Fuente: Ámbito ~ La Fundación arteBA festejará sus 30 años de existencia el próximo 3 de noviembre con una feria presencial en Arenas Studios, bello lugar del barrio de La Boca elegido para albergar durante tres días el encuentro favorito de los compradores, históricos y debutantes, del mercado del arte argentino. Todo induce a pensar que, si bien la Fundación arteBA atravesó una crisis que comenzó a gestarse antes de la pandemia, los cambios fundamentales para remontar el pasado ya están en marcha.
Cuando se suspendió la Feria presencial de 2020 en La Rural, la presidenta, Amalia Amoedo, renunció a su cargo y la Fundación quedó casi vacía. La comisión directiva de arteBA (Fito Fiterman, Marta Fernández, Marga Macaya, Andrés von Buch, Facundo Gómez Minujín, Adriana Rosenberg, Juan Cambiaso, Felisa Larivière, Ariel Sigal y Luis Incera, entre otros), disconforme con las irregularidades, se marchó. Recién en estos últimos meses se conocieron los nombres de quienes se proponen sacar a flote la institución. Y todo está previsto para que así sea. Larisa Andreani, presidenta de la Fundación desde fines del año pasado, asegura: “La Feria va a ser una fiesta, el arte estará en el centro de la escena y habrá espacios al aire libre y diferentes propuestas para interpelar a públicos muy diversos”.
En el pabellón de las galerías, los stands de mayor dimensión, 60 metros, ya están adjudicados por 7.000 dólares y, los de 40 metros, por alrededor de 5.000 dólares. La selección de las galerías está a cargo de un mix entre intelectuales y operadores del mercado: Alejandra Aguado (jefa de Patrimonio del Museo Moderno), Rafael Beltrán (Piedras Galería), Manuela Moscoso (curadora de la Bienal de Liverpool 2021, Berlín), Diego Obligado (galería Diego Obligado de Rosario) y Nahuel Ortiz Vidal (galería Barro)
Durante su apogeo, arteBA llegó a ser la Feria más importante de la región, aunque por razones financieras y políticas, su caída fue abrupta. La Feria de San Pablo la superó hace unos años en su propio reino, el territorio latinoamericano, cuando presentó formidables galerías como Gagosian o White Cube. ¿Por qué no llegaron hasta Buenos Aires? arteBA se negó a interactuar con los poderosos del mundo y a generar un cambio de rumbo acaso beneficioso para nuestros artistas. Se dijo que el mercado argentino no estaba a la altura de esas galerías. “Si no venden, no vuelven”, aseguraron. Sin embargo, ¿no habrá sido un error de cálculo? Hubo un tiempo en el cual las ventas estuvieron aseguradas con programas burocráticos, estatales y privados. Primero fueron las empresas, Chandon, Zurich, Santander, Banco Ciudad, IRSA, Mercedes Benz y otras, financiaron proyectos y un porcentaje de las compras. Después, el Estado, a través de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional de la Cancillería, cursaba invitaciones a los museos Internacionales y los teóricos del arte. El diplomático Lucas Gioja observó que con esta ayuda invitaron a gente de la Tate Gallery de Londres, el MOMA, el Broad Art de Michigan, el Museo Guggenheim de Nueva York, Los Angeles County, Arte de Lima, el Tamayo de México o el Reina Sofía de Madrid, entre otros. Los potenciales compradores estaban servidos en bandeja. No obstante, y a pesar de estos esfuerzos, con 30 años de existencia y con artistas de peso en el escenario internacional: ¿cómo es posible que apenas una o dos galerías argentinas jueguen en primera?
El Consejo de Administración de la Fundación integrado hoy por Andreas Keller, Alejandro Corres, Cecilia Remiro Valcárcel, Carolina Bicquard, Francisco Ortega, Andrés Brun, José Luis Lorenzo, Sofía Weil de Speroni, Alex Oxenford, David Tonconogy y Leticia Kabusacki, nombró a Andreani y al coleccionista Eduardo Mallea como vicepresidente. Todos trabajan ad honorem y no hay gerentes. Justo cuando el cargo del “curador” pierde brillo, sobresale el perfil intelectual y exclusivamente profesional de la nueva directora de arteBA, Lucrecia Palacios Hidalgo, con antecedentes laborales en el Malba, el Museo Moderno y la editorial Adriana Hidalgo. Luego, Maia Güemes recuperó su cargo en comunicación.
El segundo pabellón de la Feria estará destinado a un clásico: el Barrio Joven, el lugar donde, con el deseo de descubrir nuevos artistas, los compradores entrenados ponen a prueba sus conocimientos y su mirada. El tercer pabellón y los patios, estarán poblados de instalaciones, propuestas audiovisuales, performáticas, editoriales y actividades sonoras. “arteBA no será más elitista, va a atraer al público masivo y a nuevos compradores”, es la aspiración del Consejo. Hace unos meses y sobre este tema, el artista Carlos Huffmann (1980) director del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella, escribió: “El mercado (del arte) interno. Una propuesta”, texto donde traza el camino de ingreso de los jóvenes al circuito comercial. Huffmann describe las dificultades generadas por la falta de moneda local y el uso del dólar. Así descubre una franja de compradores, “la mítica clase media” que una vez por año compra un cuadro, y recomienda la pesificación atada a la inflación y el debut en las ferias locales, donde el público es variado y numeroso. Este análisis sobre la construcción del precio de la obra, resulta muy instructivo: estudia la incidencia de las compras que realizan los museos e instituciones locales y sostiene: “Una sociedad que no se encarna en la estima por su cultura no puede esperar que un exterior indefinido y fantástico venga a hacer ese trabajo por ella”.
Las aspiraciones de una Feria que nació siendo global y que alcanzó a incorporar 50% de galerías extranjeras que hoy no pueden llegar, consisten en consolidar los vínculos con el arte argentino y recuperar la vocación federal, pero sin dejar de amplificar sus resonancias en el extranjero. Finalmente, una plataforma digital fue creada para enriquecer la visibilidad y el alcance de las ventas online de la Feria en el exterior.