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#infoarte_artista @rukatallerdearte

Artista: rukatallerdearte – Cada pieza es única porque fue modelada manualmente y luego el fuego le dió a cada pieza su pincelada final de color
Antes de entregar los pedidos me gusta tomar fotos para registrar esa magia que no va a repetirse .
El trabajo manual es único en su totalidad ,cada pieza se lleva un poquito de quién la hizo pero también cada pieza deja mucho en quien trabaja el barro con ♥️

Plásticos tucumanos “dialogan” en una muestra con una obra de Yuyo Noé

Fuente: La Gaceta ~ El fines de la década del 80, Luis Felipe Noé dejó inconclusa “Sin-fonía”. Más de 40 años después, en 2020 y en medio de la pandemia por coronavirus Yuyo (como se conoce al destacado plástico argentino de 88 años) retomó esa obra, por lo que su materialidad respira esos dos tiempos. El paso de las décadas tuvo su impacto, y el artista incorporó el color como recurso estético de su lenguaje visual identitario actual junto con nuevas ideas y propuestas.

Inquieto como pocos, innovador como ninguno, su trabajo no queda en agotado en mí mismo. Actualmente es el eje de la muestra colectiva “Trama Sinfónica”, que se puede visitar hasta fines de febrero en el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca y de la que participan dos tucumanos: Agustín González Goytía y Lucrecia Lionti, quienes hablaron con LA GACETA sobre esta experiencia.

La exposición tiene a Cecilia Ivanchech, Natalia Revale y Luciana Salvá como curadoras, y es una producción conjunta entre la Fundación Noé y la Fundación Tres Pinos. Además de los artistas tucumanos participan Marina De Caro, Matías Ercole, Mauro Koliva, Catalina León, Julia Masvernat, Mónica Millán, Alexis Minkiewicz, Mauricio La Chola Poblete y Cristina Schiavi.

“200 días”

Lionti destaca que llegó a la muestra por una invitación, sin haber contactado previamente con Noé, a quien admira. “Todo está planteado con un eje curatorial que gira alrededor de ‘Sin-fonía’, con obras de otros artistas contemporáneos en diálogo con ese cuadro. Participo con una pieza que fue seleccionada por las organizadoras”, remarca.

Su trabajo es “200 días”, una referencia a la pandemia que forma parte de una serie que está realizando con telas negras que son como pizarrones, intervenidas con óleos y lanas de oveja cosidas. “Entiendo que la conexión con la obra principal es lo pictórico desde otro lado, porque la paleta de colores es similar. Es un honor formar parte de esta propuesta con un artista que sigo desde que estudiaba en la Escuela de Artes de la UNT”, subraya.

“200 DÍAS”. Lucrecia Lionti intervino telas negras con lanas y óleos.

Ser parte de la exposición fue el cierre de un 2021 excepcional, con muchos logros y un reconocimiento que tiene un valor especial para la artista: “recibí el premio 8M, que fue una convocatoria del Ministerio de Cultura de la Nación a través de Patrimonios y Museos”.

Imágenes del Japón

González Goytía se inspira en lo que lo rodea y sorprende para desarrollar su arte, que abarca también todo lo visual y la música. La obra con la que participa en Trama Sinfónica es una pintura que realizó durante un viaje a Japón en 2018. “Fueron dos meses recorriendo diferentes ciudades de la isla, acompañando y asistiendo a mi pareja en un proyecto del cual participaba. Siempre me fascinaron los dibujos animados nipones que veía cuando era chico, pero me impresionó ver cómo esa cultura gráfica se extiende por todos lados, en la cartelería pública, los flyers, grafitis, etcétera… Es muy fuerte la necesidad de expresarlo todo por medio del dibujo en ese país”, explica.

A partir de ese impulso, “fui construyendo sobre una enorme tela de lienzo un entramado de historias, calcando, superponiendo, fragmentando y repitiendo motivos, a modo de diario de viaje”. “Entre los muchos personajes que se despliegan, toma protagonismo por su repetición Kirin, un animal fantástico de la cultura oriental, especie de quimera, mezcla de pez, dragón y ciervo que según la mitología augura la fortuna y el advenimiento de buenos tiempos. Al final mostré esa obra en Tokio, en la residencia para artistas Oenso”, recuerda.

LA OBRA CENTRAL. “Sin-fonía” fue empezada en los 80 por Luis Felipe Yuyo Noé y terminada cuando comenzaba la pandemia de coronavirus.

“Me sorprendió y alegró mucho la invitación para participar de esta muestra colectiva. Noé es un gran referente para mí y es una gran alegría poder compartir una muestra en torno a su obra junto a artistas que admiro de diferentes generaciones. A las curadoras les interesaba mostrar mi experiencia con la pintura desde una perspectiva no convencional, algo que se llama pintura expandida. En mi obra uso generalmente materiales muy variados como marcadores, grafito, birome, látex, y acrílico, y en el montaje propongo relaciones con el espacio, salir del plano de la pared y desplegarme. Son todos aspectos que Noé desarrolla en muchas de sus instalaciones y pinturas”, asevera.

Agustín evoca el impacto que sintió en 2007 al ver una muestra de Yuyo: “era una exposición antológica gigante centrada en dibujos de toda su carrera y me impresionaron las diferentes formas de representación dentro de una misma obra, la soltura, la espontaneidad, la capacidad de hacer convivir todos esos modos diferentes en un mismo plano y sobre todo el dialogo entre la figuración y la abstracción; son cosas que uno mira en los libros, pero hasta que no la ves desplegada no termina de impactar. Su obra es una explosión de energía creativa, con la idea del caos como estructura, su concepto de la línea y el dibujo temas que desarrolla en sus escritos”.

El artista tucumano tiene un pendiente en la lista: conocer personalmente a Noé, ya que tenía prevista una visita privada a su taller que se frustró y que devino en la invitación a la muestra. “Ojalá se dé en el marco de esta actividad. Mientras tanto, estoy trabajando en una serie de pinturas que toma como referencia telones pintados de gran formato que simulaban salones y espacios de exterior, que se usaban como fondo para la fotografía de retrato. Pertenecían al estudio de fotografía Luz y Sombra que funcionó en Tucumán; Dario Albornoz los rescató cuando se cerró en los 90 y los donó al Museo de la UNT”, concluye.

Muralismo: el único arte donde actúan pintores y abogados

Fuente: Ámbito ~ Roma intenta impedir que se venda hoy la Villa Ludovisi, donde Caravaggio pintó un techo. El caso recuerda el del mural de David Alfaro Siqueiros en Buenos Aires.

Ni Caravaggio, cuando en 1597 pintó en un techo de la Villa romana Ludovisi el mural “Júpiter, Neptuno y Plutón” a pedido del cardenal Francesco Maria del Monte para el techo de su laboratorio, ni el mexicano David Alfaro Siqueiros, cuando en 1933 realizó el mural “Ejercicio Plástico” sobre una de las paredes de la quinta Los Granados del magnate de la prensa argentina, Natalio Botana, creador del diario “Crítica”, podrían haber imaginado los dolores de cabeza y conflictos legales que sus artes despertarían con los años.

Un mural no es arte “mueble”, que se pueda subastar sin dificultades en alguna casa especializada, pero tampoco es inmueble, porque las prácticas de extracción de esas obras, a veces más complicadas que la extracción de la piedra de la locura del Bosco y Pizarnik, suelen dejar no sólo cascotes sino también fragmentos irreparables como resultado.

Hoy se subastará en Roma la Villa en cuestión, una casa campestre situada a pocos pasos de la Via Veneto de Marcello, Federico y los paparazzi, al igual que de la Villa Borghese (donde se celebra el festival de cine), es decir, en el barrio más rico de la capital italiana: son 2.800 metros cuadrados divididos en seis plantas y un jardín al que, sin duda, le habría cantado Ottorino Respighi.

La base judicial es de 471 millones de euros (cerca de 540 millones de dólares), pero con un problema insoluble: allí dentro, intacto (a diferencia del Siqueiros), está el Caravaggio. ¿Cuánto cuesta por sí solo si el futuro dueño se decide a “extraerlo” y venderlo por separado? El conflicto es tal que, desde que se anunció la subasta, en Roma existen movimientos masivos de todo tipo, cartas, reclamos, campañas den change.org, para que el Estado italiano se haga cargo de un bien cultural, en especial por tratarse del único mural que (al menos, por lo que se sabe hasta hoy, porque fue descubierto tan tardíamente como en 1969) pintó Caravaggio. La obra no es de corte religioso sino un tributo a la alquimia: Júpiter representa el aire y el azufre; Neptuno el agua y el mercurio, y Plutón tierra y la sal. Según se informó, Caravaggio usó óleo sobre estuco, una técnica que se deteriora fácilmente, como en “La última cena” de Leonardo, pero el mural se conserva en buen estado.

Lo que ignoran todos estos indignados reclamos es que el Gobierno italiano está inhibido de adquirirlo por dos razones: una legal, y otra de sentido común. La legal impide al Estado ser el primer oferente de una obra de estas características antes de que lo haga un privado. Esto es , después de esa primera oferta puede igualarla o superarla (en un millón de euros siempre). Pero, como dijo un funcionario, “471 millones es la cuarta parte del presupuesto anual de cultura. Un disparate”.

La de sentido común es imaginable: en Italia, no sólo en Roma, mañana demuelen una casita en Bergamo para levantar un inmueble y aparece un Michelangelo. ¿También se hará cargo el Estado? Italia es aún un cementerio de obras de arte clásicas: ya lo mostró hace años Federico Fellini en “Fellini-Roma”, la red de subterráneos en esa ciudad es una de las más pequeñas de Europa porque, mientras se construían los túneles, no dejaban de aparecer estatuas y restos de templos del período clásico.

La historia de los herederos de la Villa Aurora, tal como se denomina popularmente a la Villa Ludovisi, podría dar lugar a una novela de Manuel Mujica Lainez por la cantidad de príncipes, duques, personajes de la nobleza y hasta un Papa, Gregorio XV. El último propietario fue el príncipe Nicolo Boncompagni Ludovisi La subasta fue decidida por un tribunal de Roma para poner fin a las disputas entre los herederos del príncipe Niccolo, quien falleció en 2018 a los 77 años, y que estaba casado con la actriz de Texas Rita Jenrette, también periodista de televisión y broker inmobiliaria. Pero a la muerte del príncipe el conflicto entre el resto de los herederos fue tal que intervino la Justicia romana para poner fin a las peleas.

El caso argentino, más allá de que el linaje de los legatarios no es el mismo, es distinto. La quinta Los Granados, tras la muerte de Botana, pasó por varias manos, y no siempre con las condiciones de cuidado necesarias. Inclusive, los “okupas” llegaron a morar allí durante un tiempo, junto al “Ejercicio Plástico” de Siqueiros. El último dueño, el coleccionista de autos antiguos Héctor Mendizábal, de la firma Dencanor, se propuso restaurarla y también extraer el mural: lo hizo de manera responsable, recurriendo a expertos mexicanos que ya tenían práctica en la materia cuando salvaguardaban murales de terremotos.

El trabajo se hizo bien, la intención era llevar ese mural por el mundo, pero un conflicto agrio entre Mendizábal y sus socios provocó que nada se hiciera. Peor aún: que los fragmentos quedaran atrapados en una playa de San Justo, dentro de contenedores y echándose perder. La investigación de este caso estuvo a cargo de la periodista de este diario, Ana Martínez Quijano, luego autora del libro “El Mural”, que también inspiró la película homónima de Héctor Olivera. El juez Juan Manuel Gutiérrez Cabello abrió los contenedores, observó los daños, y ese fue el primer paso para que ambas cámaras del Congreso decidieran en 2009 la expropiación, que llevó a cabo poco después el Gobierno por un valor cercano a los u$s3 millones. En los trabajos de restauración colaboró el magnate mexicano Carlos Slim.

¿Gato por liebre? En el lugar menos pensado un bonito cuadro puede transformarse en una obra maestra

Fuente: La Nación ~ Como el historiador Christopher Wright, que durante décadas tuvo sin saberlo un original de Van Dyck colgado en su sala, importantes hallazgos irrumpen en el mercado del arte; algunas sorpresas célebres de los últimos años.

¿Gato por liebre o liebre por gato? Aunque no son frecuentes, en la historia del mercado del arte aparecen casos sorprendentes, como el que esta semana dio a conocer el historiador británico Christopher Wright, que tuvo durante décadas en su poder un cuadro original de Anton van Dyck, una pieza que había comprado por apenas US$ 89. En ventas de garaje informales, en altillos o en mercados de pulgas han aparecido desde un Pollock por cinco dólares, negativos fotográficos ofrecidos a US$ 45 pero valuados en US$ 200 millones o un objeto precioso del Zar Alejandro III que había desaparecido durante la Revolución Rusa.

El historiador Christopher Wright y Pippa Balch, conservadora del Instituto de Arte Courtauld, junto al cuadro que esta semana reveló que era un Van Dyck
El historiador Christopher Wright y Pippa Balch, conservadora del Instituto de Arte Courtauld, junto al cuadro que esta semana reveló que era un Van DyckGentileza Christopher Wright

Wright tuvo, sin saberlo, durante años en el salón de su casa el retrato de la infanta de España Isabel Clara Eugenia, de Van Dyck, una pieza cuyo precio de salida al mercado en una subasta es hoy de 50 mil euros. Wright desconocía hasta esta semana el valor de ese lienzo que había adquirido en su juventud, seducido meramente por su belleza, sin más información sobre su autoría o el potencial comercial.

El arte es, aunque suene a paradoja, además de inspiración y don, mercancía, un medio de pago y una inversión, y, por lo tanto, en él pueden emerger principios que no buscan precisamente el orden, sino la trampa. La noticia sorprendió al mundo. En abril pasado, en una casa de subastas madrileña, una pintura que estaba a punto de rematarse por 1500 euros derivó en una investigación de un año entero. Fue el Museo del Prado quien alertó sobre la posible autoría de aquel cuadro: el mismísimo Caravaggio. Tras un exhaustivo informe y después de que el gobierno español tomase diversos recaudos, como el de decretarlo Bien de Interés Cultural, el caso se cerró hace pocos días y la obra, Ecce Hommo, permanecerá en España. Actualmente se encuentra custodiado por la galería Colnaghi, que pertenece a la familia Pérez de Castro. Caravaggio es uno de los artistas malditos cuyas obras son codiciadas desde hace siglos por piratas del mundo del arte. Judith y Holofernes había sido encontrado en 2014 en una buhardilla de Toulouse y vendido a un magnate estadounidense por US$ 110.

"Ecce Homo"  habría sido pintado por Caravaggio
«Ecce Homo» habría sido pintado por CaravaggioArchivo

El paradero de las obras de arte robadas puede ser de lo más disímil. Un boceto de Henri Matisse que había desaparecido en 1948 fue encontrado en mayo pasado en un armario en una pequeña localidad francesa llamada Manosque. Matisse, a pedido de la familia Rockefeller, dibujó a Hèléne Mercier, una de sus musas, hija del príncipe ruso Lev Golitsyn y de Helena Gagarine. El precio de este boceto podría oscilar entre US$ 342 mil y US$ 456 mil. En otro altillo apareció también en 2021 Caballero con banda, un cuadro que había sido realizado por un joven Joaquín Sorolla. Quien comprobó la autoría fue la bisnieta del pintor español y quien alertó sobre el original fue el restaurador que recibió la pieza por parte de la familia que lo había tenido en su casa y que buscaba apenas “limpiarlo”, según trascendió en su momento. El cuadro fue adquirido por el gobierno español por US$ 91 mil en una subasta y donado al museo con su nombre en Madrid.

Hasta aquí, historias de hallazgos, pero ¿qué pasa cuando las obras de arte permanecen escondidas deliberadamente? En octubre de 2020 la policía española siguió hasta Bruselas, después de cuatro años de investigaciones, la pista de Antes de la corrida, de Sorolla, un cuadro valuado en US$ 3,4 millones, que había desaparecido instantes después de haber sido ofrecido en una subasta de Nueva York. Otro caso resonantes es aquel en el que en junio pasado la policía griega encontró un Picasso original (Cabeza de mujer, 1939) robado de la Galería Nacional de Atenas en un hecho de película, en apenas 7 minutos, diez años antes. Estaba en un almacén a unos 50 kilómetros de Atenas junto a otra obra de Mondrian.

Encontraron en 2020 en Grecia el cuadro de Picasso, "Cabeza de mujer", que había sido robado una década antes
Encontraron en 2020 en Grecia el cuadro de Picasso, «Cabeza de mujer», que había sido robado una década antes- – Eurokinissi via ZUMA Wire

En 1996, Teri Horton, una jubilada, buscaba cerca de su casa en California un regalo para una amiga. La anécdota dio pie al documental Who the #$&% Is Jackson Pollock?, deHarry Moses. Horton, quien había conducido camiones durante todo su vida, una mujer de posición y educación modesta, pagó apenas US$ 5 por una tela enorme y colorida que su amiga rechazó porque no tenía espacio suficiente para colgarla en su hogar (o tal vez no era de su agrado). Tiempo después, Horton quiso venderlo y fue entonces que supo que tenía en sus manos un Pollock original, cuya primera oferta de compra fue de US$ 2 millones. Horton, quien pedía US$ 50 millones, murió en 2019 sin haber vendido la pieza.

Pollock tuvo una vida tortuosa, que osciló entre el alcoholismo y la tragedia. A los 44 años perdió la vida en un accidente sin haber dejado testamento. En 2017, apareció en un garaje de Sun City, Arizona, un cuadro junto a otros objetos de colección de Los Angeles Lakers. Un experto en arte, Josh Levine, contactado para valuar las piezas, no duda aún hoy de que entre aquellos objetos se encuentra un Pollock auténtico, una obra sin título valuada en US$ 15 millones, a pesar de que la Fundación Pollock-Krasner nunca terminó de certificar su autenticidad.

Algunos compradores son seducidos por los colores de una pintura, otros prefieren la sobriedad. En una venta de garaje un artista californiano llamado Rick Norsigian compró en 2010 una caja que contenía 65 placas fotográficas de vidrio al módico precio de US$ 45, una antigüedad que le llamó la atención por el parecido de aquellas imágenes con las del famoso fotógrafo Ansel Adams. Finalmente pudo comprobarse que, efectivamente, aquellos negativos, valuados hoy en US$ 200 millones, habían pertenecido al artista. Desde que en 1937 el estudio de Adams se incendió, gran parte de su material permanece desaparecido, tanto que se desconoce qué ha logrado salvarse del fuego y qué ha sido sustraído por oportunistas.

En 2014 un chatarrero, cuya identidad no trascendió, encontró un objeto muy llamativo en un mercado de antigüedades en Estados Unidos: un huevo de Pascua que contiene un reloj en su interior. Resultó ser un objeto diseñado en 1887 por el joyero ruso Carl Fabergé que había pertenecido al zar Alejandro III. Cuando el Exchatarrero, hoy millonario, quiso vender la pieza le ofrecieron US$ 8000 por ella, un hecho que hizo pronto desconfiar al flamante propietario de la supuesta baratija. La casa Wartski comprobó más tarde la autoría de esta pieza de 8,2 cm, hecha con oro y zafiros, que había desaparecido durante la Revolución de 1917.

Carl Fabergés diseñó joyas y objetos preciosos para los zares rusos
Carl Fabergés diseñó joyas y objetos preciosos para los zares rusosGentileza Casa Wartski

En El jilguero, de Donna Tartt, la novela ganadora del Pulitzer, un adolescente lleva consigo durante toda la trama el lienzo del pintor holandés Carel Fabritius, y lo hace en su mochila desgastada. ¿Cuántos tesoros aguardan ser descubiertos para recuperar su esencia: ser admirados por su belleza y sofisticación? ¿Qué objetos preciosos guardaremos, quizá, sin saberlo, en nuestros hogares?

#infoarte_artista @lunabelladebarro

Artista: lunabelladebarro

Pellizco, una técnica de construcción muy sencilla, amorosa con el material y con el hacedor ya que la arcilla se mueve a medida que la «pellizcamos»suavemente. Esta técnica requiere de mucha sensibilidad mayormente táctil. Lo que persivan las yemas de los dedos será clave para saber si el espesor alcanzado es preciso. En el hacer vamos dejando una huella personal con cada presión. Esta cualidad hará que no se parezca a ninguna otra pieza del taller y viaje en su piel un pedacito de nuestro gesto human@.

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