza estaba valuada en 425.000 euros (493.000 dólares).

Lo llamativo de este robo es que logró hacerlo sin alertar a nadie, con una técnica que aún sorprende a los investigadores. Conocé lo que ocurrió.

Cómo fue el robo de la escultura de Botero

El robo se llevó a cabo de una manera insólita: el hombre que se adueñó de la escultura simplemente se la llevó bajo el brazo, sin taparse y sin violencia. Esta escultura era de Fernando Botero, un reconocido artista colombiano.

A pesar de haber sido frente a varios visitantes y ser captado en cámaras de seguridad, ninguno se dio cuenta. El museo alertó la falta de la obra una vez que cerraron el sábado por la noche.

Antes de llevarse la escultura, el ladrón hizo un simulacro, en el que agarró la obra, la llevó hasta la puerta, y la devolvió al lugar. Al ver que a nadie le importó, pasó al siguiente paso: sacarla del establecimiento.

Quién es Fernando Botero

Fernando Botero fue un reconocido pintor y escultor colombiano. Era caracterizado mundialmente por la representación de figuras corpulentas y formas exageradas, un estilo que luego se definió como «Boterismo».

A lo largo de su carrera, Botero logró desempeñarse exitosamente a nivel mundial, llevando a Colombia a lo más alto. Exhibió en museos y galerías de renombre en Europa, Estados Unidos y América Latina, y sus obras se encuentran en instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo Botero en Bogotá, así como en espacios públicos de ciudades como París y Madrid.

El artista nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, y falleció el 15 de septiembre de 2023 en Mónaco.

“Reflorecer”: con una iniciativa solidaria, Zurbarán lanzó su proyecto de expansión

Fuente: La Nación – Un retrato de la modelo Pia Slapka realizado por el artista Ricardo Celma y terminado en vivo se subastará para concientizar sobre el cáncer de mama; en 2025, la galería abrirá una sede en Nordelta y participará de ferias internacionales


“Inspirar a las mujeres a que se cuiden”, así como ellas han inspirado retratos de los artistas durante siglos. Y como acaba de hacerlo la modelo Pía Slapka al posar en vivo durante toda una tarde para el pintor hiperrealista Ricardo Celma en su casa-taller de Boedo. Ese retrato fue completado en vivo días atrás por invitados a la galería fundada hace casi medio siglo por Ignacio Gutiérrez Zaldívar, donde se exhibe hasta el lunes próximo junto con obras de otros artistas como Juan Lascano, Ernesto Bertani, Graciela Genovés y Antonia Guzmán.

 Pintada Taller Celma

Ya se aceptan ofertas para venderlo al mejor postor, con la intención de donarlo -junto con lo que se pague por él- a Macma, asociación civil sin fines de lucro que busca “concientizar sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama”. “La base es de 4000 dólares y hay tiempo para ofertar hasta la primera semana de diciembre. No queremos obligar a la gente a venir un día y levantar la mano”, aclaró a LA NACION Ignacio “Champi” Gutiérrez Zaldívar, codirector de la galería desde la muerte de su padre en 2022.

Ricardo Celma terminó el cuadro el jueves en la galería, junto a invitados especiales
Ricardo Celma terminó el cuadro el jueves en la galería, junto a invitados especialesHernán Zenteno – La Nación

Esta iniciativa benéfica tituladaReflorecer: una celebración de la belleza en el arte, forma parte de sus proyectos para darle un nuevo impulso a ese legado. Una etapa de renacimiento simbolizada con las flores naturales que cubrieron la entrada de la sede de Cerrito 1522 el jueves, cuando unas cincuenta personas fueron invitadas a dar las últimas pinceladas de la obra junto al artista y su modelo.

Los invitados también tuvieron la oportunidad de intervenir el retrato
Los invitados también tuvieron la oportunidad de intervenir el retratoHernán Zenteno – La Nación

“Esto es un kick off para continuar lo que se inició hace casi medio siglo, con más fuerza”, dijo Gutiérrez Zaldívar a LA NACION, al anticipar que el año próximo su galería abrirá una sede de 400m2 en Nordelta y participará en ferias internacionales, además de lanzar un podcast mensual sobre arte. Mientras tanto, continúan con su proyecto de ventas de obras NFT, en asociación con Kephi Gallery.Algunos pasos más para lograr “democratizar el arte argentino”, como quería su padre.

La entrada de la galería se cubrió de flores naturales, para simbolizar el "reflorecer" de un proyecto iniciado hace casi medio siglo
La entrada de la galería se cubrió de flores naturales, para simbolizar el «reflorecer» de un proyecto iniciado hace casi medio sigloGentileza Zurbarán

De Pettoruti a Berni: los cuadros más valuados de los artistas argentinos


Fuente: El Día – La obra de pintores como Guillermo Kuitca, León Ferrari y muchos otros es celebrada y coleccionada. Al mismo tiempo, se consolida el legado nacional en la escena global de la cultura

El arte argentino ha dejado una huella imborrable en la historia del arte mundial, con varios artistas que han alcanzado el reconocimiento internacional y cuyas obras se han convertido en piezas de gran valor en el mercado del arte. Entre ellos, destacan figuras como Emilio Pettoruti, Antonio Berni y León Ferrari, cuyas obras han alcanzado precios récord en subastas y se consideran tesoros nacionales.

Emilio Pettoruti es uno de los pioneros del modernismo en Argentina y su obra “Concierto” (1941) se vendió en Christie’s (Nueva York) por 794,500 dólares en mayo de 2012. Otra de sus obras, “El cantor” (1934), también alcanzó un precio impresionante de 782,500 dólares en la misma casa de subastas en 2008. Pettoruti es conocido por su uso innovador de la luz y el color, y sus obras reflejan una profunda comprensión de la estructura geométrica y el movimiento.

La gallina ciega (1973) de Antonia Berni / Web

Antonio Berni, otro gigante del arte argentino, ha logrado precios elevados con su obra. Su pintura “Ramona espera” (1962) se vendió en Sotheby’s (Nueva York) por 717,500 dólares en 1997, y su obra “Desocupados” (de los años 30) alcanzó los 800,000 dólares en 1995, el precio más alto registrado para una obra de un artista argentino en ese momento. Berni es conocido por su compromiso con las temáticas sociales y su estilo distintivo que combina elementos del realismo social con el expresionismo.

También resaltan los cuadros de Guillermo Kuitca. Por caso, Diarios (2000-2005) fue vendido en 2022 a 567.000 dólares por la casa Christie’s (NY). Exactamente seis años antes, Deng Hagg Praha (1989) totalizó una operación de 511.500 dólares vía Christie’s (NY).

Concierto (1941) de E. Pettoruti vendida en 2012 por U$s 794.500 / Web

León Ferrari, reconocido por su enfoque crítico y provocador, ha dejado una marca significativa en el arte contemporáneo. Aunque no se dispone de datos exactos sobre las cifras de venta de sus obras, su pieza “La civilización occidental y cristiana” (1965) es ampliamente reconocida y le valió el prestigioso León de Oro en la Bienal de Venecia en 2007. Ferrari utilizaba su arte para cuestionar el poder y la religión, y sus obras a menudo provocaban debates y controversias.

El Cantor (1934), de Emilio Pettoruti / Web

Se conmemora el Día del Artista Plástico Argentino

Fuente: El 1 Digital – Se recuerda a Prilidiano Pueyrredón, uno de los precursores del arte plástico en el país.

A través del arte plástico, los artistas transmiten y manifiestan diversos sentimientos, sensaciones y denuncias. En ese sentido, este domingo se conmemora el Día del Artista Plástico Argentino en homenaje a uno de sus precursores: Prilidiano Pueyrredón, quien falleció el 3 de noviembre de 1870 en Buenos Aires.

Pueyrredón era hijo de Juan Martín de Pueyrredón, uno de los hombres que planeó el Cruce de Los Andes junto a San Martín. Durante su adultez, no solo se destacó dentro de la pintura y escultura, sino también en la arquitectura.

Prilidiano Pueyrredón fue el primer pintor de desnudos femeninos en Buenos Aires, de los cuales se han conservado “La Siesta” y “El Baño”, que se exhiben en el Museo Nacional de Bellas Artes. Por otro lado, trabajó en obras de restauración y ampliación de varios monumentos, como la Capilla de la Recoleta, la Pirámide de la Plaza de Mayo y la Casa Rosada.

Como urbanista, diseñó la Plaza de la Victoria y el puente del barrio de Barracas, y fue autor de los planos para la mansión que Miguel de Azcuénaga levantó en Olivos, luego obsequiada al gobierno federal como residencia para el Presidente de la Nación. Falleció el 3 de noviembre de 1870 en su quinta familiar de San Isidro.

Al respecto, el artista plástico matancero Francisco Lazo Toledo expresó: “El arte y la pintura son mi forma de vida, desde una óptica fuera de lo cotidiano. El arte, en general, debe existir porque es imposible vivir sin él”.

La Boca: el barrio de la “luz especial” que se transformó en un imán para los artistas

Fuente: Clarín – En los últimos años se volvió uno de los polos artísticos más dinámicos de la Ciudad.Museos, galerías y talleres revitalizan el legado de Quinquela Martin.

Los habitantes de La Boca conviven con el río y no siempre fue una convivencia fácil. En la época cuando las ferias y circos itinerantes llegaban a La Vuelta de Rocha y mucho después, el río se desbordaba.

Por eso las veredas altas, por las que hay que subir si se camina por el barrio. Ya no es el río el que rebalsa, pero algo de esa fuerza incontenible quedó.

Acá nació la rivalidad Boca-River, acá estaban las cantinas donde la gente venía a despedir solteros en la calle Necochea, acá los artistas montaban fiestas legendarias en conventillos, y acá también, podían perderlo todo por el fuego.

De ese torbellino, también quedan mañanas tranquilas como ésta. Frente al Museo Quinquela, los chicos circulan con sus adultos, pasan junto al río donde las nutrias nadan hacia sus islotes.

Si se llega temprano, alrededor de las 10 de la mañana, todavía el tránsito no es terrible. Los nenes apenas miran los adoquines que están pisando, pero si se camina observando, hay uno de cada color.

El sol ilumina distinto los lugares que están cerca del agua. Aunque es solo una sensación, mucho tendrá que ver con algo que se dice por ahí y que ahora dice también Víctor Fernández, director del museo, tratando de pensar en voz alta por qué, de todo lo que ya no existe en el barrio (River se mudó; las cantinas cerraron y el río ya no crece como antes), todavía quedan los artistas.Víctor Fernández, director del Museo Quinquela Martin. Foto: Mariana Nedelcu.Víctor Fernández, director del Museo Quinquela Martin. Foto: Mariana Nedelcu.

“Lo que había en La Boca era algo muy simple: tema. Es decir, había tema para los pintores”, piensa, y recuerda a Alfredo Lazzari y sus discípulos, artistas que seguían, a principios del siglo XX, la tradición impresionista y posimpresionista.

“Si vos eras pintor figurativo de cierto cuño impresionista y… venías a pintar a La Boca. La luz de La Boca era una luz diferente”, dice. Pero también habla del paisaje: de que la Isla Maciel era más como el Delta del Tigre, el Río de la Plata más ancho, que la vegetación, el campo, lo semiurbano se hallaba todo concentrado y transformado por la luz ondulante que el río refracta.

“Pensá que aquellos artistas tenían como modelo las reverberancias luminosas de Monet, Sisley, ¿no? ¿Dónde ibas a encontrar ese paisaje, con esa luz? Y… acá.”Una paisaje de La Boca, con esa luz que tanto atrapa a los artistas. Foto: Mariana Nedelcu.Una paisaje de La Boca, con esa luz que tanto atrapa a los artistas. Foto: Mariana Nedelcu.

El río, entonces, también pudo haber sido el responsable de que La Boca se llenara de artistas que, eventualmente, se instalaban en el barrio y creaban sus comunidades propias.

Quinquela, el origen

Uno que se formó con Alfredo Lazzari fue Benito Quinquela Martín (1890-1977). “Muchos de los trabajadores del barrio iban, justamente, a aprender música, pintura”, cuenta Alicia Martin, coordinadora de Educación y Extensión Cultural del museo. Quinquela se formó en la Unión de La Boca, una de las tantas asociaciones que los vecinos crearon para socorrerse mutuamente.Alicia Martin y Victor Fernández, del Museo Quinquela Martin. Foto: Mariana Nedelcu.Alicia Martin y Victor Fernández, del Museo Quinquela Martin. Foto: Mariana Nedelcu.

Dicen que Quinquela no podía pintar en otro lado que no fuera La Boca. Cuando sus padres murieron, se mudó al tercer piso del museo, en 1947, y ahí pintaba, observando la Vuelta de Rocha desde los enormes ventanales que el visitante puede hoy disfrutar. En realidad, el Museo Quinquela es también una escuela. La visión de la vida y el arte, para él, nunca estuvieron del todo separadas.

Pensaba que los niños tenían que poder estar en contacto, en todo momento, con las obras, que mientras estaban en el recreo, debían poder cruzar al museo y mirar los cuadros, o distraerse quizás en clase observando alguno de los murales que Quinquela instaló a propósito en las aulas y hasta en el suelo (para entrar a la escuela y al museo hay que pisar una de sus pinturas), cuenta Alicia bajando las escaleras que conectan los dos edificios.

Se detiene en un rellano largo donde, si el lugar estuviera abierto, alguien podría sentarse a tomar café en una silla verde, frente a una mesa roja o azul, mirando por la ventana el río.

Quinquela amaba los colores, y fue quien convenció a los vecinos para pintar sus casas de tonos intensos. También inauguró Caminito (en 1950), el atractivo turístico que hoy lleva la concurrencia internacional al barrio, pero que en realidad se concibió como un “museo a cielo abierto”.Benito Quinquela Martín, con el Puente Transbordador de La Boca (circa 1937). Foto: Archivo General de la Nación.Benito Quinquela Martín, con el Puente Transbordador de La Boca (circa 1937). Foto: Archivo General de la Nación.

También hay artistas vendiendo sus obras, y todavía queda alguno de la época en que Quinquela vivía y pintaba, y no era muy querido por los demás artistas que pintaban en el barrio.

“El ambiente era muy potente en cuanto a artes visuales: estaba la feria de Caminito, pintores… Vos ibas por la calle y era común encontrar ateliers abiertos o, si te asomabas a las puertas de los conventillos, ver a la gente que estaba ahí, pintando, y sentir el olor al óleo, a la trementina, que te salían a buscar a la vereda de alguna manera. Había una continuidad entre lo que podía ser el museo y los ateliers que estaban por acá alrededor”, evoca Víctor.

Vender sus obras como hizo Quinquela y vivir de eso no era bien visto. El ideal de artista era “romántico” y “trágico”. Tampoco gustaba su manera de abrirse al mundo y codearse con gente famosa, como hacía en las veladas de La orden del Tornillo (de 1948 a 1972).

En esas tertulias, Quinquela invitaba al tercer piso del museo donde vivía, a un cierto tipo de persona: “Aquella a la que Quinquela consideraba que estaba lo suficientemente loca, aquella a la que le faltaba el tornillo”, cuenta Alicia.

Era una locura que privilegiaba la verdad, el bien y la belleza. A los elegidos se les daba un collar con un tornillo, el que supuestamente les faltaba. Con la condición de que nunca se lo volvieran a colocar, recibieron su tornillo grandes figuras del espectáculo como Charles Chaplin, Tita Merello y Mariano Mores, entre otros.

El tornillo era el símbolo de la “locura luminosa” que los caracterizaba, dice Alicia.

“Hoy, Quinquela tiene esa faceta creciente de mito. Pero en ese momento, en el barrio, era una figura terrenal. Estaban frescos muchos de los conflictos que había habido con él. Y sobre todo había algo que, de algún modo, todavía no está saldado, que es una mirada que el establishment del arte tenía y tiene sobre Quinquela con ciertos prejuicios”, sostiene Víctor.

Piensa que hoy, Quinquela, que aprendió desde temprano el poder de los medios de comunicación (en 1916, la Revista Fray Mocho lo entrevistó, y él después iba con el ejemplar a los barcos para que lo dejaran entrar a pintar), sería “un influencer”.

Los colores del alma

En 1979, cuando Víctor llegó al barrio y era un adolescente al que le gustaba ir a la cancha a ver a Boca y dibujar, algo del mundo y los colores que pintó Quinquela todavía podían verse. “El color que pinta es más espiritual que físico. Él traduce algo que, en realidad, está más en el fondo del alma colectiva del barrio que manifestado en sus calles”, asegura.

Los barcos no son de colores y, de las casas, solo algunas responden a esa idea rocambolesca que parece tener La Boca.

“Era un barrio a la vez festivo y trágico, porque los incendios y las inundaciones eran realmente tragedias. Pero a la vuelta de la esquina te esperaba la celebración, ¿no? Ese contraste te pinta de colores como el alma de un barrio”, agrega el director del museo.

Entonces era común que los sábados se juntaran los artistas para ir a una inauguración, porque siempre había alguna en las galerías del barrio. Las instituciones que vinieron después no se instalan en el desierto.

“Hay una parte que se ve ininterrumpida, que es la de los artistas de diversas procedencias que llegan y se radican en La Boca. Siempre, o por lo menos desde que yo conozco el barrio, hubo artistas que iban y venían. Eso sigue pasando”, continúa Víctor.

Conventillos enteros eran copados por artistas. “Nunca dejó de suceder que se abra alguna galería”, recuerda. Las instituciones disminuyeron y tuvieron su crisis a fines de los ’80 y en los ’90, pero los artistas siempre estuvieron.

Victor menciona, como ejemplo, a uno que todavía queda de esa época y que se sigue viendo por el barrio, a veces vendiendo sus pinturas en Caminito. Se llama Luis Oscar Etchegoyen y su casa mantiene el viejo espíritu romántico.El pintor Luis Oscar Etchegoyen. Foto: Mariana Nedelcu.El pintor Luis Oscar Etchegoyen. Foto: Mariana Nedelcu.

Quinquela pintó hasta su muerte en 1977; los viejos artistas empezaron a quedar afuera de las nuevas tendencias. Las galerías tradicionales del barrio como La vuelta de los tachos, Frangelico, La Farola, La Calesita, empiezan a desaparecer. Las cantinas de la calle Necochea, también. Pero en el siglo XXI cambia el panorama económico y artístico.

Y el astillero se hizo Barro

Un día aparece Fundación Proa y se instala donde se encuentra todavía hoy, en la vuelta de Caminito. La circulación se reactiva. La propuesta de Proa impulsa de nuevo el corredor artístico que se había estancado por la crisis de principios de los 2000. Y también se instalan nuevas galerías.

“Fuimos los primeros y únicos durante un tiempo largo”, dice Nahuel Ortiz Vidal, director de la Galería Barro (2014), que se unió al ecosistema existente de las galerías pequeñas del barrio.Nahuel Ortiz Vidal, director de la Galería Barro. Foto: Mariana Nedelcu.Nahuel Ortiz Vidal, director de la Galería Barro. Foto: Mariana Nedelcu.

“Toda la movida que vos estás viendo hoy en el Distrito de las Artes o en La Boca te diría que responde a los dos últimos años”, agrega. Ahora, estima que la mayoría de las galerías de Buenos Aires se ubica en 20 cuadras a la redonda: “Tenés a Piedras, tenés a Walden, Ungalery, tenés SMOL -que abre los fines de semana-, Constitución, Sendrós, que llegó después que nosotros, y se fue nucleando acá”.

Aunque también recuerda un momento en el que hubo una lucha entre los galeristas que querían venir a La Boca y los que querían impulsar Villa Crespo.

Galería Barro era originariamente un astillero de 1927. “Quedamos fascinados por los ocho metros de techo, por la escena industrial que tenía y porque, si vos ves la historia del arte argentino, acá se desarrolló una gran parte de la Escuela de La Boca, no solamente los talleres, incluso los artistas vivían en el barrio”, apunta Nahuel. Y recuerda que Rómulo Macció (1931) tuvo su taller detrás de Proa durante muchos años.Ortiz Vidal, de la Galería Barro. Foto: Mariana Nedelcu.Ortiz Vidal, de la Galería Barro. Foto: Mariana Nedelcu.

La galería Barro es hoy, dentro del entramado de galerías contemporáneas, uno de los lugares más prestigiosos a los que un artista puede aspirar. En Barro muestran sus obras algunos de los exponentes más destacados de la escena actual: Gabriel Chaile y La Chola Poblete. Hay otros artistas que, aunque no vivan todo el tiempo en la Argentina, cuando vienen se quedan en La Boca para trabajar, en talleres propios o alquilados.

Hacen fiestas como en todas las épocas. Muchos se juntan en los talleres con amigos de otras disciplinas. “Para el que no vive en La Boca, es un flor de programa venir acá”, piensa Nahuel. Por eso muchas galerías intentan abrir juntas. “Restaurantes, galerías, talleres de artistas, La Bombonera… Nosotros estamos a 4 cuadras de la cancha.”

Los días de partido tienen que cerrar antes porque el barrio se vuelve un lío. Todavía hay algunos cafés, como el café Dadá, donde artistas se juntan con otros artistas y compradores.

Ya casi nadie pinta los barcos ni la Vuelta de Rocha, pero la tradición de la mezcolanza continúa. Casi 100 años después, lo que siguen compartiendo los artistas de todas las épocas es el espíritu del barrio.

“El espíritu de La Boca no es el mismo que el de otros lugares. Hay un espíritu creativo, libre y bohemio”, así lo define Nahuel, y cuenta sobre un sol frío que hay en La Boca del que habla el pintor Emilio Pettoruti. Dice que es cierto, que en La Boca, si te parás en ese sol, se siente también el frío. Cree que pudo comprender lo que el artista quiso decir.

La luz de Ornella y Marcelo

Ya se ha dicho: el arte contemporáneo ha tomado otros rumbos y otros mundos. Sobre todo, eso les interesa a Ornella Pocetti y Marcelo Canevari, dos jóvenes artistas que viven y tienen su taller en La Boca. La luz del lugar les fascina. Pudieron comprar en noviembre del 2023. “Ya estábamos muy fanáticos del barrio -dice Canevari-. Sabíamos que no queríamos irnos de acá, y además jugó el factor precios, que son muy baratos.”La artista Ornella Pocetti. Foto: Mariana Nedelcu.La artista Ornella Pocetti. Foto: Mariana Nedelcu.

Cuenta que el otro día fueron varios artistas a su taller y hablaron de un lugar arriba del suyo, libre, y lleno -otra vez- de luz. A la hora de comprar, a la suma que les pidieron, agregaron dos cuadros más, y así consiguieron su taller. Dicen que de esta manera y por ese monto no hubieran podido comprar en ningún otro barrio de la ciudad.

“Yo trabajaba en La Paternal gestionando un taller de treinta artistas -cuenta Ornella- y estaba muy acostumbrada a eso.”

Hoy, en La Boca, es otra cosa: “Los sábados es el día que abren las galerías, entonces muchas veces nos escriben amigos o colegas”. Son artistas que van allí a pasear, pero que no viven en el barrio. De a poco, dice, están construyendo una comunidad artística.El artista Marcelo Canevari. Foto: Mariana Nedelcu.El artista Marcelo Canevari. Foto: Mariana Nedelcu.

Marcelo da clases cerca del Museo Quinquela, arriba del Cuartel de Bomberos Voluntarios de la Vuelta de Rocha. Impulsados por la Fundación Casa Rafael, los chicos van a talleres de plástica y música. Hay bastante actividad barrial. Pero ya no ven las puertas abiertas con artistas pintando en sus casas.

“Nosotros somos muy fans de una artista, Mildred Burton, una pintora surrealista. Ella vivía y trabajaba en La Boca. Después está Marcia Schwartz, vive y trabaja en Parque Lezama”, dice Ornella. Las obras de ellas, más que un Quinquela, los interpelan, y sus obras, donde la naturaleza y los personajes fantásticos abundan, también.

Ellos fueron los creadores de la tapa del disco Post Mortem (2021) con el que debutó Dillom (2000), el rapero argentino con pinta de punkie. Y las pinturas de Ornella ilustran las tapas de la “trilogía del litoral”, de la escritora argentina Selva Almada, editada por la editorial Penguin Random House entre el 2020 y el 2022.Los artistas Ornella Pocetti y Marcelo Canevari. Foto: Mariana Nedelcu.Los artistas Ornella Pocetti y Marcelo Canevari. Foto: Mariana Nedelcu.

En enero, van a exponer en Miami en Mindy Solomon, una galería que ambos comparten en los Estados Unidos. En el 2026 tienen previsto un dúo show. “Yo hace dos años hice una residencia de un mes en Miami que me abrió bastante las puertas del mercado internacional y me dio como mucha visibilidad”, cuenta Ornella.

Ella nominó a Marcelo para que haga la misma residencia y se va finalmente en unos meses. Después volverá a este barrio de creatividades que prosperan. Donde está el taller lleno de luz natural y su perro galgo. Volverá a meterse en la boca del arte argentino.